Hace unos días un amigo, que en internet utiliza el nick “Hermano” se tomó la molestia de insinuar que la mayor parte de los protestantes (entre ellos los cristianos) somos ignorantes y marginados cosa que mediante la presente deseo agradecer infinitamente esa afirmación pues me ha llevado a una hermosa reflexión personal que deseo compartir con ustedes.
Gracias a éste caballero me he podido dar cuenta de la enorme y al mismo tiempo maravillosa ignorancia que tengo. Ignoro, por ejemplo como es que un Dios tan grande como mi Padre, el creador de los cielos y de la tierra, aquel que gobierna sobre todas las cosas se humilló hasta la muerte para salvar a una persona tan miserable como yo.
Ignoro también el por qué en su infinito poder y sabiduría le ha placido dar al hombre la posibilidad de tener libre albedrío, a sabiendas que nuestra irresponsable naturaleza pecadora nos lleva vez tras vez a darle la espalda y revolcarnos en el pecado.
Me declaro ignorante de cual es la motivación de nuestro Amado para perdonar cualquier tipo de pecado tan pronto lo confesamos y nos arrepentimos. No logro concebir cómo es que teniendo toda la potestad de tomar venganza y convertirnos en polvo con sólo una orden en su lugar nos arrulla y hace descansar en sus brazos.
Me brotan las lágrimas en éste momento y se estremece todo mi cuerpo al pensar que mi mente pequeña y miserable NO PUEDE ENTENDER NI SOMERAMENTE EL GRANDIOSO AMOR DE MI PAPÁ, ¿Por qué mi Cristo prefiere bendecir a ésta generación perversa en lugar de pasarla por fuego? Jamás lo he entendido pero le glorifico por ello y cuando el celo me invade en contra de quienes blasfeman en contra de mi Rey me sosiego al pensar que un día fui como ellos y que la sola gracia de mi Dios provocó en mi tal revolución de amor que hoy estoy en posición de amarles a ellos también, este profundo y loco amor me lleva también a ser marginal, marginal de la vida y prácticas de perdición que para mi eran cotidianas hasta que Él llegó a mi vida y mirándome a los ojos me dijo “Sígueme”, quien ha escuchado esa dulce voz sabe de lo que hablo ya que NADIE puede resistirse después de ello a aferrarse de Cristo y marginarse de todo lo que no tenga nada que ver con su santa y eterna voluntad. Me he marginado de mis viejos hábitos, de mi vida vacía, de mi arrogancia vana, de los lugares que frecuentaba en busca de una plenitud que nunca llegó sino hasta que Cristo entró en mi vida y la llenó de armonía y propósito.
Perdonen que les robe un poco de tiempo con éstas líneas pero la alegría me embarga y deseo compartir ésta maravillosa emoción con ustedes, mis amigos.
Bendiciones
Igor
Gracias a éste caballero me he podido dar cuenta de la enorme y al mismo tiempo maravillosa ignorancia que tengo. Ignoro, por ejemplo como es que un Dios tan grande como mi Padre, el creador de los cielos y de la tierra, aquel que gobierna sobre todas las cosas se humilló hasta la muerte para salvar a una persona tan miserable como yo.
Ignoro también el por qué en su infinito poder y sabiduría le ha placido dar al hombre la posibilidad de tener libre albedrío, a sabiendas que nuestra irresponsable naturaleza pecadora nos lleva vez tras vez a darle la espalda y revolcarnos en el pecado.
Me declaro ignorante de cual es la motivación de nuestro Amado para perdonar cualquier tipo de pecado tan pronto lo confesamos y nos arrepentimos. No logro concebir cómo es que teniendo toda la potestad de tomar venganza y convertirnos en polvo con sólo una orden en su lugar nos arrulla y hace descansar en sus brazos.
Me brotan las lágrimas en éste momento y se estremece todo mi cuerpo al pensar que mi mente pequeña y miserable NO PUEDE ENTENDER NI SOMERAMENTE EL GRANDIOSO AMOR DE MI PAPÁ, ¿Por qué mi Cristo prefiere bendecir a ésta generación perversa en lugar de pasarla por fuego? Jamás lo he entendido pero le glorifico por ello y cuando el celo me invade en contra de quienes blasfeman en contra de mi Rey me sosiego al pensar que un día fui como ellos y que la sola gracia de mi Dios provocó en mi tal revolución de amor que hoy estoy en posición de amarles a ellos también, este profundo y loco amor me lleva también a ser marginal, marginal de la vida y prácticas de perdición que para mi eran cotidianas hasta que Él llegó a mi vida y mirándome a los ojos me dijo “Sígueme”, quien ha escuchado esa dulce voz sabe de lo que hablo ya que NADIE puede resistirse después de ello a aferrarse de Cristo y marginarse de todo lo que no tenga nada que ver con su santa y eterna voluntad. Me he marginado de mis viejos hábitos, de mi vida vacía, de mi arrogancia vana, de los lugares que frecuentaba en busca de una plenitud que nunca llegó sino hasta que Cristo entró en mi vida y la llenó de armonía y propósito.
Perdonen que les robe un poco de tiempo con éstas líneas pero la alegría me embarga y deseo compartir ésta maravillosa emoción con ustedes, mis amigos.
Bendiciones
Igor
