LA CENA DEL SEÑOR EN LA IGLESIA DE CRISTO

Natanael1

Redimido por la sangre de Cristo.
25 Junio 2012
33.335
4.581
La institución de la Cena del Señor debe ser considerada por todo cristiano espiritual como una prueba particularmente conmovedora de los misericordiosos cuidados del Señor y de su considerado amor por su Iglesia. Desde el tiempo en que fue instituida hasta el día de hoy, la Cena del Señor fue un firme, aunque silencioso, testigo de esta verdad, que el enemigo ha procurado corromper y destruir por todos los medios a su alcance:

Que la redención es un hecho cumplido del que todo creyente en Jesús, aun el más débil, puede regocijarse.

Ya han transcurrido dos mil años desde que el Señor Jesús estableció el pan y la copa como los símbolos de su cuerpo partido y de su sangre derramada por nosotros, respectivamente.

Es verdad que el enemigo, en una vasta sección del cuerpo profesante, logró envolverla en un manto de oscura superstición; logró presentarla de tal manera que quedó oculta de la vista de los participantes la gran realidad eterna que conmemora.
El enemigo, efectivamente, tuvo éxito en reemplazar a Cristo y a su sacrificio cumplido, por una ineficaz ordenanza, la que por el mismo modo de su administración prueba su completa inutilidad y su oposición a la verdad.

Sin embargo, a pesar del fatal error del Catolicismo Romano referente a la ordenanza de la Cena del Señor, ella todavía declara a todo oído circunciso y a toda mente espiritual la misma verdad preciosa y profunda:

“Anuncia la muerte del Señor hasta que él venga.”

El cuerpo fue partido y la sangre derramada una vez, y nunca más se ha de repetir; y el partimiento del pan no es más que el memorial de esta verdad emancipadora.

¡Con qué profundo interés y agradecimiento, pues, el creyente puede contemplar “el pan y la copa”!

Qué dulce es pensar, cuando nos reunimos el primer día de la semana alrededor de la Mesa del Señor, que apóstoles, mártires y santos se reunieron en torno a esta fiesta, y hallaron allí, en su medida, frescura y bendición.

Muchas cosas tuvieron lugar con el correr de los siglos:

1. Muchas escuelas de teología surgieron, florecieron y desaparecieron;
2. Doctores y padres amontonaron cuantiosos y ponderosos volúmenes de teología;
3. Funestas herejías obscurecieron la atmósfera y fragmentaron por completo a la Iglesia profesante;
4. La superstición y el fanatismo introdujeron sus infundadas teorías y extravagantes ideas;

Los cristianos profesantes se dividieron en innumerables partidos o sectas; pero, a pesar de las tinieblas y la confusión que reinaron, la Cena del Señor ha subsistido siempre, y nos habla de una manera simple, aunque poderosa:

“Todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga” (1.ª Corintios 11:26).

CUANDO DEBE CELEBRARSE LA CENA DEL SEÑOR

Aunque la Cena no fue instituida el primer día de la semana, el capítulo 24 de Lucas y el capítulo 20 de los Hechos son harto suficientes para demostrar, a una mente sumisa, a la Palabra de Dios, que ese es el día en que debe ser celebrada.

El Señor partió el pan con sus discípulos “el primer día de la semana” (Lucas 24:1, 30); y en los Hechos leemos:

El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan...” (Hechos 20:7).

Estos pasajes son plenamente suficientes para demostrar que los discípulos no deben reunirse una vez al mes, cada tres meses o cada seis meses, para partir el pan, sino al menos una vez a la semana y, además, el primer día de la semana.

Uno comprende también fácilmente que hay una razón particular, moralmente conveniente, de celebrar la Cena el primer día de la semana:

Es el día de la resurrección, el día de la Iglesia, en contraste con el séptimo día que era el día de Israel.

En la institución de la Cena, el Señor apartó los pensamientos de sus discípulos de todas las cosas judías, diciéndoles que no bebería más del fruto de la vid —de la copa pascual— e introduciendo un nuevo orden de cosas; y así también nosotros, el día mismo en que la Cena debe ser celebrada, observamos el mismo contraste entre las cosas celestiales y las terrenales.

Solo en el poder de Su resurrección podemos anunciar la muerte del Señor de la manera que conviene.

Cuando la batalla terminó, Melquisedec sacó pan y vino, y bendijo a Abraham en el nombre del Señor.

Así también, nuestro Melquisedec, cuando la batalla llegó a su fin y la victoria fue ganada, se hizo presente en resurrección con pan y vino, para fortalecer y consolar los corazones de los suyos, y para alentarles con esa paz que tanto le costó obtener.

Si, pues, el primer día de la semana es el día en que los discípulos, como nos lo enseña la Escritura, se reunían para partir el pan, está claro que ninguna persona tiene el derecho de cambiar este día y de partir el pan una vez al mes, o cada seis meses.

Un cristiano en cuyo corazón los sentimientos de amor por la persona del Señor son verdaderamente vivos y fervientes, no querrá más que anunciar la muerte del Señor tan a menudo como sea posible.

Parecería, como lo vemos al principio del libro de los Hechos, que los discípulos partían el pan diariamente.

Esto parece inferirse de la expresión:

“Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas” (Hechos 2:46).

Sin embargo, de lo que no caben dudas es de que el primer día de la semana es el día en que los discípulos se reunieron para partir el pan, tal como se nos enseña claramente en Hechos 20:7, y podemos ver también la belleza y la conveniencia moral de celebrar la Cena ese día.

LA MANERA EN QUE HA DE CELEBRARSE LA CENA DEL SEÑOR

En lo que concierne a la manera de celebrar la fiesta, los cristianos deberían ante todo dar la prueba de que el partimiento del pan es el objeto más elevado de su reunión el primer día de la semana.

Deberían mostrar que no se reúnen para la predicación o la instrucción, sino que el partimiento del pan es su principal objeto.

Es la obra de Cristo lo que mostramos en la Cena, y por ello le debemos dar el primer lugar en la asamblea.

Y cuando esto se ha llevado a cabo debidamente, se dará libre curso a la acción del Espíritu Santo para el ministerio.

El oficio del Espíritu Santo es anunciar y glorificar el Nombre, la Persona y la obra de Cristo; y si se le permite dirigir y poner orden en las asambleas de los cristianos —derecho que sin duda le pertenece—, podemos estar seguros de que siempre dará el primer lugar a Cristo y a su obra.



Cena del Señor.jpeg
 
LA CENA DEL SEÑOR MARCA LA DIFERENCIA DE LA GENUINA IGLESIA DE CRISTO, CON EL MUNDO DENOMINACIONAL.
 
En la institución de la Cena, el Señor apartó los pensamientos de sus discípulos de todas las cosas judías,
Por eso digo que ustedes católicos y protestantes predican un Cristo de costumbres romanas, y reniegan de la cultura hebrea.

Crees que un judío va a aceptar semejante interpretación, Natanael?

No se trata de judaizar el cristianismo, sino de entender la cultura judía para tener una mejor comprendión del NT.
 
Por eso digo que ustedes católicos y protestantes predican un Cristo de costumbres romanas, y reniegan de la cultura hebrea.

Crees que un judío va a aceptar semejante interpretación, Natanael?

No se trata de judaizar el cristianismo, sino de entender la cultura judía para tener una mejor comprendión del NT.

No dices nada.

Solo hablas y hablas, pero nada sustancioso o digno de interés.

La evidencia se halla en esta frase que indica tu ignorancia sobre el propósito de la Cena del Señor:

"En la institución de la Cena, el Señor apartó los pensamientos de sus discípulos de todas las cosas judías,"

Para ti es un escándalo.

Y metes costumbres romanas aquí como si lo que hizo el Señor proviniese de Roma.
 
No dices nada.

Solo hablas y hablas, pero nada sustancioso o digno de interés.

La evidencia se halla en esta frase que indica tu ignorancia sobre el propósito de la Cena del Señor:

"En la institución de la Cena, el Señor apartó los pensamientos de sus discípulos de todas las cosas judías,"

Para ti es un escándalo.

Y metes costumbres romanas aquí como si lo que hizo el Señor proviniese de Roma.
Lo romano es tu negación de la cultura judía implícita en todo el NT.

Eso se llama «teología del reemplazo»

El catolicismo-protestante niega la cultura hebrea en la Biblia, e introduce interpretaciones que no tengan nada que ver con lo judío.
 
Es tan anti judia tu interpretación de la Santa cena, que eliminas el día que Yeshua instituyó la Pascua el 14 de nisan, para traspasarlo al primer día de la semana.

Pero me da igual, tu puedes creer lo que quieras y seguir predicando un Cristo romano católico-protestante que no es judío.
 
Lo romano es tu negación de la cultura judía implícita en todo el NT.

Eso se llama «teología del reemplazo»
"En la institución de la Cena, el Señor apartó los pensamientos de sus discípulos de todas las cosas judías,"

La Cena del Señor es el inicio de una nueva civilización, cuya cabeza Federal es Cristo, venido del cielo, y cuya Fe en Él, en la Justificación que nos hace Dios a través de él (2Cor.5:21), nos transforma en ciudadanos celestiales (Fil.3:20), nada que ver con la tierra ni con la cultura judía.

La naturaleza Celestial de la Iglesia, igual que la de su fundamento, nos permite contemplar como las promesas terrenales judías, al judío que cree en Cristo, las transforma en herencia, ya no de la tierra, sino del cielo, leemos:

1Pe 1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
1Pe 1:4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,

Las promesas de los judíos incrédulos a Cristo están cimentadas en la tierra, leemos:

Sal 37:9 Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.

Sal 37:22 Porque los benditos de él heredarán la tierra;
Y los malditos de él serán destruidos.

Sal 37:29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.

Isa 60:21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.

COMO PODEMOS CONSTATAR, LA CIUDADANÍA DE LA IGLESIA ES CELESTIAL

Efe 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

Efe 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

Y LA HEREDAD DE ISRAEL ES LA TIERRA.
El catolicismo-protestante niega la cultura hebrea en la Biblia, e introduce interpretaciones que no tengan nada que ver con lo judío.

TE FALTA ENTENDIMIENTO, TE FALTA ESTUDIO, TE FALTA DISCERNIMIENTO.

La nación de Israel se encuentra coexistiendo, en la actualidad, simultáneamente con los ciudadanos celestiales que forman la genuina Iglesia de Cristo.

No estamos negando nada, tampoco estamos introduciendo interpretaciones ajenas a las Escrituras.

Sencillamente, entendemos que formamos parte de un pueblo, que no era pueblo, y que no tenía absolutamente nada que ver con Israel, tal percepción la entendemos cuando leemos:

Isa 65:1 Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí.

El apóstol Pablo, nos aclara con suma precisión, los cambios de planes en el Programa de Dios para con Israel y los gentiles, leemos:

Rom 10:19 También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice:
Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo;
Con pueblo insensato os provocaré a ira.
Rom 10:20 E Isaías dice resueltamente:
Fui hallado de los que no me buscaban;
Me manifesté a los que no preguntaban por mí.(
Rom 10:21 Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.

Es tan anti judia tu interpretación de la Santa cena, que eliminas el día que Yeshua instituyó la Pascua el 14 de nisan, para traspasarlo al primer día de la semana.

Pero me da igual, tu puedes creer lo que quieras y seguir predicando un Cristo romano católico-protestante que no es judío.

TE EQUIVOCAS

El Señor participó de la Cena Pascual el 14 de Nisán.

Pero una vez salido el traidor, el Señor instituye, en la misma mesa, de la Pascua, una celebración completamente distinta en significado y alcance.

Y esto le fue revelado al apóstol Pablo, en los siguientes términos:

1Co 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
1Co 11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
1Co 11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto(D) en mi sangre;(E) haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
1Co 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

El Santo Memorial de la Cena del Señor, finaliza, en el arrebatamiento de la Iglesia, antes de la ira venidera, aquí están los textos:

Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

1Ts 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

1Ts 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor

El propósito de la Cena del Señor lo podemos contemplar en un próximo mensaje, es imposible confundirlo con la Cena Pascual, celebración que mira hacia atrás, hacia la liberación de su pueblo de la esclavitud en Egipto.

La Cena del Señor nos dirige hacia el futuro inmediato, para los que amamos su venida, en nuestra condición de ciudadanos extranjero aquí en la tierra:

2Ti 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

Nosotros no predicamos ningún "Cristo romano católico", deja de estar insultando y póngase a estudiar la Biblia, parece que la secta donde asiste, lo tienen mal informado.
 
No veo en la Escritura que la Cena del Señor, se deba celebrar cada semana, sea sabado o domingo.
 
No veo en la Escritura que la Cena del Señor, se deba celebrar cada semana, sea sabado o domingo.
Hch 20:7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

La doctrina de los apóstoles es la base para la comunión unos con otros; la comunión unos con otros es indispensable para el partimiento del pan; y el partimiento del pan, es decir la Cena del Señor, tiene prioridad sobre los demás cultos, como está escrito:

"No os reunís para lo mejor"
 
Hch 20:7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

La doctrina de los apóstoles es la base para la comunión unos con otros; la comunión unos con otros es indispensable para el partimiento del pan; y el partimiento del pan, es decir la Cena del Señor, tiene prioridad sobre los demás cultos, como está escrito:

"No os reunís para lo mejor"
Usted entiende que ese partir el pan es la Cena del Señor instituida por el Señor antes de su pasión?
 
Usted entiende que ese partir el pan es la Cena del Señor instituida por el Señor antes de su pasión?

Lo que entiendo es la revelación dada a Pablo en los siguientes términos:

1Co 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
1Co 11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
1Co 11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto(D) en mi sangre;(E) haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
1Co 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
 
Lo que entiendo es la revelación dada a Pablo en los siguientes términos:

1Co 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
1Co 11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
1Co 11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto(D) en mi sangre;(E) haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
1Co 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
Justamente 1Co 11 26 dice lo que implica el comer y beber
Mi punto es que no dice explícitamente cuando se debe hacer
Eso pasa cuando algo se da por entendido y no requiere explicación

Dónde se da por entendido que Cristo se refería a cada semana?
 
Hacer remembranza de un pacto no necesita una determinada fecha ni otras condiciones mas que cumplir lo que le corresponde a cada parte.

La Biblia no establece que se debe instituir tal conmemoración del pacto cada primer dia de la semana, y no menciona el vino o fruto de la uva cuando en esa oportunidad cuando partieron el pan. En otras palabras y para ser más claro, en ese primer dia de la semana cuando partieron el pan no hubo ninguna remembranza de un pacto. Ellos partían el pan todos los dias, total, el pan no lo hacían en porciones individuales sino un pan grande para ser dividido en la mesa, tal era la costumbre.

Remembranza de un pacto no es hacerlo diferente ni cambiar las reglas. En el tiempo de Abraham se hizo un pacto similar y los descendientes no fueron dichos que lo recuerden.

El pacto que hizo Jesús fue con los israelitas, no sólo con los judíos, por eso lo hizo con las simbólicas doce tribus de Israel. Los gentiles tuvieron la invitación u oportunidad del pacto cuando muchos judíos no se adehieron al mismo. Y para ser parte del pacto el gentil debe de "nacionalizarse" israelita, tal como Ruth lo dijo: "tu Dios será mi Dios, tu pueblo será mi pueblo".

Hay muchos creyentes que aceptan al Dios de Abraham pero rehusan pertenecer al pueblo elegido, y con ellos el pacto no se cumple.

Todo extranjero que se unía al pueblo de Israel tenía casi todos los privilegios como los descendientes de Abraham.

Por ellos es la analogía de Pablo, en donde el gentil pasa a ser parte del pueblo elegido a como una rama de árbol ajeno es injertado en el árbol elegido. La rama del árbol ajeno ya no se alimenta más de su propio árbol sino ahora lo hace del árbol que eligió Dios.

Si uno no abandona su árbol original para ser parte del árbol elegido entonces no es parte del pueblo elegido de Dios.

Esto lo entendieron muy bien los primeros gentiles que se convirtieron gracias al evangelio. Después de tres siglos todo eso cambió para que la parábola de la mujer que puso la masa en la levadura se cumpla.

Por último, la razón de conmemorar ese pacto una o más veces al año no tiene otra finalidad mas que recordar ese evento, tan sólo es eso.
 
-Los desórdenes que se producían en la iglesia en Corinto al celebrar la cena del Señor, sugiere una ocasión semanal (el primer día de la semana). Tal frecuencia explica la corrección de Pablo 1Co 11:17-22).
 
No dice que cada semana celebraban la Cena del Señor.
Varón, el Señor no resucita un sábado.

Es motivo de gozo, hacer memoria del Señor, el primer día de la semana, no el último, que veneraban los idólatras, haciendo de un puñado de horas de fin de semana, un ídolo.

Eran tan hipócritas, que una vez el Señor sanó en ese día de ellos, y el principal de la Sinagoga, enojado porque sanó en sábado, comenzó arengar a los oyentes, diciendo:

Luc 13:14 Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo.

EMANUEL:

NO CONOCIERON EL TIEMPO DE SU VISITACIÓN

Mucho menos lo iban a recordar después.
 
La Doctrina apostólica califica esta reunión como la mejor.

Carácter que los Corintios, estaban menospreciando, con sus desordenes y falta de solemnidad y respeto por la muerte del Señor.

1Co 11:17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor.
 
No es una reunión para "pedir" o "rogar".

Los himnos deben se escogidos adecuadamente para esta reunión, como por ejemplo este, que se usa para abrir el culto:

En tu cena nos juntamos
Para celebrar, Señor,
Tu pasión, angustia y muerte,
Y ensalzar tu grande amor.
Grande amor, grande amor,
Y ensalzar tu grande amor.

Redimidos ya tenemos
Por tu muerte comunión;
En el pan te recordamos,
Cristo nuestra salvación.
Salvación, salvación,
Cristo nuestra salvación.

En la copa confesamos
Que tu sangre es eficaz;
Por tu salvación perfecta,
Esperamos ver tu faz.
Ver tu faz, ver tu faz,
Esperamos ver tu faz.

Por tu gracia congregados
En tu paz, y con amor
En espíritu cantamos
Siempre a Ti, oh Redentor.
Redentor, Redentor,
Siempre a Ti, oh Redentor.