Dos voluntades que coinciden perfectamente en todo.
...Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo:
- ¿A quién buscáis?
- A Jesús nazareno.
- Yo soy.
Estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. Volvió, pues, a preguntarles:
- ¿A quién buscáis?
- A Jesús nazareno.
- Os he dicho que yo soy; pues si me buscáis a mí, dejad ir a éstos.
[Dijo esto ]para que se cumpliese aquello que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno. Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
Jesús entonces dijo a Pedro:
- Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?
De perdido, hay que tener buena comprensión lectora para comprender esta Escritura.