LA I C Y EL BECERRO DE ORO ( IDOLATRIA ENCUBIERTA )
Lectura : Exodo 32:1-35
Textos clave:
haznos dioses que vayan delante de nosotros (Ex 32:1)
estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.(Ex 32:4)
y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. (Ex 32:5)
Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz (Ex 32:6)
Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas.(Ex 32:16)
Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal.Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro .(Ex 32:21-24)
Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos,(Ex 32:25)
Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.(Ex 32:27)
Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro.(Ex 32:33)
Encontramos una gran similitud en este pasaje con la situación actual de la Iglesia Catoliorromana, cuyos líderes se asemejan a Aarón fabricando ídolos y permitiendo y promoviendo su adoración y el culto a ellos ( Maria, beatificaciones de santos....). Entendiendo que no impedirlo, es apoyarlo encubiertamente.
Cristo es la Cabeza de la Iglesia, Su Cuerpo ; Él es quien sacó al pueblo de la esclavitud del pecado; es por Él que podemos acceder al Padre, Él es el Camino; sin embargo el pueblo, con el beneplácito del clero y de la jerarquía, busca caminos alternativos (Maria, santos, pertenencia a la IC) de acercarse a Dios y a Jesucristo (Único Camino) ; se engañan a si mismos y engañan a los demás, afirmando como Aarón que se hace en el nombre del Señor , y asemejando y mezclando el culto a Dios, con el culto a las imágenes (Ex 32:5-6); olvidando por completo y despreciando las ordenanzas de Dios, escritas en tablas por Él mismo, Su Santa Palabra (Ex 32:16).
Como si no fuera con ellos, los líderes romanos se lavan las manos, a pesar de ser ellos quienes han fabricado y promovido el uso de imágenes (Ex 32:21-25); actuando como Aarón, desentiendose de la idolatria masiva que ellos mismos han permitido.
¿Cuál es el resultado?: LA MUERTE, tanto física como espiritual del pueblo (Ex 32:27)
No olvidemos la conclusión incommovible de Dios: Al que pecare contra mí, a este quitaré yo de mi libro (Ex 32:33)
¿Cuál es tu situación amigo?
¿Sigues a Cristo, que fue el que murió por ti en la cruz, o necesitas de un becerro o imagen que te conduzca por el desierto?
Recuerda
EL RESULTADO DE LA IDOLATRIA ES LA MUERTE, Y CRISTO MURIO PARA DARTE LA VIDA. ¿A QUIEN SEGUIRÁS, A CRISTO O A TU BECERRO PARTICULAR?
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.(Exodo 20:4-6)
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.(Romanos 6:23)
Jesús te dice , hoy, ahora:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. (Ap 3:20)
EL BECERRO DE ORO (Ex 32:1-35)
Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 2Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. 3Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; 4y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 5Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. 6Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.
7Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. 8Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 9Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. 10Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.
11Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? 12¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. 13Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. 14Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.
15Y volvió Moisés y descendió del monte, trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y otro lado estaban escritas. 16Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. 17Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento. 18Y él respondió: No es voz de alaridos de fuertes, ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo. 19Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte. 20Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel.
21Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? 22Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal. 23Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 24Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro.
25Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para verg:uenza entre sus enemigos, 26se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. 27Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. 28Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. 29Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros.
30Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado. 31Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, 32que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito. 33Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. 34Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado.
35Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.
Lectura : Exodo 32:1-35
Textos clave:
haznos dioses que vayan delante de nosotros (Ex 32:1)
estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.(Ex 32:4)
y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. (Ex 32:5)
Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz (Ex 32:6)
Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas.(Ex 32:16)
Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal.Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro .(Ex 32:21-24)
Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos,(Ex 32:25)
Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.(Ex 32:27)
Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro.(Ex 32:33)
Encontramos una gran similitud en este pasaje con la situación actual de la Iglesia Catoliorromana, cuyos líderes se asemejan a Aarón fabricando ídolos y permitiendo y promoviendo su adoración y el culto a ellos ( Maria, beatificaciones de santos....). Entendiendo que no impedirlo, es apoyarlo encubiertamente.
Cristo es la Cabeza de la Iglesia, Su Cuerpo ; Él es quien sacó al pueblo de la esclavitud del pecado; es por Él que podemos acceder al Padre, Él es el Camino; sin embargo el pueblo, con el beneplácito del clero y de la jerarquía, busca caminos alternativos (Maria, santos, pertenencia a la IC) de acercarse a Dios y a Jesucristo (Único Camino) ; se engañan a si mismos y engañan a los demás, afirmando como Aarón que se hace en el nombre del Señor , y asemejando y mezclando el culto a Dios, con el culto a las imágenes (Ex 32:5-6); olvidando por completo y despreciando las ordenanzas de Dios, escritas en tablas por Él mismo, Su Santa Palabra (Ex 32:16).
Como si no fuera con ellos, los líderes romanos se lavan las manos, a pesar de ser ellos quienes han fabricado y promovido el uso de imágenes (Ex 32:21-25); actuando como Aarón, desentiendose de la idolatria masiva que ellos mismos han permitido.
¿Cuál es el resultado?: LA MUERTE, tanto física como espiritual del pueblo (Ex 32:27)
No olvidemos la conclusión incommovible de Dios: Al que pecare contra mí, a este quitaré yo de mi libro (Ex 32:33)
¿Cuál es tu situación amigo?
¿Sigues a Cristo, que fue el que murió por ti en la cruz, o necesitas de un becerro o imagen que te conduzca por el desierto?
Recuerda
EL RESULTADO DE LA IDOLATRIA ES LA MUERTE, Y CRISTO MURIO PARA DARTE LA VIDA. ¿A QUIEN SEGUIRÁS, A CRISTO O A TU BECERRO PARTICULAR?
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.(Exodo 20:4-6)
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.(Romanos 6:23)
Jesús te dice , hoy, ahora:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. (Ap 3:20)
EL BECERRO DE ORO (Ex 32:1-35)
Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 2Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. 3Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; 4y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 5Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. 6Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.
7Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. 8Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 9Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. 10Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.
11Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? 12¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. 13Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. 14Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.
15Y volvió Moisés y descendió del monte, trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y otro lado estaban escritas. 16Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. 17Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento. 18Y él respondió: No es voz de alaridos de fuertes, ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo. 19Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte. 20Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel.
21Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? 22Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal. 23Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 24Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro.
25Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para verg:uenza entre sus enemigos, 26se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. 27Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. 28Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. 29Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros.
30Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado. 31Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, 32que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito. 33Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. 34Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado.
35Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.