Deja que Natanael responda a mi pregunta. No llegues a esas conclusiones.
Mat 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mat 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Mat 7:23 Y entonces les declararé:
Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
2Ti_2:19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello:
Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
Efe_6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,
sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
En el mundo cristiano hay mucha ignorancia de como batallar en el mundo espiritual; el cinturón que usó el cura no tiene ningún poder para expulsar ningún demonio, no es con amuletos, ni con latinajos que los demonios van a obedecer, mucho menos con gritos e invocaciones de Jesús que no tienen el respaldo de Cristo viviendo en quien lo hace.
La prueba de esto se halla aquí:
Hch_19:15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco,
y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?
¿Pero por qué entonces le hizo caso al cura y se dejó atar?
Allí no hubo ninguna expulsión de demonios, simplemente se calmó al oír y contemplar una jerarquía superior de su mismo ejército.
El demonio no fue atado, sino la pobre joven poseída, y los familiares aprovecharon, ya calmada, para regresarla a Bogotá.
Hechos 19:15 es muy instructivo.
Una cosa es la fe en Cristo, hasta los católicos la tienen igual a la fe en la virgen María, o en san Judas Tadeo.
Pero otra muy distinta, y esto es vital, LA REALIDAD DE CRISTO EN NOSOTROS, no solo teoría, sino en Espíritu y en Verdad, no en magia y espiritismo, como se acostumbraba en Éfeso.
Si el brujo o sacerdote conocía el nombre de un espíritu más poderoso que el espíritu que había entrado en la persona poseída, al pronunciarlo, podía controlar al espíritu y hacerlo salir.
Algunos judíos exorcistas que vieron los milagros realizados por Pablo quisieron pervertir el uso del poder divino, manipulando el nombre de Jesús, como un espíritu superior.
Ellos pensaron que el nombre Jesús era una palabra mágica que podía ser usada para lograr sus propios fines egoístas.
Esto explica el tal llamado poder de liberación practicado hoy en día por grupos carismáticos, donde se cobra diezmos, y se reciben ofrendas como pagos de indulgencias.
Y de esta forma, el líder o el grupo, adquiere poder, renombre, fama, dinero, riqueza, y muchos adeptos.
¿Pero dónde está Cristo?
Este fracaso de los judíos exorcistas es una advertencia sobre el genuino poder de Dios, el cual, al ser reemplazado por el espiritismo, constituye una estafa, que solo una mente de Cristo en el creyente puede discernir.
Si hemos sido sellados con el Espíritu Santo, el creyente no puede ser poseído por otro espíritu.
El caso de Pedro (Mt.16:23), lo fue, antes del establecimiento de la Iglesia en Pentecostés, es decir, antes de descender a morar permanentemente en su Iglesia.
Estos que reclaman este derecho, luego de abandonar el cuerpo y en la misma Presencia de Cristo:
Mat 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre,
y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Pertenecen a este grupo de exorcistas ambulantes, que usan el espiritismo para atraer sobre sí mismos fama, dinero, riquezas, manipulando, como si fuese una palabra mágica, el nombre de Jesús.
Jamás pertenecieron a Cristo, solo trabajaron para ellos mismos y se presentan ante el trono del Juicio, para reclamar derechos que nunca tuvieron.
"Nunca os conocí" revela la maldad de su hipocresía, pura apariencia de piedad, una doble vida, un "ministerio" de pantalla, de YouTube, lejos de la fidelidad a Cristo.
2Ti_2:19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello:
Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
Los sacerdotes católicos romanistas, pertenecen al reino de las tinieblas y entre ellos mismos, se entienden, para engañar a los simples.