Después de leer cuidadosamente Mateo 23.1-12, preguntémonos: ¿podríamos reemplazar en el texto de Mateo 23.8 la palabra “Rabí” por la palabra “pastor”?. Si lo hacemos, la frase quedaría así: “Pero vosotros no queráis que os llamen pastor, porque Uno es vuestro Pastor (Jesucristo) y todos vosotros sois Hermanos”. ¿Qué diferencia tiene esto con lo expresado para maestro? (Mateo 23.10); ninguna, excepto por la función que el Espíritu Santo quiere desarrollar a través de ese Hermano, al cual asignó esa tarea. De hecho, en la Iglesia Genuina de Jesucristo, Él reparte Dones a través de su Espíritu Santo a cada miembro según su Voluntad (lea 1 Corintios 12.1-31). Así que si Jesucristo Unge a un Hermano para guiar, ayudar y proteger al Rebaño, no es el espíritu débil de ese Hermano quien lo hace, sino el Todopoderoso Espíritu del Señor. Del mismo modo es para el que profetiza, predica, etc.; Uno es el Profeta, Uno el Predicador, etc., el cual es Jesucristo. En este contexto, ¿qué podríamos razonar sobre dejarse llamar “padre o Padre” como ocurre en el catolicismo?: “Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque Uno es vuestro Padre, el que está en los cielos” (Mateo 23.9). Claro está que esto es en estricto Sentido Espiritual.<?XML:NAMESPACE PREFIX = O /><O
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El razonamiento Espiritual que hemos explicado, evita que cualquier Hermano/a pueda llegar a enredarse en el lazo del diablo al “hincharse”, como consecuencia de ser llamado pastor, maestro, profeta, etc. Porque como dice la Palabra en 1 Corintios 4.7: ¿o qué tienes que no hayas recibido? (lea también 2 Corintios 3.5-6; 1 Corintios 8.2-3). Amén.<O
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El razonamiento Espiritual que hemos explicado, evita que cualquier Hermano/a pueda llegar a enredarse en el lazo del diablo al “hincharse”, como consecuencia de ser llamado pastor, maestro, profeta, etc. Porque como dice la Palabra en 1 Corintios 4.7: ¿o qué tienes que no hayas recibido? (lea también 2 Corintios 3.5-6; 1 Corintios 8.2-3). Amén.<O
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