La escuela de Dios

Bart

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24 Enero 2001
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«Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia;
en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre,
así para tener abundancia como para padecer necesidad
»
(Filipenses 4:12).

La escuela de Dios

En ella el creyente aprende sus lecciones.
Unas, teóricas, son enseñadas mediante la Palabra de Dios.
Otras, prácticas, resultan de la experiencia cotidiana.

¿Cuáles son las dos grandes categorías de lecciones
que resumen la enseñanza recibida en la escuela de Dios?
Se puede decir que son complementarias:
aprendemos a conocernos con nuestras insuficiencias,
con nuestra miseria y nuestra falta de fuerzas.
También aprendemos a conocer a Jesucristo
con su misericordia y su poder
que se perfecciona en nuestra debilidad (2 Corintios 12:9).

La escuela de Dios implica exámenes o pruebas.
Por ejemplo, es posible que hoy tenga un examen de paciencia.
Poco importa el problema que se presente,
ni el instrumento del cual se sirva el Señor.
Podrá tratarse del contacto con una persona de carácter difícil,
o una sucesión de pequeñas contrariedades.
Si no estoy preparado mediante la oración y la humilde confianza en Dios,
ni me daré cuenta de que se trata de una prueba.
Sólo veré el instrumento y no la sabia mano que lo maneja.

Estemos conscientes de que éstos son exámenes
en los que nadie puede hacer trampa,
porque "todas las cosas están desnudas y abiertas
a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
" (Hebreos 4:13).


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)


¡Bendiciones en el nombre de Cristo!

Mario Contreras T.
Aguas Vivas · Chile
www.aguasvivas.cl