Me distes la razón de que al Padre nunca nadie le vio ni le oyó, excepto su Hijo. Esto es lógico, puesto que Dios le engendró.
EL ERROR DE LOS SEGUIDORES DE SAULO DE TARSO
Generalmente esta clase de seguidores van de puerta en puerta enseñando que el Hijo es Dios, pero que hubo un tiempo cuando no lo era, sino que el Padre lo engendró.
En este mismo nivel, colocan a Satanás, con la excepción que en su caída fue desheredado.
En esta posición se presenta al Hijo siendo creación de Dios y al Espíritu Santo como otra, pero después.
Este es un lenguaje antropomórfico, entendido como la atribución de cualidades humanas a seres o cosas.
Jesús no es un ser creado, es Creador, que es todo lo contrario.
Pero se usa la palabra "engendrar" asociado a su condición de Hijo, para facilitar la comprensión de "eternamente engendrado".
Es como decir que Jesús, antes de su encarnación, es "el brazo de Jehová" para crear todas las cosas, o como aprendemos en Juan 1:1 en este mismo sentido, de que el "Verbo era Dios", en relación con el Logos Divino.
También hay escrituras donde podemos leer "los ojos de Jehová",
Y no es que Dios tenga cuerpo por cuanto es Espíritu y los verdaderos adoradores, lo hacen en Espíritu y en Verdad (Jn.4:24), pero es una ilustración de lo que es un lenguaje antropomórfico.
En este sentido podemos interpretar este pasaje:
Col 1:15
El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Col 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Col 1:17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
Col 1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
Col 1:19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
No es que Dios sea un Hombre, sino que en Jesús contemplamos a la perfección, los atributos de Dios.
Saulo de Tarso para entender esto, tuvo que ser evangelizado en su camino a Damasco.