La Eucaristia

2 Noviembre 2002
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Juan 6,53-58

Jesus les dijo a sus dicipulos: en verdad os digo : si no comeis de la carne del hijo del hobre, y no bebeis su sangre, no teneis vida en nosotros.el que come mi carne y bebe mi sangre,tiene vida eterna, y yo le resucitare el ultimo dia. porque mi carne es veradera comida y mi sangre verdadera bebida.el que come mi carne y bebe mi sangre, permanecera en mi y bebe mi sangre, permanecera en mi y yo en el, lo mismo que el padre,que vieve,me ha enviado y yo vivo por el padre,tambien el que me coma vivira por mi.este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron nuestros padres, y murieron el que coma este pan vivira para siempre.

para los que tiene duda sobre la eucaristia de sus bases biblicas . a y esta y mas claro ni el agua, ya que si se quiere hacer bolas alla ustedes el que tiene oidos que oiga.

saludos
 
Jesús ha dicho que Él no ha venido para abrogar lo más mínimo de la ley, sino para cumplirla. Pues bien, en el A.T. estaba totalmente prohibido beber la sangre. Quien hiciese eso, debía de ser muerto (Lev. 17:10-14). Entonces Jesús les había incitado a una acción que según la ley de Moisés tiene como castigo la muerte. Los apóstoles y los ancianos, en la reunión celebrada en Jerusalén sobre los que inquietaban a los convertidos de entre los gentiles, decidieron no imponerles la ley de Moisés, pero que se abstuviesen de sangre...etc (Hech. 15:29). Esto seria incomprensible si a los cristianos de entre los gentiles, como de entre los judíos, literalmente se les pidiese beber la sangre de Cristo. Los judíos con facilidad han comprendido la intención de Jesús. Habían comprendido que Jesús, de esta manera, quiso dejar muy claro, que "creer en Él” significa una total entrega a Él y una total dependencia de Él; como nosotros no podemos tener vida eterna si no le aceptamos a Él por fe. Pues Él nos dice: "Yo soy el pan de vida" (Jn. 6:48).

(Extraído de “En la calle recta”; publicación de carácter cristiano realizada por exsacerdotes catolicorromanos)

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Aporte de Jetonius


Dado que los hermanos católicos insisten en sus peculiares doctrinas, parece necesario reiterar lo que enseña la Biblia.


La eucaristía


Si hemos de adquirir una comprensión recta del significado e importancia de la Eucaristía o Cena del Señor, debemos comenzar por las referencias escriturales primarias:
Mateo 26: 26-29
Mientras ellos comían, Jesús tomó pan y lo bendijo; lo partió y lo dio a sus Discípulos, y dijo: --Tomad; comed. Esto es mi cuerpo. Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio diciendo: --Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada para el perdón de pecados para muchos. Pero os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Marcos 14: 22-25
Mientras ellos comían, Jesús tomó pan y lo bendijo; lo partió, les dio y dijo: --Tomad; esto es mi cuerpo. Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron todos de ella. Y él les dijo: --Esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada a favor de muchos. De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios.
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Lucas 22: 14-20
Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con él los Apóstoles. Y les dijo: --¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes de padecer! Porque os digo que no comeré más de ella hasta que se cumpla en el reino de Dios. Luego tomó una copa, y habiendo dado gracias, dijo: --Tomad esto y repartidlo entre vosotros, porque os digo que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios. Entonces tomó pan, y habiendo dado gracias, lo partió y les dio diciendo: --Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de Mí. Asimismo, después de haber cenado, tomó también la copa y dijo: --Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
1 Corintios 11: 23-34
Porque yo recibí del Señor la enseñanza que también os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: "Tomad, comed. Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido. Haced esto en memoria de Mí." Asimismo, tomó también la copa después de haber cenado, y dijo: "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Haced esto todas las veces que la bebáis en memoria de Mí." Todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que él venga. De modo que cualquiera que coma este pan y beba esta copa del Señor de manera indigna, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe, no discerniendo el cuerpo, juicio come y bebe para sí. Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y debilitados, y muchos duermen. Pero si nos examináramos bien a nosotros mismos, no se nos juzgaría. Pero siendo juzgados, somos disciplinados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. Así que, hermanos míos, cuando os reunáis para comer, esperaos unos a otros. Si alguien tiene hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando llegue.
De los relatos de los Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) sabemos que, en el contexto de una cena pascual, Jesús tomó pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a sus discípulos diciendo “Esto es mi cuerpo.” También agradeció por la copa de vino, y les mandó beber. Mateo y Marcos nos informan que el Señor dijo “Esta es mi sangre del pacto...”
Los católicos romanos creen que las palabras de Cristo deben tomarse un un sentido por completo literal, es decir, que Jesús verdaderamente transformó el pan y el vino en Su cuerpo y Su sangre, Su alma y Su divinidad.
Los principales argumentos a favor de esta opinión son:
1. El texto mismo, es decir, las palabras de la institución.
2. Las circunstancias: Cristo no habría de ser ambiguo ni de extraviar a sus discípulos en esta solemne instancia.
3. Las consecuencias prácticas derivadas por Pablo a partir de las palabras de la institución (1 Cor 11:27ss).
4. El fracaso de los argumentos en contra de una interpretación literal. Si bien en algunos pasajes el verbo “ser” tiene un sentido figurativo, en estos casos ello es evidente (por ejemplo, “el campo es el mundo” , Mateo 13:38).
[Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, 6th Ed, pp. 557s].
A estos argumentos puede responderse, en orden:
1. Los textos mismos tienen varias indicaciones que muestran que no debe interpretarse como una transubstanciación literal del pan y el vino en la carne y la sangre del Señor.
Cuando, según Lucas, el Señor dijo “Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de Mí”, la crucifixión no había ocurrido todavía, y por tanto Jesús se estaba refiriendo a un acontecimiento todavía futuro. Lo mismo es cierto acerca del vino, ya que el Señor dijo que su sangre habría de ser derramada (es decir, no había sido derramada aún durante la última cena). Uno podría preguntarse también cómo es que la sangre habría de ser literalmente bebida y literalmente derramada, al mismo tiempo y en el mismo sentido. Asimismo, según el relato de Marcos (seguido también por Mateo), Jesús les dio a beber de la copa en tanto que Él mismo se abstuvo de beber entonces de lo que llamó, naturalmente, “el fruto de la vid.” De estas palabras del mismo Señor sabemos que el vino continuaba siendo vino, y no se había tornado sangre como lo afirma la doctrina romana. Finalmente, según el relato de Lucas, en lugar de decirse que el vino es la sangre del Señor, Jesús dice que la copa es “el Nuevo Pacto en mi sangre.” Obviamente la copa no es el Nuevo Pacto, sino que lo representa; de igual modo el vino no es la sangre, sino que la representa.
2. El solo hecho de que los discípulos comiesen el pan y bebiesen el vino sin protesta ni objeción es en sí mismo un poderoso indicador de que no entendieron literalmente las palabras del Señor. Beber sangre estaba absolutamente prohibido para un judío, y los Apóstoles tomaban en serio la Ley (cf. Hechos 10:9-16 y 15:19-29). Ciertamente Jesús sabría mejor que cualquier teólogo si sus discípulos necesitaban mayor explicación acerca de un acto que, por su propia naturaleza, había obviamente de ser tomado en sentido no literal.
3. Las consecuencias prácticas derivadas por Pablo ciertamente no exigen un entendimiento literal de las palabras de la institución de la Eucaristía. Es un hecho que, para el Señor, las cuestiones espirituales eran de importancia primaria; Jesús enseñó que el odio no era mejor que el homicidio, y la lujuria no era menos que el adulterio. Por tanto, no hay dificultad alguna en admitir que pueden derivarse consecuencias graves de participar indignamente de la Eucaristía sin necesidad de suponer la transformación física del pan y del vino en la carne y la sangre de Jesús..
4. Jesús dijo: “Yo soy la puerta de las ovejas”; “Yo soy el camino”, “Yo soy la vid verdadera”, “Yo soy el alfa y la omega.” Desde luego que todas estas son evidentemente imágenes. No debiera ser menos evidente que el llamado a participar de la carne y la sangre de Jesús es una imagen de una realidad espiritual y no ha de ser entendido en sentido craso. ¿Quiénes no entendieron esto? Los paganos que creían que los cristianos practicaban el canibalismo.
Los escritores cristianos primitivos, como Ignacio de Antioquía, Justino Mártir e Ireneo de Lyon hablaron de la Eucaristía en un lenguaje que es compatible con la creencia en una presencia física, pero que, dada su forma habitual de expresarse, en modo alguno la exige.
En el tercer siglo de nuestra era, Tertuliano, Hipólito y Cipriano avanzaron sobre la misma vía. Tertuliano aludió al pan como una figura del cuerpo. Sin embargo, Cipriano pensaba asimismo de la Eucaristía como de un sacrificio, aunque espiritual e incruento, ofrecido por la Iglesia como Cuerpo de Cristo e identificada con su Señor. Gregorio de Nisa, Cirilo y Juan Crisóstomo, y en particular Ambrosio de Milán (339-397) se inclinaron hacia una presencia física real, es decir alguna clase de transformación verdadera de los elementos, pan y vino, en la carne y sangre de Cristo. Estos desarrollos formaron la base de la doctrina católica actual, que exige un sacerdocio especial para realizar el sacrificio.
Entre tanto, otros maestros entendieron la Eucaristía en un sentido más espiritual; por ejemplo, Orígenes, Basilio y Gregorio de Nacianzo. El pan y el vino eran para ellos símbolos de una realidad espiritual que estaba de veras presente de modo misterioso. En la misma línea, Agustín de Hipona (354- 430) “enfatizó la distinción entre el símbolo y la cosa significada, las realidades visible e invisible, siendo las últimas aprehensibles solamente por la fe.” [International Standard Bible Encyclopedia 3:167]. Las opiniones de Agustín fueron elaboradas por Ratramnus en el siglo IX. Sin embargo, a la larga esta interpretación perdió la batalla en una iglesia crecientemente ritualista , y cuando en el siglo XI Berengario de Tours la reformuló, sus enseñanzas fueron condenadas por la Iglesia de Roma.
Un par de siglos antes, Pascasius Radbertus había formulado la doctrina de la transubstanciación, la cual fue sancionada por el IV Concilio de Letrán de 1215. Poco después Tomás de Aquino proveyó una base filosófica basada en distinciones aristotélicas entre substancia y accidentes. El asunto fue definitivamente establecido para la Iglesia de Roma en el Concilio de Trento:
“Can. 1. Si alguno negare que en el santísimo sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el cuerpo y la sangre, juntamente con el alma y la divinidad, de nuestro Señor Jesucristo y, por ende, Cristo entero; sino que dijere que sólo está en él como en señal y figura o por su eficacia, sea anatema.” (Canon 1; Sesión XIII del 11 de octubre de 1551; Denzinger 883)
Los Reformadores del siglo XVI adoptaron diferentes puntos de vista acerca de la Eucaristía, que se apartaban en medida variable del dogma romanista. Actualmente hay cuatro enunciaciones principales acerca de la naturaleza de la Eucaristía:

1. Concepto católico romano: Transubstanciación. Según esta creencia, por las palabras de consagración pronunciadas por el sacerdote, el pan y el vino se transforman en la carne y la sangre de Jesús (la doctrina católica establece además que Cristo está enteramente presente en cada una de las especies). Sostener esta doctrina exige creer que cada vez que se celebra una misa se producen dos milagros. El primero es que las palabras de consagración obren la supuesta transformación; y el segundo, no menos sorprendente, es que producida la transformación de la sustancia los atributos externos (“accidentes”, apariencias: color, consistencia, sabor, olor) permanezcan absolutamente inmutables. Es interesante que, por ejemplo, Ambrosio enseñase la presencia real (física) basado en otros milagros realizados por Jesús, como la transformación del agua en vino en Caná de Galilea. Sin embargo, todos los milagros realizados por Jesús y por los Apóstoles tuvieron resultados inmediatos y evidentes. En Caná, la gente probó vino que tenía el color de vino, olía como vino y sabía como vino. Nadie hubiese tomado seriamente un supuesto milagro sin consecuencias perceptibles. Además, la transubstanciación implica un nuevo sacrificio, incruento y subordinado al sacrificio de la cruz, pero sacrificio al fin, oficiado por un sacerdote como representante de la Iglesia, repetido innumerables veces cuando Hebreos establece claramente que el efecto del único sacrificio de Cristo es perdurable y no requiere ni admite repetición. Finalmente, la creencia en la transubstanciación lleva a la conclusión lógica de que los elementos consagrados se tornan en objetos de adoración, una costumbre que no tiene absolutamente ninguna base en el Nuevo Testamento.
2. Concepto luterano: Consubstanciación. Martín Lutero modificó la doctrina romanista y rechazó enfáticamente la adoración de los elementos consagrados. in embargo, en su opinión el cuerpo y la sangre de Cristo estaban verdaderamente presentes en, con y bajo la forma del pan y del vino durante la celebración del sacramento, de nuevo sobre la base de una interpretación muy literal de las palabras de Jesús.
3. Concepto calvinista: Calvino enseñó que Cristo está verdaderamente presente en la Eucaristía, pero de manera espiritual –en oposición a una presencia física- y que por tanto el pan y el vino son fuentes de poder y santidad para quienes participan dignamente de ellos.
4. Concepto simbólico. Aunque a veces asociado al nombre del reformador Ulrico Zwinglio, de hecho este teólogo no negó una presencia espiritual, aunque la basó en la fe de quienes comparten la Eucaristía. Algunas Iglesias evangélicassostienen que el pan y el vino son exclusivamente símbolos.
Personalmente me inclino hacia el punto de vista calvinista, no solamente por las palabras de institución del propio Señor, sino por la enseñanza de Pablo acerca de las consecuencias de participar negligentemente de la Eucaristía (1 Corintios 11:23-34). En mi opinión, estas palabras han de tomarse muy seriamente e indican que Jesús está de veras presente, aunque en sentido espiritual.
Finalmente, ofrezco algunas reflexiones sobre el significado de la Eucaristía.
1. Gratitud por la liberación. Como en la pascua del Antiguo Pacto, la acción de gracias (eucaristía) por la liberación del pecado es uno de los aspectos más importantes en la Cena del Señor.
2. Expresión de fe. Pablo afirma que cada vez que celebramos la Eucaristía estamos proclamando la muerte expiatoria del Señor, y debemos continuar haciéndolo hasta su segunda venida en gloria y majestad.
3. Comunión con Dios. Cuando recibimos el pan y el vino se nos otorga participación en los dones de Dios. La comunión con Dios es por tanto un aspecto sobresaliente.
4. Comunión unos con otros. La Eucaristía fue desde el principio un acto comunitario y una expresión de fraternidad cristiana. Por tanto, cuando la compartimos expresamos nuestra fe común y amor los unos con los otros..
El resultado de todo lo anterior es el fortalecimiento espiritual de nuestras vidas tanto como creyentes individuales como en nuestro carácter de miembros del Cuerpo de Cristo.

Juan 6: 28-65
Si bien la interpretación romanista de la Eucaristía se basa en gran medida en Juan 6, en su contexto este pasaje no está directamente relacionado con ella. De hecho, es notable que el Evangelio de Juan sea el único que omite las palabras de institución de la Eucaristía.
Juan 6: 28-29 Entonces le dijeron [los judíos]: --¿Qué haremos para realizar las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: --Esta es la obra de Dios: que Creáis en aquel que él ha enviado.
* Aquí Jesús afirma claramente que Dios no está exigiendo obras como condición para recibir la salvación, excepto la “obra” de creer en Jesucristo, quien fue enviado por el Padre. Esta fe lleva a la salvación y a la vida eterna.
30-31 Entonces le dijeron: --¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra haces? Nuestros padres comieron [efagon] el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer [faguein].
* Para poder creer, los judíos exigían un signo o milagro; como, por ejemplo, el milagro del maná que sus ancestros habían recibido en el desierto. Este fue su primer error. Nótese cuidadosamente que fueron los interlocutores de Jesús quienes trajeron al debate el tema del alimento milagroso. La respuesta de Jesús debe interpretarse a la luz de este desafío.
32-33 Por tanto Jesús les dijo: --De cierto, de cierto os digo que no os ha dado Moisés el pan del cielo, sino mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo.
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* “Por tanto” indica la reacción de Jesús ante la exigencia de sus oyentes. Ahora el Señor emplea las propias palabras de ellos para enseñarles con autoridad. Comienza afirmando que el descenso del maná no fue obra de Moisés sino de Dios mismo y acto seguido establece que el verdadero pan que desciende del cielo no es el maná, sino una Persona enviada por el Padre para que el mundo pudiese tener vida a través de ella. El maná que sostuvo al pueblo peregrino y hambriento de Israel y permitió su supervivencia física no fue sino una sombra o tipo del verdadero alimento celestial, es decir Cristo, por medio de quien tenemos vida eterna.
34-36 Le dijeron: --Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: --Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed Jamás. Pero os he dicho que me habéis visto, y no creéis.
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* A pesar de la declaración de Jesús, sus oyentes continúan pensando acerca de comestibles, como una especie de “supermaná.” Por tanto, ahora el Señor se torna más explícito: los judíos no han de esperar simplemente un mejor maná, sino la definitiva salvación de Dios, la cual no se encuentra sino en Cristo. No se trata, como enseña la doctrina de la transubstanciación, que el pan se convierta en Cristo, sino de que El es como un pan que da vida eterna. La única forma de comer este pan es creer en Jesús, quien por disposición del Padre es Señor y Salvador. Jesús es capaz de llevar a la vida eterna a todo el que cree.
37-40 Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que a mí viene, jamás lo echaré fuera. Porque yo he descendido del cielo, no para hacer la voluntad mía, sino la voluntad del que me envió. Y ésta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el día final. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mira al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final.
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* Quien descendió del cielo no es otro que Jesús, y por tanto Él es la comida y la bebida de la salvación. Pero como ocurre a menudo en los Evangelios, y particularmente en este de Juan, aquellos que hablan con Jesús no entienden lo que les está diciendo.
41- 42 Entonces los Judíos murmuraban de él porque Había dicho: "Yo soy el pan que descendió del cielo." Y Decían: --¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: "He descendido del cielo"?
* La segunda cosa que los interlocutores de Jesús cuestionan es el origen celestial del Señor. Ellos objetan que lo conocen a él y su familia. Jesús parecía ser uno más de ellos.¿Cómo podrían creer que este hombre había sido enviado directamente por Dios?

43-47 Jesús respondió y les dijo: --No murmuréis más entre vosotros. Nadie puede venir a Mí, a menos que el Padre que me envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el día final. Está escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oye y aprende del Padre viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquel que proviene de Dios, éste ha visto al Padre. De cierto, de cierto os digo: El que cree tiene vida eterna.
 Aquí Jesús reafirma su autoridad en términos inequívocos. Solamente por medio de El pueden sus oyentes tener vida eterna. El Señor fundamenta su enseñanza con una cita bíblica (ver Isaías 54: 1-3). A continuación, Jesús retoma y elabora lo que les había dicho antes.
 Como se ha argumentado que Jesús hablaba de comerlo literalmente (en la Eucaristía) sobre la base de que Juan empleó el verbo trögö en lugar del verbo más común esthiö o éfagon , he indicado entre corchetes el verbo empleado en cada referencia a “comer”. El primer verbo (esthion) aparece ocho veces en este pasaje, y el segundo (trögö) cuatro veces. Las cuatro veces que aparece trögö figura con la misma construcción, “ho trögös”, o “el que comiere”. Pero asimismo en cuatro ocasiones (versículos 50, 51 y 53 [dos veces] ) , esthion/éfagon se refiere a comer “la carne del Hijo del hombre.” En consecuencia, ya que ambas expresiones se emplean obviamente como sinónimos, no puede construirse un argumento sobre el empleo de “trögö.”
48-51 Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron [efagon] el Maná en el desierto y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma [fagëi] de él no muera.Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come [fagëi] de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré por la vida del mundo es mi carne.

* La comparación es directa. Aquellos que, guiados por Moisés, comieron el maná del cielo, de todos modos murieron. En cambio, Jesús ofrece ahora nada menos que vida eterna, y tal vida perdurable solamente puede obtenerse por medio de él. Por esta razón, el maná era un tipo o prefiguración de la realidad que se encuentra solamente en Cristo. Por esta razón él se describe a sí mismo como el pan definitivo, un pan que será dado para la salvación del mundo, como luego dirá el Apóstol, “muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.” Sus oyentes se muestran cada vez más confundidos, por la sencilla razón de que ellos están pensando en que Él habla de comer literalmente la carne de Jesucristo. Su error fue precisamente desconocer el paralelo que Jesús trazaba.
52 – 59 Entonces los judíos contendían entre Sí, diciendo: --¿Cómo puede éste darnos a comer [fagein] su carne? Y Jesús les dijo: --De cierto, de cierto os digo que si no coméis [fagëte] la carne del Hijo del hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come [trögön] mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come [trögön] mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él.Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, de la misma manera el que me come [trögön] también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo. No como los padres que comieron [efagon] y murieron, el que come [trögön] de este pan vivirá para siempre. Estas cosas dijo en la sinagoga, cuando enseñaba en Capernaúm.
* En lugar de darles más explicaciones, Jesús insiste en lo que ha dicho: El es el pan de vida. Para quienes anhelan vida eterna, su carne es la única verdadera comida y sangre es la única verdadera bebida.
60 – 63 Entonces, al oírlo, muchos de sus discípulos dijeron: --Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en Sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: --¿Esto os escandaliza? ¿Y si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba primero? El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida.
 Muchos de los oyeron a Jesús, incluidos algunos de sus discípulos, se ofendieron por lo que ellos pensaron que era una enseñanza escandalosa. En lugar de suavizar sus palabras, el Señor plantea otro desafío más: si ellos hallaban esto tan duro que por esa razón rechazaban la oferta de salvación, ¿cuánto más duro habría de ser cuando vieran a Jesús en gloria y se dieran cuenta de lo que habían perdido a causa de la dureza de sus corazones?
 La clave para entender rectamente las las palabras de Jesús ha de hallarse en su declaración sobre el valor del Espíritu y de la carne, y el hecho de que sus palabras son Espíritu y vida. El énfasis está puesto en la necesidad de creer a Jesús y aceptar su salvación.
64-65 Pero hay entre vosotros algunos que no creen. Pues desde el principio Jesús Sabía quiénes eran los que no creían y quién le Había de entregar, y Decía: --Por esta razón os he dicho que nadie puede venir a Mí, a menos que le haya sido concedido por el Padre.
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 De nuevo, el tema central del discurso es la necesidad de creer en Jesús, una actitud del corazón de la cual “comer su carne y beber su sangre” no es sino una imagen. Se yerra gravemente si se confunde la imagen con la realidad espiritual que representa.
 La teología católica romana emplea este pasaje como una de sus evidencias más firmes de su doctrina de la transubstanciación, es decir, que en virtud de las palabras de consagración de un sacerdote, el pan y el vino se convierten, sin variar en su apariencia, en la carne y la sangre (y Trento agrega “alma y divinidad”, sin justificativo bíblico alguno) de nuestro Señor. Con esto ponen la Escritura patas para arriba, pues lo que el Señor estaba enseñando no era que el pan y el vino eucarísticos fuesen a convertirse en El, sino que El era como un pan y un vino que llevan a la vida eterna, a diferencia del maná que no tenía tal poder.
Debiera subrayarse enfáticamente en que lo que entendieron los oyentes de Jesús a partir de las palabras de él es por completo irrelevante, ya que ellos obviamente mainterpretaron su enseñanza:
1. Ellos equivocadamente exigieron una señal como el maná del desierto.
2. Ellos equivocadamente rechazaron que Jesús viniese del cielo.
3. Ellos equivocadamente pasaron por alto la exigencia de Jesús de creer en él para alcanzar la vida eterna.
4. Ellos malentendieron la descripción que Jesús hizo de sí mismo como el definitivo pan de Dios, pensando erróneamente que se refería a un acto de canibalismo
Colin Brown ha observado acerca de este texto:
“Se supone comúnmente que Juan 6 se trata acerca de la Cena del Señor, aunque no hay indicio en el texto mismo de ninguna forma de comida, ya sea litúrgica u otra. A pesar de ello, se lo llama reiteradamente un discurso eucarístico, aunque no hay referencia a la Eucaristía o a la última Cena. Hay, sin embargo, al menos un [caso] prima facie para decir lo inverso. Juan 6 no se trata acerca de la Cena del Señor; más bien, la Cena del Señor se trata de lo que se describe en Juan 6. Tiene que ver con aquel comer y beber que consiste en creer en Cristo (6:35), lo cual es vida eterna (6: 54), y que es descrito en otras palabras como permanecer en él (6:56). El discurso de Juan 6 representa estas actividades como centrales para la fe y para la relación de los hombres con Jesús. Ellas o están confinadas a una comida sacramental. Pertenecen a la esencia misma de las relaciones cotidianas. Al presentar este discurso y omitir una narración de la institución de la Cena del Señor, Juan está en efecto diciendo que el todo de la vida cristiana debiera caracterizarse por este alimentarse de Cristo, y que de esto se trata precisamente la comida sacramental de la Iglesia.”
(s.v. “Lord’s Supper.” Colin Brown, Ed. New International Dictionary of New Testament Theology. Grand Rapids: Zondervan, 1976, 2:535).
En resumen, muchos rechazaron a Jesús porque no podían entender lo que él les estaba diciendo. Esta notoria incomprensión nunca puede ser una base adecuada para la doctrina cristiana. Muchos tampoco le entendieron cuando dijo que era la Vid, la Puerta, que su cuerpo era el Templo, etc.
El texto en consideración no se refiere directamente a la Eucaristía, cuya institución, como antes noté, se omite en el Evangelio de Juan. El contexto no es eucarístico, sino soteriológico. Se trata acerca de quién es Jesús y lo que Dios nos ofrece por intermedio de él. La imagen de la comida y la bebida verdaderas fue presentada en respuesta a la exigencia de los oyentes de Jesús de un milagro como el del antiguo maná.
Mientras que la teología romana enseña que el pan se torna Jesús, nuestro amado Señor enseñó que él era un pan de vida. Y hay una gran diferencia entre ambas concepciones.
Que Dios les bendiga a todos,
su hermano Jetonius
Concilio de Trento
Sesión XIII del 11 de octubre de 1551
Primeramente enseña el santo Concilio, y abierta y sencillamente confiesa, que en el augusto sacramento de la Eucaristía, después de la consagración del pan y del vino, se contiene verdadera, real y sustancialmente [Can. 1] nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y hombre, bajo la apariencia de aquellas cosas sensibles... (Denzinger 874)
Cristo Redentor nuestro dijo ser verdaderamente su cuerpo lo que ofrecía bajo la apariencia del pan [Mt. 26,26ss; Mc. 14, 22ss; Lc. 22, 19s; 1 Cor. 11, 24ss]; de ahí que la Iglesia de Dios tuvo siempre la persuasión y ahora nuevamente lo declara en este santo Concilio, que por la consagración del pan y del vino se realizan la conversión de toda la sutancia del pan en la sustancia del cuerpo de Cristo Señor nuestro, y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su sangre. La cual conversión, propia y convenientemente, fue llamada transustanciación por la santa Iglesia Católica [Can. 2] (Denzinger 877).
No queda, pues, ningún lugar a duda de que, conforme a la costumbre recibida de siempre en la Iglesia Católica, todos los fieles de Cristo en su veneración a este santísimo sacramento deben tributarle aquel culto de latría que se debe al verdadero Dios [Can. 6]. .. (Denzinger 878)
Cánones sobre el santísimo sacramento de la Eucaristía
Can. 1. Si alguno negare que en el santísimo sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el cuerpo y la sangre, juntamente con el alma y la divinidad, de nuestro Señor Jesucristo y, por ende, Cristo entero; sino que dijere que sólo está en él como en señal y figura o por su eficacia, sea anatema. (Denzinger 883)
Can. 2. Si alguno dijere que en el sacrosanto sacramento de la Eucaristía permanece la sustancia de pan y de vino juntamente con el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo ... sea anatema. (Denzinger 884)
Can. 4. Si alguno dijere que, acabada la consagración, no está el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo en el admirable sacramento de la Eucaristía, sino sólo en el uso, al ser recibido, pero no antes o después, y que en las hostias o partículas consagradas que sobran o se reservan después de la comunión, no permanece el verdadero cuerpo del Señor, sea anatema. (Denzinger 886)
Can. 6. Si alguno dijere que en el santísimo sacramento de la Eucaristía no se debe adorar con culto de latría, aun externo, a Cristo, Hijo de Dios unigénito, y que por tanto no se le debe venerar con peculiar celebración de fiesta ni llevándole solemnemente en procesión, según laudable y universal rito y costumbre de la santa Iglesia, o que no debe ser públicamente expuesto para ser adorado, y que sus adoradores son idólatras, sea anatema. (Denzinger 888)
LA IRREPETIBILIDAD DEL SACRIFICIO DE CRISTO, SEA DE FORMA CRUENTA O INCRUENTA
Doctrina de la Iglesia de Roma
Concilio de Trento
Sesión XXII del 17 de setiembre de 1562
“Y porque en este divino sacrificio, que en la Misa se realiza, se contiene e incruentamente se inmola aquel mismo Cristo que una sola vez se ofreció Él mismo cruentamente en el altar de la cruz [Heb. 9,27]; enseña el santo Concilio que este sacrificio es verdaderamente propiciatorio [Can. 3] ... (Denzinger 940).
Canon 3. Si alguno dijere que en el sacrificio de la Misa no se ofrece a Dios un verdadero y propio sacrificio, o que el ofrecerlo no es otra cosa que dársenos a comer Cristo, sea anatema.”
En otras palabras, aunque se reconoce la naturaleza única e irrepetible del sacrificio de Jesucristo en la cruz, al mismo tiempo se afirma que en cada misa que se celebra, el sacerdote inmola a Dios , aunque en forma incruenta, al mismo Señor.
Doctrina bíblica
Hebreos 7: 15-16, 21-28
“Esto es aun más evidente si otro sacerdote se levanta a la semejanza de Melquisedec, quien no ha sido constituido conforme al mandamiento de la ley acerca del linaje carnal, sino según el poder de una vida indestructible.
...
Los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento, mientras que éste lo fue por el juramento del que le dijo: Juró el Señor y no se arrepentirá: "Tú eres sacerdote para siempre."
De igual manera, Jesús ha sido hecho fiador de un pacto superior. A la verdad, muchos fueron hechos sacerdotes, porque debido a la muerte no podían permanecer. Pero éste, porque permanece para siempre, tiene un sacerdocio perpetuo. Por esto también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, puesto que vive para siempre para interceder por ellos.”
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. No está ligado al linaje
2. Fue establecido con juramento
3. Fue establecido con un pacto superior
4. Es perpetuo e involucra una intercesión permanente
5. Es suficiente para la salvación de todos los que en el confían.
“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, puro, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos. El no tiene cada día la necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios , primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre , ofreciéndose a sí mismo. La ley constituye como sumos sacerdotes a hombres débiles; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, constituyó al Hijo, hecho perfecto para siempre.”
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. El Sacerdote es perfecto en todo sentido
2. No necesita ofrecer sacrificio por su propio pecado
3. No necesita repetir el único sacrificio que realizó una vez para siempre
Hebreos 8:6
“Pero ahora Jesús ha alcanzado un ministerio sacerdotal tanto más excelente por cuanto él es mediador de un pacto superior, que ha sido establecido sobre promesas superiores.”
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. Su ministerio sacerdotal es excelente
2. El es el mediador de un mejor Pacto
3. Este Pacto involucra promesas superiores
Hebreos 9: 8-14
“Con esto el Espíritu Santo daba a entender que todavía no había sido mostrado el camino hacia el lugar santísimo, mientras estuviese en pie la primera parte del tabernáculo. Esto es una figura para el tiempo presente, según la cual se ofrecían ofrendas y sacrificios que no podían hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que rendía culto. Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.”
Pero estando ya presente Cristo, el sumo sacerdote de los bienes que han venido, por medio del más amplio y perfecto tabernáculo no hecho de manos, es decir, no de esta creación, entró una vez para siempre en el lugar santísimo, logrando así eterna redención , ya no mediante sangre de machos cabríos ni de becerros, sino mediante su propia sangre. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza de la vaquilla rociada sobre los impuros, santifican para la purificación del cuerpo, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestras conciencias de las obras muertas para servir al Dios vivo!
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. Porque no consiste en “ordenanzas de la carne”, ritos repetitivos que sólo prefiguraban la realidad presente
2. Porque el tabernáculo era solamente una imitación transitoria del santuario perfecto y celestial al cual ingresó Jesucristo
3. Porque el Señor solamente necesitó ingresar una vez al tabernáculo celestial
4. Porque lo hizo una vez por medio de su propia sangre
5. Porque este único e irrepetible sacrificio bastó para la eterna redención
Hebreos 9: 23-28
“Era, pues, necesario purificar las figuras de las cosas celestiales con estos ritos; pero las mismas cosas celestiales, con sacrificios mejores que éstos. Porque Cristo no entró en un lugar santísimo hecho de manos, figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios a nuestro favor. Tampoco entró para ofrecerse muchas veces a sí mismo , como entra cada año el sumo sacerdote en el lugar santísimo con sangre ajena. De otra manera, le habría sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo. Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre en la consumación de los siglos, para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo . Entonces, tal como está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos . La segunda vez, ya sin relación con el pecado, aparecerá para salvación a los que le esperan. “
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. Porque las cosas celestiales requerían una purificación perfecta y definitiva
2. Porque por su propia naturaleza tal sacrificio podía y debía ofrecerse solamente una vez, “en la consumación de los siglos”.
3. Porque tiene eficacia perpetua y universal para quitar el pecado
Hebreos 10: 8-14
“Habiendo dicho arriba: Sacrificios, ofrendas y holocaustos por el pecado no quisiste ni te agradaron (cosas que se ofrecen según la ley), luego dijo: ¡Heme aquí para hacer tu voluntad! El quita lo primero para establecer lo segundo. Es en esa voluntad que somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre . Todo sacerdote se ha presentado, día tras día, para servir en el culto y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados. Pero éste, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados , se sentó para siempre a la diestra de Dios, esperando de allí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Porque con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los santificados . “
El sacerdocio de Jesucristo es superior en todo sentido al de Aarón:
1. Porque su sacrificio involucró perfecta obediencia
2. Porque trajo consigo la abolición del sistema antiguo e imperfecto
3. Porque no fue necesario sino que presentara un único sacrificio
4. Porque esta sola perfecta ofrenda basta para la expiación de todos los pecados.
En los pasajes citados se afirma no menos de seis veces que el sacrificio de Cristo fue hecho una sola vez y que su eficacia es perpetua, “para salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios”, . “para ofrecer sacrificio... por los pecados de ellos”, para ser mediador de “un pacto superior”, para lograr “eterna redención”, para “limpiar nuestras conciencias”, para “quitar los pecados”, para que seamos santificados y para que seamos perfeccionados.
La sola idea de que sea necesario, o siquiera posible, repetir este sacrificio, sea de manera cruenta o incruenta, es por completa ajena al texto y contexto de la Escritura.
Que Dios les bendiga e ilumine,
Jetonius
<{{{><
 
Eucaristía. De vuelta por Navidad

Eucaristía. De vuelta por Navidad

Estos temas son como el otoño, el invierno, la navidad… cada x tiempo vuelven a aparecer. Así que supongo que el aporte de Maripaz será como el de siempre (no me acuerdo mucho pues lo leí la primera vez pero no he vuelto a hacerlo, pero me figuro cómo será. Supongo que será la apuesta de Jetonius/Maripaz por la versión calvinista, dejando de lado la luterana y la católica. Es lo que se me quedó grabado).

Del aporte corto de Maripaz:
Jesús ha dicho que Él no ha venido para abrogar lo más mínimo de la ley, sino para cumplirla. Pues bien, en el A.T. estaba totalmente prohibido beber la sangre. Quien hiciese eso, debía de ser muerto

Bueno, también estaba lo del sábado, y bien sabemos lo que hizo Jesús al respecto. También dijo Jesús que no es lo que entra por la boca lo que hace impuro al hombre sino lo que sale de ella. ¿Te has quedado en el Antiguo Testamento?. ¿Al perdonar Jesús a la mujer adúltera, incurre en incumplimiento?. Pero algo (poquito) de razón tienes: los discípulos y el resto de seguidores escucharían aterrorizados el discurso de Jesús acerca de comer su carne y beber su sangre. Muchos dejaron a Jesús. Sólo la noche del Jueves santo comprenderían los apóstoles (vino y pan, sangre y cuerpo de Cristo, que no es sangre y cuerpo de cualquiera). Y en cuanto a las imposiciones del concilio de Jerusalén, ya vemos en la carta a los corintios como San Pablo rebaja lo de las carnes sacrificadas a los ídolos. Pues igual que esto, se podría aplicar a la sangre (lo digo por los amantes de las morcillas, que no estén en un sobresalto. ¿Has comido morcilla alguna vez?)
 
Supongo que será la apuesta de Jetonius/Maripaz por la versión calvinista,


¿Jetonius calvinista? ¿Yo calvinista? ja ja ja ja ja :D


¿Y que tiene que ver el calvinismo con la celebración eucarística? :confused:


¿Sabes lo que es el calvinismo?


Pd. Aunque tu no lo leas, probablemente otros lo harán, es por ellos que lo copio de nuevo, no por tí ;)
 
Susto

Susto

Me obligas a buscar……. Y qué cómodo es esto del menú “buscar”. Pongo “calvinista” y me sale:

3. Concepto calvinista: Calvino enseñó que Cristo está verdaderamente presente en la Eucaristía, pero de manera espiritual –en oposición a una presencia física- y que por tanto el pan y el vino son fuentes de poder y santidad para quienes participan dignamente de ellos

Releo un poquito y entonces me encuentro:

Personalmente me inclino hacia el punto de vista calvinista, no solamente por las palabras de institución del propio Señor, sino por…

Y, ufffff, no me ha costado mucho encontrar en ese peazo de aporte (un minutito). Si Jetonius se inclina por el punto de vista calvinista y tú haces tuyo ese aporte, pues ¿en qué me he equivocado?. Por un momento pensé que el aporte de Jetonius era distinto, pero debe ser el de siempre, el que ya has puesto otras veces. No digo que seais calvinistas, ojito. Solo digo que optais por la versión calvinista de la Eucaristía (o llámalo Cena del Señor). Y punto.
 
Re: Susto

Re: Susto

Originalmente enviado por: Ramon J
Me obligas a buscar……. Y qué cómodo es esto del menú “buscar”. Pongo “calvinista” y me sale:



Releo un poquito y entonces me encuentro:



Y, ufffff, no me ha costado mucho encontrar en ese peazo de aporte (un minutito). Si Jetonius se inclina por el punto de vista calvinista y tú haces tuyo ese aporte, pues ¿en qué me he equivocado?. Por un momento pensé que el aporte de Jetonius era distinto, pero debe ser el de siempre, el que ya has puesto otras veces. No digo que seais calvinistas, ojito. Solo digo que optais por la versión calvinista de la Eucaristía (o llámalo Cena del Señor). Y punto.




¡¡¡ ah, bueno !!!

calvinistas respecto a la Eucaristía, (estoy de acuerdo con la palabra) , significa acción de gracias, no TRANSUSTANCIACIÓN :D
 
Dios te bendiga Maripaz (y Jetonius).

Realmente interesante el aporte de Jetonius. Sorprendente. Más me sorprende aún que conociendo toda esa referencia tan fidedigna y pura pueda pretender que sus refutaciones se mantengan ante el peso de lo que refuta.

Me sorprende cómo han puesto algunos evangélicos tanto énfasis en María y no en este Santo Sacrificio. Cómo se convierte María en el objeto de tanta disputa aún cuando los católicos reconocemos que no la adoramos y sin embargo estamos proclamando a los cuatro vientos que adoramos al 100% al Santísimo Sacramento, que esa es la base de Nuestra Fe, más aún, que la Eucaristía es Nuestra Fe, que el catolicismo es Eucaristía. Y sin embargo esto casi nos permiten hacerlo. Sorprendente ¿no?

El aporte de Jetonius me agrada por la manera respetuosa y ecuánime con que lo ha tratado. Pero hay algo que no entiendo y me gustaría que me lo aclarara él o usted Maripaz que lo ha copiado. Ambos han dicho que apoyan la manera "calvinista" de entender la Eucaristía, en la que verdaderamente se hace presente Jesús de manera espiritual y que aquello produce santidad y poder. Olvidando los detalles de la transubstanciación a la manera católica, la manera calvinista afirma que Jesús no estaba "presente" allí antes de la oración y que luego lo está ¿cierto? y una vez estando El realmente presente allí comer de ese pan con fe nos concede poder y santidad ¿cierto?. ¿Cree eso usted Maripaz?

Lo más interesante es la conclusión...
"En resumen, muchos rechazaron a Jesús porque no podían entender lo que él les estaba diciendo. Esta notoria incomprensión nunca puede ser una base adecuada para la doctrina cristiana. Muchos tampoco le entendieron cuando dijo que era la Vid, la Puerta, que su cuerpo era el Templo, etc."
*SHRUG* Ese etcétera queda perfecto ahí. Ahí podemos incluir... déjeme ver... toda la vida de Cristo!!! Dios ecarnado en una Virgen sin intervención humana. De inteligencia precoz y alarmante cuando niño. Joven prodigio hacedor de milagros. Un rey que no tiene donde dormir. Se le ofrece toda la gloria y la rechaza. Sus discípulos los escoge de lo más bajo. Le siguen prostitutas, lisiados, enfermos y endemoniados. Propone prácticas que violan la Ley. No ayuna cuando los otros lo hacen. Dice que la grandeza es la pequeñez. Dice que el que no aborrece lo que el mundo añora no es digno de él. Promete Gloria, Salvación, Redención y Grandeza y muere en cruz para concederlo. Desciende a los infiernos. Resucita como primicia de entre los muertos. Atraviesa habitaciones cerradas. Asciende a los cielos... ¿le parecen a usted comprensibles estas cosas? ¿se puede basar la doctrina cristiana sobre estas cosas? Sólo con la Revelación Divina hemos podido "entender" estas cosas. No me parece a mí nada sorprendente este mensaje en medio de la vida de Jesús.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Todos cuantos defienden la "transubstanciación" basandose en el evangelio de Juan Cap. 6 siempre se olvidan de lo que el Mismo Jesús aclaró a sus discipulos en el verso 63.
Me pregunto: ¿Por qué será? y a esta le añado: ¿adorais aquello que de "nada aprovecha"? (Ojo, eso no lo digo yo).
Bendiciones en la auténtica "Acción de Gracias".
 
Saludos

¿Por qué a los fieles católicos no se les imparte la copa?

¿No es un mandato?

Mateo 26:26 El Señor dice, “…Bebed de ella todos”

Pablo en 1 de Corintios 11 de igual manera nos muestra que todos participaban de los 2 elementos

No hablo de que si un grupo en especial católico romano lo toman o si en ocasiones especiales lo hacen, no hablo de esto hablo o mas bien pregunto ¿Por qué en todas las miles de misas alrededor del mundo no se administra la copa a los fieles?

Claramente no es una opción tomarla sino es una ordenanza, ¿o no?

Malcom
 
Originalmente enviado por: Gabaon
Dios te bendiga Maripaz (y Jetonius).



Me sorprende cómo han puesto algunos evangélicos tanto énfasis en María y no en este Santo Sacrificio. Cómo se convierte María en el objeto de tanta disputa aún cuando los católicos reconocemos que no la adoramos y sin embargo estamos proclamando a los cuatro vientos que adoramos al 100% al Santísimo Sacramento, que esa es la base de Nuestra Fe, más aún, que la Eucaristía es Nuestra Fe, que el catolicismo es Eucaristía. Y sin embargo esto casi nos permiten hacerlo. Sorprendente ¿no?


Maripaz contesta No, si el énfasis en María lo ponen ustedes, y "adorar" al sacramento también.

Nosotros adoramos a Cristo, a Dios en espíritu y en verdad


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El aporte de Jetonius me agrada por la manera respetuosa y ecuánime con que lo ha tratado. Pero hay algo que no entiendo y me gustaría que me lo aclarara él o usted Maripaz que lo ha copiado. Ambos han dicho que apoyan la manera "calvinista" de entender la Eucaristía, en la que verdaderamente se hace presente Jesús de manera espiritual y que aquello produce santidad y poder.

Maripaz contesta ¿que es lo que produce santidad y poder? ¿nos puede citar palabras literales?


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Olvidando los detalles de la transubstanciación a la manera católica, la manera calvinista afirma que Jesús no estaba "presente" allí antes de la oración y que luego lo está ¿cierto? y una vez estando El realmente presente allí comer de ese pan con fe nos concede poder y santidad ¿cierto?. ¿Cree eso usted Maripaz?


Maripaz contesta No, creo que el pan y el vino son en memoria de la muerte de Cristo hasta que Él venga. Lo que nos concede santidad y poder es la acción del Espiritu Santo en nuestras vidas.

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Lo más interesante es la conclusión...
*SHRUG* Ese etcétera queda perfecto ahí. Ahí podemos incluir... déjeme ver... toda la vida de Cristo!!! Dios ecarnado en una Virgen sin intervención humana. De inteligencia precoz y alarmante cuando niño. Joven prodigio hacedor de milagros. Un rey que no tiene donde dormir. Se le ofrece toda la gloria y la rechaza. Sus discípulos los escoge de lo más bajo. Le siguen prostitutas, lisiados, enfermos y endemoniados. Propone prácticas que violan la Ley. No ayuna cuando los otros lo hacen. Dice que la grandeza es la pequeñez. Dice que el que no aborrece lo que el mundo añora no es digno de él. Promete Gloria, Salvación, Redención y Grandeza y muere en cruz para concederlo. Desciende a los infiernos. Resucita como primicia de entre los muertos. Atraviesa habitaciones cerradas. Asciende a los cielos... ¿le parecen a usted comprensibles estas cosas? ¿se puede basar la doctrina cristiana sobre estas cosas? Sólo con la Revelación Divina hemos podido "entender" estas cosas. No me parece a mí nada sorprendente este mensaje en medio de la vida de Jesús.


Maripaz contesta En ese etcétera esta: "yo soy la vid" , "yo soy el camino", "yo soy el buen pastor","yo soy la luz del mundo", "yo soy el pan de vida"...............


¡¡ no se haga el gracioso Gabaon !! ;)
 
A vueltas con la Eucaristía

A vueltas con la Eucaristía

Originalmente enviado por: Gabaon
Me sorprende cómo han puesto algunos evangélicos tanto énfasis en María y no en este Santo Sacrificio. Cómo se convierte María en el objeto de tanta disputa aún cuando los católicos reconocemos que no la adoramos y sin embargo estamos proclamando a los cuatro vientos que adoramos al 100% al Santísimo Sacramento, que esa es la base de Nuestra Fe, más aún, que la Eucaristía es Nuestra Fe, que el catolicismo es Eucaristía. Y sin embargo esto casi nos permiten hacerlo. Sorprendente ¿no?

Supongo que porque tienen la mosca detrás de la oreja. Debe pesar en sus conciencias lo dicho por San Pablo en la 1ª carta a los Corintios, 11, 27, y es que es muy fuerte.

Originalmente enviado por: Gabaon
la manera calvinista afirma que Jesús no estaba "presente" allí antes de la oración y que luego lo está ¿cierto? y una vez estando El realmente presente allí comer de ese pan con fe nos concede poder y santidad ¿cierto?. ¿Cree eso usted Maripaz?

Si, es curioso. Otra variante contradictoria con esto último es: si Jesús está presente espiritualmente cuando dos o más se juntan, ¿qué necesidad hay de la cena del Señor, si espiritualmente ya está presente?, ¿o Cristo se va a hacer espiritualmente presente por la Cena del Señor sobre el Cristo que ya estaba espiritualmente presente anteriormente cuando dos o más estaban reunidos? (y perdonad la redundancia)

A Sola Gratia/Malcom:

Dice Malcom: ¿Por qué a los fieles católicos no se les imparte la copa?

Sí se les imparte. ¿Siempre?. Pues no, siempre no. Pero creo que el Papa ha ordenado que la comunión con el vino sea más frecuente (me suena que lo dijo hace un par de meses).

Claramente no es una opción tomarla sino es una ordenanza, ¿o no?
.
Lo que no hay es una prohibición de tomar el vino, como haces sugerir.

A Maripaz:

”Maripaz contesta En ese etcétera esta: "yo soy la vid" , "yo soy el camino", "yo soy el buen pastor","yo soy la luz del mundo", "yo soy el pan de vida"................

Claro, y cuando Cristo dijo que era la vid o el camino o el pastor o la luz del mundo, la gente salió corriendo. ¡Duras son estas palabras!, ¿quien puede oirlas?. Nadie se imaginó a Jesús como una bombilla de 100 W. ¿Queréis iros vosotros también?. La verdad es que está tan clarito que no sé como se le dan vueltas con los mismos argumentos.
 
Nadie se imaginó a Jesús como una bombilla de 100 W.


Y mucho menos Su cuerpo como un trozo de pan, o el vino Su sangre. Los judíos lo tenían muy claro:




Solamente que te mantengas firme en no comer sangre; porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con su carne. 24No la comerás; en tierra la derramarás como agua. (Deut 12:23-24)



Y Jesús dijo:


No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. (Mateo 5:17)
 
¿Que hay de las morcillas?

¿Que hay de las morcillas?

Nadie se imaginó a Jesús como una bombilla de 100 W. Dice Maripaz: Y mucho menos Su cuerpo como un trozo de pan, o el vino Su sangre

Desgraciadamente (para los que se fueron), se imaginaron los judíos lo que les decía Jesús. No pudieron imaginarse que ese cuerpo y esa sangre que (desagradablemente) Jesús les ofrecía que comiesen y bebiesen estuvieran en un común pan y en un común vino. Sólo los apóstoles que no se fueron pudieron comer la carne y beber la sangre de Cristo. Eso es fe.

Y respecto al versículo del Deuteronomio que pones, ya te pregunté varios mensajes atrás si habías comido alguna vez morcilla (ver varios mensajes atrás). Sigue la pregunta: ¿Lo has hecho?
 
Re: ¿Que hay de las morcillas?

Re: ¿Que hay de las morcillas?

Originalmente enviado por: Ramon J
Desgraciadamente (para los que se fueron), se imaginaron los judíos lo que les decía Jesús. No pudieron imaginarse que ese cuerpo y esa sangre que (desagradablemente) Jesús les ofrecía que comiesen y bebiesen estuvieran en un común pan y en un común vino. Sólo los apóstoles que no se fueron pudieron comer la carne y beber la sangre de Cristo. Eso es fe.


[Maripaz contesta
Cuando Jesús dijo esas palabras ¿quienes estaban con Él? Ver Mateo 26:20


Tu respuesta no es válida


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Y respecto al versículo del Deuteronomio que pones, ya te pregunté varios mensajes atrás si habías comido alguna vez morcilla (ver varios mensajes atrás). Sigue la pregunta: ¿Lo has hecho?


Maripaz contesta Yo no soy judía. ;)
 
Pues serás lenteja

Pues serás lenteja

Maripaz contesta Cuando Jesús dijo esas palabras ¿quienes estaban con Él? Ver Mateo 26:20

Estaban con Él los apóstoles que aguantaron el discurso de la sinagoga de Cafarnaum. Por amor, por fe, por “¿a quien iremos?, tú tienes palabras de vida eterna y eres el Santo de Dios”; por estas razones los apóstoles no dejaron a Jesús como sí hicieron la multitud de judíos que le oyeron y no se convencieron (no le amaban pues sólo querían llenarse la barriga, no tenían fe en Él, y no consideraban que dijera palabras de vida eterna ni fuera el Santo de Dios)

Maripaz contesta: Yo no soy judía

¿Están buenas las morcillas?. Y es que no hace impuro lo que entra por la boca sino lo que sale de ella. Jesús sí era judío como lo eran los apóstoles, como lo era San Pablo.
 
Sólo los apóstoles que no se fueron pudieron comer la carne y beber la sangre de Cristo. Eso es fe.

O sea, que pretendes decirme que Cristo les obligó a incumplir la Ley :confused:
 
Dice Malcom: ¿Por qué a los fieles católicos no se les imparte la copa?

Ramon contesta:
Sí se les imparte. ¿Siempre?. Pues no, siempre no. Pero creo que el Papa ha ordenado que la comunión con el vino sea más frecuente (me suena que lo dijo hace un par de meses).

Bueno de que puede servir un sacramento cuando no se obedece a esta ordenanza de Cristo de tomar de la copa todos, es claro que la comunión no es completa es a medias. Ahora porque el papa pide que sea mas frecuente cuando es muy claro que lo correcto debe ser tomar ambos elementos siempre.

Lo que me gustaría saber es ¿Cómo pueden justificar la ausencia de que los fieles no se les de la comunión de la copa siempre?
Lo único que he sabido que no se administra por cuestiones de higiene, igualmente algunos sacerdotes no dan la ostia en la boca si no en la mano por cuestiones de higiene. ¿Es esto justificable, desobedecer por causa de higiene?

Saludos
 
A Maripaz: Bueno, empezando porque si se enfrentan la ley y el hombre, Jesús se decanta por el hombre. Así hizo cuando comían espigas en sábado, o cuando perdona a la que había que haber lapidado o en tantas curaciones que hizo en sábado. Date cuenta que igual que Jesús es Señor del sábado, también está por encima de la ley (eso le conlleva ser señalado como blasfemo como le pueden considerar los judíos, pero los que creemos en Él como el Hijo de Dios, pues de blasfemo, nada). Nada mejor que participar de Él comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre (Jn 6, 56). Con el resto de sangre está prohibido (o podría estar), pero con Jesucristo, es un regalo.

A Malcom: ”¿Es esto justificable, desobedecer por causa de higiene?”. Yo creo que más que por higiene (porque mucha gente sigue comulgando en la boca), es por comodidad porque no hay vino para todos mientras que hostias sí las hay y sobran. Lo más que se hace es mojar la hostia en el vino (que queda muy pobre), pero se lo ahorran pues ya con el pan se recibe a Cristo.

ésta es mi sangre de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados
HACED esto en memoria mía