El arrianismo no cree que Jesús sea Dios porque también fue un hombre.
Lo que no les queda claro a los areianos es que Dios sea hizo hombre por su enorme compasión hacia el género humano.
El fue amamantado, creció, comió, bebió, aprendió de la Escritura, sufrió, fue humillado y murió.
Pero todo eso, el siendo y nunca dejando de ser Dios, no necesitaba hacerlo, lo hizo por su enorme compasión hacia el género humano. Su vida fue una enseñanza para los seres humanos.
El es la manifesta exacta de la esencia divina. Una manifestación visible para los seres humanos caídos.
Lo sabía todo, aún sin aprenderlo. Estaba más allá de la vida y la muerte.
El cuerpo de gloria estaba en el, y lo manifestó en la muerte. Es un cuepro cósmico qué toma apariencia humana para aparecerse a los discipulos, o otra (luz) para aparecerse a Pablo. Formas como olas en el mar y que vuelven a el.
Jesus es Dios. Siempre lo fue, incluso antes de tomar forma humana.
Los hombre están llamados a ser como Cristo, es decir, a ser como Dios. Eso va más allá de las promesas del judaísmo, del islam y del arrianismo.