Cómo ser un periodista progre bien a la hora de informar sobre el conflicto palestino-israelí:

Cuando se trate de los palestinos: tus testimonios (artículos, fotos, videos) serán sólo con mujeres solas, niños y ancianos. Nunca le darás la palabra a los de Hamás y a sus simpatizantes.

Cuando se trate de los israelíes: tus testimonios serán sólo con pacifistas y ONG de extrema izquierda o con colonos extremistas. Nunca le darás la palabra al israelí promedio que sólo quiere vivir en paz.

Cuando un palestino hable de qué quiere hacer con los judíos, traducirás “judíos” por “israelíes”.

El término “extrema derecha” sólo se aplica a israelíes, nunca a palestinos y por extensión a regímenes islámicos, por más de que se verifiquen todas las condiciones para hacerlo.

Darás por ciertas todas las cifras de víctimas de Hamás por inverosímiles e inverificables que sean. Las citarás diciendo que son del ministerio de Sanidad o de Defensa civil palestinos, lo que quiere decir lo mismo, pero el público no lo sabe.

Para ti sólo existe un medio israelí: el diario de izquierda Haaretz.

Cuando hables de la posibilidad de dos Estados, dirás que Netanyahu se opone, pero no que Hamás mucho menos y llama en su carta fundacional a matar a los judíos (no a los israelíes).

Nunca mencionarás que los llamados refugiados palestinos son los únicos en el mundo en gozar de un estatuto hereditario y no caduca.

Te referirás al Monte del Templo exclusivamente como la Explanada de las Mezquitas.

Usarás como sinónimo de Gobierno israelí, Tel Aviv, aunque no haya ningún gobierno ahí y tanto el Parlamento como la sede del Gobierno estén en Jerusalén. Dirás “Tel Aviv dice” aunque no diga nada e incluso estés reportando desde Jerusalén.

Dirás sistemáticamente “ocupada” para hablar de Cisjordania, la gente cree que es ocupada a los palestinos, aunque estaba ocupada por Jordania.

Hablarás de Hamás como “movimiento islamista" y no “terrorista”, lo que sí hiciste para hablar de ETA, el Estado Islámico o Al Qaida.