Januká, la Fiesta de la Dedicación y el Testimonio

Yitzik

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3 Noviembre 2003
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Januká
El testimonio de una luz para el mundo

por Yitzchak (Yitzik) R.


Ahora estamos celebrando la fiesta de Januká (Dedicación), aunque esta no es un fiesta ordenada por Dios al Pueblo de Israel, es una fiesta de alegría que conmemora los milagros y las victorias sobre el enemigo que deseaba imponer el paganismo y erradicar la observación de los mandamientos Divinos.

El día 25 de Kislev comienzan los ochos días de Januká, cada día de la fiesta se enciende una vela hasta llegar a encender un total de ocho velas el último día de la fiesta, la Fiesta de las Luces o como es más conocida “La Fiesta de la Dedicación”, celebra la recuperación del Templo de manos de los seléucidas, cuando ellos tomaron la Tierra de Israel de manos de los ptolomeos en el año 197 a.c., ellos entraron al Templo Sagrado y lo impurificaron, haciendo sacrificios a los dioses paganos, todos estos sacrilegios fueron parte de la campaña política de Antíoco Epífanes para que el Pueblo Judío no observara los mandamientos del Señor, su campaña ordenaba la prohibición de la circuncisión a los niños, la enseñanza de los pequeños, la lectura de la Torá en las sinagogas, y además entre su intención para que el Pueblo de Israel se asimilara abrió centros helenistas de deporte y cultura, algunos judíos fueron atraídos por estas costumbres que iban en contra de los mandamientos, pero la mayoría del pueblo se oponía a tales prácticas y preferían la muerte a tener que faltar al Dios de sus Padres: “Sucedió también que siete hermanos apresados junto con su madre eran forzados por el rey, flagelados con azotes y nervios de buey, a probar carne de puerco (prohibida por la Ley). Uno de ellos, hablando en nombre de los demás, decía así: ¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que violar las leyes de nuestros padres” (II Macabeos 7:1-2), algunos judíos siguieron la ordenes por temor, muchos abandonaron el país, pero entre aquellos que se quedaron en la Tierra Prometida estaba Matitiáhu el levita; como siempre los grandes movimientos comienzan por un hombre respaldado por Dios y ellos se enfrentan solos contra todo el mundo, como Abraham; Moisés; Elías; y muchos otros, las grandes revoluciones que han marcado el destino del mundo han comenzado por un hombre sin ejércitos o sin poder, después de que Matitiáhu muere, sus cuatro hijos: Yehudá, Shimón, Yonatán y Azaría luchan en contra del enemigo, después de que ellos lo vencen la Casa de los Hasmoneos toma el poder, por desgracia esta Casa llena de orgullo por sus victorias se olvida de los milagros hechos por el Eterno y vuelven su cara hacia Roma, siendo tentados por los tratos diplomáticos y la política.

La conquista de la Tierra de Israel por los griegos y las guerras de los judíos en contra de los seleúcidas las podemos ver en los libros de los Macabeos (estos libros no son parte del Canon Sagrado), la guerra que comenzó alrededor del año 170 tuvo su fin en el año 63 a.c. debido a la intervención romana.

Debido a que la Casa de los hasmoneos no tenía en gracia al partido de los fariseos y los acusaban de hipócritas, a causa de que los fariseos consideraban a los hasmoneos como traidores, es que los fariseos no hablaron por mucho tiempo sobre Januká y solo podemos encontrar este evento y sus detalles escritos varios siglos después por los rabinos en el Talmud, a pesar de esto es interesante que el Evangelio de Juan es una de las fuentes judías más antiguas que habla sobre la Festividad de Januká, “Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón” (10:22-23), junto con los libros de los Macabeos, encontramos que el Evangelio de Juan y Flavio Josefo hablan de la Festividad de la Dedicación, pero no mencionan el milagro que sucedió en el Templo.


El Milagro de Januká

Aunque para muchos cristianos existe un período de 400 años de silencio en el que Dios no se manifiesta a Su pueblo, para los judíos es muy diferente, según la Tradición Judía, Dios se manifestó por medio de un hermoso milagro cuando el Templo fue dedicado de nuevo por Yehudá el Macabeo y el Pueblo de Israel aquel 25 de Kislev.

En el Evangelio de Juan se recuerda que ya en la época del Señor la celebración de la purificación del Templo se hacía en Jerusalén y los judíos subían para conmemorarla.

Según Flavio Josefo, el Templo después de haber sido impurificado, se destruye toda la idolatría que había profanado el Santuario, el Templo es limpiado cuidadosamente y se construye un nuevo altar, siendo nuevamente dedicado el Santuario el 25 de Kislev, Josefo trae la historia de la Dedicación con muchos detalles (Antigüedades de los Judíos 12:7:6), pero no menciona el milagro de Januká.

La primera mención que tenemos de Januká en el Talmud es en el Tratado Shabat: “¿Qué es Januká? Dijeron los Rabinos: En el 25 de Kislev, los ocho días de Januká no son días de duelo y de ayuno. Porque cuando entraron los griegos al Santuario, impurificaron todos los aceites que estaban allí. Y cuando se levantó el reino de los hasmoneos y fueron victoriosos, buscaron y encontraron solo una vasija de aceite en la que estaba el sello del sumo sacerdote, y era suficiente solo para un día (para encender las velas de la Menorá - candelabro de siete brazos), se hizo un milagro y estuvieron prendidas ocho días, al año siguiente se decretó estos días de alabanza y agradecimiento” (21b).

Es así la primera vez que se recuerda en el Talmud la Festividad de Januká y el milagro de la vasija de aceite, dando por testimonio que el decreto de esta festividad fue decretado por “los Sabios de aquella generación” y escrito en la Guemará (segunda parte del Talmud) siglos después, según los rabinos las victorias de los judíos en contra de los griegos es gracias a que Dios se manifestó y apiadó de Su pueblo, haciendo milagros y actuando de una forma palpable, el milagro de la Menorá encendida por ocho días con una sola vasija de aceite purificado que era suficiente para un día, hasta que se hiciera más aceite puro, fue la confirmación de la Presencia del Eterno en aquella época de angustia y peligro para el Pueblo de Israel, la Mishná Brurá lo relata de la siguiente forma: “Porque en los días del segundo Templo los reyes de Grecia decretaron leyes sobre Israel y anularon su Fe (religión).... hasta que el Dios de nuestros Padres se apiadó y nos salvó de sus manos y nos libró de ellos... porque no encontraron sino solo una vasija de aceite.... y encendieron las velas (del candelabro) por ocho días, hasta que machacaron aceitunas y sacaron aceite puro. Por eso los Sabios de aquella generación decretaron estos ocho días desde el 25 de Kislev para alegría y alabanza, enciendan en esos días velas en las entradas de las casas cada noche de los ocho días, para mostrar y revelar el milagro” (Mishná Brurá 670).


Costumbres de la Festividad

“Por eso los Sabios de aquella generación decretaron estos ocho días desde el 25 de Kislev para alegría y alabanza, enciendan en esos días velas en las entradas de las casas cada noche de los ocho días, para mostrar y revelar el milagro”.

En la literatura rabínica se encuentran los detalles de cómo se debe celebrar Januká, pero en general podemos decir que Januká se celebra con comidas y cantos de alabanza, en las oraciones diarias hay un texto especial que se agrega y dice así:

“Por los milagros, y la salvación, y las proezas... y las guerras que hiciste por nuestros padres en aquellos días y en este tiempo.... en los días de Matitiáhu hijo de Yojanán el sumo sacerdote... y se fijaron estos ocho días de la dedicación (del Templo), para agradecer y alabar Tu gran Nombre”.

La forma de principal de celebrar esta festividad es por medio del encendido de velas cada noche de la festividad para conmemorar cada día del milagro llevado por el Señor al mantener el Candelabro encendido por ocho días, es importante que el candelabro (janukía, tiene 9 brazos) sea puesto en un lugar en la casa en el cual las personas que están en la calle puedan verlo con claridad, es así que muchas familias acostumbran colocar la janukía en la entrada de sus casas o en las ventanas que dan hacia la calle principal. La razón por la que se debe hacer esto es como dice en el Talmud: “para mostrar anunciar el milagro”, la forma principal de enaltecer a Dios y Sus proezas es por medio del testimonio público, es así que el mandamiento principal de esta celebración sea el dar testimonio de lo que Dios hizo por Su pueblo.


La Festividad de Januká y Yeshua

En la literatura rabínica se pueden ver el cómo y en qué lugar se debe colocar el candelabro, y aunque los detalles son muchos, la única y principal razón es el “pirsum ha’nes”, es decir, ‘la proclamación del milagro’ en público, esta razón se recuerda en los cantos, oraciones y actos durante toda la festividad.

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt. 5:14-16).

El Sermón del Monte es unos de los grandes textos que encontramos en los Evangelios de Mateo y Lucas, según la opinión de grandes interpretes del Nuevo Testamento, el Sermón del Monte es más que un simple sermón y se convierte en una ‘drashá’, que es la forma antigua en que los rabinos enseñaban a sus discípulos. Es en este sermón donde vemos nuevamente la enseñanza de los rabinos con respecto a la ‘luz y el testimonio’.

La idea de que el testimonio es una luz se remonta al significado y simbolismo del candelabro de siete brazos en el Lugar Santo, y esa misma idea la podemos ver en las siguientes palabras: “también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra” (49:6; y 42:6), es decir, que las naciones verán el cumplimiento de las profecías en Israel y su testimonio será luz que traerá la salvación a la naciones que tendrán participación en la salvación de Israel.

De una forma muy resumida se puede decir que en el Judaísmo la luz ha sido la señal de la presencia de Dios en medio de la oscuridad, es así, que el Señor refleja la idea de la presencia de Dios en nuestro cuerpo de la siguiente manera: “Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor” (Lc. 11:36), es así que si en nosotros no brilla la luz del testimonio, no podremos ser velas que den testimonio de nuestro cuerpo como templo purificado y dedicado al Señor.

Si nos damos cuenta las palabras escritas en los evangelios no se alejan en nada de la idea rabínica: “Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa”, es decir, para que la luz sea vista por todos aquellos que están en la casa, debe estar en un lugar donde todos la puedan ver con claridad, no muy alto donde sea difícil verla y no alumbra lo suficiente, o no muy bajo donde solo puede alumbrar un poco.

Después el Señor sigue y dice: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”, he aquí en estas palabras encontramos también lo dicho por los rabinos con relación a Januká, en primer lugar, se deben colocar las velas de Januká en un lugar donde se puedan ver por todos para así poder anunciar el milagro, en tiempos de paz se debe hacer público, colocando las velas en la puerta de la casa o en la ventana, y en tiempos de peligro (persecución) dentro de la casa para que el milagro sea público por lo menos entre aquellos que están en la casa. En segundo lugar, la meta de hacer público el milagro es glorificar al Eterno, es decir, que las velas de Januká no las debemos poner a la vista de los demás para que el público piense que somos unas personas santas y seguimos sus mandamientos por mérito propio, haciendo público un testimonio falso y lleno de orgullo, sino que debe ser como dice el Señor: “y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”, en las palabras de los rabinos: “para agradecer y alabar Tu gran Nombre”, y de esta forma podamos cumplir las palabras de Pablo: “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (Flp. 2:15).

Es así que de esta forma el Señor nos pide hacer ‘la proclamación del milagro’ por medio de nuestras obras, y ¿cuál es el milagro que se ha de proclamar?

Otras de las enseñanzas de Januká, es que las velas de cada día se encienden con la ayuda de una vela que se llama ‘shamash’ (ayudante o servidor, o siervo), el shamash es una vela que solo tiene la función de servir, y su fuego se puede utilizar para cualquier propósito, mientras que las otras velas que se usan para conmemorar cada día, está prohibido utilizar el fuego para cualquier fin, como se dice a la hora de encender la janukía cada día: “estas velas las encendemos por los milagros... estas velas son santas y no tenemos permiso de utilizarlas, sino solo para verlas solamente...”, es decir, es que las velas están destinadas a servir como testimonio del milagro y no se pueden utilizar con otro propósito como leer o trabajar con la ayuda de la luz de ellas, mientras que con la vela que es el shamash podemos leer y utilizarla para otros fines. Es interesante que esta vela que se llama shamash, a pesar de que es un simple instrumento, tiene un lugar importante en la janukía, recibiendo el lugar más alto entre todas las velas.

Mientras que las velas de cada día representan y dan testimonio del milagro, la vela del shamash nos recuerda al siervo justo, al Señor Yeshua, que como un shamash (siervo) hicimos de él cordero por nuestros pecados, y a pesar de que por nuestra culpa él sufrió nuestros dolores, es este mismo shamash fue ascendido al lugar más alto en gloria, y es este shamash el que enciende nuestra vela para dar testimonio de aquel milagro y obra hecha por medio del Shamash de Dios en el Calvario, y así por nuestras obras poder proclamar lo que el Eterno hizo por nuestros padres en aquellos días y es vigente para hoy también.

Es así que el Señor nos pide que demos testimonio de Su obra la cual nos permite purificar Su templo, que es nuestro cuerpo y por medio del mismo ser una vela que anuncie y de testimonio de forma pública para que todos puedan engrandecer el Santo Nombre del Eterno.

Por último los dejo con unas estrofas de la canción tradicional de Januká que se llama ‘Maoz Tzur’ (Poderosa Roca).

Oh Poderosa Roca de mi salvación,
alabarte es un deleite.

Restaura mi casa de oración,
y allí traeremos nuestro sacrificio de gracias.

Cuando tú prepares el sacrificio
por la blasfemia del enemigo,

Entonces yo completaré con un himno
La dedicación del Altar.

Feliz Januká para todos y buen testimonio, :bicho:
 
Yitzik:
Ahora estamos celebrando la fiesta de Januká (Dedicación), aunque esta no es un fiesta ordenada por Dios al Pueblo de Israel

Luis:
O sea, que lo hacéis por tradición, ¿verdad?
Bien está que se sepa

Esteeee, ¿nos puedes copiar lo que dice el Talmud en Yoma 29a.?
Graciassss, :cool:


Yitzik:
es una fiesta de alegría que conmemora los milagros y las victorias sobre el enemigo que deseaba imponer el paganismo y erradicar la observación de los mandamientos Divinos

Luis:
Lo mejor es citar el capítulo 4 del Libro de Macabeos, aceptado como canónico entre otros por los judíos falashas, para que todo el mundo se entere de las raíces bíblicas de esa fiesta judía:

1ª Mac 4, 36 y ss
Judas y sus hermanos dijeron entonces: “Ahora que nuestros enemigos han sido derrotados, vayamos a purificar y a consagrar el templo.” Todo el ejército se reunió y subió al monte Sión. Allí vieron el templo en ruinas, el altar profanado, las puertas incendiadas; en los atrios crecía la maleza, como en el bosque o en el monte; las habitaciones estaban destruidas. Entonces se rasgaron la ropa, dieron muestras de intenso dolor, se cubrieron de ceniza y se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente. Luego, al toque de las trompetas, clamaron a Dios.
En seguida Judas dio a sus soldados la orden de atacar la ciudadela, mientras él purificaba el templo. Escogió sacerdotes de conducta intachable, cumplidores de la ley, para que purificaran el templo y llevaran las piedras profanadas a un lugar no sagrado. Estuvieron pensando qué hacer con el altar de los holocaustos, que había sido profanado, y por fin se les ocurrió la buena idea de destruirlo, para que no fuera una continua acusación contra ellos, puesto que los paganos lo habían profanado. Así pues, demolieron el altar y colocaron las piedras en la colina del templo, en lugar apropiado, hasta que viniera un profeta que les indicara lo que debían hacer con ellas. Luego tomaron piedras sin tallar, según lo ordena la ley, y construyeron un nuevo altar igual al anterior. Reconstruyeron el templo, restauraron su interior y purificaron los atrios. Hicieron nuevos utensilios sagrados y volvieron a instalar en el santuario el candelabro, el altar del incienso y la mesa para los panes sagrados. Quemaron incienso sobre el altar y encendieron las lámparas del candelabro para que alumbraran en el santuario. Pusieron panes sobre la mesa y colgaron las cortinas, y así terminaron todo su trabajo.
El día veinticinco del noveno mes (es decir, el mes llamado Quisleu) del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron muy temprano y ofrecieron, de acuerdo con la ley, un sacrificio sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían construido. En el aniversario del día en que los paganos habían profanado el altar, en ese mismo día, lo consagraron con cantos y música de cítaras, arpas y platillos. Todo el pueblo cayó de rodillas y se inclinó hasta el suelo para adorar a Dios y darle gracias por el éxito que les había concedido. Durante ocho días celebraron la consagración del altar y ofrecieron con alegría holocaustos y sacrificios de reconciliación y de acción de gracias. Adornaron la fachada del santuario con coronas de oro y escudos decorativos, repararon las entradas y las habitaciones, y les pusieron puertas. Hubo gran alegría en el pueblo, porque se veían libres de la humillación que les habían causado los paganos. Judas con sus hermanos y con todo el pueblo de Israel reunido determinaron que la consagración del nuevo altar se debía celebrar cada año con gozo y alegría durante ocho días, a partir del día veinticinco del mes de Quisleu.


Por cierto, ándate con ojo porque algun@ es muy capaz de decirte que el uso de velas es propio del paganismo
 
¿Y en qué te he faltado al respeto en este epígrafe?
¿en lo de que celebráis la Januká por tradición?
¿en pedirte que cites Yoma19a donde, tengo entendido, se comenta que los judíos leían el libro de Macabeos durante estas fiestas?
¿en citar 1ª Mac 4 y recordar que hay judíos que aceptan la canonicidad de dicho libro?
¿en lo de las velas?

Si es por esto último, lee, lee:
Maripaz:
¿Para qué se encienden las velas en las iglesias?

Luis:
Para muchas otras cosas. Por ejemplo, como decía San Jerónimo, "se encienden las velas cuando se lee el evangelio, ciertamente no para poner tinieblas en la luz, sino como un símbolo de gozo"
Usamos velas en la Misa nocturna de Navidad como símbolos de que Cristo, la luz del mundo, ha nacido
De la liturgia bizantina nos viene este testimonio:
"La vigilia pascual es ya la celebración del santo Domingo de Pascua, en el que se celebra la vivificante Resurrección de Cristo. Cuando suenan las campanas de la media noche se hace una procesión alrededor de la Iglesia con las velas encendidas y comienza la celebración con el tropario: "Tu Resurrección, (oh Cristo Salvador! los ángeles cantan en los cielos, haznos dignos también a nosotros, sobre la tierra, de glorificarte con puro corazón." Después de la lectura del Evangelio de la Resurrección (Mc 16:1-8), se entona por tres veces el tropario que resonará todavía decenas y decenas de veces en la noche santa; "Cristo ha resucitado de entre los muertos con su muerte aplastó la muerte y los que estaban el sepulcro les dio la vida." La procesión gozosa entra en el templo adornado de luz y de flores, repitiendo incansablemente el tropario pascual y el augurio de la Resurrección, repetido en varias lenguas. Y comienzan los maitines de la Resurrección con hermosísimos textos entre los cuales es necesario recordar el Canon poema de la Resurrección de Juan Damasceno.

y etc, etc

Maripaz contesta:
Es decir, costumbres y tradiciones de hombres que no se encuentran en la Palabra de Dios.
 
Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación . Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. (Juan 10:22-23)


Fiesta de la dedicación = Januka



Luis, eres un perfecto maleducado, un tergiversador de palabras y un sinverguenza.



Adios.
 
Luis citó
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Usamos velas en la "Misa" nocturna de Navidad como "símbolos" de que Cristo, la luz del mundo, ha nacido

De la "liturgia bizantina" nos viene este testimonio:

"La vigilia pascual es ya la celebración del santo Domingo de Pascua, en el que se celebra la vivificante Resurrección de Cristo. Cuando suenan las campanas de la media noche se hace una procesión alrededor de la Iglesia con las velas encendidas y comienza la celebración con el tropario: "Tu Resurrección, (oh Cristo Salvador! los ángeles cantan en los cielos, haznos dignos también a nosotros, sobre la tierra, de glorificarte con puro corazón." Después de la lectura del Evangelio de la Resurrección (Mc 16:1-8), se entona por tres veces el "tropario" que resonará todavía decenas y decenas de veces en la noche santa; "Cristo ha resucitado de entre los muertos con su muerte aplastó la muerte y los que estaban el sepulcro les dio la vida." La procesión gozosa entra en el templo adornado de luz y de flores, "repitiendo incansablemente" el "tropario pascual" y el "augurio" de la Resurrección, repetido en varias lenguas. Y comienzan los maitines de la Resurrección con hermosísimos textos entre los cuales es necesario recordar el Canon poema de la Resurrección de "Juan Damasceno".

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Con todo respeto y en el amor de Cristo Luis Fernando.

Nada, pero nada tiene que ver lo que usted dice con lo que dice Yitsik. y si usted conociera mas de su Religión como un servidor, se daría cuaenta de ello. Usted está en una Religión y ¿sabe que? LA ¡RELIGIÓN NO SALVA! Me atrevo a decirle esto, porque veo que por mas explicaciones que se le dan a la luz de las Escrituras, usted sige en lo mismo.y si conociera un poquitén de la fiesta de januká no se mofaría subliminalmente como lo hace.

Yo por mi parte estaré orando por usted para que El Señor lo alcanza y lo Salve.

Usted no es Salvo ya que existe una sola manera de serlo. Lea la Biblia y se enterará.
 

Adjuntos

  • el divino plan par ser salvo.doc
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A ver, Maripaz, ¿porqué soy maleducado?
¿por decir que la Januká se basa en lo narrado por el primer libro de Macabeos? ¿por confirmar las palabras de Yitzik de que no es una fiesta instituida por Dios y sin embargo se celebra por los judíos? ¿por lo de las velas?
Por cierto, gracias por la cita del NT, ya que confirma que lo ocurrido en tiempos de los Macabeos fue tan importante como para que una fiesta así se celebrara solemnemente en tiempos de Cristo. Digo yo que eso puede tener "algo" que ver con el hecho de que algunos "locuelos" aceptemos la presencia de 1ª Macabeos en la Biblia.

Y oye, ME PARECE FANTÁSTICO QUE LOS JUDÍOS CELEBREN LA JANUKÁ
Yo celebro el nacimiento de Cristo que me parece aún más importante, pero lo uno no quita lo otro. Unos celebran sus tradiciones y nosotros las nuestras. Y habrá quienes no celebren nada. Aquí paz y después gloria.

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Servando, la religión no salva, cierto. Cristo es el Salvador. Pero por eso mismo, cualquier religión que rechace explícitamente a Cristo, no puede ser medio de salvación. Con todo, le recuerdo que hay una religión pura delante de Dios. Lea el libro de Santiago y lo verá, creo que al final del primer capítulo
 
Yitzik, Maripaz.

Alegraos ambos junto a mi.
Cuando L.F. provoca se debe a que le duelen las aportaciones de Yitzik.
Cuando algo le pica tiene esta forma de rascarse.

A propósito: ¿Nuestro Día de la Constitución (6 de diciembre) está en la Biblia o en 1ª y 2ª de Macabeos? :D :D :burla:

Ya es el colmo de los absurdos pretender que la Fiesta de las Luces de canonicidad a los libros de los Macabeos. Así tambien se la da la Constitución Española.
:enfadado:
 
Sospecho que el que anda picado no soy yo sino OTROS

En el día de la Constitución española no se liberó al pueblo de Dios de ninguna opresión pagana ni se reinstauró el culto divino en el Templo de Jerusalén. Los libros de Macabeos sí cuentan esa liberación. Son historia sagrada que cuentan sucesos muy relacionados con determinadas profecías del profeta Daniel
 
Luis Fernando. El Señor te de sabiduría. Estoy orando por tí.

La verdad yo no quiero armar polémica sobre las Religiones. Es mi intención, en el amor de Cristo mostrar tu posición dentro de una religión. Parafraseando un poco (RELIGIÓN: conjunto de leyes y normas dada a los hombres por los hombres) ¿ok? Yo no hablo de la Religión pura y sin mancha. Hablo de tí que estas en una religión. Y aún si hablara de dicha religión; Tu no la practicas. ¿por qué digo esto? Por que yo en un tiempo asistí a iglesias católicas, y ahí no practican la religión pura y sin mancha. ¡os lo aseguro! Desde el momento en que los sacerdotes mienten a sus feligreses en casi todo escudados en uno que otro versículo biblico. Pues... No es una religión pura y sin mancha. ¿no crees?

pregunto ¿como le hacen ustedes los católicos, "apostólicos y romanos" para darle todo el honor y la gloria y el reconocimiento de su poder a Dios, teniendo en sus templos imágenes de todos los santos habidos y por haber inventados por los hombres y estatuas incluso de Jesucristo?

Otra pregunta con todo respeto. ¿si a tu padre le hubiesen dado muerte con una pistola, exibirías esa arma y dirías a todos orgullosamente: miren, con esta arma mataron a mi padre?

En el amor de Cristo.- Servando
 
Originalmente enviado por: Luis Fernando
Sospecho que el que anda picado no soy yo sino OTROS

En el día de la Constitución española no se liberó al pueblo de Dios de ninguna opresión pagana ni se reinstauró el culto divino en el Templo de Jerusalén. Los libros de Macabeos sí cuentan esa liberación. Son historia sagrada que cuentan sucesos muy relacionados con determinadas profecías del profeta Daniel

Historia Sagrada, si. Pero esto no les da canonicidad.
Los libros canónicos no estan en el canon mediante la "autoridad" de Trento. Estan porque fueron Inspirados por Dios. Y los que no están en el canon no es por que fuesen rechazados por alguien, sino porque no son Inspirados por Dios.

Así que el "pueblo de Dios" mediante la Constitución Española ¿no se libró de ninguna opresión pagana? Si esta se cumpliese por parte de los Gobiernos todo el pueblo español se libraría de la pagana opresión del nacional catolicismo. Esta opresión actualmente pretende que la enseñanza de su pagano dogmatismo sea de enseñanza obligatoria en la escuela pública.
Siempre lo mismo. Los que hace siglos perdieron la capacidad de convencer, pretenden vencer obligando.
Catequezicat en vuestras parroquias y dejad en paz a los alumnos de la escuela pública.
Menos mal que en mi pais el Tribunal Institucional ha dado la razón a Generalitat y eso no nos lo vais a imponer.
Como vez la capacidad liberadora de la Constitución a veces funciona.