1 Corintios 5:9-13 Os he escrito por carta que no os juntéis con los fornicarios. No me refiero en general a todos los fornicarios de este mundo, ni a todos los avaros, ladrones, o idólatras, pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí para que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, avaro, idólatra, maldiciente, borracho o ladrón; con el tal ni aun comáis, porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? A los que están fuera, Dios los juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.
En principio, lo que se tiene que rechazar es el pecado, no el pecador. No obstante, si un hermano, se deleita pecando o incita a los demás a pecar hay que quitarlo de entre nosotros.
Judas 1:22-23 A algunos que dudan, convencedlos. A otros, salvadlos arrebatándolos del fuego; y de otros, tened misericordia con temor, desechando aun la ropa contaminada por su carne.
Un saludo