Jesús, yo te admiro

No recuerdo el origen de este escrito, y habiendo aclarado previamente que no es mío, paso al oportuno cut & paste para la lectura y análisis de aquellos que deseen encontrar la verdad en las enseñanzas de la Palabra, no en argumentos de hombres:



EL DOGMA EUCARISTICO:
LA TRANSUBSTANCIACION
EXPUESTA A LA LUZ


El siguiente estudio sobre la supuesta presencia real y literal del Señor Jesucristo en la Eucaristía fue hecho en respuesta a la petición de un sacerdote de la iglesia católico romana. Habiendo encontrado. Un gran error en esta pretensión, y creyendo que muchos cristianos sinceros y amantes de la verdad agradecerían una exposición del mismo, presento este estudio para la consideración de todos los que quieran conocer y convencerse de la verdad, según las Sagradas Escrituras.
La palabra "eucaristía" viene del griego, y significa acción de gracias, debido a que el Señor Jesús dio gracias al Padre por el pan al instituir la Santa Cena, en la cual se recuerda con gratitud la expiación de nuestros pecados por su muerte en la cruz. Pero según la iglesia romana, se refiere particularmente al pan y al vino de la Santa Cena, que, según ella mantiene, se convierten o transubstancian por medio de su consagración por un sacerdote, en la verdadera y literal carne y sangre de Cristo, o más bien, en el mismo Cristo, divino y viviente; de donde viene la palabra "transubstanciación".
El dogma de la transubstanciación fue promulgado por primera vez en el año 1215, por el Concilio de Letrán, convocado por el Papa Inocencio III. En el Concilio de Trento, Ses. 13, el 11 de oct. de 1551,la transubstanciación fue declarada dogma de fe, bajo anatema para todos los que la rechazan, en las siguientes palabras: "Si alguien negare que en el sacramento de la santísima Eucaristía se hallan contenidos verdadera, real, y substancialmente el cuerpo y la sangre, junto con el alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo; y afirmare que el Señor se halle allí únicamente en símbolo, figura o poder, el que tal dijere, sea anatema".
Por amor de la verdad, y en vista del anatema que la iglesia romana pronuncia contra todos los que no aceptan este dogma, nos conviene examinar detenidamente el fundamento en que se establece el dogma. Porque si fuera verdad, entonces no sólo los protestantes y evangélicos que creen que el pan y el vino eucarísticos son símbolo o representación del cuerpo y sangre de Cristo, sino que todo católico romano también que no cree que Jesucristo, entero y vivo, está literalmente presente en toda hostia que come, es hereje, y por tanto está bajo el anatema o maldición de la iglesia romana.
El dogma de la transubstanciación se funda principalmente sobre cuatro bases: 1) la tradición, o las opiniones de teólogos y Padres de la iglesia; 2) una interpretación literal y materialista del discurso de Cristo en S. Juan, cap. VI, versículos 48-58; 3) una interpretación literal e irracional de las palabras de Jesús de la Santa Cena; y 4) el hecho de que con Dios todo es posible. Vamos a considerar estas cuatro bases en que se apoya el dogma de la presencia real y substancial del Señor Jesús en la Eucaristía.
LA TRADICION SE CONTRADICE
Tratando de la tradición, la iglesia romana habla del "unánime sentir de las iglesias", cuando en realidad no se encuentra tal unanimidad. Aun las autoridades católico romanas se contradicen abiertamente a sí mismas. Por ejemplo, el Jesuita J. Weninger,'escribiendo de la Eucaristía, declara que el "Jesucristo real y verdaderamente presente con su Cuerpo y Sangre, con su Alma y Divinidad; el mismo que, recién nacido, fue recostado en el pesebre, el mismo que descansaba reclinado sobre el Corazón virginal de María, el mismo que trabajaba en Nazaret con San José", etc., etc.; como también otros en palabras semejantes. Mientras hay otros, por ejemplo el Ilmo. Obispo Scío, refiriéndose al comer la carne y beber la sangre de Cristo, en sus notas aprobadas por el Papa Pío VI, dice: "No debéis entender, que esto haya de ser de una manera carnal y grosera, sino espiritual, aunque muy real". Y el Pbro. Gmo. Jünemann en su Nuevo Testamento, dice: "Advierte Cristo, que no hablaba de su carne material, mortal, sino de la glorificada, espiritualizada".
La iglesia romana pretende, como dice el Abate Bergier en su Diccionario de Teología, que "en todos los siglos los PP., los concilios, las liturgias, las confesiones de fe y los autores eclesiásticos se sirven de unas mismas expresiones y presentan el mismo sentido", y que "en ninguna parte se ha suscitado cuestión alguna acerca de dicho sacramento". Pero en otra página dice: "No es de admirar que este dogma haya sido atacado desde los primeros siglos de la Iglesia". El hecho es que Pascasio Radberto, del siglo noveno, fue el primero que abogó formalmente por la transubstanciación como una doctrina, o_sea la interpretación literal y materialista de las palabras "carne" y "sangre" de Jesucristo; lo cual despertó mucha oposición de parte de los grandes teólogos y santos de la iglesia. Y no se-halla la famosa palabra "transubstanciación" hasta el tiempo de Hildeberto, arzobispo de Tours, en el siglo doce. El mismo Abate Bergier dice, hablando de Hildeberto: "Este es el primer autor en que se halla la palabra Transubstanciación". Además, hablando del Concilio de Letrán, del siglo trece, dice: "Allí se halla por primera vez la palabra transubstanciación para expresar la conversión del pan y del vino en cuerpo y sangre de Jesucristo". Así, por autoridad católico romana, tenemos el hecho que tal "transubstanciación" no fue aún conocida en la iglesia hasta mil años después de Cristo y sus Apóstoles.
Además, no es mi propósito entrar en el terreno de las opiniones de teólogos y eclesiásticos antiguos o modernos, porque, por medio de una comparación de distintas ediciones de los escritos de los Padres de la iglesia, se ha probado repetidas veces que se han cambiado o corrompido estos escritos para obtener mayor apoyo para ciertos dogmas y prácticas. Frecuentemente los sacerdotes romanos toman mucha libertad al citar pasajes de las Sagradas Escrituras, según les convenga a sus fines; y es natural que tomaran tanta libertad o aun más al citar los escritos humanos. Por tanto, al meternos en las tradiciones u opiniones de hombres es meternos en un fango de donde no podemos sacar nada en limpio. Los protestantes han citado a los Padres de la iglesia en apoyo de su posición tanto como los católico romanos los han citado para apoyar la suya; porque muchas veces ellos también hablaban figurativamente.
En fin, hay una cosa de que podemos estar absolutamente seguros, a saber, que nunca ha existido unanimidad en favor de la transubstanciación del pan y del vino eucarístico en carne y sangre literal de Cristo; y como hay tanta contradicción entre las opiniones de hombres, no conviene ocupar el tiempo con ellas, cuando tenemos la misma palabra de Dios. Las tradiciones de la iglesia romana se han desarrollado con el progreso de los siglos, pero la fe cristiana se establece en la verdad de Dios, la cual se encuentra en la Palabra de Dios. "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido" (Isaías 8:20).
UNA INTERPRETACION FALSA
Uno de los argumentos que la iglesia romana ha empleado para apoyar el dogma de la transubstanciación se halla en una interpretación literal, materialista, y aun grosera, de las palabras de Jesús en el capítulo VI de San Juan, versículos 48 hasta 58, aplicándolas a la vez, al pan y al vino de la Eucaristía. Pero una consideración, aun ligera, de este pasaje nos muestra que no se presta para una interpretación literal, y tampoco tiene referencia a los elementos de la Santa Comunión. Si el Señor Jesucristo hablaba de su carne y sangre en sentido literal en este pasaje, como la iglesia romana pretende, y si la hostia y el vino debidamente consagrados fueran también la carne y sangre literal y verdadera del Señor, entonces lo que Cristo decía de su carne y sangre se aplicaría igualmente a la hostia y al vino eucarístico, y por tanto se podría sustituir la palabra "hostia" en lugar de Jesús o su "carne", en este pasaje, en la siguiente manera:
48 La Hostia es el pan de vida.
49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y son muertos.
50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera.
51 La Hostia es el pan vivo que ha descendido del cielo, si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan
que yo daré es la Hostia, la cual yo daré por la vida del mundo.
52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos su carne a comer?
53 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la Hostia, y bebiereis el vino, no tendréis vida en vosotros.
54 El que come la Hostia y bebe el vino, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
55 Porque la Hostia es verdadera comida, y el vino es verdadera bebida.
56 El que come la Hostia y bebe el vino, en mí permanece, y yo en él.
57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que come la Hostia, él también vivirá por mí.
58 Esta es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y son muertos; el que come de este pan, vivirá eternamente.
ALGUNAS EVIDENCIAS CONTRA UNA INTERPRETACION LITERAL
En vista de varias conclusiones que resultan de una interpretación literal y materialista de este pasaje, se ve que tal interpretación es errónea, y que el Señor no hablaba de su carne y sangre literal, y menos del pan y del vino de la Santa Comunión.
1. Al principiar, y como base de su discurso sobre el pan de vida, el Señor Jesús decía: "Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás" (v. 35). pero sabemos que esto no es la verdad en el sentido literal y materialista, sino solamente en sentido espiritual. Así, en estas palabras tenemos la verdadera clave para la interpretación de este discurso del Señor.
2. Repetidas veces en este discurso el Señor Jesús hablaba de sí mismo como "pan" (vs. 32, 33, 35, 41, 48, 50, 51, 58), y todos sabemos que pan no es carne en sentido literal. Interpretando sus palabras literalmente, el Señor no se hizo carne, sino pan; lo cual contradice el hecho de la encarnación del Hijo de Dios. Pero sabemos que Cristo participó de nuestra "carne y sangre" (Heb. 2:14), y por tanto, tal interpretación de sus palabras no expresa la verdad.
3. Siete veces en este discurso el Señor hablaba de sí mismo como "el pan" que había descendido del cielo (vs. 32 - 58); y si Jesús hablaba de su carne y sangre literal y material, como la iglesia romana pretende, entonces es necesario creer que su cuerpo no se formó en el seno de la Virgen, sino que descendió de los cielos. Pero sabemos que esto no es verdad, porque su cuerpo literal y material fue concedido y nació de la Virgen María.
4. Según la interpretación católico romana, todo lo que necesita el pecador para ser salvo es simplemente comer de la hostia, y "vivirá para siempre" (v. 51); y el que de ella come "tiene vida eterna" (54), y permanece en Cristo, y Cristo permanece en él (v. 56), y "vivirá eternamente" (v. 58); porque estas palabras del Señor son absolutas e incondicionales a todos los que comen de su carne y sangre; por tanto, todos, aun los criminales, homicidas e impíos, que han comido alguna vez de la hostia ya tienen la salvación y la vida eterna. Pero sabemos que esto no es verdad.
5. Además, según esta interpretación, ninguno que haya comido de la hostia podría tener vida eterna o salvación; porque el Señor dijo: "Si no comiereis la carne (u hostia) no tendrá vida en vosotros" (v. 53). Por tanto, aunque los apóstoles ya creían en el Señor, y sus nombres estaban "escritos en los cielos" (Lucas 10: 20), ellos no tenían la vida eterna o salvación, porque no habían comido de la hostia; tampoco el malhechor arrepentido, a quien el Señor dijo: "Hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:43). Pero sabemos que esto no es verdad; "porque el que cree en el Hijo tiene vida eterna" (Juan 3:16, 36; 5:24).
6. Asimismo, si solamente los que han comido de la hostia debidamente consagrada por un sacerdote tendrán la vida eterna, entonces ninguno de los muchos millones de cristianos protestantes y evangélicos, a pesar de su fe en Cristo según las Escrituras, y la santidad de su vida, se salvarán, como tampoco los millones de niños que mueren en su infancia e inocencia; porque no han comido de tal hostia. Pero sabemos que esto no es verdad.
7. Además, el Señor no sólo dijo que era necesario comer su carne, sino también beber su sangre, como cosa separada y distinta de comer la carne; y si su "sangre" quiere decir el cáliz o vaso, según la interpretación romana, entonces ninguno, sino sólo los sacerdotes tendrían la vida eterna; porque sólo ellos beben del cáliz. Pero sabemos que esto no es verdad.
8. En fin, según esta interpretación, el obtener la salvación no es cuestión de arrepentimiento del pecado, ni de fe en Cristo y su obra expiatoria ni de justicia y santidad, sino el comer de la hostia y beber del cáliz sacramental. Como alguien ha dicho: "Nadie puede salvarse sin el sacramento, y todo el que lo recibe, no puede perderse". Pero sabemos que esto no es verdad; porque el Apóstol Pablo nos dice: "Que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino Justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo" (Rom. 14:17).
Pero, además, sabemos que cualquiera interpretación de un solo pasaje de las Sagradas Escrituras que necesariamente haga del Señor Jesucristo un mentiroso por ocho veces ,no puede ser La interpretación correcta; y por tanto es claro que el Señor de ningún modo hablaba en este pasaje de su carne literal, y tampoco de la hostia y del vino consagrado.
Pretender que la hostia y el vino consagrado sean verdadera carne y sangre sólo para los fieles y no para los impíos, o que se hagan carne y sangre sólo en el acto de comulgar dignamente, no es aceptable; como Bergier mismo admite en su Diccionario de Teología, diciendo: "es absurdo decir que un cambio que sola mente se efectúa en el fiel, se haga en la Eucaristía". Además, la iglesia romana pronuncia un anatema sobre el que afirme que la gracia no es conferida por el acto de participar del sacramento.
EL DISCURSO EXPLICADO POR EL SEÑOR
Al explicar este pasaje, casi todas las autoridades católico romanas faltan deliberadamente a la verdad, porque, no sólo pasan por alto la explicación dada por el Señor, sino que niegan el hecho de que el Señor Jesús haya dado una explicación del sentido figurado o espiritual de sus palabras. Pero notemos que cuando Jesús vio que muchos de sus discípulos se escandalizaron por causa de sus palabras, porque le habían entendido en sentido literal y material, inmediatamente el Señor prosiguió a explicarles sus palabras en los versículos 61 a 63:
61 Y sabiendo Jesús en si mismo que sus discípulos murmuraban de esto, díjoles: ¿Esto os escandaliza?
62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del hombre que sube donde estaba primero?
63 El Espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado, son espíritu, y son vida.
Primeramente, su referencia al hecho que el Hijo del hombre había de subir al cielo donde estaba primero (v. 62), tiene la forma de una reprensión a los discípulos, evidentemente por haber tomado sus palabras en sentido literal; como si dijera ¿Pues qué,
viendo que el Hijo del hombre ha de subir a donde estaba primero, cómo podréis comer su carne literal?, o, ¿Cómo puedo daros mi carne literal en vista de que el Hijo del hombre ha de subir a donde estaba primero? Entonces, para que entendiesen sus palabras en sentido espiritual y no material, el Señor dice claramente que es el Espíritu que da vida; y que la carne literal, como muchos de sus discípulos habían entendido, nada aprovecha, esto es, para dar la vida eterna. Esta explicación de sus palabras por el Señor mismo es una prueba de que los discípulos no las hablan tomado en el sentido debido.
Evidentemente para desviar al lector del verdadero sentido de este texto, el Obispo Torres Amat lo traduce en su versión del siguiente modo: "El espíritu es quien da la vida; la carne o el sentido carnal de nada sirve para entender este misterio; las palabras que yo os he dicho, espíritu y vida son". Pero el verdadero sentido de la palabra "carne" ha de ser determinada por el sentido que escandalizaba a los discípulos cuando se preguntaban entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Ellos no hablaban del "sentido carnal", sino de la carne literal de Jesús. Y como ellos hablaban de aquella carne literal, es natural que el Señor les contestara conforme a lo que ellos habían entendido; de otro modo sus palabras no habrían tenido verdadera aplicación a lo que les escandalizaba. Introducir otra cosa tan distinta de la carne litera1 de Jesús, según ellos lo entendieron, no habría sido probable en los labios de Aquel en cuya boca nunca hubo engaño. Además esta explicación, dada por el Señor, aun aplicando el discurso al pan y vino eucarístico, armoniza con la verdad bien sabida por católicos romanos y todos, que simplemente comer la carne literal o aun hostias, sin fe en Cristo y sin arrepentimiento del pecado, "nada aprovecha"; sino al contrario, traerla sobre el alma mayor condenación.
Además, es evidente de que este discurso no se refiere a los elementos de la Santa comunión, porque Jesucristo habló estas palabras unos doce meses, alo menos, antes de la institución de ésta, (véase Juan 6: 4); y por tanto sus palabras, como referentes al pan y vino eucarísticos, habrían sido completamente incomprensibles a todos los discípulos.
EL DISCURSO INTERPRETADO ESPIRITUALMENTE
¿Qué significan estas palabras "carne" y "sangre", según las Escrituras? La palabra "carne" no significa siempre carne literal, sino frecuentemente quiere decir la naturaliza propia. Por ejemplo, Jesús dijo: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos" (Mat. 16:17). El Señor no hablaba de la carne literal, sino de la naturaleza e inteligencia propia de Pedro. Asimismo, cuando Dios le llamó para predicar a los gentiles, el Apóstol Pablo dijo: "No conferí con carne y sangre" (Gál. 1: 16), que quiere decir con su propia naturaleza o inclinaciones. También en Romanos 8:1-10, el Apóstol no hablaba de carne literal cuando decía: "Porque los que viven conforme a la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; mas los que conforme al Espíritu, de las cosas del espíritu. Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención del espíritu, vida y paz; por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios ni tampoco puede. Así que, los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El" (vs. 5-9). En este pasaje tenemos abundantes evidencias de que la palabra "carne" no se usa siempre en sentido literal, sino muchas veces en sentido figurado o metafórico. Y como la "carne" se usa como símbolo o figura de "sí mismo" o naturaleza propia, asimismo se usa "sangre" como símbolo de la vida natural. Por ejemplo: "Porque la vida de la carne en la sangre está; y yo os la he dado para expiar vuestras personas sobre el altar; por lo cual la misma sangre expiará la persona. . . porque la vida de toda carne es su sangre" (Lev. 17:11, 14). Y siendo la paga del pecado muerte, por esta razón, sin el derramamiento de sangre no se hace remisión.
Tal vez el mejor comentario sobre las palabras: "Y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo", son las mismas palabras de las Escrituras. Por ejemplo el Señor dijo: "Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Mat. 20:28). Hablando del Señor Jesucristo el Apóstol Pablo dice: "El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo" (Gál. 1: 4). Y también dice: "El cual me amó, y se entregó a sí mismo por mV (Gál. 2:30). Como también en Efesios 5:2: "Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave". "El cual se dio a sí mismo en precio del rescate por todos" (1 Tim. 2:6). Véase Tito 2:14; Heb. 2:9; 1 Juan 2:2. Hay muchos textos que muestran claramente que el Señor se dio a sí mismo en sacrificio voluntario para rescatar a los pecadores de la perdición. Y en Juan 10: 15, 1718, el Señor hace énfasis en el sacrificio voluntario de su vida, diciendo: "Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas ... Por eso me ama el Padre, porque pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mí Padre". Por tanto, lo que Jesús daba por la vida del mundo se refiere al sacrificio de sí mismo o todo¡ su ser bajo la figura de su "carne" y "sangre".
Y por las palabras "comer mi carne" y "beber mi sangre", el Señor hablaba de la necesidad absoluta de una participación de la naturaleza y vida divina si mismo, y así identificarse y unirse con El por medio de la fe y el conocimiento de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo. Como también el Apóstol Pedro, hablando de nuestra fe preciosa, dice: "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos sean dadas de su divina potencia, por el conocimiento de Aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud; por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas (conociendo y creyéndolas) fueseis hechos PARTICIPANTES DE LA NATURALEZA DI-
VINA, habiendo huído de la corrupción que está en el mundo por concupiscencia" (2 Ped. 1: 3-4). Y por medio de la fe en su muerte expiatoria, cuando se derramó su sangre o vida por nosotros, somos hechos PARTICIPANTES DE LA VIDA PROPIA DE JESÚS, LA CUAL ES LA VIDA ETERNA.
Esta interpretación armoniza con todas las Escrituras, y especialmente con lo que Cristo decía entonces: "Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre y el que en mi cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6:35); lo cual es verdad sólo en sentido espiritual. Además, se ve que el creer en Cristo, y el comer su carne y beber su sangre tienen el mismo significado, porque consiguen el mismo resultado, --la vida eterna; porque el Señor dijo: "De cierto, de cierto os digo: El que cree en mi, tiene vida eterna"; y "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna" (Juan 6:47 y 54). Confiar en la supuesta virtud de la hostia en vez de recibir a Cristo por la fe, sería un error fatal para el alma (1 Juan 5:12).
Para hallar mayor apoyo para su interpretación literal, la iglesia romana frecuentemente falsifica el texto de Juan 6:51 añadiendo la palabra "propia" o "misma", haciendo parecer que el Señor decía: Y el pan que yo daré es mi propia o misma carne; pero tal palabra no está ni en el texto griego, ni aun en el latín Cuando es necesario cambiar o añadir a la Palabra de Dios para establecer un dogma, es una prueba de que aquel dogma es falso.
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UNA INTERPRETACION IRRACIONAL
El único texto de la Biblia con que la iglesia romana pudiera dar apariencia de fundamento para el dogma de la transubstanciación, serían las palabras de la institución de la Santa Cena: "Esto es mi cuerpo", y "Esto es mi sangre". Pero aun en esto no hay fundamento verdadero; porque la palabra "es" no expresa siempre un sentido literal o absoluto. El mismo Obispo Scío en su nota sobre Mateo 13:19, dice: "Este es el que fue sembrado, quiere decir, la figura de aquel grano, que fue sembrado. Pues muchas veces to einai, esse, vale tanto como significar, representar". Y en Lucas 8:12, al explicar las palabras: "Son aquellos que la oyen", dice: "Esto es, los que son significados o figurados por el grano, que cayó junto al camino". Y así se ocupa comúnmente la palabra "es" en el sentido de figurar, representar o significar, especialmente al hablar, por ejemplo, de una estatua, cuadro o fotografía, que es solamente una representación de la cosa verdadera. Y es un hecho que en innumerables pasajes de las Escrituras la misma iglesia romana acepta el uso y la interpretación figurada o simbólica de la palabra "es". Por ejemplo: "Los tres sarmientos son tres días", quiere decir que representan o significan tres días (Gén. 40:12, 18): "Las siete vacas hermosas siete años son", quiere decir que los representan (Gén.41:26-27); también "Todos estos huesos son la casa de Israel" quiere decir que aquellos huesos secos representaban la casa de Israel (Eze. 37:11); "Y el macho cabrío es el rey de Javán", quiere decir que representaba el rey de Javán (Dan. 8:20-21); y muchísimos otros pasajes, como Mateo 13:19-23, 38-39; Lucas 8: 12-12-15; 1 Cor. 10: 4; Gál. 4:24-25; Apoc. 1: 20 y otros, donde una interpretación literal y absoluta la forma verbal "es" sería un absurdo.
Además, es un hecho importantísimo que ni en el hebreo, ni en el griego de la Biblia, se encuentra un verbo que corresponde a nuestras palabras "figurar", "significar" o "representar"; y donde se ha empleado la palabra "significar" en nuestras versiones, sólo quiere decir "declarar" o "interpretar". Por tanto, al hablar del pan y del vino como símbolos del cuerpo y sangre de Jesús, era necesario emplear la palabra "es" para expresar el sentido figurado o el de REPRESENTAR. Por tanto, el uso de la palabra "es" en las sentencias "Esto es mi cuerpo" o "Esto es mí sangre", no da ninguna prueba en favor del sentido literal. Y la insistencia en una interpretación literal en este caso, a pesar del hecho de que hay muchas evidencias que lo contradicen, no es razonable, sino caprichosa y antojadiza.
EL SIGNIFICADO SIMBOLICO DEL PAN Y DEL VINO DE LA SANTA COMUNION
El hombre consiste de espíritu, alma y cuerpo; y como el cuerpo necesita alimento y bebida materiales, apropiados para el sostén de su vida natural, asimismo, al recibir, por el nuevo nacimiento, una nueva vida espiritual, el hombre necesita también alimento y bebida espirituales, apropiados para el sostén de esa vida espiritual. El espíritu puede sostenerse solo con alimento espiritual, y nunca con pan material o "carne literal". Por lo tanto, para indicar a los discípulos, y a la vez recordarles siempre que su vida espiritual dependía enteramente de la participación de Cristo para su sostén, el Señor tomó el pan, hecho de trigo molido, y por tanto muerto como símbolo de su propio cuerpo, que sería también molido, destrozado y muerto por nosotros; y el vino, o más bien, "el fruto de la vid", exprimido en el lagar, como símbolo de su sangre preciosa derramada por nosotros en la cruz. Como por la fe apropiamos personalmente los beneficios espirituales del cuerpo sacrificado y la sangre derramada del Señor Jesucristo, así participando de aquellos símbolos de su cuerpo y su sangre anunciamos nuestra fe en la muerte y los méritos de Cristo, como nuestro alimento y sostén espiritual.
EVIDENCIAS CONTRA UNA INTERPRETACIÓN LITERAL
1. Es una interpretación gramaticalmente imposible.
Tomando todas las palabras en cuanto a la institución de la Santa Comunión, según los Evangelistas y el Apóstol Pablo, tenemos lo siguiente: "Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también el vaso, después de haber cenado, diciendo: Bebed de él todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados; haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí". Gramaticalmente "Esto" es demostrativo, y equivale a decir "Este pan" (es mí cuerpo); porque "pan" es el antecedente más cercano; como también en 1 Cor. 10: 16: "El pan que partimos", lo muestra. Además, el cuerpo partido o destrozado, y la sangre derramada, o separada del cuerpo, quiere decir un cuerpo muerto; por tanto el sentido es: Este pan es mi cuerpo muerto. Por lo tanto una interpretación literal es gramaticalmente imposible, porque: 1) la predicación se contradice a sí misma; si es pan, no es "cuerpo"; y si es "cuerpo" no es pan; la identidad de cosas contrarias es la fórmula del absurdo; 2) su cuerpo no estaba muerto aún, hasta muchas horas después que el Señor dijo: Esto es mi cuerpo partido o muerto; y 3) los incompatibles no pueden ser predicados el uno del otro. La una sustancia A no puede convertirse en la otra B que ya existía antes, porque es la conversión que ha de producirla. Asimismo en cuanto al vaso. –(Dabney). Por lo tanto es una prueba que el Señor hablaba figurativamente. Al convertir el agua en vino (Juan 2), fue la conversión del agua que produjo el vino que no existía antes.
2. Una interpretación literal no es lógica.
Es un hecho que el Señor Jesús frecuentemente hablaba por parábolas y lenguaje simbólico, y especialmente hablaba de sí mismo en términos figurativos: como la Luz, una Piedra, una Puerta, una Vid un Camino, etc., sin que nadie tome este lenguaje en sentido literal; y no es lógico tomar un solo caso entre tantos otros semejantes, cuando el Señor dijo: "Yo soy el pan de vida", o "Esto es mi cuerpo", y exigir una interpretación literal. Las no han de ser interpretadas literal o materialmente, como procuraba hacerlo Nicodemo, cuando el Señor le dijo que era necesario nacer otra vez (Juan 3:34), y como los judíos incrédulos, cuando el Señor hablaba de comer su carne y beber su sangre (Juan 6: 52,60), o como los discípulos cuando el Señor les amonestó contra la levadura (Mat. 16:6-12). El sentido simbólico de las palabras de la institución de la Santa Comunión no envuelve dificultad alguna, ni tropieza con contradicciones, ni crea absurdos tan sacrílegos como aquellos de las hostias desperdiciadas y a la vez armoniza con la ocasión de la Cena Pascual de los judíos, la cual también era cena simbólica, siendo conmemorativa de su redención de Egipto.
3. La transubstanciación contradice a la naturaleza del sacramento.
La palabra "sacramento" en cuanto toca a las Sagradas Escrituras, viene del griego "mysterion" pero traducida algunas veces "sacramento" en el latín, y menos veces así en el castellano (versión Scío), y significa "secreto", de donde viene la palabra "misterio". En cuanto a su uso religioso, un sacramento se refiere a un signo visible e instituido por nuestro Señor Jesucristo para representar alguna gracia o efecto espiritual que Dios obra en el alma, o un rito simbólico que representa a los ojos una gracia invisible en al alma. En este sentido el pan y el vino tomados en la Eucaristía son un sacramento, porque representan el cuerpo y sangre de Cristo, por medio de los cuales participamos simbólicamente de su naturaleza divina y de la vida eterna. Pero si el pan y el vino son literal y verdaderamente el mismo cuerpo y sangre de Cristo, entonces, por la pretensión de ser una realidad en sí mismos, dejan de ser un signo o representación de una gracia espiritual, y así destruye la naturaleza esencial de un sacramento.
4. La actitud de los apóstoles y la iglesia primitiva.
Los apóstoles y los primeros cristianos no entendieron las palabras de la institución de la Santa Comunión en el sentido de carne y sangre literal; de otro modo, por la razón expuesta arriba, no habrían comido de ella sin una grande y larga protesta, de lo cual no encontramos la menor indicación en las Escrituras. El Apóstol Pedro necesitaba una visión especial para prepararle aún a entrar en una casa gentil (Hech. 10: 11-16); y era tan celoso de guardar la ley en cuanto a su comida, que cuando el Señor le mandó: "Levántate, Pedro, mata y come", Pedro contestó: "Señor, no; porque ninguna cosa común e inmunda he comido jamás". Y para el judío hasta el día de hoy no hay otra cosa más abominable que comer sangre. Y notemos que por muchos años después, este mismo recelo permanecía en Pedro y en los otros cristianos judaicos, como se ve en Gálatas 2:11-14. Y aun hasta que Pablo fue tomado preso en Jerusalén, después de sus tres viajes misioneros, no se había cambiado en su actitud; porque los ancianos de la iglesia le dijeron: "Ya ves, hermano, cuantos millares de judíos hay que han creído; y TODOS SON CELADORES DE LA LEY" (Hech. 21:20). Por tanto, para cualquiera que tenga el menor conocimiento de la aversión de los judíos al acto de comer sangre, es una PRUEBA ABSOLUTA de que los apóstoles y la iglesia primitiva no creían en tal dogma como la transubstanciación. Los judíos que tomaron las palabras de Jesús en el sentido literal, como la iglesia romana, se volvieron atrás, y no le siguieron más (Juan 6:66).
5. Cristo está sentado a la diestra de] Padre.
Después de su obra expiatoria en la tierra Cristo ascendió al cielo para entrar en su ministerio celestial como nuestro Intercesor o Ahogado (Heb. 9:24-26; 7:25; Rom. 8:34; 1 Juan 2: l). Así, corporalmente, Cristo está sentado a la diestra del Padre (Col. 3A) hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies (Hech. 2:34-35; Heb. 10: 12-14). Entonces, como dijo el Apóstol Pedro, Dios "enviará a Jesucristo, que os fue antes anunciado; al cual de cierto es MENESTER QUE EL CIELO TENGA hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde los siglos" (Hech. 3:20-21). Mientras tanto, hemos de anunciar nuestra fe en la eficacia de su obra redentora por medio de la Santa Comunión "hasta que venga" (1 Cor. 11:26). Por tanto Cristo no puede estar presente corporalmente sobre los altaresde la iglesia romana.
6. Haced esto en memoria de mí".
Las palabras "Haced esto en MEMORIA DE Mí" (Lucas 22: 19; 1 Cor. 11: 24-25), constituyen otra prueba de que Cristo no había de estar presente corporalmente en la Eucaristía o Cena del Señor. Aunque el prometió que estaría presente espiritualmente en todo lugar "donde están dos o tres congregados en mi nombre" (Mat. 18:20; 28:20), y especialmente donde se celebre la Santa Cena en espíritu y en verdad, hasta el fin del mundo, no está presente materialmente en el pan eucarístico. Porque, nunca se celebra un servicio conmemorativo estando presente la persona del conmemorado; sino sólo en su ausencia. Cristo mandó "Haced esto en memoria de mí". La Cena del Señor, como la cruz de Cristo, señala en tres direcciones distintas: Hacia atrás, al Calvario, donde Cristo fue muerto por nuestros pecados, como nuestro Salvador: hacia arriba, al cielo, donde está Cristo sentado a la diestra del Padre, como nuestro Intercesor; y hacia adelante, "hasta que venga" Cristo, cuando se cumplirá nuestra plena redención del pecado y de sus consecuencias, como nuestro Rey glorioso. La Santa Comunión es sólo conmemorativa de Cristo y su muerte expiatoria; y los beneficios espirituales que experimentan los que participan dignamente del pan y del vaso como símbolos del cuerpo y sangre de Cristo son
tantos y tan grandes como experimentan aquellos que piensan que comen del cuerpo literal de Cristo.
7. Cristo es el que vive para siempre jamás.
La Palabra de Dios declara varias veces que Cristo es el que vive, y que no muere más, y que "la muerte no se enseñoreará más de él" (Rom. 6:9; Apoc. 1:18); por tanto, siendo Cristo el "que vive para siempre jamás" (Apoc. 4:9; 5:14), ninguna cosa muerta puede ser su cuerpo literal y verdadero. Pero nínguna puede decir con verdad que la oblea u hostia consagrada es una cosa viva, sino muerta y sujeta a la corrupción.
8. La carne de Cristo nunca verá corrupción.
David, como profeta de Dios, anunció que el cuerpo del Mesías no vería la corrupción (Sal. .16:8-10), y los apóstoles Pedro y Pablo sostenían la misma profecía (Hech. 2:27-31; 13:34-3 ). Pero es un hecho que el pan u hostia consagrada y comida por el que comulgue sufre corrupción; porque el Señor Jesús dijo: "Que todo lo que entra en la boca va al vientre y es echado en letrina" (Mat. 15-17). Por tanto, el pan y el vino consagrados no pueden ser el verdadero cuerpo y sangre de Cristo. La iglesia romana aun aconseja a sus fieles "que no retengan mucho tiempo la hostia en la boca, pues se exponen a que se corrompan las especies y quede sin comulgar". La pretensión de Lutero, que el pan y el vino sólo contenían la presencia de Cristo, permitiría que el Señor se retirara de la sustancia al corromperse; pero, la pretensión de que es la sustancia del pan que se convierte en la carne y sangre de Jesús, según la iglesia romana, significa que no es ya el pan el que corrompe, sino que es el mismo cuerpo literal de Cristo; de otro modo, ha de haber otro milagro de transubstanciación; pero sin agente para obrarlo. Las sutilezas de la iglesia romana pueden cegar las mentes, pero no podrán evitar las consecuencias lógicas.
9. Se pondría en duda la credibilidad de los apóstoles.
Sería un insulto a la inteligencia e integridad de los apóstoles suponer que ellos pudieran creer que el pan y el vaso que el Señor Jesús sostenía en sus manos fuesen a la vez el mismo cuerpo quebrantado y sangre derramada de Jesús, estando El, al mismo tiempo, sentado a la mesa, con su cuerpo entero y viviente delante de sus ojos. La idea de un cuerpo humano en las manos del mismo cuerpo, indicará una ilusión-mental. Además, creer que el Señor podía dividirse así en dos o más cuerpos literales y materiales, es negar la naturaleza verdaderamente humana de su cuerpo; porque ningún cuerpo humano, hecho de carne y sangre, sería capaz de dividirse y estar en dos lugares y en dos condiciones tan distintas a la vez. Pero no hay ninguna evidencia que nos indique que los apóstoles creían tal cosa tan ridícula en cuanto al cuerpo de Jesús. En cambio, hay muchas evidencias que afirman lo contrario. Pretender y exigir fe en tal cosa naturalmente conduce a la superstición, a la hipocresía, y a la incredulidad religiosa.
10. Lo absurdo de una interpretación literal.
Si hemos de dar a las palabras de la institución de la Cena del Señor una interpretación absolutamente literal entonces es el VASO 0 CALIZ_que se convierte en la sangre de Cristo; porque Cristo "tomando el vaso" dijo "Esto es mi sangre del Nuevo Pacto" (Mat. 26:27-28). Y en Lucas 22:20, dice: "Asimismo también el vaso, después que hubo cenado, diciendo: Este vaso es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama". Y el apóstol Pablo dice: "Esta copa es el nuevo pacto de mi sangre" (1 Cor 11:25,). Decir que tal interp exime al hecho de que la interpretación literal de la iglesia romana sea igualmente absurda a la luz de las otras Escrituras.
11. Cristo no pretendía una transubstanciación.
El hecho de que el Señor Jesucristo llamaba al vino "este fruto de la vid" aun después de darlo a sus discípulos (Mat. 26:29- Mar- 14:95), es una evidencia de que el vino no se había convertido en la verdadera sangre suya, como la iglesia romana pretende.
12. El apóstol Pablo no creía en la transubstanciación.
Hablando del pan eucarístico en 1 Corintios 10: 16-17, el Apóstol Pablo dice: "El PAN que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?. . . Pues todos participamos de aquel pan". Y en 1 Cor. 11:26, tres veces llamaba el pan consagrado simplemente "PAN", lo cual es una prueba que aquel pan no se había convertido en carne del Señor. Las palabras del apóstol no convienen al dogma de la transubstanciación.
UNA INTERPRETACION LITERAL CONDUCE A ERRORES Y A PRACTICAS ERRONEAS
1. La iglesia romana no permite a sus fieles obedecer a Cristo.
Cuando el Señor instituyó la Santa Comunión tomó "el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: BeBED DE ÉL TODOS" (Mat.26:27), "Y bebieron de él todos" (Mar. 14:23). Pero en indisputable desobediencia al mandamiento del Señor Jesucristo, la iglesia romana, desde el año 1415, no da el cáliz o vaso al lego, pretendiendo falsamente que el pan consagrado ha de contener también la sangre. Este error se basa sobre la suposición errónea de que se trata de la verdadera carne literal, y por tanto viva, del Señor Jesucristo; diciendo: "No se trata de comer carne muerta, sino la carne viva y vivificante del Hijo de Dios". Pero a la vez pretende que la hostia (que quiere decir "víctima") sea un verdadero sacrificio por el pecado. Y así no toma en cuenta el hecho de que un cuerpo vivo no hace expiación del pecado, sino sólo por su muerte. Hasta que haya derramamiento de la sangre, o muerte, la carne no es un sacrificio expiatorio. Es la sangre derramada de Cristo la que hace la expiación de nuestros pecados. Por esto, la debida celebración de la Santa Comunión exige la participación igualmente del pan y del vaso por separado, como requisitos del sacramento. Y el mandamiento del Señor pone tanta obligación de participar del vaso como del pan.
2. La pretendida repetición del sacrificio de Cristo en la misa.
El cuerpo de Cristo no había de ser ofrecido en sacrificio repetidas veces, ni se requiere una continuación de su sacrificio, sino que fue ofrecido una sola vez para siempre. Véanse Hebreos 9: 12, 25-28; 10: 10-14, 18. Cuando Cristo murió en la cruz El mismo, declaró: "Consumado es" (Juan 19:30 , dando a entender que su sacrificio por el pecado fue terminado, de tal modo que no se pudo añadir sin echar a perder la perfección de su obra. Pero hoy día hay muchas personas que se ocupan mucho más del sacrificio de la misa, que del solo y perfecto sacrificio de Cristo, el cual es el único que puede expiar nuestros pecados. Y además, el pretendido sacrificio de la misa no puede expiar el pecado, porque según la propia confesión de la iglesia romana, es "incruento", o sin sangre; "y sin derramamiento de sangre no se hace remisión" (Heb. 9:22). El sacrificio de la misa no es una continuación de la inmolación de Cristo, sino el sacrificio de la INTELIGENCIA HUMANA, aquel don precioso otorgado al hombre por Dios para constituirle superior a las otras criaturas.
3. La adoración de la hostia.
La adoración de la hostia, no sólo puede ser un acto de idolatría, sino que, siempre lo es. La misma iglesia romana enseña que sin la debida intención del sacerdote, la consagración es inválida, y por tanto, la transubstanciación inefectiva. Es un hecho frecuentemente confesado, que muchos sacerdotes no creen verdaderamente en el dogma de la transubstanciación, y por tanto, la consagración del pan no es con fe y debida intención, con el resultado de que la oblea se quedaría pan. El adorarlo entonces sería adoración de un dios falso, hecho de harina. Además, Dios es espíritu y la adoración de lo que se ve o lo material constituye idolatría. El apóstol Pablo dijo: "Y si antes conocimos a Cristo en cuanto a la carne, ahora ya no le conocemos así" (2 Cor.5: 16). Como la adoración de un pelo o una prenda del vestido de Jesús sería idolatría, así no adoramos su carne, ni su "sagrado corazón", siendo esto humano y material, sino adoramos su personalidad divina y eterna, la cual se vistió de nuestra carne. Además, el Señor nunca mandó la adoración de los elementos de la Santa Comunión, sino dijo: "Tomad, comed y bebed de ellos en MEMORIA DE mí". El "Jesús Sacramentado" que la iglesia romana adora, no es Cristo el Señor hecha de harina como, sino una "hostia" hecha de harina, como Israel adoraba un "becerro" hecho de oro, aunque proclamada una fiesta en el nombre del Señor Dios.
***
UN ARGUMENTO
SIN FUNDAMENTO
La iglesia romana defiende el dogma de la transubstanciación sobre la base de que para Dios omnipotente no puede haber ninguna cosa imposible, y por esta razón debemos aceptar este dogma. Un ardiente defensor del dogma de la transubstanciación arguye de este modo: "No hay alguno entre los milagros del Salvador que no haya podido ser hecho por un puro hombre enviado de Dios; pero que Jesucristo se quede presente en cuerpo y en alma en todas las hostias consagradas, este es un prodigio que sólo puede ser obrado por un Dios. Si no lo ha hecho, engañó a sus apóstoles cuando les dijo: "Me ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra". Mat. 28:18. Añadiendo, que el negarlo "perjudica a la divinidad de Jesucristo". Pero el argumento es absurdo. Igualmente podemos decir que Jesús tendría todo poder de convertir a las moscas en elefantes, y si no lo hiciera, ha engañado a sus apóstoles.
1. Dios puede hacer todo lo que El quisiera hacer.
Aquí no se busca, ni se trata de lo que Dios puede hacer, sino delo que El quiso hacer. Como dice Calvino: "Afirmamos, pues, rotundamente que fue hecho lo que a El le plugo. Le agradó, por tanto, que Cristo fuera hecho en todo conforme a sus hermanos,
excepto el pecado (Heb. 2:14-17; 4:15). ¿Cómo es nuestra carne? ¿Por ventura no consta de cierta dimensión, no está contenida en un lugar, no puede ser tocada no se le ve? ¿Y por qué –dicen-- no puede Dios hacer que la misma carne ocupe muchos y diversos lugares, que no sea circunscripta o contenida por lugar alguno, que carezca de modo y de especie?
¿No es una locura lo que pides a la potencia de Dios, a saber, que haga el que la carne sea y no sea a la vez? Esto es lo mismo que si insistieras en que la luz sea a la vez luz y tinieblas. Dios quiere que la luz sea luz; las tinieblas, tinieblas; la carne, carne. Cuando Dios quiere, convierte ciertamente las tinieblas en luz y la luz en tinieblas; pero cuando exiges que la luz y las tinieblas no se diferencien, ¿qué otra cosa haces sino pervertir el orden de la sabiduría de Dios? Conviene, por tanto, que la carne sea carne y el espíritu espíritu, cada cosa según la ley y la condición en que fue criada por Dios. Esta, empero, es la condición de la carne, que ocupe un lugar determinado, que conste de dimensión y de forma. Cristo se revistió de carne que tenía aquella condición, a la cual, sin embargo, le dio la incorrupción y la gloria, sin quitarle por eso su naturaleza. Es, por tanto, claro y evidente el testimonio dela Escritura que Cristo subió a los cielos, y que de allí había de venir como se le vio ascender (Hech. 1: 11). Pretender hacer dogma de fe todo lo que el Dios omnipotente pudiera hacer, sería el colmo de la ridiculez.
2. Un hecho innegable.
Es un hecho innegable que una misma sustancia material no puede estar en dos partes distintas al mismo tiempo. Si Cristo está sentado corporalmente a la diestra del Padre en el cielo, no puede estar corporalmente en la tierra y en todo lugar. Según el dogma de la transubstanciación, el cuerpo material de Cristo tendría que perder todos los atributos de existencia material, tales como localidad, extensión y divisibilidad; y así se opone a todo el testimonio de los sentidos y la razón, y sujeta la inteligencia humana a la superstición como virtud. Creer que Cristo entero, viviente y corporal, existe en cada pedacito de las hostias por todo el mundo a la vez, no es verdadera fe, sino superstición suprema. La verdadera fe es una confianza bien fundada de las cosas que se esperan, una demostración o convicción por evidencias, de las cosas que no se ven (Heb.11:1); y por tanto, la fe verdadera no es una credulidad ciega. Y aunque el cuerpo resucitado de Jesús no estaba sujeto a las limitaciones naturales, sin embargo, nunca se mostró en dos lugares apartes a la vez (Mat.28:6). Y aunque Cristo está presente con nosotros espiritualmente (Mat.18:20; 28:20; Efe.3:17), no está presente corporalmente (Mat.26:11; Jn.16:28). Como el sol está en los cielos, pero sus rayos benéficos y vivificantes están en el mundo; así Cristo ascendió a los cielos, pero ha enviado al Espíritu Santo para manifestar y testificar de su presencia en toda la tierra (Jn.14:16).
3. Sería un rnilagro que no lleva ninguna evidencia
Por el dogma dela transubstanciación se pretende un gran milagro, que en realidad llevaría seis o más milagros consigo, y sin embargo, no lleva ninguna evidencia ni prueba de ser un milagro. El propósito fundamental de un milagro verdadero es proveer evidencias convincentes de una obra y autoridad pero este pretendido milagro no provee ninguna evidencia, sino al contrarío, todas las evidencias y los sentidos dados por Dios al hombre lo contradicen. Uno o dos de los sentidos pueden engañarnos, pero rechazar el testimonio de todos los sentidos es someternos a la superstición, y hace imposible la verdadera fe. Todos los milagros de Cristo y de los apóstoles eran evidentes y palpables a los sentidos, y el Señor apelaba a estos en prueba de la realidad de ellos (Mat. 11:4; Lucas 24:38-40, Juan 20:27; 1 Juan 1:1-3). Nunca prohibió, ni desaprobó el uso de las facultades naturales para descubrir la verdad de un milagro; sino al contario, reprendió a sus oyentes porque no usaban sus cinco sentidos, diciéndoles: "¿Teniendo ojos, no veis, y teniendo oídos, no oís?" (Mar.8:18) Y para que se convenzan del gran milagro de su resurrección, el Señor dijo a sus discípulos: "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y en diciendo esto, les mostró las manos y los pies" (Lucas 24:39-30). Pero todos saben que este pretendido milagro de la iglesia romana no puede soportar una investigación sincera y verdadera, ni un análisis químico; pues el gran engaño blasfemo sería manifiesto. Si no podemos creer el testimonio de nuestros sentidos, no podemos creer lo que oímos, aunque sea Roma quien habla; y seríamos llevados al escepticismo absoluto. Además, ni Cristo, ni los apóstoles pretendían obrar un milagro en la institución o celebración de la Cena del Señor.
4. Una apelación a la razón.
La iglesia romana ha inventado un nuevo sistema filosófico que consiste en decir que las propiedades sensibles del pan consagrado son "accidentes" nada más, y no propiedades verdaderas; de manera que el tamaño, color, peso, forma y sabor son nada más que apariencias que eluden los sentidos, de tal suerte, que no es lo que parece ser. Según este sistema de filosofía, un cuerpo es redondo y no lo es; es largo y no lo es; es blanco y no lo es; o aunque parece blanco a todos los hombres, sin embargo es o puede ser negro. Y así no podemos decir que la nieve es blanca, ni la hierba verde, ni el cielo azul, por cuanto estos no son sino "accidentes" o apariencias distintas de las realidades. Pero si esos "accidentes" del pan consagrado no son más que apariencias engañosas, ¿cómo es que el pan consagrado, al guardarlo, puede enmohecerse y llenarse de gusanos? ¿Los gusanos han comido y consumido a Jesucristo? ¿O es que hay dos transubstanciaciones? ¡Primeramente el pan se transubstancia en Jesucristo, al decir los sacerdotes las palabras de la consagración; y después Jesucristo se transubstancia en pan, al ver los gusanos! -Seymour.
5. Consecuencias lógicas del dogma de la transubstanciación.
Según el mismo catecismo católico romano, el sacrificar "consiste en la destrucción total o parcial de la ofrenda visible", por tanto, si el dogma de la transubstanciación es verdad, y la hostia es el verdadero cuerpo del Señor Jesucristo, entonces los sacerdotes, al ofrecerla en sacrificio en la Misa, han de destruir a Cristo hasta donde pueden; y así se hacen más bien los sucesores de los judíos incrédulos y de los soldados romanos que le crucificaron y procuraron destruirle, antes que los sucesores de los apóstoles. Y los que la comen se hacen culpables del canibalismo más profano y horrible que se puede imaginar. Ni aun los paganos más ignorantes que ven en los animales espíritus superiores, se atreverían a co mer a sus dioses. Pero el principal efecto práctico de este dogma es el ensalzamiento del sacerdote con su pretendido poder de traer al Señor Dios desde los cielos, según su voluntad; y a la vez satisfacer al hombre natural con un culto místico, portentoso e idolátrico.
CONCLUSIÓN
El único argumento que pudiera tener la apa riencia de valor para este dogma sería la amonestación del apóstol Pablo en 1 Corintios 11-:27-29, contra la participación de los elementos de la Santa Comunión indignamente, y del juicio contra las personas que lo hicieran. Pero en vista del hecho que el pan y el vaso eucarístico son figuras y representan
simbólicamente la carne y sangre de Cristo, y así a Cristo mismo, por lo tanto al participar de ellos en el debido respeto a lo que representan, o sin fe en los méritos del sacrificio de Cristo en el Calvario, es mostrarse irrespetuoso al Señor mismo; como un insulto a la bandera es un insulto al país que representa; o menospreciar una persona es menospreciar a la persona; y por medio de tal hipocresía se endurecería el pecador en su incredulidad y pecado.
Los argumentos teológicos de la iglesia romana dependen en gran parte de las opiniones de los Padres, las decisiones de los Concilios, o las tradiciones de la iglesia; y frecuentemente sus argumentos consisten en un juego de palabras, definidas según su gusto o conveniencia, y una apelación al sentido común del hombre. Pero Dios nos ha dado las Sagradas Escrituras y al Espíritu Santo para guiarnos en toda la verdad.
Sin duda, muchos se maravillarán de que la iglesia católico romana pudiera haber caído en equivocaciones tan grandes como lo ha hecho en cuanto a la Eucaristía; y con mucha razón, sí no fuera por la solemne amonestación que se encuentra en 2 Tesalonicenses 2:9-12, donde, refiriéndose a los engaños del Anticristo, el apóstol Pablo dice: "Cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos (como los de hostias sangrando), y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; POR CUANTO NO RECIBIERON EL AMOR DE LA VERDAD PARA SER SALVOS. Por tanto, pues, les envió Dios operación de error, para que crean a la mentira; para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, antes consintieron a la iniquidad".
Así, sólo un amor intenso y ferviente a la verdad de Dios en Cristo, buscándola de todo corazón, puede salvarnos del error y de la perdición eterna. Y todos los que apoyan la iglesia papal se hacen responsables delante de Dios como participantes en este terrible engaño de sus semejantes.
***
FIN
 
Maripaz

Maripaz

Hola Maripaz:

¿Tu has escrito esta asignatura?

Bendiciones.
 
Un solo sacrificio

Un solo sacrificio

Hola Azul:

Un saludo en el amor del Señor y si es muy completo y bueno el aporte de MariPaz y yo te aconsejaria leer toda la carta a los Hebreos especialmente capitulos 9 y 10 y puedes subrayar las veces que dice que el sacrificio de Cristo fue hecho una sola vez para siempre y que ya no hay mas sacrificios por el pecado.

Es cierto y pensaba cuando leia a Maripaz al principio en que el cuerpo de Cristo es una figura espiritual y es el pan de vida no es un pan y vino literal ya que El mismo dijo de que no beberia mas con ellos el fruto de la vid y su sangre no habia sido derramada en la cruz todabia; representaba el nuevo pacto en su sangre y pidio a sus discipulos que cada vez que lo hicieran en memoria de El lo hicieran.

Jesucristo es la puerta pero no una puerta literal de hierro o madera es la entrada y el es el Pastor no literal y nosotros ovejas, lo que significa la relacion de pastoreo como en un rebaño; es el camino pero no es un camino de piedra esfalto o ladrillo, es el medio por el cual vamos al Padre.
Es la vid no es que sea la planta literal sino que representa esa union de la vid con las ramas.

Nunca la Biblia nos enseño a adorar una hostia o comerla comindo asi el cuerpo y la sangre de Cristo.

Yo le pido al Señor que te luz sobre esto y sobre otras cosas que el sabe que necesitas conocer de su Palabra o a la luz de su Palabra y no temas enfrentar la verdad ya que la verdad nos hace libres y si el Hijo os libertare sereis verdaderamente libres.

Con amor :corazon:
 
Hermano

Hermano

Mi hermano Azul:

Si alguna vez estas en Estocolmo, te acompaño con el mayor gusto a una misa, con tal de estar en comunión y en armonia, pues allí envia Jehová su bendición y vida eterna ... y en cuanto a la hostia, ... hostias!!! 10 hostias me como contigo para recordar la muerte del Señor.

Y gracias por compartir del Espíritu, me has sido de gran edificación.
Dice el Eclesiastico:
"Acude al médico antes de que lo necesites, pués a el también el Señor le dió su ciencia"

Tu no solo curas el cuerpo, sino el alma por la bendición de nuestro Rey.

... Y todo aquel que invocare su nombre, será salvo. :cool:
 
Re: Hermano

Re: Hermano

Originalmente enviado por: Raul Fierro
Mi hermano Azul:

Si alguna vez estas en Estocolmo, te acompaño con el mayor gusto a una misa, con tal de estar en comunión y en armonia, pues allí envia Jehová su bendición y vida eterna ... y en cuanto a la hostia, ... hostias!!! 10 hostias me como contigo para recordar la muerte del Señor.
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Tobi
Sigues viviendo en las nubes Raul. Por lo visto el clima nórdico no te conviene. Porque, vamos a ver:
¿Crees que te permitirian comulgar de saber que no eres católico y romano? Solo lo conseguirias mediante el engaño.
Por lo visto tu estás dispuesto a comerte 10 hostias, pero ellos no te concederian ni una sola. A menos, claro, que te encuentres con un sacerdote que le tenga sin cuidado las normas de su propio magisterio.
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Y gracias por compartir del Espíritu, me has sido de gran edificación.
Dice el Eclesiastico:
"Acude al médico antes de que lo necesites, pués a el también el Señor le dió su ciencia"

Tu no solo curas el cuerpo, sino el alma por la bendición de nuestro Rey.

... Y todo aquel que invocare su nombre, será salvo. :cool:

¿Que añadir a quien no sabe por donde camina?
 
Re: Maripaz

Re: Maripaz

Originalmente enviado por: Azul
Hola Maripaz:

¿Tu has escrito esta asignatura?

Bendiciones.





No Azul, si te fijas, empecé diciendo :



No recuerdo el origen de este escrito, y habiendo aclarado previamente que no es mío, paso al oportuno cut & paste para la lectura y análisis de aquellos que deseen encontrar la verdad en las enseñanzas de la Palabra, no en argumentos de hombres



Espero de todas formas que te haya sido de edificación y que aunque no coincida con lo que tu crees, puedas entender mejor nuestra postura bíblica.


:corazon:
 
Re: Hermano

Re: Hermano

Originalmente enviado por: Raul Fierro
Mi hermano Azul:

Si alguna vez estas en Estocolmo, te acompaño con el mayor gusto a una misa, con tal de estar en comunión y en armonia, pues allí envia Jehová su bendición y vida eterna ... y en cuanto a la hostia, ... hostias!!! 10 hostias me como contigo para recordar la muerte del Señor.

Y gracias por compartir del Espíritu, me has sido de gran edificación.
Dice el Eclesiastico:
"Acude al médico antes de que lo necesites, pués a el también el Señor le dió su ciencia"

Tu no solo curas el cuerpo, sino el alma por la bendición de nuestro Rey.

... Y todo aquel que invocare su nombre, será salvo. :cool:


he aqui un buen candidato para firmar el ecumenismo que traera el hombre de pecado o anticristo, me parece un ejemplo de hipocresia queriendo mostrar lo buen cristiano que es
 
Perdona Maripaz, pero crei que no usabas "cut & paste".

Ya se lo que paso, fue que de tanto repetir, me lo crei.

Pero ahora, recuerdo los "largo-metrajes"

Aunque este es corto.

POR CIERTO NO PUDE LEER BIEN LA PROCEDENCIA Y EL COPYRIGHT.

NO TE PREOCUPES YO SE QUE FUE UN LAPSUS-TEMPUS, como los mios

Dios nos bendiga.
 
Re: Un solo sacrificio

Re: Un solo sacrificio

QUOTE]Originalmente enviado por: vilobe42
Hola Azul:

Un saludo en el amor del Señor y si es muy completo y bueno el aporte de MariPaz y yo te aconsejaria leer toda la carta a los Hebreos especialmente capitulos 9 y 10 y puedes subrayar las veces que dice que el sacrificio de Cristo fue hecho una sola vez para siempre y que ya no hay mas sacrificios por el pecado.

Es cierto y pensaba cuando leia a Maripaz al principio en que el cuerpo de Cristo es una figura espiritual y es el pan de vida no es un pan y vino literal ya que El mismo dijo de que no beberia mas con ellos el fruto de la vid y su sangre no habia sido derramada en la cruz todabia; representaba el nuevo pacto en su sangre y pidio a sus discipulos que cada vez que lo hicieran en memoria de El lo hicieran.

Jesucristo es la puerta pero no una puerta literal de hierro o madera es la entrada y el es el Pastor no literal y nosotros ovejas, lo que significa la relacion de pastoreo como en un rebaño; es el camino pero no es un camino de piedra esfalto o ladrillo, es el medio por el cual vamos al Padre.
Es la vid no es que sea la planta literal sino que representa esa union de la vid con las ramas.

Nunca la Biblia nos enseño a adorar una hostia o comerla comindo asi el cuerpo y la sangre de Cristo.

Yo le pido al Señor que te luz sobre esto y sobre otras cosas que el sabe que necesitas conocer de su Palabra o a la luz de su Palabra y no temas enfrentar la verdad ya que la verdad nos hace libres y si el Hijo os libertare sereis verdaderamente libres.

Con amor :corazon:
[/QUOTE]


Bendiciones vilobe.

Efectivamente las transliteración del punto mas trascendental del comer al Cristo solo tiene dos posiciones.

O le comemos literalmente o le comemos espiritualmente.

Como comerle literalmente no le podemos hacer pues su cuerpo no esta aquí, pues su cuerpo fue ascendido al cielo corporalmente. Jesús el Verbo de Dios encarnado tomó cuerpo y vino corporalmente y vendrá corporalmente visible, quien niegue esto es el espíritu mismo del anticristo; ahora bien:

Jesús el Verbo de vida habría de ser sacrificado y morir y sus discípulos no le verían mas, mas estaría con ellos ¿y como es esto? La única forma es comerle, tomarle, hacerlo suyo, íntegramente suyo.

¿Es que Jesús se come en pan y de cuando en cuando como propone la iglesia católico romana?¿O mas bien se toma una vez y para siempre?

El discurso mismo del evangelio en cuanto a la conversión por la predicación de la Palabra versa sobre este particular, es decir implícitamente es necesario que el Señor more en el corazón del creyente...no que vaya morando, sino que entre al corazón.

Esto es. El sacrificio de Cristo Jesús en la cruz del Calvario fue hecho una sola vez y para siempre. La invitación para que entre el Señor Jesús es hecha también una vez y para siempre, el pacto de Dios con el nuevo hombre es una vez y para siempre, el Espíritu Santo entra en el corazón del hombre redimido una vez y para siempre, entonces comer el cuerpo de Cristo es una vez y para siempre. Pues las cosas de Dios y su eterno poder son por siempre y para siempre, no en pedacitos, en fragmentos ni de vez en vez ni de cuando en cuando.

Efectivamente, cuando le invitamos a entrar a nuestro corazón lo hacemos con una fe firme y no fluctuante y El el autor de la vida entra totalmente a nuestro corazón y nos sella para siempre.

Hemos “aceptado a Jesus" dice el recién converso...de hecho mas bien ha comido a Jesús, totalmente. Y recordará esto junto con muchos otros pecadores por quienes diò no solo su cuerpo sino su sangre para remisión de los pecados. Este sacrificio hecho una sola vez y para siempre tiene efecto cuando aquel para quien está reservado desde antes de la fundación del mundo este regalo acepta la dádiva de Dios, acepta al Eterno Hijo de Dios desde ahora y para siempre y lo hace suyo.

No lo va haciendo suyo en mordidas, no de vez en vez ni de vez en cuando, no los primeros días de la semana o todas las mañanas, sino es un pacto condicional de Dios con el hombre sellado con su Santo Espíritu. Dios en la persona del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo han venido a morar en el corazón del hombre a través del sacrificio del Eterno Hijo de Dios en quien hemos creído, hemos tomado por Rey, Salvador y Señor de nuestras vidas y todo esto por la gracia de Dios, pues de El recibimos gracia sobre gracia.

Ciertisimamente estaba con ellos, sus discípulos, estaban a su lado, estaban junto a El. Mas Dios no quiere estar mas a nuestro lado ni junto a nosotros, sino dentro de nosotros, en nosotros y el único modo de entrar a nosotros es comerle una vez y para siempre. El nos sella, El nos perdona, El nos redime y El entra a nosotros si conforme a Su Palabra nos arrepentimos y venimos a El a la cruz del Calvario y nos ponemos a cuentas y le pedimos que entre al pesebre de nuestro corazón contrito y humillado, a sus pies:

“He aquí YO estoy a la puerta –de tu corazón- y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo”

Jesús la puerta, nos permite una entrada al reino de los cielos por un camino que es El, y la puerta del cielo y la puerta de nuestro corazón son una para recibir al Rey de reyes y Señor de Señores en nuestro corazón...El abre y nadie cierra y el cierra y nadie abre.

Abre la puerta de tu corazón hombre y come así del árbol de la vida que es en Cristo Jesús, pues el que no comiera y bebiera su sangre no puede entrar al reino de los cielos; Del mismo modo que la hombre basto un avez comer de la ciencia del bien y del mal para morir, asi mismo es necesario comer del àrbol de la vida para vivir, es necesario comerle a Jesùs una sola vez y para siempre.

Del modo que Adan estiro su mano por engaño de la serpiente antigua para comer del fruto que no debìa, asi ahora Dios nos dà esta oprtunidad de tomar del fruto que estaba destinado al hombre que le obedezca y crea y le tome como Rey y Señor, le basta estirar la mano y recibir de Dios, tomar la vida, tomar a Cristo, comer a Cristo optando por el camino de verdad, la Palabra de Verdad que es en Cristo Jesùs.

Así es que como he dicho la transliteración de estas palabras han hecho que impíos puedan llegar circunstancialmente comer ciertamente un pan, aun un animal ha robado alguno de estos fragmentos y le han comido, el vino mismo derramado, mas no todos el mundo ha comido ni bebido a Jesús mismo.

Jesús permitió que hombre impíos le azotaran y aun desfiguraran su rostro para que toda escritura se cumpliese en El, pero no permitió jamás que su cuerpo fuese desmembrado; Jesús no puede ser tirado, ni derramado en forma alguna, podemos recordar que su cuerpo fue partido por nosotros, pero no podemos en forma alguna partirlo otra vez, ni cruentamente (pues el Hijo de Dios no vino a ser sacrificado mas que una sola vez) ni incruentamente (pues sin efusiòn de sangre no hay sacrificio ni remisiòn de pecados).

El que bebe del agua de este mundo volverá a tener sed, mas el que beba del agua de vida que solo Jesús puede dar no tendrá sed jamás y vendara a vida eterna. Así es con las cosas del Señor quien afirmó que su mundo no era de este mundo; el mundo quería ver señales y prodigios, Tomas tocarle y aun palparle, le permitió a Juan el amado reclinar sobre El su cabeza y ciertisimamente toco literalmente al hombre, pero lo que Jesús quiere es tocar el corazón del hombre y desea que el hombre le coma todo, le acepte todo, no en partes, no en tiempos, sino Cristo íntegramente.

Dura cosa le era a sus discípulos comprender que no comerían mas con El, sino que habrían de ser lavados por El, limpiados por El y El les limpio en Su Palabra, ahora en su partida tendrían que decidir si negarlo, traicionarlo o comerlo todo El, cada palabra, cada enseñanza, cada mandamiento, tenerlo y guardarle y adorarle y conocerle en espíritu y verdad.

Y viene a ellos ya resucitado y no le conocen unos, y se inquietan otros y Jesús continua estando fuera de ellos si acaso en sus recuerdos, quizás en sus motivaciones, mas era necesario que entrara en sus corazones le manda recibir el Espriritu Santo, el consolador, el Espíritu de verdad para revelarles todas estas cosas, para hacerlas una realidad espiritual, para enseñar y llevar a toda verdad, para comprender que El y no otro era quien dijo ser el Hijo del Dios viviente. Para que Jesus mismo entrara en sus corazones.

¿Podemos creer esto? Bien...esto es el evangelio, comámoslo, de la manera que el ángel comió el librito, y no podemos comer un librito nosotros pero si creer todo su contenido.

Pues el reino de los cielos no es comida ni bebida sino paz, gozo y justicia y esta justicia se alcanza únicamente por los meritos de Jesús. Quien tiene al Hijo tiene la vida y quien tiene la Hijo tiene al Padre, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros; así es que Jesús entra al corazón del hombre para permanecer por siempre en El, esa es su obra perfecta rescatar lo que se había perdido, no viene Dios al vientre del hombre sino al corazón del hombre, no entra tampoco por la razón del hombre tampoco por el ritual ni la tradiciòn, sino a través de la fe que El depositó en el corazón del hombre.


Un saludo.
 
LA PALABRA, LA EUCARISTÍA
Y LOS CRISTIANOS DESUNIDOS

http://corazones.org/sacramentos/eucaristia/ensenanza/palabra_eucaristia_cristianos desunidos.htm

1. En el programa de este Año jubilar no podía faltar la dimensión del diálogo ecuménico y del interreligioso, como ya señalé en la carta apostólica Tertio millennio adveniente (cf. nn. 53 y 55). La línea trinitaria y eucarística que hemos desarrollado en las anteriores catequesis nos lleva ahora a reflexionar en este otro aspecto, tomando en consideración ante todo el problema del restablecimiento de la unidad entre los cristianos. Lo hacemos a la luz de la narración evangélica sobre los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), observando el modo como los dos discípulos, que se alejaban de la comunidad, fueron impulsados a hacer el camino inverso y a volver a ella.


2. Los dos discípulos abandonaban el lugar en donde Jesús había sido crucificado, porque ese acontecimiento era para ellos una cruel desilusión. Por ese mismo hecho, se alejaban de los demás discípulos y volvían, por decirlo así, al individualismo. "Conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado" (Lc 24, 14), sin comprender su sentido. No entendían que Jesús había muerto "para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos" (Jn 11, 52). Sólo veían el aspecto tremendamente negativo de la cruz, que arruinaba sus esperanzas: "Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel" (Lc 24, 21). Jesús resucitado se les acerca y camina con ellos, "pero sus ojos no podían reconocerlo" (Lc 24, 16), porque desde el punto de vista espiritual se encontraban en las tinieblas más oscuras.

Entonces Jesús, mediante una larga catequesis bíblica, les ayuda, con una paciencia admirable, a volver a la luz de la fe: "Empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras" (Lc 24, 27). Su corazón comenzó a arder (cf. Lc 24, 32).
Pidieron a su misterioso compañero que se quedara con ellos.

"CUANDO SE PUSO A LA MESA CON ELLOS, TOMO EL PAN , PRONUNCIO LA BENDICION, LO PARTIO Y SE LO IBA DANDO.

Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado" (Lc 24, 30-31). Gracias a la explicación luminosa de las Escrituras, habían pasado de las tinieblas de la incomprensión a la luz de la fe y se habían hecho capaces de reconocer a Cristo resucitado "al partir el pan" (Lc 24, 35).
El efecto de este cambio profundo fue un impulso a ponerse nuevamente en camino, sin dilación, para volver a Jerusalén y unirse a "los Once y a los que estaban con ellos" (Lc 24, 33). El camino de fe había hecho posible la unión fraterna.

3. El nexo entre la interpretación de la palabra de Dios y la Eucaristía aparece también en otros pasajes del Nuevo Testamento. San Juan, en su evangelio, relaciona esta palabra con la Eucaristía cuando, en el discurso de Cafarnaúm, nos presenta a Jesús que evoca el don del maná en el desierto reinterpretándolo en clave eucarística (cf. Jn 6, 32-58). En la Iglesia de Jerusalén, la asiduidad en la escucha de la didaché, es decir, de la enseñanza de los Apóstoles basada en la palabra de Dios, precedía a la participación en la "fracción del pan" (Hch 2, 42).

En Tróade, cuando los cristianos se congregaron en torno a san Pablo para "la fracción del pan", san Lucas refiere que la reunión comenzó con largos discursos del Apóstol (cf. Hch 20, 7), ciertamente para alimentar la fe, la esperanza y la caridad. De todo esto se deduce con claridad que la unión en la fe es la condición previa para la participación común en la Eucaristía.
Con la liturgia de la Palabra y la Eucaristía, como nos recuerda el concilio Vaticano II citando a san Juan Crisóstomo (In Joh. hom. 46), "los fieles unidos al obispo, al tener acceso a Dios Padre por medio de su Hijo, el Verbo encarnado, que padeció y fue glorificado, en la efusión del Espíritu Santo, consiguen la comunión con la santísima Trinidad, hechos "partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1, 4). Consiguientemente, por la celebración de la Eucaristía del Señor en cada una de estas Iglesias, se edifica y crece la Iglesia de Dios, y mediante la concelebración se manifiesta la comunión entre ellas" (Unitatis redintegratio, 15). Por tanto, este nexo con el misterio de la unidad divina engendra un vínculo de comunión y amor entre los que participan en la única mesa de la Palabra y la Eucaristía. La única mesa es signo y manifestación de la unidad. "Por consiguiente, la comunión eucarística está inseparablemente unida a la plena comunión eclesial y a su expresión visible" (La búsqueda de la unidad Directorio ecuménico, 1993, n. 129).

4. A esta luz se comprende cómo las divisiones doctrinales existentes entre los discípulos de Cristo congregados en las diversas Iglesias y comunidades eclesiales limitan la plena comunión sacramental. Sin embargo, el bautismo es la raíz profunda de una unidad fundamental que vincula a los cristianos a pesar de sus divisiones. Por eso, aunque los cristianos aún divididos no pueden participar en la misma Eucaristía, es posible introducir en la celebración eucarística, en casos específicos previstos por el Directorio ecuménico, algunos signos de participación que expresan la unidad ya existente y van en la dirección de la comunión plena de las Iglesias en torno a la mesa de la Palabra y del Cuerpo y Sangre del Señor. Así, "en ocasiones excepcionales y por causa justa, el obispo diocesano puede permitir que un miembro de otra Iglesia o comunidad eclesial desempeñe la función de lector durante la celebración eucarística de la Iglesia católica" (n. 133). Asimismo, "cuando una necesidad lo exija o lo aconseje una verdadera utilidad espiritual, con tal de que se evite el peligro de error o de indiferentismo", entre católicos y cristianos orientales es lícita cierta reciprocidad para los sacramentos de la penitencia, la Eucaristía y la unción de los enfermos (cf. nn. 123-131).

5. Con todo, el árbol de la unidad debe crecer hasta su plena expansión, como Cristo suplicó en la gran oración del Cenáculo, que hemos proclamado al inicio (cf. Jn 17, 20-26; Unitatis redintegratio, 22). Los límites en la intercomunión ante la mesa de la Palabra y de la Eucaristía deben transformarse en una llamada a la purificación, al diálogo y al camino ecuménico de las Iglesias. Son límites que nos hacen sentir con más intensidad, precisamente en la celebración eucarística, el peso de nuestras laceraciones y contradicciones. Así la eucaristía es un desafío y una provocación puesta en el corazón mismo de la Iglesia para recordarnos el extremo e intenso deseo de Cristo: "Que sean uno" (Jn 17, 11. 21).


La Iglesia no debe ser un cuerpo de miembros divididos y doloridos, sino un organismo vivo y fuerte que avanza sostenido por el pan divino, como lo prefigura el camino de Elías (cf. 1 R 19, 1-8), hasta la cima del encuentro definitivo con Dios. Allí, finalmente, se llevará a cabo la visión del Apocalipsis: "Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo" (Ap 21, 2).
 
Originalmente enviado por: ManuelCorona
Perdona Maripaz, pero crei que no usabas "cut & paste".

Ya se lo que paso, fue que de tanto repetir, me lo crei.

Pero ahora, recuerdo los "largo-metrajes"

Aunque este es corto.

POR CIERTO NO PUDE LEER BIEN LA PROCEDENCIA Y EL COPYRIGHT.

NO TE PREOCUPES YO SE QUE FUE UN LAPSUS-TEMPUS, como los mios

Dios nos bendiga.




Hay unas diferencias, yo desde el principio aviso que el escrito no es mio, tu al contrario, callabas hasta que te lo pedimos.


Tu, cuando haces cut & paste, eres incapaz de contestar con argumentos tuyos, pues careces de ellos, y repites y repites con cut & paste porque no sabes hacer otra cosa.
 
Bendiciones.

De lo colocado por Manuel Corona
Sic (“anotación de la cita original”)

1. En el programa de este Año jubilar no podía faltar la dimensión del diálogo ecuménico y del interreligioso, como ya señalé en la carta apostólica Tertio millennio adveniente (cf. nn. 53 y 55). La línea trinitaria y eucarística que hemos desarrollado en las anteriores catequesis nos lleva ahora a reflexionar en este otro aspecto, tomando en consideración ante todo el problema del restablecimiento de la unidad entre los cristianos. Lo hacemos a la luz de la narración evangélica sobre los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), observando el modo como los dos discípulos, que se alejaban de la comunidad, fueron impulsados a hacer el camino inverso y a volver a ella.


2. Los dos discípulos abandonaban el lugar en donde Jesús había sido crucificado, porque ese acontecimiento era para ellos una cruel desilusión. Por ese mismo hecho, se alejaban de los demás discípulos y volvían, por decirlo así, al individualismo. "Conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado" (Lc 24, 14), sin comprender su sentido. No entendían que Jesús había muerto "para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos" (Jn 11, 52). Sólo veían el aspecto tremendamente negativo de la cruz, que arruinaba sus esperanzas: "Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel" (Lc 24, 21). Jesús resucitado se les acerca y camina con ellos, "pero sus ojos no podían reconocerlo" (Lc 24, 16), porque desde el punto de vista espiritual se encontraban en las tinieblas más oscuras.

Entonces Jesús, mediante una larga catequesis bíblica, les ayuda, con una paciencia admirable, a volver a la luz de la fe: "Empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras" (Lc 24, 27). Su corazón comenzó a arder (cf. Lc 24, 32).
Pidieron a su misterioso compañero que se quedara con ellos.

"CUANDO SE PUSO A LA MESA CON ELLOS, TOMO EL PAN , PRONUNCIO LA BENDICION, LO PARTIO Y SE LO IBA DANDO.

OSO:
No exactamente, Manuel. No exactamente.

“Tomó pan...así, simple pan (punto). No hostias, no otros cristos. Tomó pan “Y aconteció que que estando sentado con ellos a la mesa, tomo el pan y lo bendijo, lo partió y les dio”.(punto), no les iba dando y la música sonando y la procesión marchando ni nada de esas cosas.
Ellos los discípulos, reconocieron esta promesa, recordaron la última cena con ellos en que les dijo que no habria mas de volver a beber del fruto de la vid hasta beberlo en la casa de Su Padre.
Esto es importante pues el sentido del escritos que tomaste de la web tiene tendencia a hacer un símil con lo que actualmente es la eucaristía católica y no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Sic.
Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado" (Lc 24, 30-31). Gracias a la explicación luminosa de las Escrituras, habían pasado de las tinieblas de la incomprensión a la luz de la fe y se habían hecho capaces de reconocer a Cristo resucitado "al partir el pan" (Lc 24, 35).
El efecto de este cambio profundo fue un impulso a ponerse nuevamente en camino, sin dilación, para volver a Jerusalén y unirse a "los Once y a los que estaban con ellos" (Lc 24, 33). El camino de fe había hecho posible la unión fraterna.

3. El nexo entre la interpretación de la palabra de Dios y la Eucaristía aparece también en otros pasajes del Nuevo Testamento. San Juan, en su evangelio, relaciona esta palabra con la Eucaristía cuando, en el discurso de Cafarnaúm, nos presenta a Jesús que evoca el don del maná en el desierto reinterpretándolo en clave eucarística (cf. Jn 6, 32-58). En la Iglesia de Jerusalén, la asiduidad en la escucha de la didaché, es decir, de la enseñanza de los Apóstoles basada en la palabra de Dios, precedía a la participación en la "fracción del pan" (Hch 2, 42).
OSO:
Hasta aquí nada se menciona sobre eucaristía, sobre sacrificio incruento ni demás añadidos católicos al partimiento del pan, lo siento , así es. Pero este autor ya dice que en clave no es otra cosa que la eucaristía. El quiere oir que es eucaristía, el quiere decir que es eucaristía, ha de parecer entonces como eucaristía, torciendo las escrituras para que digan lo que el en su concupiscencia quiere decir. El quiere decir “partimiento del pan”=”eucaristía católico romana”

Sic:
En Tróade, cuando los cristianos se congregaron en torno a san Pablo para "la fracción del pan", san Lucas refiere que la reunión comenzó con largos discursos del Apóstol (cf. Hch 20, 7),
OSO:
Efectivamente, tan largo fue el discurso de Pablo que Eutico se durmió, cayó de la ventana y se mató, partieron el pan y comieron; esto es celebraron la santa cena y el joven vivió y fueron consolados. Nuevamente aquí nadie esta hablando de eucaristía católico romana, las deducciones que saca el interpelado respecto a
“para alimentar la fe, la esperanza y la caridad”
Son de su cosecha.
Sic:
”De todo esto se deduce con claridad que la unión en la fe es la condición previa para la participación común en la Eucaristía.”
OSO:
Mas bien, reunidos en el Nombre de Jesús. Quien los une es Jesús
Sic:
5. Con todo, el árbol de la unidad debe crecer hasta su plena expansión, como Cristo suplicó en la gran oración del Cenáculo, que hemos proclamado al inicio (cf. Jn 17, 20-26; Unitatis redintegratio, 22). Los límites en la intercomunión ante la mesa de la Palabra y de la Eucaristía deben transformarse en una llamada a la purificación, al diálogo y al camino ecuménico de las Iglesias. Son límites que nos hacen sentir con más intensidad, precisamente en la celebración eucarística, el peso de nuestras laceraciones y contradicciones. Así la eucaristía es un desafío y una provocación puesta en el corazón mismo de la Iglesia para recordarnos el extremo e intenso deseo de Cristo: "Que sean uno" (Jn 17, 11. 21).

OSO:
Nuevamente la unidad de los cristianos no es la eucaristía catolico romana, sino la unión espiritual que tenemos los unos con los otros, al ser miembros los unos de los otros.

Sic
La Iglesia no debe ser un cuerpo de miembros divididos y doloridos, sino un organismo vivo y fuerte que avanza sostenido por el pan divino,
OSO
Nuevamente el autor parece estar queriendo dar atributos al pan. El pan divino no es otro que Jesús, y esta pan que desceendió del cielo fue partido una vez y para siempre; fue Jesús precismaente, el maná que descendió del cielo, Jesús mismo, no una redonda y soleada ostia. A otro no dará su Nombre y El jamás dijo que se llamaría “hostia”

Es muy significativo que es precisamente cuando Jesus Parte el pan que son abiertos sus ojos al recordar las palabras del Maestro y no cuando han comido el pan nio bebido el vino.

Es Jesús mismo quien les hace ver y recordar "todas estas cosas" que habrian de suceder y que anticipadamente les habia enseñado.

No le reconocen por porpiedad alguna que tuviese el pan, sono que le reconocen al reconocer tambien que Jesús mismo es ese pan de vida que descendió del cielo y que fue partido...recuerdan lo ya enseñado por la Palabra, se acuerdan y nos acordamos nosoortros como un memorial de la causa por la que miurió nuestro Señor.

Como esta dicho la carne carne es y el espiritu espirtitu es, la carne para nada aprovecha, las Palabras que el nos dió son espiritu y son vida.

No es el pan quien nos enseña, nos instruye ni nos da vida, es la fracción del pan, el partimiento del pan de vida, si el grano no cae y muere no da fruto, asi el Cristo del Dios altísimo murió y dio fruto y fruto en abundancia para la honrrra del Padre.

Esto lo recordamos en la santa cena precisamente, recordamos su muerte, su propósito, nuestra UNION espiritual con El, proclamamos su pronta venida y esto se sucede generación tras generación de cristianos, iglesia tras iglesia cristiana que no tiene porque estar unido a un sistema eclesiástico que ha pervertido la Palabra de Verdad y ha reducido a una hogaza de pan al autor del universo.

El autor del universo se humilló al grado de hacerse humano, pero no dijo jamás que fuese reducido a una hogaza de pan. El mismo es "pan de vida", maná que descendió del cielo, no nos confundamos; maná provisión de Dios el "¿que es esto?" porque le mundo no le conoce; descedió si para darnos de comer de la vida, su vida pues El es la vida y descendió del cielo para con los hombres, para hecerse vivo en el corazón del hombre en donde Dios ha escogido en su sola soberanía establecer su tabernáculo, no en un relcario, no en un oscuro pero cubierto de oro tabernáculo, sino en un lugar propico para ello, y ascendió al cielo y el hombre no lo puede subir ni descender a su voluntad. El desea vivir en corazon renovado de un pecador regenerado, ahí en el centro mismo del corazón humano, siendo UNO con el hombre redimido, con los suyos, con sus santos y con nadie mas.

Es el autor de la vida partido por nuestros pecados quien nos dá vida eterna. Y esto es precisamente l que recordmaos y nuestro corazón arde y el universo gime a UNA la redención del hombre ...hasta que El venga.

Recordamos que por nuestra causa fue partido y ofrecido su cuerpo en la cruz del Calvario UNA vez y para siempre en sacrificio para la remisión de nuestros pecados.

Un saludo
 
Mira qué testimonio, Azul

Por amor a la Eucaristía

Unos meses antes de su muerte el Obispo Fulton J. Sheen fue entrevistado por la televisión nacional: "Obispo Sheen, usted inspiró a millones de personas en todo el mundo. ¿Quien lo inspiró a usted? ¿Fue acaso un Papa?".

El Obispo Sheen respondió que su mayor inspiración no fue un Papa, ni un Cardenal, u otro Obispo, y ni siquiera fue un sacerdote o monja. Fue una niña china de once años de edad, :angel:

Explicó que cuando los comunistas se apoderaron de China, encarcelaron a un sacerdote en su propia rectoría cerca de la Iglesia. El sacerdote observó aterrado desde su ventana como los Comunistas penetraron en la iglesia y se dirigieron al santuario. Llenos de odio profanaron el tabernáculo, tomaron el copón y lo tiraron al piso, esparciendo las Hostias Consagradas. Eran tiempos de persecución y el sacerdote sabía exactamente cuantas Hostias contenía el copón: Treinta y dos.

Cuando los comunistas se retiraron, tal vez no se dieron cuenta, o no prestaron atención a una niñita que rezaba en la parte de atrás de la iglesia, la cual vio todo lo sucedido. Esa noche la pequeña regresó y, evadiendo la guardia apostada en la rectoría, entró a la iglesia. Allí hizo una hora santa de oración, un acto de amor para reparar el acto de odio. Después de su hora santa, se adentró al santuario, se arrodilló, e inclinándose hacia delante, con su lengua recibió a Jesús en la Sagrada Comunión. (en aquel tiempo no se permitía a los laicos tocar la Eucaristía con sus manos).

La pequeña continuó regresando cada noche, haciendo su hora santa y recibiendo a Jesús Eucarístico en su lengua. En la trigésima segunda noche, después de haber consumido la última Hostia, accidentalmente hizo un ruido que despertó al guardia. Este corrió detrás de ella, la agarró, y la golpeó hasta matarla con la culata de su rifle.

Este acto de martirio heroico fue presenciado por el sacerdote mientras, sumamente abatido, miraba desde la ventana de su cuarto convertido en celda.

Cuando el Obispo Sheen escuchó el relato, se inspiró a tal grado que prometió a Dios que haría una hora santa de oración frente a Jesús Sacramentado todos los días, por el resto de su vida. Si aquella pequeñita pudo dar testimonio con su vida de la real y hermosa Presencia de su Salvador en el Santísimo Sacramento, entonces el obispo se veía obligado a lo mismo. Su único deseo desde entonces sería, atraer el mundo al Corazón Ardiente de Jesús en el Santísimo Sacramento.

La pequeña le enseñó al Obispo el verdadero valor y celo que se debe tener por la Eucaristía; como la fe puede sobreponerse a todo miedo y como el verdadero amor a Jesús en la Eucaristía debe trascender a la vida misma.

Lo que se esconde en la Hostia Sagrada es la gloria de Su amor. Todo lo creado es un reflejo de la realidad suprema que es Jesucristo. El sol en el cielo es tan solo un símbolo del hijo de Dios en el Santísimo Sacramento. Por eso es que muchas custodias imitan los rayos de sol. Como el sol es la fuente natural de toda energía, el Santísimo Sacramento es la fuente sobrenatural de toda gracia y amor.

JESUS es el Santísimo Sacramento, la Luz del mundo.


Extracto de un artículo "Let the Son Shine" por el Rev. Martin Lucía
 
Originalmente enviado por: Luis Fernando
Mira qué testimonio, Azul

Por amor a la Eucaristía

Unos meses antes de su muerte el Obispo Fulton J. Sheen fue entrevistado por la televisión nacional: "Obispo Sheen, usted inspiró a millones de personas en todo el mundo. ¿Quien lo inspiró a usted? ¿Fue acaso un Papa?".

El Obispo Sheen respondió que su mayor inspiración no fue un Papa, ni un Cardenal, u otro Obispo, y ni siquiera fue un sacerdote o monja. Fue una niña china de once años de edad, :angel:

Explicó que cuando los comunistas se apoderaron de China, encarcelaron a un sacerdote en su propia rectoría cerca de la Iglesia. El sacerdote observó aterrado desde su ventana como los Comunistas penetraron en la iglesia y se dirigieron al santuario. Llenos de odio profanaron el tabernáculo, tomaron el copón y lo tiraron al piso, esparciendo las Hostias Consagradas. Eran tiempos de persecución y el sacerdote sabía exactamente cuantas Hostias contenía el copón: Treinta y dos.

Cuando los comunistas se retiraron, tal vez no se dieron cuenta, o no prestaron atención a una niñita que rezaba en la parte de atrás de la iglesia, la cual vio todo lo sucedido. Esa noche la pequeña regresó y, evadiendo la guardia apostada en la rectoría, entró a la iglesia. Allí hizo una hora santa de oración, un acto de amor para reparar el acto de odio. Después de su hora santa, se adentró al santuario, se arrodilló, e inclinándose hacia delante, con su lengua recibió a Jesús en la Sagrada Comunión. (en aquel tiempo no se permitía a los laicos tocar la Eucaristía con sus manos).

La pequeña continuó regresando cada noche, haciendo su hora santa y recibiendo a Jesús Eucarístico en su lengua. En la trigésima segunda noche, después de haber consumido la última Hostia, accidentalmente hizo un ruido que despertó al guardia. Este corrió detrás de ella, la agarró, y la golpeó hasta matarla con la culata de su rifle.

Este acto de martirio heroico fue presenciado por el sacerdote mientras, sumamente abatido, miraba desde la ventana de su cuarto convertido en celda.

Cuando el Obispo Sheen escuchó el relato, se inspiró a tal grado que prometió a Dios que haría una hora santa de oración frente a Jesús Sacramentado todos los días, por el resto de su vida. Si aquella pequeñita pudo dar testimonio con su vida de la real y hermosa Presencia de su Salvador en el Santísimo Sacramento, entonces el obispo se veía obligado a lo mismo. Su único deseo desde entonces sería, atraer el mundo al Corazón Ardiente de Jesús en el Santísimo Sacramento.

La pequeña le enseñó al Obispo el verdadero valor y celo que se debe tener por la Eucaristía; como la fe puede sobreponerse a todo miedo y como el verdadero amor a Jesús en la Eucaristía debe trascender a la vida misma.

Lo que se esconde en la Hostia Sagrada es la gloria de Su amor. Todo lo creado es un reflejo de la realidad suprema que es Jesucristo. El sol en el cielo es tan solo un símbolo del hijo de Dios en el Santísimo Sacramento. Por eso es que muchas custodias imitan los rayos de sol. Como el sol es la fuente natural de toda energía, el Santísimo Sacramento es la fuente sobrenatural de toda gracia y amor.

JESUS es el Santísimo Sacramento, la Luz del mundo.


Extracto de un artículo "Let the Son Shine" por el Rev. Martin Lucía

Bueno : Luis F. y Azul , y por favor tomen esto como lo que es , deseos de ayudar .

Para alguien como yo , le es muy dificil comprender como es posible que necesiten un pedazo de pan para sentirse llenos del Señor .

El está en mi en todo momento , con solo volverme al interior le encuentro , siempre dulce , siempre paciente , siempre iluminando hasta el mas remoto rincon de mi alma , cuerpo y pensamiento . El ESTÁ ..... EL ES . .
Ustedes hablan de un ritual , ordenado en su memoria , por el mismo , pero mas allá de ese rito , hay una realidad , y es el Cristo que tocó a mis puertas , y que fué recibido con todo el amor que soy capaz de dar .

Yo estoy segura que ustedes usan ese ritual , a la manera de un baston de apoyo a los sentidos , del mismo modo de como lo usa un cojo que no puede caminar sin el .

La idea es adorar a Dios , con la menor participación posible de los sentidos humanos : Estos son limitantes . ¿ Porqué entonces hacerlos mas fuertes aún con esa practica ?

Pienso que esa actitud no favorece la adoración en espiritu y en verdad , sinó aquella de tipo fánática y hasta idolátrica .
 
Elisa:
Para alguien como yo , le es muy dificil comprender como es posible que necesiten un pedazo de pan para sentirse llenos del Señor .


Luis:
Claro, es difícil de que lo comprendas si crees que es un pedazo de pan y no el mismísimo Cristo.
Una vez que se entiende que se está en la presencia del Cuerpo y la Sangre de Cristo, todo se comprende mucho mejor
Y se le adora
Supongo que sí comprenderás el que si nosotros creemos estar delante de la presencia de Cristo o que entramos en comunión con su Cuerpo y su Sangre, entonces reaccionemos así, ¿verdad?
Pues eso
 
Elisa:

Sabes que no sigo algunos dogmas catolicos. Por lo tanto no se me permite ser catolico. Pero los unicos que se acercan a las instrucciones de Jesus de COMO hacer la conmemoracion de la “Cena del Señor” son los catolicos en la celebracion de la Misa.

Te dire que antes yo los criticaba porque NO lo hacian completamente como lo dijo Jesus: “Comer mi cuerpo y beber mi sangre” despues de decir “..”este pan es mi cuerpo y este caliz es mi sangre...”
Mi argumentacion era que se debia hacer las dos cosas: ‘COMER EL PAN, SU CUERPO. Y BEBER SU SANGRE, EL VINO.” como Jesus ordeno.

Pues bien, ahora la Iglesia catolica ha venido cambiando. En la Iglesia que asisto los Domingos, NO porque me obliguen con “normas” SINO porque me siento “tan bien” durante toda la ceremonia , al final recibo “ el cuerpo y la sangre de Jesus”. ES ALGO INENARRABLE PARA LOS QUE LO HACEMOS CON FE Y SINCERIDAD. Para ustedes es dificil entender AUN, yo lo comprendo.

Le pido a Jesus te ilumine y te bendiga a ti y a tu familia, especialmente a los “70 veces siete” hijos tuyos. AMEN.

Manuel



PD:
Existe un “cura”, hijo de un matrimonio de religion Metodista; que despues de recibir una maravillosa educacion metodista cristiana de su padre y madre cristianos. El decidio ingresar al seminario catolico y ser un maravillosos cura catolico. Son cosa de la vida, verdad.
Tu debes haber oido hablar del Padre CASTELLANOD de la Iglesia de San Isidro en Pompano, creo cerca de donde tu vives en Florida. Te dire que a su misa van muchos de otras denominaciones cristianas, y reciben una bendicion especial.
 
Azul escribio:

Yo te admiro Jesús. Me admiro como la gente cuando menciona tu nombre tiene tanta esperanza, me admiro como esperan en ti, me admiro como cargas con sus dolores.

Simplemente al estar yo al lado de ella, sentía tristeza en mi corazón, ¿como te sentirás tu Señor Jesús que sabes no solo sus problemas físicos, sino también los espirituales?
¿Y como es que tu has cargado con los dolores del mundo?

Si yo cuando los veo, quisiera levantar mis manos y decir ¡Que todos sean sanos!-

Me impresiono de ver gente angustiada, buscando ayuda, yo les puedo decir, -Soy Manuel, me gustaría ayudarle- simplemente responderán -Gracias-

Pero si les digo, -Jesús desea ayudarte, ten fe en El- Oh Señor como se les iluminan los ojos.

Jesús como te admiro, como es que eres esperanza para millones de humanos tristes.
 
Iglesia católica, concilio de trento

CÁNONES DEL SACROSANTO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
CAN. I. Si alguno negare, que en el santísimo sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y substancialmente el cuerpo y la sangre juntamente con el alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y por consecuencia todo Cristo; sino por el contrario dijere, que solamente está en él como en señal o en figura, o virtualmente; sea excomulgado.

CAN. II. Si alguno dijere, que en el sacrosanto sacramento de la Eucaristía queda substancia de pan y de vino juntamente con el cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo; y negare aquella admirable y singular conversión de toda la substancia del pan en el cuerpo, y de toda la substancia del vino en la sangre, permaneciendo solamente las especies de pan y vino; conversión que la Iglesia católica propísimamente llama Transubstanciación; sea excomulgado.

CAN III. Si alguno negare, que en el venerable sacramento de la Eucaristía se contiene todo Cristo en cada una de las especies, y divididas estas, en cada una de las partículas de cualquiera de las dos especies; sea excomulgado.

CAN. IV. Si alguno dijere, que hecha la consagración no está el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo en el admirable sacramento de la Eucaristía, sino solo en el uso, mientras que se recibe, pero no antes, ni después; y que no permanece el verdadero cuerpo del Señor en las hostias o partículas consagradas que se reservan, o quedan después de la comunión; sea excomulgado.

CAN. V. Si alguno dijere, o que el principal fruto de la sacrosanta Eucaristía es el perdón de los pecados, o que no provienen de ella otros efectos; sea excomulgado.

CAN. VI. Si alguno dijere, que en el santo sacramento de la Eucaristía no se debe adorar a Cristo, hijo unigénito de Dios, con el culto de latría, ni aun con el externo; y que por lo mismo, ni se debe venerar con peculiar y festiva celebridad; ni ser conducido solemnemente en procesiones, según el loable y universal rito y costumbre de la santa Iglesia; o que no se debe exponer públicamente al pueblo para que le adore, y que los que le adoran son idólatras; sea excomulgado.

CAN. VII. Si alguno dijere, que no es lícito reservar la sagrada Eucaristía en el sagrario, sino que inmediatamente después de la consagración se ha de distribuir de necesidad a los que estén presentes; o dijere que no es lícito llevarla honoríficamente a los enfermos; sea excomulgado.

CAN. VIII. Si alguno dijere, que Cristo, dado en la Eucaristía, sólo se recibe espiritualmente, y no también sacramental y realmente; sea excomulgado.

CAN. IX. Si alguno negare, que todos y cada uno de los fieles cristianos de ambos sexos, cuando hayan llegado al completo uso de la razón, están obligados a comulgar todos los años, a lo menos en Pascua florida, según el precepto de nuestra santa madre la Iglesia; sea excomulgado.

CAN. X. Si alguno dijere, que no es lícito al sacerdote que celebra comulgarse a sí mismo; sea excomulgado.

CAN. XI. Si alguno dijere, que sola la fe es preparación suficiente para recibir el sacramento de la santísima Eucaristía; sea excomulgado. Y para que no se reciba indignamente tan grande Sacramento, y por consecuencia cause muerte y condenación; establece y declara el mismo santo Concilio, que los que se sienten gravados con conciencia de pecado mortal, por contritos que se crean, deben para recibirlo, anticipar necesariamente la confesión sacramental, habiendo confesor. Y si alguno presumiere enseñar, predicar o afirmar con pertinacia lo contrario, o también defenderlo en disputas públicas, quede por el mismo caso excomulgado.



Segun esto soy un excomulgado de la iglesia católica romana, pero soy Hijo de DiosJuan 1:12 , porque Jesus lo quizo asi, porque los peores criminales, pecadores, inmundos, blasfemos, adulteros, forinicarios,etc. somos rescatados por la misericordia del Altisimo y limpiados con la sangre del cordero, perdonando nuestros pecados una vez y para siempre y sin necesidad de mas ofrendas, y dejandonos en libertad para entrar en el santuario en vivo y directo con PapaDios todos los dias.Hebreos 10:18-19 pues nuestro señor Jesucristo no rechaza a nadie que al acuda.Juan 3:16 Y no necesito ninguna cosa para recibir a Jesus y ser salvo mas que mi fe. Hechos 16:31



Gracias padre eterno por tu infinita bondad y misericordia!!!
 
Entonces yo tambien

Entonces yo tambien

Estimado Afex:

Yo tambien y millones de nacidos de nuevo quedamos segun la ICR excomulgados de ella pero felices y seguros en las manos de aquel del cual somos sus miembros de su cuerpo y El es la cabeza.
Llamada tambien la iglesia de Cristo que es un organismo vivo espiritual, universal y de la que no somos echados fuera, al contrario gurdados y perservados. No somos una institucion o edificio o mal llamada denominacion somos uno en Cristo y si no es asi es algo que debemos corregir y entender que el edificio es espiritual conformados con piedras vivas y siendo El la Piedara angular o cabeza de angulo. El es el que le da consistencia.
Sin la cabeza que seria del cuerpo y si un miembro se resiente se resiente todo el cuerpo. Somos la novia de Cristo la cual esta preparando para la boda y como dice en apocalipsis ¡el Espiritu y la esposa dicen ven!
Si nos reunimos con hermanos 2 o 20 o 200 somo iglesia en un lugarsito pequeño y humilde o en un lugar amplio desde que la estructura externa no sea la que opaque a la interna a la iglesia como organismo vivo que se edifica mutuamuente unido a Cristo como los miembros unidos entre si en un curpo que tiene su centro en la cabeza.
La puerta Cristo y El el Pastor, El que por El entrare sera salvo.
El el camino y solo por el tenemos acceso al padre no hay otro camino ni otra puerta ni otro pastor, los otros son salteadores si alguien pastorea debe ser oveja tambien del Pastor Jesucristo y ser moldeado por El apasentado por El.
Y sano no decir yo pertenezco a mi demonicio o mi iglesia o voy a mi iglesia sano decir, yo soy cristina, pertenezco a la iglesia de Jesucristo, me congrego con hermanos en la fe en la presencia del Señor.
No vas al edificio vas a congregarte no pones los ojos en la extructura externa la pones en Jesucristo en Dios; y te gozas en pertenecerle a El junto con millones de hermanos en todo el mundo y en todas las epocas.

Bendiciones:corazon:
 
Fe de erratas

Fe de erratas

Fe de erratas:
E la piedra, en un cuerpo, denominacion.