He oído a algunos creyentes que el infierno consistiría en aniquilar o anihilar a los pecadores impenitentes; reducirlos a la nada. Sin embargo no se puede compaginar esta afirmación con la verdad revelada. Sería
una rectificación de la obra de Dios, iría contra su Sabiduría; por otra parte Dios no puede envolver en el mismo castigo a todos los condenados que han pecado en grados muy desiguales de maldad. El aniquilamiento impediría la manifestación de la justicia de Dios de forma permanente y eterna, que
también contribuye a glorificarle ante toda la creación.
Dios mismo ha revelado que las penas del infierno son eternas. Basta
recordar la parábola del "Rico Epulón y del Pobre Lázaro" (Lc. 16, 19-31).
Recordar también la frase que Jesús pronunciará en el Juicio final:
"Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno". (Mt.25, 41)
La Iglesia definió solemnemente la eternidad de las penas del infierno. En los "Cánones adversus Originem" en el año 537, por el Papa
Virgilio. (Canon 9º Denzinger nº 211). También aparece en el Símbolo
Atanasiano (Denzinger nº 40), hacia el año 447). Josemaria Lorenzo
Nota: . Podéis escribirme a [email protected]
si deseáis decirme algo. No entro en debates; sí en diálogo.
una rectificación de la obra de Dios, iría contra su Sabiduría; por otra parte Dios no puede envolver en el mismo castigo a todos los condenados que han pecado en grados muy desiguales de maldad. El aniquilamiento impediría la manifestación de la justicia de Dios de forma permanente y eterna, que
también contribuye a glorificarle ante toda la creación.
Dios mismo ha revelado que las penas del infierno son eternas. Basta
recordar la parábola del "Rico Epulón y del Pobre Lázaro" (Lc. 16, 19-31).
Recordar también la frase que Jesús pronunciará en el Juicio final:
"Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno". (Mt.25, 41)
La Iglesia definió solemnemente la eternidad de las penas del infierno. En los "Cánones adversus Originem" en el año 537, por el Papa
Virgilio. (Canon 9º Denzinger nº 211). También aparece en el Símbolo
Atanasiano (Denzinger nº 40), hacia el año 447). Josemaria Lorenzo
Nota: . Podéis escribirme a [email protected]
si deseáis decirme algo. No entro en debates; sí en diálogo.