Re: LA DEIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
La Biblia nos enseña que en Cristo habita Dios.
Juan 14:10
¿No crees que yo estoy en el padre, y el padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que EL PADRE QUE MORA EN MI es el que hace las obras.
Colosenses 2:9
En quien HABITA CORPORALMENTE TODA LA plenitud de DEIDAD.
La Biblia nos enseña que Cristo reconoce al padre como SU DIOS.
Apocalipsis 3:12
Al que venciere, yo lo hare columna en el templo de MI DIOS, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre el, el nombre de MI DIOS, y el nombre de la ciudad de MI DIOS, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de MI DIOS, y mi nombre nuevo.
Juan 20:17
Jesús le dijo: No me toques, pues todavía no he ascendido a mi Padre. Pero ve a mis hermanos y diles: “asciendo a mi padre y a su padre, A MI DIOS y a su Dios.
Efesios 1:17
Para que EL DIOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, el padre de gloria, os de espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de el.
La Biblia nos enseña que Cristo es imagen de Dios, el primero entre las creaciones.
Colosenses 1:15
El es la imagen de Dios invisible, el PRIMOGENITO de todas las CREACIONES.
Juan 14:9
Jesus le dijo: He estado con ustedes todo este tiempo, y no me has conocido Felipe. EL QUE ME VE A MI, HA VISTO AL PADRE; ¿Cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?
La Biblia nos enseña que todo esto es porque el señor derramo su espíritu en Jesús.
Lucas 3:22
Y EL ESPIRITU SANTO DESCENDIO SOBRE EL en forma corporal, como paloma, y surgió una voz del cielo que decía: Tu eres mi hijo amado, en ti me he complacido.
Lucas 4: 17-18
Se le entrego el libro del profeta Isaías, y abriendo Jesús el libro, encontró el pasaje donde estaba escrito:
“El espíritu de YAHWEH está sobre mí. Por eso ME HA UNGIDO para anunciar buenas nuevas a los pobres, y me ha enviado a restaurar a los quebrantados de corazón.”
Esto nos enseña que Jesús NO ES DIOS. SIN EMBARGO, la biblia enseña:
Que a Jesús le ha sido dado un nuevo nombre, por encima de todo nombre (lo que significa que su nombre ha de ser el nombre de Dios, pues no puede estar su nuevo nombre por encima del nombre del padre).
Filipenses 2:9
Por lo cual también Dios lo exalto hasta lo sumo y le dio un nombre MAS EXCELENTE QUE TODOS LOS NOMBRES,
Juan 17: 6
Tu nombre he manifestado a los hombres que del mundo me diste. Tuyos eran y me los distes, y han guardado tu palabra.
Nos enseña la Biblia que toda autoridad que tiene Jesús le fue dada por Dios.
Mateo 28:18
Acercándoseles Jesús, hablo con ellos, y les dijo: TODA AUTORIDAD ME HA SIDO DADA sobre los cielos y la tierra. Y tal como mi Padre mi ha enviado, también yo los envió a ustedes.
Juan 5:27
Y le concedió autoridad para también ejecutar juicio, por cuanto es el Hijo del hombre.
La Biblia nos enseña que hay que honrar a Jesús como se honra a Dios.
Juan 5:23
Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al hijo, no honra al padre que lo envió.
Es por eso que nos enseña la Biblia a Tomas diciendo:
Tomas 20:28
Tomas, en respuesta, le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!
Si tomamos todo esto que se nos enseña en la escritura, podemos entender que efectivamente Jesús no es Dios, sino que en Jesús habita Dios por medio de la unción del espíritu santo, obteniendo así toda la autoridad del creador, presentándose ante nosotros bajo el nombre de nuestro Dios, el cual le ha sido dado para que toda la creación esté sujeta a él. Entendiendo esto, no es de extrañarse que Tomas le dijera “Dios mío” a Jesús, pues en Jesús ESTA DIOS (aunque no sea Dios) y es que, debemos ver que estar en la presencia de Jesús, es estar en la presencia de dos seres, Jesús, el Hijo de Dios y Dios mismo morando en él y es allí donde cobra total sentido todas las palabras de la Biblia que dicen “Yo soy la puerta” “El que me ve a mí, ve al padre” “Yo soy el camino” “Nadie viene al padre, sino por mi”…Y es que literalmente EN JESUS esta Dios y el es "La puerta".
Por eso creo yo, debemos aceptar que efectivamente Jesús no es Dios, pero, que al estar en su presencia, llamarle Dios no debe ser tomado a mal, pues al estar en su presencia, estas en la presencia de Dios también, habitando en el.
