LA ENTRADA TRIUNFAL
Toda Jerusalem estaba en gran agitacion. Era la epoca de la Pascua y de todas partes llegaban viajeros; se vendian corderos y palomas para las ofrendas; las monedas de los sacrificios tintiniaban en los cofres de aquellos que habian pervertido la mayordomia de cuidar a Israel. Por encima del clamor festivo al requerir mercaderia religiosa, Jerusalem reverberaba con interez acerca del “Profeta de Galilea”. Entre la gente comun y en los labios de los fariseos se hallaba la misma interrogante: ‘¿que os parece? ¿no vendra a la fiesta?’ Muchos en Jerusalem deben haberse sorprendido por la majestad de la escena que se desarrollaba delante de ellos, cuyo total significado no percibian. Esta conmemoracion de la bendicion de Dios al antiguo Israel seria la ultima Pascua autorizada, la matanza de los corderos pascuales despues de este año seria apostasia. Pues ahora, mientras el balido de los corderos, hacia eco entre la confuzion de los festejos, otro gran y postrer sacrificio, ‘el Cordero que fue inmolado desde la fundacion del mundo’, estaba recibiendo uncion bajo las manos de Maria en la tranquila casa de Simon de Betania.
Jerusalem era una fortaleza natural. Por tres lados estaba rodeada de hondonadas profundas y estaba reforzada por gruesas murallas y torres de defenza que eran muy fuertes. Para los viajeros o ejercitos que se aproximaban por el este o el oeste, Jerusalem debe haber presentado una vista formidable. Aquí David establecio el trono de su reino; y despues de David, su hijo Salomon perpetuo la fama de Jerusalem mediante la que se ha llamado la edad de oro de Israel. Pero las fuertes murallas solas no garantizan la seguridad; desde Jerusalem tambien manaba la fuente de la apostasia y de la decadencia moral que viciaba la fuerza de Israel y malgastaba su gloria hasta que los reyes paganos con sus legiones pisotearon a voluntad la misma sangre del pueblo del convenio de Dios. Jerusalem se habia inclinado en sumision ante muchos reyes: Salmanazar, Sargon II, Nabucodonosor, Alejandro, Herodes el Grande y aun ahora, cuando Jesucristo se preparaba para entrar en Jerusalem, Las tropas romanas ocupaban la fortaleza de Antonia que vigilaba a la ciudad tanta veces disputada.
Pero, Cristo no blandia espada al acercarse a la ciudad. Y en su entrada triunfal se abrio una puerta mas ancha que el portal de Jerusalem, para recibirlo, Pues en Jerusalem El dio su vida por toda la humanidad y alli dejo este mundo para regresar a un estado de honor supremo y majestad a la ‘diestra’ del Padre.
Si hubieras estado en Jerusalem durante la ultima semana del minesterio del Salvador, ¿habrias estado entre los pocos que lo recibieron o entre los muchos que no lo entendieron? ¿entenderan la mayoria cuando el Salvador haga su entrada triunfal en su segunda venida?
infinito
Toda Jerusalem estaba en gran agitacion. Era la epoca de la Pascua y de todas partes llegaban viajeros; se vendian corderos y palomas para las ofrendas; las monedas de los sacrificios tintiniaban en los cofres de aquellos que habian pervertido la mayordomia de cuidar a Israel. Por encima del clamor festivo al requerir mercaderia religiosa, Jerusalem reverberaba con interez acerca del “Profeta de Galilea”. Entre la gente comun y en los labios de los fariseos se hallaba la misma interrogante: ‘¿que os parece? ¿no vendra a la fiesta?’ Muchos en Jerusalem deben haberse sorprendido por la majestad de la escena que se desarrollaba delante de ellos, cuyo total significado no percibian. Esta conmemoracion de la bendicion de Dios al antiguo Israel seria la ultima Pascua autorizada, la matanza de los corderos pascuales despues de este año seria apostasia. Pues ahora, mientras el balido de los corderos, hacia eco entre la confuzion de los festejos, otro gran y postrer sacrificio, ‘el Cordero que fue inmolado desde la fundacion del mundo’, estaba recibiendo uncion bajo las manos de Maria en la tranquila casa de Simon de Betania.
Jerusalem era una fortaleza natural. Por tres lados estaba rodeada de hondonadas profundas y estaba reforzada por gruesas murallas y torres de defenza que eran muy fuertes. Para los viajeros o ejercitos que se aproximaban por el este o el oeste, Jerusalem debe haber presentado una vista formidable. Aquí David establecio el trono de su reino; y despues de David, su hijo Salomon perpetuo la fama de Jerusalem mediante la que se ha llamado la edad de oro de Israel. Pero las fuertes murallas solas no garantizan la seguridad; desde Jerusalem tambien manaba la fuente de la apostasia y de la decadencia moral que viciaba la fuerza de Israel y malgastaba su gloria hasta que los reyes paganos con sus legiones pisotearon a voluntad la misma sangre del pueblo del convenio de Dios. Jerusalem se habia inclinado en sumision ante muchos reyes: Salmanazar, Sargon II, Nabucodonosor, Alejandro, Herodes el Grande y aun ahora, cuando Jesucristo se preparaba para entrar en Jerusalem, Las tropas romanas ocupaban la fortaleza de Antonia que vigilaba a la ciudad tanta veces disputada.
Pero, Cristo no blandia espada al acercarse a la ciudad. Y en su entrada triunfal se abrio una puerta mas ancha que el portal de Jerusalem, para recibirlo, Pues en Jerusalem El dio su vida por toda la humanidad y alli dejo este mundo para regresar a un estado de honor supremo y majestad a la ‘diestra’ del Padre.
Si hubieras estado en Jerusalem durante la ultima semana del minesterio del Salvador, ¿habrias estado entre los pocos que lo recibieron o entre los muchos que no lo entendieron? ¿entenderan la mayoria cuando el Salvador haga su entrada triunfal en su segunda venida?
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