Re: Infierno: lugar fìsico o estado del alma
Compostela dijo:
Entonces.................. cual era la doctrina respecto del infierno en tiempos de Agustìn?
Lo consideraba un lugar fìsico?
A ver como avanzamos.....
He hecho una pequeña indagación en la Enciclopedia Católica:
La Biblia parece indicar que el infierno está dentro de la tierra, en tanto describe el infierno como un abismo a donde descienden los malvados. Incluso hemos leído de la tierra abriéndose y los malvados hundiéndose bajo el infierno. ¿Es ésta una mera metáfora para ilustrar el estado de separación de Dios?
Aunque Dios es omnipresente, El habita en el Cielo, porque la luz y la grandeza de las estrellas y el firmamento son las manifestaciones más brillantes de Su infinito esplendor.
Pero los condenados están absolutamente alejados de Dios; por lo tanto, es dicho que su sufrimiento está lo más remoto posible de su morada, lejos del cielo y de su luz y, consecuentemente, escondido del oscuro abismo de la tierra. Sin embargo, no hay razón convincente para aceptar una interpretación metafórica por sobre el significado más natural de las palabras de las Escrituras.
De ahí, generalmente los teólogos aceptan la opinión que el infierno está realmente dentro de la tierra. La Iglesia no ha decidido nada sobre este tema; de ahí que podemos decir que el infierno es un lugar definido; pero no sabemos dónde está.
San Crisóstomo nos recuerda: “No debemos preguntar dónde está el infierno, sino ¿qué hacer para escapar de él?” (In Rom., hom. xxxi, n. 5, en P.G., LX, 674).
San Agustín dice: “Es mi opinión que la naturaleza del infierno-fuego y la ubicación del infierno no son conocidos por ningún hombre a no ser que el Espíritu Santo lo revele en forma especial” (De Civ. Dei, XX, xvi, en P.L., XLI, 682). En otros textos, expresa la opinión que el infierno está bajo la tierra (Retract., II, xxiv, n. 2 in P.L., XXXII, 640).
San Gregorio el Grande escribió: “No me atrevería a decidir sobre este tema. Algunos piensan que el infierno está en algún lugar de la tierra; otros creen que está bajo la tierra” (Dial., IV, xlii, en P.L., LXXVII, 400; cf. Patuzzi, “De sede inferni”, 1763; Gretser, “De subterraneis animarum receptaculis”, 1595).
Mi conclusión es la siguiente:
El infierno es una realidad. Pero es una realidad que no podemos comprender del todo. Es como el cielo. Sabemos que el cielo existe y algunas de sus características, pero aventurarnos a hacer una descripción exacta, completa de cómo es y lo que sucede ahí es casi imposible.
Así el infierno. San Agustín tenía la certeza del infierno. Pero al igual que nosotros aun hoy, especulaba en muchas cosas. Si en algún momento san Agustín creyó que el sufrimiento del infierno se llevaría a cabo en un lugar físico, ello no quita su verdadera esencia, de que es ahí donde serán castigados aquellos que no vivan en comunión con Dios.