Invocación al Señor

18 Noviembre 1998
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Invocación al Señor

Te invoco, Dios Verdad, principio, origen y fuente de la verdad de todas las cosas verdaderas. Dios Sabiduría, autor y fuente de la sabiduría de todos los que saben. Dios verdadero y suma Vida, en quien, de quien y por quien viven todas las cosas que suma y verdaderamente viven. Dios Bienaventuranza, en quien y por quien son bienaventurados todos los que son bienaventurados. Dios Bondad y Hermosura, principio, causa y fuente de todas las cosas buenas y hermosas. Dios Luz espiritual, que bañas de claridad todo lo que brilla a la inteligencia. Dios, cuyo reino es todo el mundo inaccesible a los sentidos. Dios, que gobiernas los imperios con leyes que se derivan de los reinos de la tierra.

Separarse de Ti es caer; volverse a Ti, levantarse; permanecer en Ti es hallarse firme. Alejarse de Ti es morir, volver a Ti es revivir, morar en Ti es vivir. Nadie te pierde sino engañado, nadie te busca sino avisado, nadie te halla sino purificado. Dejarte a Ti es ir a la muerte, seguirte es amar, verte es poseerte. Para Ti nos despierta la fe, levanta la esperanza, une la caridad.

Te invoco, oh Dios, por quien vencemos al enemigo, por cuyo favor no hemos perecido totalmente. Tú nos avisas que vigilemos, Dios, con cuya luz discernimos los bienes de los males, y con cuya gracia evitamos el mal y hacemos el bien. Tú nos fortificas para que no sucumbamos en las adversidades.

Dios, a quien se debe nuestra obediencia y buen gobierno. Dios, por quien aprendemos que es ajeno lo que alguna vez creímos ajeno. Dios, por quien superamos los estímulos y halagos de los malos. Dios, por quien las cosas pequeñas no nos envilecen y nuestra porción superior no está sujeta a la inferior. Dios, por quien la muerte es sorbida en victoria. Dios, que nos conviertes. Dios, que nos desnudas de lo que no es y nos vistes de lo que es. Dios, que nos haces dignos de ser oídos, que nos defiendes y nos guías a la verdad. Dios, que nos muestras todo bien, dándonos la cordura y librándonos de la estupidez ajena. Dios, que nos vuelves al camino, que nos traes a la puerta y haces que sea abierta a todos los que llaman. Dios, que nos das el Pan de la Vida, que nos das de beber lo que verdaderamente nos sacia. Dios, que arguyes al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Dios, por quien no nos arrastran los incrédulos, por quien reprobamos el error de los que piensan que las almas no tienen ningún mérito delante de Ti, por quien no somos esclavos de los flacos y serviles elementos. Dios, que nos purificas y preparas para el divino premio, acude propicio en mi ayuda.

Todo cuanto he dicho eres tú, mi Dios único; ven en mi socorro, una, eterna y verdadera sustancia, donde no hay ninguna discordancia, ni confusión, ni cambio, ni indigencia, ni muerte, sino suma concordia, suma evidencia, soberano reposo, total plenitud y suma vida; donde nada falta no sobra; donde el que engendra y el que es engendrado son una sola cosa. Tú creaste al hombre a tu imagen y semejanza, como lo reconoce todo el que a sí mismo se conoce. Óyeme, escúchame, atiéndeme, Dios mío, Señor mío, Rey mío, Padre mío, principio y Creador mío, esperanza mía, herencia mía, mi honor, mi casa, mi patria, mi salud, mi luz, mi vida. Escúchame, escúchame, escúchame según tu costumbre, de tan pocos conocida.

Ahora te amo a Ti solo, a Ti solo sigo y busco, a Ti solo estoy dispuesto a servir, porque tú solo justamente señoreas; quiero estar bajo tu jurisdicción. Manda lo que quieras, pero sana mis oídos para oír tu voz; cura y abre mis ojos para ver tus signos; destierra de mí toda ignorancia para que te reconozca. Dime adónde he de dirigir la mirada para verte, y espero todo lo que me mandes.

Recibe a tu fugitivo, Señor, clementísimo Padre; basta ya con lo que he sufrido; basta con mis servicios a tu enemigo, hoy puesto bajo tus pies; basta ya de ser juguete de las apariencias falaces. Recíbeme como siervo tuyo; vengo huyendo de tus contrarios, que me retuvieron sin pertenecerles, porque vivía lejos de Ti. Ahora comprendo la necesidad de volver a Ti: ábreme la puerta porque estoy llamando, enséñame el camino para llegar a Ti. Sólo tengo voluntad; sé que lo caduco y transitorio debe despreciarse para llegar a lo seguro y eterno. Esto hago, Padre, porque sólo esto sé, pero aún no conozco el camino para llegar a Ti. Enséñamelo tú, muéstramelo tú, dame tú la fuerza para el viaje. Si con la fe llegan a Ti los que te buscan, no me niegues la fe; si con la virtud, dame la virtud; si con la ciencia, concédeme la ciencia. Aumenta en mí la fe, acrecienta la esperanza, amplía la caridad. ¡Qué admirable y singular es tu bondad!

A Ti se elevan mis suspiros, y vuelvo a pedirte alas para subir a Ti. Si me abandonas, la muerte se cierne sobre mí; pero tú no abandonas, porque eres el Sumo Bien y nadie te buscó del modo debido sin que te encontrara. Y debidamente te buscó quien recibió de Ti el don de buscarte como se debe. Que te busque, Padre mío, sin caer en ningún error; que al buscarte a Ti, no me salga al encuentro otro en tu lugar. Ya que mi único deseo es poseerte, ponte a mi alcance, Padre mío; y si ves en mí algún apetito superfluo, límpiame para que pueda verte.

Con respecto a la salud corporal, mientras no me conste que es útil para mí o para mis amigos, a quienes amo, todo lo dejo en tus manos, Padre sapientísimo y óptimo, y rogaré por esta necesidad según oportunamente me indicares. Ahora sólo imploro tu clemencia para que me conviertas plenamente a Ti y destierres todas las repugnancias que a ello se opongan. Y mientras lleve la carga de este cuerpo, haz que sea puro, magnánimo, justo y prudente, perfecto amante y conocedor de tu sabiduría, y digno de la habitación y habitante de tu beatísimo reino.
Amén, amén.

San Agustín
 
Invocación

Invocación

Luís Fernando gracias por tu opinión rápida y sincera sobre mi mensaje
"El Templo",las citas que me has eviado han abierto mi curiosidad sobre sus autores (¿en qué fecha se escribieron, que formato tienen se
pueden adquirir?),recibe un cordial saludo.
Edu.
 
Edu, las citas son mi firma.
San Agustín nació en el 354 y murió en el 430
San Juan Crisóstomo nació en el 345 y murió en el 407

Si sabes inglés, puedes leer a ambos en la siguiente web

http://www.ccel.org/fathers2/
 
Invocación al Señor

QUIERO TENER TU PRESENCIA
QUIERO QUE ESTES A MI LADO
NO QUIERO HABLAR DEL FUTURO
NO QUIERO HABLAR DEL PASADO

NO QUIERO HABLAR DE ESOS NIÑOS
QUE ESTAN TAN DESAMPARADOS
NO QUIERO HABLAR DE LA GUERRA
NO QUIERO HABLAR DEL PARADO

QUIERO TENER TU PRESENCIA
QUIERO QUE ESTES A MI LADO
NO QUIERO HABLAR DE LA LUCHA
SI NO ESTAMOS PREPARADOS

QUIERO BUSCAR UN CAMINO
QUE NO SE ENCUENTRE EMBARRADO
NO QUIERO HABLAR DEL MENDIGO
NO QUIERO HABLAR DEL ESCLAVO

NO QUIERO HABLAR PERO HABLO
Y EMPIEZO A ESTAR YA CANSADO
DE MUY BUENAS INTENCIONES
SIN ENTREGAR NADA A CAMBIO

NO QUIERO QUE DES LA ESPALDA
HAY QUE TOMARSELO EN SERIO
BASTA DE PALABRAS
BUSQUEMOS REMEDIO

VAMOS A HACER EL CAMINO
CON DECISION Y CORAJE
SIN PENSAR QUE EL VIAJE
LLEGUE A SU DESTINO

Saludos Luís Fernando ¿he captado tu mensaje? ,esta letra es del grupo
musical Seguridad Social "Furia Latina",puede ser otra forma de invocarle.
Hasta pronto,un abrazo.Edu.


:cuadrado:
 
Yo tengo una invocación mejor al Señor:

¡SEÑOR JESUS!

Lo importante es la actitud del corazón y no tanto las palabras que se dicen: lo mejor es la sencillez de palabras con la sinceridad del corazón:

SENCILLEZ PALABRAS + SINCERIDAD DE CORAZÓN

Jesús nos enseño: Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería.
 
Invocación al Señor

Invocación al Señor

Estimado Timoteo por tú alusión y colaboración en este foro abierto por Luís Fernando ,te doy gracias;
Con mi máximo respeto a tú persona y adorando Su palabra , reconozco
la juventud de tu Espíritu cuando en tu mensaje manifiestas cierta competitividad en torno a si una Invocación es mejor o peor.
Seguramente te he fallado al incluir una simple canción o tal vez el tema te hubiera gustado mas "LA SOMBRA DEL GIGANTE" de Eros Ramazzotti.Bien, te digo mis principales fijaciones oratorias cristianas
las cuales se remiten desde mi infancia y simplemente son para mi
un bonito recuerdo.
ANGÉL DE LA GUARDA
DULCE COMPAÑIA
NO ME DEJES SOLO
NI DE NOCHE NI DE DIA
AMÉN

Hasta siempre Edu
:dormido2:
 
Con mi máximo respeto a tú persona y adorando Su palabra , reconozcola juventud de tu Espíritu cuando en tu mensaje manifiestas cierta competitividad en torno a si una Invocación es mejor o peor.
.

La paz sea con todos.

Yo no he querido manifestar ninguna competitividad entre invocaciones al Señor, lo que yo digo es que las invocaciones al Señor deben ser hechas con todo el corazón y con las palabras que uno le salgan de su corazoncito en esos momentos: tanto si son sacadas de la Biblia, como de una canción o son de cosecha propia. Lo importante para mí es la INTENCIÓN no las palabras.

Al menos eso es lo que quiero transmitir.

La paz sea contigo Edu y con todos los participantes.
 
Re: Invocación al Señor

Originalmente enviado por: Luis Fernando
Invocación al Señor

Te invoco, Dios Verdad, principio, origen y fuente de la verdad de todas las cosas verdaderas. Dios Sabiduría, autor y fuente de la sabiduría de todos los que saben. Dios verdadero y suma Vida, en quien, de quien y por quien viven todas las cosas que suma y verdaderamente viven. Dios Bienaventuranza, en quien y por quien son bienaventurados todos los que son bienaventurados. Dios Bondad y Hermosura, principio, causa y fuente de todas las cosas buenas y hermosas. Dios Luz espiritual, que bañas de claridad todo lo que brilla a la inteligencia. Dios, cuyo reino es todo el mundo inaccesible a los sentidos. Dios, que gobiernas los imperios con leyes que se derivan de los reinos de la tierra.

Separarse de Ti es caer; volverse a Ti, levantarse; permanecer en Ti es hallarse firme. Alejarse de Ti es morir, volver a Ti es revivir, morar en Ti es vivir. Nadie te pierde sino engañado, nadie te busca sino avisado, nadie te halla sino purificado. Dejarte a Ti es ir a la muerte, seguirte es amar, verte es poseerte. Para Ti nos despierta la fe, levanta la esperanza, une la caridad.

Te invoco, oh Dios, por quien vencemos al enemigo, por cuyo favor no hemos perecido totalmente. Tú nos avisas que vigilemos, Dios, con cuya luz discernimos los bienes de los males, y con cuya gracia evitamos el mal y hacemos el bien. Tú nos fortificas para que no sucumbamos en las adversidades.

Dios, a quien se debe nuestra obediencia y buen gobierno. Dios, por quien aprendemos que es ajeno lo que alguna vez creímos ajeno. Dios, por quien superamos los estímulos y halagos de los malos. Dios, por quien las cosas pequeñas no nos envilecen y nuestra porción superior no está sujeta a la inferior. Dios, por quien la muerte es sorbida en victoria. Dios, que nos conviertes. Dios, que nos desnudas de lo que no es y nos vistes de lo que es. Dios, que nos haces dignos de ser oídos, que nos defiendes y nos guías a la verdad. Dios, que nos muestras todo bien, dándonos la cordura y librándonos de la estupidez ajena. Dios, que nos vuelves al camino, que nos traes a la puerta y haces que sea abierta a todos los que llaman. Dios, que nos das el Pan de la Vida, que nos das de beber lo que verdaderamente nos sacia. Dios, que arguyes al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Dios, por quien no nos arrastran los incrédulos, por quien reprobamos el error de los que piensan que las almas no tienen ningún mérito delante de Ti, por quien no somos esclavos de los flacos y serviles elementos. Dios, que nos purificas y preparas para el divino premio, acude propicio en mi ayuda.

Todo cuanto he dicho eres tú, mi Dios único; ven en mi socorro, una, eterna y verdadera sustancia, donde no hay ninguna discordancia, ni confusión, ni cambio, ni indigencia, ni muerte, sino suma concordia, suma evidencia, soberano reposo, total plenitud y suma vida; donde nada falta no sobra; donde el que engendra y el que es engendrado son una sola cosa. Tú creaste al hombre a tu imagen y semejanza, como lo reconoce todo el que a sí mismo se conoce. Óyeme, escúchame, atiéndeme, Dios mío, Señor mío, Rey mío, Padre mío, principio y Creador mío, esperanza mía, herencia mía, mi honor, mi casa, mi patria, mi salud, mi luz, mi vida. Escúchame, escúchame, escúchame según tu costumbre, de tan pocos conocida.

Ahora te amo a Ti solo, a Ti solo sigo y busco, a Ti solo estoy dispuesto a servir, porque tú solo justamente señoreas; quiero estar bajo tu jurisdicción. Manda lo que quieras, pero sana mis oídos para oír tu voz; cura y abre mis ojos para ver tus signos; destierra de mí toda ignorancia para que te reconozca. Dime adónde he de dirigir la mirada para verte, y espero todo lo que me mandes.

Recibe a tu fugitivo, Señor, clementísimo Padre; basta ya con lo que he sufrido; basta con mis servicios a tu enemigo, hoy puesto bajo tus pies; basta ya de ser juguete de las apariencias falaces. Recíbeme como siervo tuyo; vengo huyendo de tus contrarios, que me retuvieron sin pertenecerles, porque vivía lejos de Ti. Ahora comprendo la necesidad de volver a Ti: ábreme la puerta porque estoy llamando, enséñame el camino para llegar a Ti. Sólo tengo voluntad; sé que lo caduco y transitorio debe despreciarse para llegar a lo seguro y eterno. Esto hago, Padre, porque sólo esto sé, pero aún no conozco el camino para llegar a Ti. Enséñamelo tú, muéstramelo tú, dame tú la fuerza para el viaje. Si con la fe llegan a Ti los que te buscan, no me niegues la fe; si con la virtud, dame la virtud; si con la ciencia, concédeme la ciencia. Aumenta en mí la fe, acrecienta la esperanza, amplía la caridad. ¡Qué admirable y singular es tu bondad!

A Ti se elevan mis suspiros, y vuelvo a pedirte alas para subir a Ti. Si me abandonas, la muerte se cierne sobre mí; pero tú no abandonas, porque eres el Sumo Bien y nadie te buscó del modo debido sin que te encontrara. Y debidamente te buscó quien recibió de Ti el don de buscarte como se debe. Que te busque, Padre mío, sin caer en ningún error; que al buscarte a Ti, no me salga al encuentro otro en tu lugar. Ya que mi único deseo es poseerte, ponte a mi alcance, Padre mío; y si ves en mí algún apetito superfluo, límpiame para que pueda verte.

Con respecto a la salud corporal, mientras no me conste que es útil para mí o para mis amigos, a quienes amo, todo lo dejo en tus manos, Padre sapientísimo y óptimo, y rogaré por esta necesidad según oportunamente me indicares. Ahora sólo imploro tu clemencia para que me conviertas plenamente a Ti y destierres todas las repugnancias que a ello se opongan. Y mientras lleve la carga de este cuerpo, haz que sea puro, magnánimo, justo y prudente, perfecto amante y conocedor de tu sabiduría, y digno de la habitación y habitante de tu beatísimo reino.
Amén, amén.

San Agustín

¡¡¡AMEN!!!

No es tan dificil ponerse de acuerdo con un escrito como este, así si!!! todo lo demás... ¡¡¡¡SOBRA!!!!
 
Amen

Si este pensamiento fuese preminente en el mundo, y en mundo cristiano.

Una depemdencia tal a Dios, haria verdaderos Cristianos.


Bendiciones...
AMEN
 
Invocación al Señor

NO ME MUEVE,MI DIOS,PARA QUERERTE
EL CIELO QUE ME TIENES PROMETIDO
NI ME MUEVE EL INFIERNO TAN TEMIDO
PARA DEJAR POR ESO DE OFENDERTE

TU ME MUEVES,SEÑOR,MUEVEME EL VERTE
CLAVADO EN UNA CRUZ Y ESCARNECIDO
MUEVEME VER TU CUERPO TAN HERIDO ;
MUEVEME TUS AFRENTAS Y TU MUERTE
MUEVEME,EN FIN,TU AMOR,Y EN TAL MANERA
Y AUNQUE NO HUBIERA CIELO,YO TE AMARA
Y AUNQUE NO HUBIERA INFIERNO TE TEMIERA

NO ME TIENES QUE DAR PORQUE TE QUIERA
PUES AUNQUE LO QUE ESPERO NO ESPERARA
LO MISMO QUE TE QUIERO TE QUISIERA.

ANONIMO.
¿Carmelita?¿Santa Teresa?
 
Invocación al Señor.

Invocación al Señor.

!Oh,Jesús!Yo cuento contigo,
yo me fio de Ti,
yo descanso en Ti,
yo estoy seguro de Ti.
No obstante concédeme la Fe,
la Esperanza y la Caridad
con toda largueza y profundidad.
Señor ,inflama mi corazón
con el fuego de tu divino Amor,
para que yo te ame y sirva
como te mereces,hasta el fin de mi vida.
Amén.
 
Invocaciones al Sagrado Corazón de Jesús

Invocaciones al Sagrado Corazón de Jesús

Amor del Corazón de Jesús.
Abrasad mi corazón.
Caridad del Corazón de Jesús.
Derramaos en mi corazón.
Fortaleza del Corazón de Jesús.
Sostened mi corazón.
Misericordia del Corazón de Jesús.
Perdonad mi corazón.
Paciencia del Corazón de Jesús.
No os canseis de mi corazón.
Reino del Corazón de Jesús.
Estableceos en mi corazón.
Ciencia del Corazón de Jesús.
Enseñad a mi corazón.
Voluntad del Corazón de Jesús.
Disponed de mi corazón.
Celo del Corazón de Jesús.
Devorad mi corazón.
 
Te Demun laudamus:amén,aleluya.

Te Demun laudamus:amén,aleluya.

A ti,oh Dios,te alabamos,
a ti,Señor,te reconocemos.
A ti,eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos,los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:

Santo,Santo,Santo es el Señor,
Dios del universo
Los cielos y la tierra están llenos
de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable
de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te proclama:
Padre de inmensa majestad.

Hijo único y verdadero,
digno de adoración,
Espíritu Santo,Paráclito.
Tu eres el Rey de la gloria,Cristo.

Tú eres el Hijo Primogénito del Padre,
Tú,para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Madre.

Tú,rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes
el Reino del Cielo.
Tú,te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.

Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tu voluntad.
Salva a tu pueblo,Señor,
y bendice a tu heredad.

Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te adoramos
y alabamos tu nombre
para siempre
por eternidad de eternidades.

Dígnate,Señor,en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros,Señor,
ten piedad de nostros.

Que tu Misericordia,Señor,
venga sobre nosotros.
En ti Señor confiamos
y seremos en tu presencia.



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