EL PLAN DE SALVACION
EL PLAN DE SALVACION
Muy apreciadomJunegofe:
Siempre he leído con interés tus aportes a temas diversos. Creo que lecturas ajenas a la Biblia te han confundido. Lo digo porque tu concepto de Dios, de Cristo y del Evangelio es muy extraño.
Niegas el poder dela sangre del Cordero, que es la base del Evangelio. Pones a Dios como ignorando que el ser humano que iba a crear entraría en cuentas con elpecado, y por ende, niegas lo que en teología se conoce como el plan de salvación.
El pecado de Adán no cogió a Dios por sorpresa. El sabía desde la etermnidad la obra del adversario y como el hombre cedería a sus tentaciones. Pero el amor fue tan grande, que el Padre estuvo dispuesto a entregra a la muerte a su propio Hijo a fin de que alcancemos la salvación.
Conocemos como el protoevangelio las palabras dichas por Dios a la serpiente (Satanás): "Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza y tú le herirás en el calcañar" (Génesis 3;15). Esta simiente de la mujer es Cristo, quien vendría 4 mil años más tarde a cumplir el plan divino de redención. Con su vida inmaculada y su muerte vicaria, Cristo le dio un golpe de muerte a Satanás, el instigador del pecado.
Pablo enuncia una gran verdad: "La paga del pecado es muerte". Pero Cristo no pecó, por lo tanto no podía morir, pero lo hizo en el lugar tuyo y mío. Eso, Junegofe, es la gran verdad ante la cual gira toda la Palabra de Dios. Negar esto es negar a Dios mismo.
Antes de que el gran Salvador viniera, Dios instauró un medio para que los seres humanos comprendieran su plan de redención: los sacrificios cruentos. Desde el mismo paraíso terrenal, el sistema sacrificial fue introduicido y allí, a la puerta del huerto de Edén se hizo el primer sacrificio. Fue con las pieles de aquel Cordero sacrificado que Dios vistió a la primer pareja. Esas pieles representan la justicia de Cristo. Nadie puede ser justo por poder inherente. Tenemos que recurrir a Aquel que nunca pecó y cuya vida sin pecado es aplicada a nuestra vida pecaminosa. Es esa la única forma en que podemos ser declarados justos y entrar por los portales del paraíso. Ningún esfuerzo humano puede substituir ese magno sacrificio.
Medita en esto, hermano. De ello depende tu salvación. Que el Cristo del Calvario te bendiga.
EL PLAN DE SALVACION
Muy apreciadomJunegofe:
Siempre he leído con interés tus aportes a temas diversos. Creo que lecturas ajenas a la Biblia te han confundido. Lo digo porque tu concepto de Dios, de Cristo y del Evangelio es muy extraño.
Niegas el poder dela sangre del Cordero, que es la base del Evangelio. Pones a Dios como ignorando que el ser humano que iba a crear entraría en cuentas con elpecado, y por ende, niegas lo que en teología se conoce como el plan de salvación.
El pecado de Adán no cogió a Dios por sorpresa. El sabía desde la etermnidad la obra del adversario y como el hombre cedería a sus tentaciones. Pero el amor fue tan grande, que el Padre estuvo dispuesto a entregra a la muerte a su propio Hijo a fin de que alcancemos la salvación.
Conocemos como el protoevangelio las palabras dichas por Dios a la serpiente (Satanás): "Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza y tú le herirás en el calcañar" (Génesis 3;15). Esta simiente de la mujer es Cristo, quien vendría 4 mil años más tarde a cumplir el plan divino de redención. Con su vida inmaculada y su muerte vicaria, Cristo le dio un golpe de muerte a Satanás, el instigador del pecado.
Pablo enuncia una gran verdad: "La paga del pecado es muerte". Pero Cristo no pecó, por lo tanto no podía morir, pero lo hizo en el lugar tuyo y mío. Eso, Junegofe, es la gran verdad ante la cual gira toda la Palabra de Dios. Negar esto es negar a Dios mismo.
Antes de que el gran Salvador viniera, Dios instauró un medio para que los seres humanos comprendieran su plan de redención: los sacrificios cruentos. Desde el mismo paraíso terrenal, el sistema sacrificial fue introduicido y allí, a la puerta del huerto de Edén se hizo el primer sacrificio. Fue con las pieles de aquel Cordero sacrificado que Dios vistió a la primer pareja. Esas pieles representan la justicia de Cristo. Nadie puede ser justo por poder inherente. Tenemos que recurrir a Aquel que nunca pecó y cuya vida sin pecado es aplicada a nuestra vida pecaminosa. Es esa la única forma en que podemos ser declarados justos y entrar por los portales del paraíso. Ningún esfuerzo humano puede substituir ese magno sacrificio.
Medita en esto, hermano. De ello depende tu salvación. Que el Cristo del Calvario te bendiga.