La edificación del cuerpo y alimento matutino (lunes)

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5 Septiembre 2001
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La edificación del cuerpo
Y Él mismo dio: unos los apóstoles, otros los profetas, otros los evangelistas y otros los pastores y maestros, a fin de equipar completamente a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo. Ef. 4:11-13
Hallamos aquí cinco clases diferentes de personas que ministran para la edificación del cuerpo de Cristo. Estas cinco clases de personas son algo diferentes de las mencionadas en 1.' Co.12, porque son todos ministros de la palabra de Dios. Dios da estos ministros de su palabra a la iglesia con el propósito de edificar el cuerpo de Cristo. Los nuevos creyentes deben procurar ante Dios ser esta clase de ministros. Muchos pueden ser traídos al ministerio de la palabra porque es especialmente efectivo para ayudar al cuerpo de Cristo a crecer hasta su madurez.
Por otra parte, si una llamada iglesia nunca da a los nuevos creyentes la oportunidad de manifestar si tienen este ministerio de la palabra, podéis estar seguros de que es sólo una iglesia de nombre, no una iglesia en la realidad. El cuerpo de Cristo no es probable que se halla allí donde los dones dados por Dios son bloqueados y no se da oportunidad a los nuevos creyentes para manifestar sus dones.
La unidad de la iglesia en el Espíritu Santo
"Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un sólo cuerpo, así también Cristo. Porque por un sólo espíritu fuimos todos bautizados para formar un sólo cuerpo, sean judí6s o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo espíritu" (1.' Co. 12:12,13).
El decir que la iglesia sale de Cristo toca la cuestión del origen de la iglesia. Todos los cristianos tienen nueva vida. La vida de Cristo se ha multiplicado en decenas de millares, en centenares de millares de cristianos. El capítulo 12 de Juan nos muestra cómo un grano de trigo que cae en el suelo, muere, y produce muchos granos. Todos los granos participan de la vida del primer grano. Un grano pasa a ser muchos granos, y los muchos vienen todos de un sólo grano.
Hemos visto que un grano puede pasar a ser muchos granos, ¿pero cómo pueden muchos granos volver a ser uno otra vez? La escritura nos muestra que la formación del cuerpo de Cristo es la obra del Espíritu Santo. ¿Cómo realiza el Espíritu Santo esta labor? Lo hace bautizando muchos granos en uno. De un Cristo salen los decenas de millares de millares de cristianos. Estos millares de millares de cristianos son bautizados en un cuerpo en un espíritu. Ésta es la base de la enseñanza de 1 a Corintios 12:12, 13. Para usar una metáfora diferente, decimos que todos somos como piedras cortadas de una misma roca y luego cementadas en un conjunto por el Espíritu Santo.
El cuerpo de Cristo, pues, tiene dos principios básicos; primero, a menos que salga de Cristo no es el cuerpo de Cristo; segundo, a menos que sea la obra del Espíritu Santo, no es el cuerpo de Cristo. Hemos de ser bautizados en el Espíritu Santo y ser llenos del Espíritu Santo para poder ser unidos en uno. El decir que la iglesia empieza en pentecostés es correcto; el decir que empieza en la casa de Cornelio es también correcto; porque tanto los judíos como los gentiles han sido bautizados en un cuerpo. Primero hemos recibido vida del Señor y esta vida es en el Espíritu Santo para hacer de nosotros un cuerpo. Todo el que conoce al Señor conoce este cuerpo. Si las personas andan en conformidad con el Espíritu Santo, naturalmente se dan cuenta de que los hijos de Dios son un cuerpo. El cuerpo físico tiene muchos miembros, pero la cabeza, a través del sistema nervioso controla todos los miembros. De la misma manera la cabeza de la iglesia une a los muchos miembros en un sólo cuerpo por medio del Espíritu Santo.
Watchman Nee
¡Jesús es el Señor!
SEMANA 2 — DÍA 1
Alimento matutino
Ef. 1:23-23 Y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su Cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Ahora bien, ¿qué es la realidad del Cuerpo de Cristo? En pocas palabras, la realidad del Cuerpo de Cristo es una especie de vida corporativa, no la vida de un individuo en particular. Esta vida corporativa es la suma de muchos santos, quienes han sido redimidos, regenerados, santificados y transformados por el Dios procesado y consumado que está en ellos. Por medio del Dios consumado que mora en los santos redimidos, éstos llegan a ser verdaderos Dios-hombres.
Por la regeneración una persona es hecha Dios-hombre, pero no un Dios-hombre maduro. Cuando algunos niños nacen, son tan pequeños y tan débiles que los ponen en una incubadora. Pero después de crecer, estos niños pueden convertirse en jóvenes altos y fornidos. Nosotros fuimos regenerados, pero muchos de nosotros todavía somos tan pequeños como niños recién nacidos. Necesitamos, por tanto, ser alimentados y perfeccionados para poder crecer en vida y llegar a la madurez. El procedimiento que se sigue en la obra realizada en la iglesia consiste en engendrar, nutrir y luego enseñar a los santos y perfeccionarlos para que lleguen a la madurez y así puedan edificar el Cuerpo de Cristo. (Puntos prácticos en cuanto a la compenetración, pág. 34)
Lectura para hoy
Esta vida sólo estaba originalmente en un individuo, Jesucristo. Pero dicha vida se ha multiplicado, reproducido, en muchos hombres que han sido redimidos y regenerados y que ahora poseen la vida divina. Todos ellos han sido alimentados, santificados, transformados y perfeccionados, no sólo para ser cristianos maduros sino para ser Dios-hombres. La realidad del Cuerpo de Cristo es la vida corporativa que llevan los Dios-hombres perfeccionados, quienes son hombres auténticos que viven, no por su propia vida, sino por la vida del Dios procesado, cuyos atributos se expresan por medio de las virtudes de ellos.
Después de ministrar por treinta y dos años en los Estados Unidos, tengo la certeza de que muchos de ustedes han sido perfeccionados. ¿Qué es ser perfeccionado? Es haber madurado por el ejercicio continuo de rechazar el yo y vivir por otra vida. Esto concuerda con lo que Pablo dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gá. 2:20a). Pablo moría continuamente para vivir. El moría a su hombre natural y vivía por su nuevo hombre, el cual posee la vida divina. Ésta fue la razón por la cual dijo que por la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo él vivía y magnificaba a Cristo (Fil. 1:19-21a).
No debemos vivir por nosotros mismos. Según lo que Dios dispuso en Su economía, nosotros ya fuimos puestos en la cruz. No debemos desclavarnos de allí. Permanecer en la cruz es llevar la cruz y estar a su sombra. Yo ya fui crucificado. Ya no existe el yo, pues se le puso fin; mi vida ha terminado. Pero hay un nuevo hombre en mí. Éste es el hombre que Dios creó, al cual resucitó y elevó al impartirle Su divinidad. Este hombre es en realidad Dios mismo. Ahora yo vivo por ese hombre. Pero si no mantengo al viejo hombre en la cruz, nunca podré vivir por el nuevo hombre. Es por esto que en el primer capítulo de Filipenses Pablo nos dice que él vivía por la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo.
La realidad del Cuerpo de Cristo es el conjunto, la totalidad, de la vida que lleva un grupo de Dios-hombres. Esta clase de vivir, el cual es la realidad del Cuerpo de Cristo, pondrá fin a esta era, la era de la iglesia, y traerá a Cristo de regreso para que Él tome la tierra, la posea y la gobierne junto con estos Dios-hombres durante la era del reino. Ellos habrán sido perfeccionados, completados y habrán llegado a la consumación en la era de la iglesia. Así que en la era venidera, la era del reino, ellos reinarán con Cristo por mil años (Ap. 20:4-6). (Puntos prácticos en cuanto a la compenetración, págs. 35-36, 45)
Lectura adicional: Puntos prácticos en cuanto a la compenetración, caps. 4-5; La cumbre de la visión y la realidad del Cuerpo de Cristo, caps. 3-4; Estudio-vida de 1 y 2 Crónicas, mensaje 2
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!