IDOLATRIA CATOLICA

22 Septiembre 2000
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LAS IMAGENES.....

POR FAVOR SI NO LEES EL TEXTO COMPLETO...
POR FAVOR....
NI INTENTES LEERLO..

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas están tomadas de la Santa Biblia, Antiguo y Nuevo Testamentos. Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569), Revisada por Cipriano de Valera (1602) [Reina-Valera]. Revisión de 1960, Con referencias. Texto © Sociedades Bíblicas Unidas 1960


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Entraremos en su tabernáculo; Nos postramos ante el estrado de sus pies.
Levántate oh Jehová, al lugar de tu reposo,
Tú y el arca de tu poder (Sal 132, 7-8).
Y los sacerdotes metieron el arca del pacto en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo debajo de las alas de los querubines...y los sacerdotes no pudieron permanecer... porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová (1 R 8, 6-11).
¿Si Jesús estuviera aquí como cuando estuvo en Jerusalén a dónde iría a orar? Entre otros lugares al templo católico seguramente. ¿Por qué digo ésto? ¿Y por qué creo que algunos hermanos regañarían a Jesús y a los Apóstoles por entrar al Templo de Jerusalén a orar? Contesto a continuación.

Algunos hermanos tienen grabado en su mente que todas las imágenes son malas, que las imágenes de la Iglesia católica son ídolos, que los católicos las adoran, que la Biblia prohíbe toda inclinación ante ellas, y hasta que la cruz es mala por haber sido el instrumento de muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Esto último se escucha especialmente de los testigos de Jehová.

Los ex católicos dicen: "Cuando nosotros éramos católicos, adorábamos las imágenes, pensando que tenían poder. Hasta les pedíamos milagros". Estos ex católicos probablemente eran católicos solamente "de nombre", no conocían a fondo su religión.

Otros, poco instruídos, están confundidos y hasta llegan a quemar las imágenes de los Santos, y apartarse de su Iglesia. La única información que les llega es que las imágenes son ídolos. Los hermanos tratan de apoyar esta idea con algunos textos selectivos ("elegidos" de propósito) como Éxodo 20, 4-5 y 34, 17; Lv 26, 1; Sal 115, 3-9; Dt 4, 15-25 y 5,8; e Is 44, 9-20. Y como es Palabra de Dios (aún malentendida) los católicos con poca preparación aceptan lo que les dicen. ¿Cuál es la verdad en cuanto a todo esto?

Los Idolos

Un ídolo es cualquier cosa que reemplaza el lugar de Dios, Como el pecado de adivinación, y como ídolos e idolatría la obstinación... (1 S 15, 23). Solamente Dios puede ocupar el primer lugar en nuestro corazón. Por eso, LA IGLESIA CATÓLICA CONDENA LA IDOLATRÍA.

Pablo dice que la avaricia es idolatría (Col 3, 5). Jesús claramente nos mostró que esto es idolatría: Ninguno puede servir a dos señores... no podéis servir a Dios y a las riquezas (Mt 6,24). Si el dinero, la camioneta, el amigo, el artista, el trabajo, los deportes, etc., toman el primer lugar, correspondiente a Dios, éstos se convierten en ídolos. ES IDOLATRÍA SI OCUPAN EL LUGAR DE DIOS PORQUE SOLO A ÉL SE PUEDE ADORAR. Estas cosas son criaturas, no son el Creador: No debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres (Hch 17, 29).

En Éxodo Dios prohíbe las imágenes de las cosas de la tierra y del cielo: No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios (20, 3-5. Ver también Dt 5, 8-10).

Pero ¿por qué entonces este mismo Dios MANDA después hacer imágenes?(1) En el libro de Números Dios ordena a Moisés hacer una serpiente de bronce: Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta... Y Moisés hizo una serpiente de bronce... (Nm 21, 8-9). ¿Dónde viven las serpientes? En la tierra. (Ver 1 R 6, 29 ff y 1 R 7, 25-29 y Ez 8, 6-18 para más imágenes de animales en el templo.)

Dios manda hacer imágenes para el santuario donde iba a morar: Harás el tabernáculo de diez cortinas...y lo harás con querubines de obra primorosa (Ex 26, 1). Y no eran precisamente imágenes pequeñas que fácilmente pudieran pasar inadvertidas como un simple adorno del arca. ¡Medían cuatro metros y medio de alto cada uno!

Los querubines son ángeles, ¿y dónde viven ellos? En el Cielo. ¿Por qué en una ocasión Dios prohíbe imágenes y figuras de cosas en la tierra y en el cielo, pero en otra él mismo manda hacerlas?

Aún en la visión del Templo perfecto en el futuro que Dios le dio a Ezequiel había ángeles desde el suelo hasta encima de la puerta (Ez 41, 18-20).

¿Se contradijo Dios? No, fue el entendimiento y el de los israelitas hacia las imágenes lo que había cambiado. Lo malo no era la imagen en sí sino la adoración e idolatría de ella en lugar de Dios: No tendrás dioses ajenos... yo soy Jehová tu Dios (Ex 20, 3 y 5). Guardaos, pues que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos (Dt 11, 16. Ver Ex 34, 14).

Confundir la imagen con Dios es lo que Él no quiere: cambiaron la gloria de Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles (Ro 1,23), y esto es lo que llegaron a hacer los israelitas. En Dt 5, 8-10 Dios no prohíbe imágenes de los Santos sino de otros dioses como el dios-sol y dios-luna. Pero cuando comenzaron a entender que no eran las imágenes las malas, sino cómo las habían confundido con Dios, Él mismo les mandó hacer estatuas. Los israelitas habían madurado.

Luego otra vez cayeron en idolatría cuando comenzaron a adorar a la serpiente que Dios había mandado a hacer: El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, .... e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés (2 R 18, 4). Moisés, después de bajar del monte donde recibió el mandamiento de no hacer imágenes, hizo figuras que representaron a las doce tribus de Israel: Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho. Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel (Ex 24, 3-4). Esas columnas no eran las tribus de Israel sino que las representaban. Nótese que las doce columnas estuvieron vinculadas con el altar y entraron en el rito religioso, más aun, Dios mandó hacer dos columnas especiales, colocadas a la entrada del templo, las cuales tenían un nombre como si fueran personas: a la de la mano derecha llamó Joaquín, y a la de la izquierda, Boaz.(2 Cr 3, 17).

Los católicos saben que las imágenes no son Dios-Creador, sino representaciones de personas en el Cielo. Saben que sería pecado adorarlas. Decir que los católicos adoran imágenes, cuando no lo hacen es calumniarlos y faltar al amor (1 Co 13, 1-5). Orar frente a una imagen no es adorarla, como tampoco orar con la Biblia en la mano es adorar este libro.

En Exodo 25 (vv. 18-20) leemos que Dios mandó colocar dos imágenes encima del arca de la Alianza, así recibieron un propósito exaltado, no porque en sí lo eran, sino por tener una función religiosa. El que Dios especificara en detalle la materia y la posición de éstas demuestra su solemnidad (vv. 10-11. Ver también 1 R 6, 23-28 y 7, 23-39). Todas estas imágenes fueron colocadas en el lugar de adoración. Así servían para recordar a los israelitas las cosas celestiales y del paraíso.

Cristo no pronunció ni una sola palabra condenando imágenes. ¿Si es tan grave como dicen los hermanos por qué se le escapó mencionarlas? Una buena oportunidad de hablar en contra de las imágenes hubiera sido cuando le presentaron una moneda con la imagen de César (Mc 12, 16), por el hecho de utilizar una moneda que veneraba al emperador, que los romanos adoraban como dios. Uno de sus títulos era divino César, el hacer monedas con su efigie podría ser una idolatría.

Es interesante que la imagen de la serpiente sea mencionada por Jesús como prefigura de la cruz (Jn 3, 14), es "tipo" que profetiza el "antitipo" del NT. El Apóstol Pablo dice que le imitará como él imita a Cristo: : Por tanto, os ruego que me imitéis (1 Co 4, 16, 2 Ts 3, 7). Las imágenes que representan a los Santos son señales que apuntan a Dios, debemos imitar los Santos porque su entrega a Jesucristo era tan generosa. Ellos apuntan a Cristo, por eso Pablo dice imitarlo (para imitarlo tenemos que observar y contemplar su vida). La serpiente de bronce era señal que Dios utilizó para hacer que la gente recordara los mandamientos: cuando morían mordidos por retorcidas serpientes, tu cólera no duró hasta el fin. Fueron afligidos por poco tiempo, por manera de advertencia nada más. Se les dio una señal de salvación que les recordaba los mandamientos de tu Ley. Pues el que se volvía a él se salvaba, no por el objeto que contemplaba, sino por ti, Salvador del universo (Sab 16, 5-7). Dios utiliza la imagen para salvar a la gente, y como dice Él, por supuesto es el Salvador. La serpiente de bronce era señal de salvación. Si Pablo trata la idolatría en Hechos 17, 29 es porque estaba en Atenas, una ciudad de ídolos, y los paganos sí las adoraban (ver v 23).

En resumen, el asunto no son las imágenes en sí sino mi actitud hacia ellas. En Hechos 17, 30 vemos que por su ignorancia Dios no tomó en cuenta la adoración de los ídolos por los gentiles. Pero a los israelitas no había excepción (Ex 32, 8b). ¿Por qué Dios condena llevar un imagen de madera (Is 45, 20), pero permite cargar el arca de madera con las imágenes de querubines encima (2 S 6, 2-5)?, porque hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él (Is 44, 15). ¿Por qué Dios prohibió hacer un imagen de un becerro, y más tarde mandó que pusieran doce imágenes de bueyes en el Templo (1 R 7, 25 y 2 Cr 4, 4)? Es la misma especie de animal. ¿Será que es ídolo cuando es becerro pero no lo es cuando es buey? (Ver Ez 8, 6-18). Ni es la edad del animal ni la imagen en sí sino la actitud frente a ello que la hace un ídolo:... e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto... edificó un altar delante del becerro... y ofrecieron holocaustos... (Ex 32, 4-6). Esto es la idolatría: reemplazar al único Dios verdadero. Job habló de esta actitud interior que se puede convertir en idolatría: Si he mirado al sol cuando resplandecía, o a la luna cuando iba hermosa, y mi corazón se engañó en secreto, y mi boca besó mi mano; esto también sería maldad juzgada; porque habría negado al Dios soberano (Job 31, 26-28).

Los ídolos no nos asustan: (1 Co 8, 4).

Los hermanos protestantes que me han dicho que "todas las imágenes son malas" tienen problemas cuando leen que Jesús es Imagen de Dios (Col 1, 15) y también porque nosotros somos hechos a su imagen (Gn 1, 26). ¿Es Jesús malo, entonces? ¿Y nosotros?

Cualquier cosa puede ser una imagen y ayudarme a crecer en mi fe. Una roca me hace pensar en Dios, la Roca de Salvación, un río me hace pensar que Jesús nos promete agua viva. También un cordero nos recuerda que Jesús es el Cordero de Dios. La luz del sol, si estoy despierto espiritualmente, es un buen signo de que Cristo es la Luz del Mundo. ¿Son todas estas señales/imágenes malas?

Las imágenes de personas pueden producirnos sentimientos muy variados. Ejemplo, un pueblo levanta una imagen del Presidente como "padre de la nación" y se sienten orgullosos al mostrarla a los extranjeros. La foto de una novia trae recuerdos gratos al soldado que la extraña. Tarde o temprano TODOS TENEMOS IMÁGENES DENTRO DE LA MENTE (de cosas "del cielo, de la tierra o debajo de la tierra").

Si las imágenes no sirven, ¿por qué Dios las utilizó tantas veces en su revelación a los profetas y Apóstoles? ¿Por qué no hablarles solamente?: Vi en visión... he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos... Mientras yo consideraba, he aquí un macho cabrío venía del lado de poniente... (Dn 8, 2-5). En visiones de Dios... he aquí un varón, cuyo aspecto era como aspecto de bronce; y tenía un coral de lino en su mano, y una caña de medir... (Ez 40, 2-3). Y en el libro del Apocalipsis: delante del trono había como un mar de vidrio, semejante a cristal (4, 6); Miré, y aquí un caballo amarillo... (6, 8); Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas (12, 1). ¿Por qué tantas imágenes?, para ayudar a comprender cosas espirituales.

¿Inclinarse?

Algunos hermanos apuntan que lo prohibido es el inclinarse delante de las imágenes. Su error es pensar que inclinarse o hacer algo parecido necesariamente implica la adoración. Pero no es así. David inclinó su rostro sobre la tierra, e hizo reverencia (a Saúl) (1 S 24, 8). En Josué 7, 6 el profeta se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde; él y los ancianos de Israel. Dice que todos se postraron frente al arca. Una acción aún mucho más reverente y profunda que inclinarse (1 Cro 29, 20),Y ENCIMA DEL ARCA HABÍA ÁNGELES. JOSUÉ SE POSTRÓ FRENTE A IMÁGENES DE ÁNGELES: Harán también un arca de madera... harás también querubines... sobre el Arca (ver Éxodo 25, 18-22, especialmente v. 22). Abdías se postró ante el profeta Elías para mostrarle su respeto (1 Re 18, 7), Rut ante Boaz (Rut 2, 8-10) y Josué dante un ángel (5, 14). Ver Gen 33,3 y 1 R 1, 16 y 25.

Los israelitas tenían que mirar la serpiente de bronce para sanarse, era un acto espiritual. Los de afuera, mirando a los israelitas hacer esto, hubieran fácilmente pensado que eran idólatras cuando de hecho ¡fue Dios quién les ordenó hacer esto!

Dijo David a toda la congregación; Bendecid ahora a Jehová vuestro Dios. Entonces toda la congregación bendijo a Jehová Dios de sus padres, e inclinándose adoraron delante de Jehová y del rey (1 Cr 29, 20). El pueblo de Dios estaba inclinado en adoración delante del rey, pero no lo estaban adorando a él. Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo.... Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra (Neh 8, 5-6)(2). Aunque haciendo dos cosas a la vez, inclinándose en adoración a Dios e inclinándose frente al sacerdote Esdras (en el libro de la Ley en Nehemías), los israelitas sabían que no estaban cometiendo idolatría. Su corazón y su mente estaban fijos en Dios. Si uno pudiera ver una fotografía de estos acontecimientos, podría pensar que estaban adorando al libro y al rey, ya que por una fotografía no sabemos lo que está pasando dentro de la persona. Y al juzgarles así estaría condenándose: No juzgéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados (Lc 6, 37). Cuando llevamos una imagen de un Santo en procesión una de las cosas que estamos haciendo es mostrar a los demás nuestras foto familiares.

Siguiendo al Señor

¿Recuerdas la pregunta al comienzo de este capítulo? ¿A dónde iría Jesús a orar si estuviera con nosotros hoy? Jesús siempre iba al templo construido por Salomón (y reparado por Herodes) desde que sus papás lo llevaron cuando tenía ocho días (Lc 2, 21). Cuando tenía doce años, sus padres lo encontraron en el mismo lugar (Lc 2, 41). Enseñaba cada día en el templo dice Lucas (Lc 19, 47) y Juan escribe: El celo de tu casa me consume (Jn 2, 17). Los seguidores del Divino Maestro continuaron esto después de la Ascensión. En Hechos 3, 1 leemos: Pedro y Juan subían al templo a la hora novena, la de la oración. ¡Y en este templo a donde iban Jesús y los apóstoles, había imágenes. Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moríah (v. 1)...Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines de madera, los cuales fueron cubiertos de oro...La longitud de las alas de los querubines...llegaba hasta la pared de la casa (2 Cr 3, 1-11 y 1 R 6, 1-29). Por esto, algunos hermanos criticarían y regañarían a Jesús y a los Apóstoles; dirían que se inclinan y oran a ídolos por ir al Templo. ¿A dónde crees que Jesús iría a orar si viviera en este tiempo? Él se sentiría cómodo al orar en uno donde hay imágenes, incienso y altar como cuando estuvo en la tierra. No había estatuas de santos todavía en su tiempo, ya que todavía la Iglesia no había proclamado Santos, pero muy pronto los tuvo: Los Apóstoles y los Mártires. (La Iglesia no hace Santos, sino proclama a quienes son Santos por la gracia de Dios.)

Los hermanos nos critican por "adorar" a las imágenes cuando oramos frente a ellas, pero mi experiencia es que pocos entienden que significa "adorar". ¿Qué es adorar? No es obedecer en sí, porque tengo que obedecer a mi jefe, pero no lo puedo adorar. Por la misma razón no es pedir, no es agradecer, no es amar, todas estas cosas se pueden hacer con seres humanos. Tampoco es honrar, porque Dios me manda "honrar a mis padres" pero no manda adorarles. No es exaltar porque los periódicos alaban a los mejores deportistas. Adorar es algo reservado solamente para Dios. ¿Qué es lo que distingue a Dios de todos los demás seres? DIOS NO FUE CREADO, SINO QUE ES EL ÚNICO CREADOR. Adorar incluye todas estas cosas: alabar, amar, honrar, pedir, agradecer, pero es algo más que esto. Es reconocer en Él aquello que lo hace único: Dios Creador del Universo, Autor de mi vida y único Sostenedor de ella. Sólo Él debe ocupar el primer lugar en todo.

Ahora hermano, ¿piensas tú que el católico que ora delante de una imagen de un Santo (que representa a la persona), o frente a la cruz, está adorando a éstos? No. Su intención no es tratarlos como si fueran el Creador. Esta persona sabe que la imagen no es Dios porque no creó el universo(3) . Sabe que si la cruz se quema, el universo no se destruye. Entonces esta persona no está adorando. De hecho la Iglesia prohíbe adorar a los Santos. Enseña que podemos venerarlos, que es mostrar respeto por ellos.

Y cuando oramos el "Padrenuestro" a un santo, la oración siempre va dirigida a Dios.

Algunos tal vez citarán el Salmo 115 donde dice que las imágenes no pueden oír, ni hablar, ni ver. Es claro. La imagen en sí no oye ni ve, pero el Santo en el Cielo sí. Tampoco podían hacer estas cosas las imágenes que Dios mandó hacer en el Templo ni la serpiente de bronce (Éx 25, 17-18; Nm 21,8); que si recuerdas ¡representó a Cristo!, como Él mismo lo expresó en Jn 3, 14.

Al orar ante las imágenes, no oramos a las estatuas sino a las personas en el cielo cuyas imágenes representan. En llevarlas en procesión es como mostrar el retrato de miembros de nuestra familia. (Recuerda qué los santos forman parte de la familia de Dios).

Los testigos de Jehová dicen que las imágenes de los Santos atraen al diablo. ¡Qué triste pensar así! ¡No fue el diablo el que llenó el Templo donde había imágenes, sino la GLORIA de Dios mismo: Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria de Jehová llenó la casa (2 Cr 7, 1-2). Dios moraba en ella: Cuando Salomón hubo acabado la obra de la casa de Jehová.... le dijo Jehová:... en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días (1 R 9, 1-3). Además, no tenemos miedo a los ídolos (1 Co 8, 4).

Que no debemos "venerar" la Cruz porque ésta mató a Jesús(4) . ¿Vas a colgar un cuchillo que mató a tu hijo? dicen algunos. Es triste que no entiendan lo que la Cruz significa. Sí, la Cruz mató a Jesús. O mejor dicho, los judíos y romanos lo mataron (pero a causa de nuestros pecados, fui yo y fuiste tú quienes lo hicimos). Pero fue por la Cruz que Jesús salvó al mundo. Digamos que intervengo entre tú y alguien que te trata de matar, tal vez vas a guardar algo mío como recuerdo del amor que te tuve al salvar tu vida. Así hacen los católicos, cuando al mirar la Cruz, recuerdan el amor de Jesús. Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo (Gá 6, 14). Por la cruz Jesús hizo de los judíos y los gentiles un solo pueblo: Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno... y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un sólo cuerpo... (Ef 2, 14-16).

La Iglesia "la Luz del Mundo" dice: "LA CRUZ... fué inventada esta adoración por la Emperatriz Elena y su Hijo Constantino en el año 326, e implantado como Dogma en el año 335"(5) .

En Italia, los pueblos de Herculano y Pompeya, fueron destruídos por el volcán Versubio en el año 79 después de Jesucristo. Todo esto ocurrió en menos de diez minutos, las dos ciudades fueron cubiertas por las cenizas y todo fue cubierto y "preservado por las cenizas". En 1938, cuando los arqueólogos desenterraron a los dos pueblos, encontraron en las paredes de las casas cristianas figuras de cruces. ¡Esto cuando todavía vivían algunos Apóstoles de Jesús!

"Con respecto a la cruz, fue venerada como un símbolo sagrado de los dioses paganos por muchos siglos antes de la venida de Cristo para salvarnos. En Egipto la mayor parte de los dioses llevaban la cruz en su mano derecha. la cruz de los egipcios era la CRUZ ANSATA, o señal de vida... Los católicos alegan que la Cruz se ha encontrado esculpida sobre los sepulcros de muchos cristianos de los primeros siglos después de Cristo"(6) . No "alegamos" que haya cruces esculpidas sobre los sepulcros., Váyanse a verlo por Uds. mismos.

Sin darse cuenta, los evangélicos han pasado imágenes en su templo cuando mostraron una película de Jesús. Y en su casa los hermanos seguramente tienen imágenes de cosas "de la tierra". ¿No has visto a las niñas jugar con muñecas, y a los niños con coches de plástico y juguetes? Hermano, te invito a seguir reflexionado.

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1. No debemos tampoco tomarlo al pie de la letra "Dios exige devoción exclusiva", porque no podríamos ser devotos a nuestros queridos familiares.
2. Otros ejemplos Jos 5, 14 inclinarse delante un ángel, Rut ante Boaz (Rt 2, 8-10. 1 R 16 y 25; Gn 33,3).

3. En Isaías (44, 14-17) leemos que el idólatra adora la imagen de madera y dice: mi dios eres tú. Este es el problema: tratarlo como si lo fuera. No debemos pensar que la imagen es Dios (Hch 17, 29). Esto fue el problema mencionado en Romanos: cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador (Ro 1, 22-25). Como pasó a Pablo y Bernabé en Iconio: la gente al ver lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros (Hch 14, 11).

A veces la Biblia dice que el nombre de Jehová lo representa. En su santo nombre hemos confiado (Sal 33, 21, Ver 1 Jn 5, 13 y Jn 3, 18: creer en el nombre). No es el nombre por sí mismo el que nos salva, sino Dios. Si alguien coloca la palabra "Dios" o "Jehová" en la pared no es porque piensa que este nombre sea Dios mismo, sino que lo representa. Igual sucede con las imágenes.

4. "La idolatría que podemos inducir a adorar la cruz de Jesús" (La Luz Bautista, revista mensual de la Convención Bautista, sept. 1990, p. 3).

5. Pequeña Recopiliación de Estudios Bíblicos Elementales hecho por la La Luz del Mundo para los obreros evangelistas. Es interesante encontrar las imágenes de Jesucristo en la revista La luz del Mundo Mayo-Junio 1984, 15. Enereo 1984, p. 15.

6. Salid de Ella ¿Puede uno Salvarse en la Iglesia Romana?, Santiago Pascoe, Publicado por La Antorcha de México, p. 25. Este libro no muestra ninguna prueba de estas afirmaciones. De hecho está lleno de equivocaciones sobre la Iglesia católica, por ejemplo: que "los cultos católicos están en latín (No, hace 30 años), el nombre oficial del Papa es "Vicario del Hijo de Dios", cuando su título verdadero es "Vicario de Cristo", y que los católicos "se inclinan al adorar a sus ídolos" (pp. 20, 24). No adoramos ídolos. (Ver tema 17).
 
Otra vez la misma cantaleta, deberían dejar los católicos de copiar y copiar siempre lo mismo, más aún cuando ya han sido debidamente rebatidos.
 
Querido haaz.

Es increible la necesidad de querer justificar en un foro cristiano enseñanzas tan heréticas.

No tienen justificación y punto ¿porque tanta vuelta?

¿A quien quieren engañar? ¿Al pueblo de Dios? o ¿A Dios?

Mira Abram: Si algo aborrece Dios es la idolatría en todas sus formas, la apostasía en todas sus formas y la desobediencia en todas sus formas.

Reconce que el clero al que tu sigues se equivocó, simplemente no lo sigas para que no te hagas participe de sus pecados y delitos, eso es todo. Se trata en suma, de escoger entre Dios y los hombres.

Saludos.
 
Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada (feliz) todas
las generaciones.( Evangelio de Lucas 1:46-48)
Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré.(Palabras de Jesús en Juan 14:13-14)



A continuación:
Títulos y atributos de la bienaventurada Virgen Maria según enseña la Iglesia Católica .
En negrita, y según la Palabra de Dios, quien ostenta esos títulos, de forma absoluta: SOLO CRISTO; SOLO DIOS.
NOVENA A LA SANTISIMA VIRGEN
Oración preparatoria.- Oh Maria, Madre de Dios y Madre Nuestra, me encomiendo a Vos, para que me protejáis en vida y después de mi muerte. Amén.

¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.(Salmo 73:25-28)
Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.(Efesios 3:11-13)
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.(Hebreos 4:16)



Día 1- María conoce nuestras necesidades y las conoce en sus más insignificantes pormenores. ¡Qué confianza hemos de tener en María!. (Récense ahora tres Avemarías)
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. (Mateo 6:7-8)
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.(Palabras de Jesús en Juan 16:24)



Día 2- María puede protegernos, porque es Reina del cielo y de la tierra, y Dios le ha concedido todo poder, que ella emplea para sus devotos. Confiemos en María. Amén.
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra. (Mateo 28:18)
Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. (Hechos 10:38)
El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 5:12-13)


Día 6- Maria nos protege en la otra vida. Hemos de esperar que María no permitirá que muera en pecado mortal quien haya sido verdaderamente devoto suyo. Dicen los Santos que la devoción a María es señal de eterna salvación. Confiemos en María.
Y en ningún otro hay salvación(en Jesús); porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.(Hechos 4:12)


Maripaz
 
De todos es conocido el intenso debate entre católicos y evangélicos sobre la veneración a los santos.
Analicemos una por una de las Letanías de los Santos. El fiel católico, después de cada una de ellas repite a coro : Os rogamos oídnos.

Veamos cada una de estas letanías y lo que nos dice la Palabra de Dios(en negrita los testos de las Sagradas Escrituras).

LETANIAS A LOS SANTOS

1- Que os dignéis conservar en vuestra religión al Sumo Pontífice y a todos los órdenes de la jerarquia eclesiástica.

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén. (Judas 24)

2- Que os dignéis humillar a los enemigos de la santa Iglesia.

Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.(Salmo 110:1).

3- Que os dignéis conceder verdadera paz y concordia a los reyes y príncipes cristianos.
4- Que os dignéis conceder verdadera paz y unión a todo el pueblo cristiano.
5- Que os dignéis llamar a la unidad de la Iglesia a todos los alejados de ella, e iluminar a todos los infieles con la luz del Evangelio.

Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.(Efesios 2:13-18).

6- Que a nosotros mismos os dignéis fortalecernos y conservarnos en vuestro santo servicio.

Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.(Mateo 4:10).

7- Que levantéis nuestros corazones a desear las cosas celestiales.

Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.. (Filipenses 2:13)

8- Que os dignéis recompensar con bienes eternos a todos nuestros bienhechores.

Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.. (Colosenses 3:23-24)


9- Que libréis de la muerte eterna a nuestras almas y a las de nuestros hermanos, parientes y bienhechores.

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. (Palabras de Jesús en Juan 5:24)


Resumiendo, Cristo dijo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Los santos, pues, no tienen ningún poder. ¿Seguirás pidiéndole a ellos o defendiendo esta absurda creencia que anula el verdadero poder de Cristo?.

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.( Palabras de Jesús en Juan 14:13)
 
Ya que vamos a jugar a copy and paste, ahí les reitero esto...

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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EL CULTO A LAS IMÁGENES
1. Prohibición del culto a las imágenes en la Biblia

Es bien conocido el hecho de que en el Antiguo Testamento se prohíbe que los israelitas se hagan imágenes y que les rindan culto (Exodo 20:4-5; Deuteronomio 5:8-9). Los profetas, en particular Isaías y Jeremías, ridiculizan el culto a las imágenes idolátricas: Isaías 44: 9-20; Jeremías 10: 1-16. El episodio del becerro de oro (Exodo 32), como los de Jeroboam (1 Reyes 12: 26-33) ilustran las consecuencias de la transgresión.
Cabe subrayar que lo que se prohíbe de manera absoluta es que el hombre se haga imágenes por su propia iniciativa con el objeto de rendirles culto. Por tanto, no está prohibida para los cristianos la hechura de imágenes con fines didácticos, recordatorios u otros diferentes del culto. La mayoría de los cristianos toma fotografías de los seres queridos y admite la erección de monumentos públicos y esculturas. Empleamos imágenes para enseñar a nuestros niños y vemos películas y videos donde Jesús y los Apóstoles son representados.
Aunque el judaísmo tardío entendió la prohibición de las imágenes de manera absoluta, tal actitud no está justificada por los datos bíblicos. En efecto, Dios mismo mandó hacer imágenes bordadas, talladas y esculpidas para el tabernáculo, como también la serpiente de bronce (Números 21:9) que según Jesús enseñó era un tipo de su muerte redentora (Juan 3:14). Lo que evidentemente estaba proscripto era rendir culto a las imágenes, como lo demuestra la aprobación divina ante la destrucción de la serpiente de bronce cuando ella se tornó en un objeto de culto para los israelitas (2 Reyes 18:4).

2. El uso de imágenes en la Iglesia subapostólica
Los primeros cristianos dejaron testimonios de su fe por medio de las imágenes que hasta hoy se conservan en las catacumbas. Sus representaciones, mayormente pictóricas, incluían episodios de la Biblia, símbolos como el pez (griego YCHTHYS, acrónimo de Iesous Christos , Theou Hyious, Soter = Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador), y del Buen Pastor. Sin embargo, no existe evidencia de que existiese ningún tipo de culto hacia tales imágenes recordatorias. Adrian Fortescue escribe en la Catholic Encyclopedia:

“Diferente de la admisión de imágenes es la cuestión del modo en que eran tratadas. ¿Qué signo de reverencia daban los primeros cristianos a las imágenes de sus catacumbas, si es que daban alguno? Para el primer período no tenemos información. Hay tan pocas referencias en absoluto a las imágenes en la literatura cristiana más primitiva que difícilmente hubiésemos sospechado su ubicua presencia si no estuviesen realmente allí en las catacumbas como el argumento más convincente. Pero estas pinturas de las catacumbas no nos dicen cómo eran tratadas. Podemos dar por sentado, por una parte, que los primeros cristianos entendían perfectamente que las pinturas no tenían parte alguna en la adoración debida sólo a Dios. Su monoteísmo, su insistencia en el hecho de que servían solamente al todopoderoso e invisible Dios, su horror ante la idolatría de sus vecinos, la tortura y muerte que sufrían los mártires antes de derramar una pizca de incienso ante la estatua del numen del emperador son suficientes para convencernos de que no estaban disponiendo filas de ídolos propios. Por otra parte, el lugar de honor que le dan a sus símbolos y pinturas, el cuidado con el que decoran, indica que trataban a las representaciones de sus creencias más sagradas con el menos una decente reverencia. Es a partir de esta reverencia que toda la tradición de venerar las imágenes sagradas se desarrolló gradual y naturalmente.
(s.v. Images, Veneration of . En The Catholic Encyclopedia , Volume VII, 1910; negritas añadidas)
Tal vez las escasas alusiones a las imágenes no nos proporcione información de cómo eran tratadas, pero este mismo hecho testimonia que su papel en la vida cristiana era modesto, y en modo alguno tenía la importancia indebida que adquirió luego.

3. Los Padres de los primeros siglos condenan la veneración de imágenes

De hecho, diversos escritores cristianos primitivos (siglos II y III) fueron explícitos acerca de la prohibición de imágenes en el culto, ya que veían claramente el peligro de idolatría que esto suponía. El autor católico citado, Fortescue, reconoce que ellos no sólo denunciaron la adoración, sino incluso la manufactura y posesión de las tales imágenes, y menciona a Atenágoras en su “Legación a favor de los cristianos”, Teófilo en su “Carta a Autólico”, Minucio Félix en su “Octavio”, Arnobio en “Contra los Gentiles”, Tertuliano en “Sobre la Idolatría” y Cipriano en “La vanidad de los ídolos.”
A esto podríamos agregar el testimonio de Orígenes (m. 254):
“Son los más ignorantes quienes no se avergüenzan de dirigirse a objetos sin vida ... y aunque algunos pueden decir que estos objetos no son sus dioses sino tan sólo imitaciones de ellos y símbolos, sin embargo se necesita ser ignorante y esclavo para suponer que las manos viles de unos artesanos puedan modelar la semejanza de la Divinidad; os aseguramos que el más bajo de los nuestros se ve libre de tamaña ignorancia y falta de discernimiento.” (Contra Celso, 6:14; negritas añadidas).
Javier Gonzaga narra la siguiente ilustrativa anécdota:
“Cuando los soldados de Diocleciano [emperador que lanzó la última gran persecución contra los cristianos] irrumpieron en una iglesia en Nicomedia [en] el año 297 mostraron su ignorancia total del cristianismo al sorprenderse de no encontrar ninguna representación de lo que los cristianos adoraban allí. Esto era precisamente lo que diferenciaba a una iglesia cristiana de un templo pagano.” (Concilios. Grand Rapids: International Publications, 1965; 1: 237).
Por la misma época del acontecimiento recién narrado, Lactancio (240-320) escribió:
Es indubitable que en donde quiera que hay una imagen no hay religión. Porque si la religión consiste de cosas divinas, y no hay nada divino más que en las cosas celestiales, se sigue que las imágenes se hallan fuera de la esfera de la religión, porque no puede haber nada de celestial en lo que se hace de la tierra ... no hay religión en las imágenes, sino una simple imitación de religión.” (Instituciones Divinas 2:19; negritas añadidas).
En 305 ó 306 un concilio reunido en Elvira, cerca de la actual Granada, estableció en su canon 36: “Ordenamos que no haya pinturas en la Iglesia, de modo que aquello que es objeto de nuestra adoración no será pintado en las paredes.” En el pasado, apologistas católicos como Baronio y Bellarmino cuestionaron este sínodo español, pero su ortodoxia es hoy generalmente admitida.
Eusebio de Cesarea habla de una estatua de Cristo existente en Paneas que tuvo ocasión de ver, y comenta:
“Y no es extraño que hayan esto aquellos paganos de otro tiempo que recibieron algún beneficio de nuestro Salvador, cuando hemos indagado que se conservaban pintadas en cuadros las imágenes de sus apóstoles Pablo y Pedro, e incluso del mismo Cristo, cosa natural, pues los antiguos tenían por costumbre honrarlos de este modo, sin miramiento, como a salvadores, según el uso pagano vigente entre ellos.” (Historia Eclesiástica 7,18:4; negritas añadidas).
Asimismo Epifanio (315-403), obispo de Salamina en Chipre, quien era un acérrimo enemigo de las enseñanzas de Orígenes, concuerda con éste contra las imágenes, según una carta a Juan, obispo de Jerusalén , conservada por Jerónimo. Epifanio fue a una iglesia de Palestina a orar y, según dice: “hallé allí una cortina colgada en las puertas de la citada iglesia, teñida y bordada. Tenía una imagen de Cristo o de uno de los santos; no recuerdo precisamente de quién era la imagen. Viendo esto, y oponiéndome a que la imagen de un hombre fuese colgada en la iglesia de Cristo, contrariamente a la enseñanza de las Escrituras, la desgarré ...” Epifanio aconseja además a Juan que instruya a los responsables para que no se cuelguen cortinados de esa clase en ninguna Iglesia de Cristo, “opuestos como están a nuestra religión” , y continúa: “Un hombre de tu rectitud debiera ser cuidadoso en quitar una ocasión de ofensa, indigna por igual de la Iglesia de Cristo como de aquellos cristianos que están confiados a tu cargo.” (Jerónimo, Ep. 51:9; negritas añadidas).
En uno de sus escritos contra los maniqueos, Agustín de Hipona admite que algunos adoran imágenes, pero no reconoce a los tales como a verdaderos cristianos: “No reúnas contra mí a los profesantes del nombre cristiano, quienes ni conocen ni dan evidencia del poder de su profesión... Sé que hay muchos adoradores de tumbas y de pinturas ... Ni es sorprendente que entre tantas multitudes [de cristianos] hayas de encontrar algunos por la condenación de cuya vida puedas engañar a los incautos y seducirlos [para sacarlos] de la seguridad católica.” (De Moribus Eccl. Cath., 34:75).
El obispo de Hipona, como Orígenes antes que él, refutó de antemano el argumento de Santo Tomás acerca de que no se le rinde culto a la imagen, sino a lo que representa:

“¡Avergüéncense todos los que sirven a una escultura, los que se glorían en los ídolos! Pero avanza uno que se cree docto y dice: ‘Yo no adoro a una piedra ni esta imagen que no tiene sentimientos; porque no es posible que vuestros profetas hayan imaginado que tenían ojos y no veían, y que yo sea ignorante hasta el punto de no saber que la imagen no tiene alma y no ve por sus ojos y no oye por sus oídos. Yo no adoro esto; sino que me inclino ante esto que veo y sirvo a aquel a quien no veo’, ‘¿quién es éste?’. ‘Algún poder invisible –se nos dice- que radica en esta imagen.’ Mediante esta clase de explicación acerca de sus imágenes, piensan que son muy listos y que en modo alguno se les puede contar entre los adoradores de ídolos .” (Sobre Salmos 96, 2; negritas añadidas).

De este modo, la enseñanza unánime de los Padres de los primeros siglos, la cual la Iglesia de Roma se precia de respetar y venerar, es radicalmente adversa al uso de imágenes en el culto. Adicionalmente, como notó Agustín, tampoco los paganos, salvo los muy incultos, tomaban a las imágenes como algo más que representaciones; pero son precisamente tales representaciones lo que los escritores cristianos antiguos prohíben como contrarias a las Escrituras y por tanto opuestas al cristianismo.

4. Rechazo del culto a las imágenes por un obispo de Roma

A partir del siglo IV y sobre todo del V, luego de que el cristianismo devino la religión oficial del Imperio y de que vastas multitudes de paganos incultos ingresasen a la iglesia, el empleo de imágenes comenzó a generalizarse. La razón invocada fue que las imágenes eran los libros de los analfabetos, y que eran necesarias para la enseñanza. A fines del siglo VI el papa Gregorio Magno censuraba al obispo de Marsella, Sereno, por haber destruido las imágenes de las iglesias de su diócesis:
“Hemos sabido, hermano, que habiendo observado a algunas personas adorando imágenes, habéis destruido y arrojado esas imágenes de las iglesias. Os alabamos por haberos mostrado celoso ya que nada hecho de manos debe ser adorado , pero somos de la opinión que no debíais haber roto estas imágenes. La razón por la que se usan las representaciones en las iglesias es la de que aquellos que son iletrados puedan leer en las paredes lo que no pueden leer en los libros. Por tanto, hermano, debíais haberlas conservado, prohibiendo al mismo tiempo al pueblo que las adorase .” (Epístola 7,2:3).
En una epístola posterior a Sereno escrita en 600, Gregorio Magno reitera su posición; “tomad todas las medidas para evitar la adoración de las imágenes” (Epístola 9,4:9). He aquí un destacadísimo obispo de Roma que, a fines del siglo VI y principios del VII, desconoce todo culto lícito a las imágenes y las considera exclusivamente de valor didáctico. Como en la época de Gregorio aún no se había inventado la artificial distinción entre el culto de latría y el de dulía, es obvio que él se refiere a todo tipo de culto.
Ludwig Ott escribe, tratando de atenuar la fuerza de las enseñanzas de los Padres primitivos: “Por efecto de esa prohibición existente en el Antiguo Testamento, vemos que el culto a las imágenes solamente se forma una vez que el paganismo gentílico está totalmente vencido....” (Manual de Teología Dogmática, Ed. Rev. Barcelona: Herder, 1969, p. 480).

5. Desarrollo tardío del culto a las imágenes por influencia pagana

El tiempo mostraría que el paganismo distaba de estar vencido y que el temor de Sereno de Marsella era muy fundado. Se descuidó la catequesis y la predicación, y pronto proliferó el culto a las reliquias e imágenes, de puro linaje pagano. Ott admite: “Primitivamente, las imágenes no tenían otra finalidad que la de instruir: La veneración a las mismas (por medio de ósculos, reverencias, cirios encendidos, incensaciones) se desarrolló principalmente en la iglesia griega desde los siglos V al VII” (l.c., negritas añadidas). Es decir que, como lo reconoce este autor católico, no se trata de una práctica trazable a los apóstoles, y ni siquiera a la Iglesia de los primeros siglos.
Tal verdad, es decir que el culto a las imágenes es una costumbre tardía, de raigambre pagana y carente de base doctrinal, es reafirmada por Fortescue, en el artículo de la Catholic Encyclopedia ya citado:

“El desarrollo fue entonces un asunto de moda general más que de principio. Para el cristiano bizantino de los siglos V y VI las postraciones, besos e incienso eran las formas naturales de mostrar honor a cualquiera; él estaba habituado a tales cosas, aún aplicadas a sus superiores civiles y sociales; estaba acostumbrado a tratar a los símbolos del mismo modo, dándoles el honor relativo que era obviamente en realidad dirigido a sus prototipos. Y así llevó sus hábitos normales a la iglesia. La tradición, el instinto conservador que en asuntos eclesiásticos insiste siempre en la costumbre, gradualmente hizo estereotipos de tales prácticas hasta que se inscribieron como rúbricas y se hicieron parte del ritual...
Al mismo tiempo uno debe reconocer que justo antes del surgimiento del iconoclasmo [reacción violenta contra las imágenes] las cosas habían ido muy lejos en la dirección de la adoración de las imágenes. Aunque es inconcebible que nadie, excepto quizás el más estúpido campesino, pudiese haber pensado que una imagen podía oír las oraciones o hacer nada por nosotros. Y sin embargo, la forma en que algunos trataban a sus íconos sagrados indica más que el honor meramente relativo que se les enseña a los católicos a observar hacia éstos. En primer lugar, las imágenes se habían multiplicado enormemente en todas partes, las paredes de las iglesias estaban cubiertas por dentro de piso a techo con íconos, escenas de la Biblia [y] grupos alegóricos (un ejemplo de esto es Santa María Antigua, construida en el siglo VII en el foro romano, con su disposición sistemática de pinturas que recubren toda la iglesia). Los íconos, especialmente en el Oriente, eran llevados como protección en los viajes, marchaban a la cabeza de los ejércitos, y presidían las carreras en el hipódromo; colgaban en un lugar de honor en cada habitación, sobre cada comercio; cubrían copas, vestimentas, muebles, anillos; dondequiera que se encontrase un espacio, era llenado con un cuadro de Cristo, nuestra Señora, o un santo. Es difícil entender lo que aquellos cristianos bizantinos de los siglos VII y VIII pensaban acerca de ellos. El ícono parece haber sido en cierto modo el canal a través del cual se aproximaban al santo; tiene un valor sacramental ... en aquellos que lo miraban; por y a través del ícono Dios obraba milagros; el ícono hasta parece haber tenido una especie de personalidad propia en la medida en que ciertas imágenes eran especialmente eficaces para [obtener] ciertas gracias. Los íconos eran coronados con guirnaldas, se les quemaba incienso, eran besados. Delante de ellos ardían lámparas y se cantaban himnos en su honor. Los enfermos eran puestos en contacto con ellos, eran atravesados en el camino de un fuego o una inundación para detenerlos por una especie de magia. En muchas oraciones de este tiempo la inferencia natural de las palabras sería que se dirigían a la imagen misma.
Si tanta reverencia se le brindaba a las imágenes ordinarias “hechas con las manos”, cuánta más se le daba a las milagrosas “no hechas con manos” (eikones acheiropoietai). De éstas habían muchas que habían descendido milagrosamente del cielo o –como la más famosa de todas en Edesa—habían sido producidas por nuestro mismo Señor por la impresión de su rostro en una tela (la historia del retrato de Edesa es la forma oriental de nuestra leyenda de la Verónica). El emperador Miguel II (820-829) , en su carta a Luis el Piadoso, describe los excesos de los iconolatras:
«Ellos han sacado la santa cruz de las iglesias y la han reemplazado por imágenes delante de las cuales queman incienso... Cantan salmos delante de estas imágenes, se postran ante ellas, imploran su ayuda. Muchos visten a las imágenes en ropajes de lino y las escojen como padrinos para sus hijos. Otros que se hacen monjes, abandonando la antigua tradición –según la cual el cabello que es cortado es recibido por alguna persona distinguida- lo dejan caer en las manos de alguna imagen. Algunos sacerdotes raspan la pintura de las imágenes, la mezclan con el pan y el vino consagrados y se lo dan a los fieles. Otros ponen el cuerpo del Señor en las manos de imágenes , de donde es tomado por los comulgantes. Aún otros, despreciando las iglesias, celebran el servicio divino en casas privadas, empleando una imagen como altar (Mansi, XIV, 417-422).»
Estas son las palabras de un decidido iconoclasta y deben, sin duda, ser recibidas con cautela. De todos modos, la mayor parte de las prácticas descriptas por el emperador pueden establecerse por otra evidencia irrefutable.” (negritas añadidas).

Es interesante que este autor romanista, al tiempo que intenta eximir a los católicos de aquello que achaca a los orientales, presenta como paradigma de la profusión de imágenes a {b]una iglesia de Roma[/b]. Del mismo modo, para cualquiera que, como quien esto escribe, viva en un país de tradición católica, el retrato que hace de los excesos de los orientales resulta dolorosamente familiar.

6. La controversia sobre las imágenes

Las costumbres paganas se arraigaron de tal forma en la iglesia de Cristo, que para el siglo VIII la veneración de imágenes era considerada no sólo aceptable sino buena y piadosa.
Cuando el emperador León III Isaurio emitió decretos contra las imágenes, el papa Gregorio III (731-741), pasando por alto las enseñanzas de su tocayo y predecesor ya citado, convocó un sínodo que excomulgó a los adversarios de las imágenes. “El emperador por toda respuesta arrebató los obispados griegos de la Italia meridional y Sicilia de la superintendencia del papa, trasladándola a la del patriarca de Constantinopla. Mientras tanto en Roma, el papa ordenaba la multiplicación de las imágenes en los templos, construyendo también una capilla especial para la veneración de reliquias ‘sagradas’.” (Gonzaga, o.c., 1: 242).
Más de 300 obispos concurrieron a un concilio convocado en Hiereia por Constantino V, hijo y sucesor de León III en 754. Allí tras escuchar y discutir los argumentos de los partidarios de las imágenes, se estableció que los únicos símbolos del culto cristiano eran el pan y el vino de la Eucaristía. Los iconolatras fueron excomulgados, y se prohibió el uso de imágenes tanto privado como público.
Sin embargo, más tarde la emperatriz regente, Irene, ardiente partidaria de las imágenes, depuso al patriarca de Constantinopla y nombró a un hombre de su confianza en su lugar. Convocó a un concilio ecuménico que se reunió en Nicea en 787; solamente pudieron concurrir obispos partidarios de las imágenes, entre ellos los representantes del papa Adriano (772-795).Como no podía ser de otro modo, el concilio anuló los decretos imperiales contra las imágenes, como asimismo las decisiones de Hiereia. Los acuerdos del sínodo fueron firmados por la regente Irene y su hijo Constantino VI.
Fue en este concilio que se introdujo la arbitraria distinción entre el culto de latría, debido sólo a Dios, y el de dulía, que sería lícito para los santos. También se habló de un culto “terminativo”, dirigido a la persona, y otro “relativo” dirigido a la imagen que la representa. Desde luego, tales bizantinismos (strictu sensu!) son por completo ajenos a las Escrituras, donde hay un solo culto válido, el que se dirige al Trino Dios.
Este concilio niceno, de infausta memoria, al no poder fundamentar escrituralmente el culto a las imágenes, declaró la insuficiencia de las Escrituras y lanzó un anatema contra quienes no estaban dispuestos a aceptar doctrinas sobre la autoridad de la tradición y de los concilios, si las tales no tenían claro fundamento bíblico. La importancia de esta novedad para las progresivas desviaciones romanas de la doctrina escritural debiera ser obvia. Así escribieron los partidarios del culto a las imágenes, en una ruptura flagrante con la Escritura y la enseñanza de los Padre antiguos:
“Porque de esta manera se mantiene la enseñanza de nuestros santos Padres, o sea, la traidición de la Iglesia Católica, que ha recibido el Evangelio de un confín a otro de la tierra; de esta manera seguimos a Pablo, que habló en Cristo [2 Corintios 2:17] y al divino colegio de los Apóstoles y a la santidad de los Padres, manteniendo las tradiciones [2 Tesalonicenses 2:14] que hemos recibido...
Así, pues, quienes se atrevan a pensar o enseñar de otra manera; o bien a desechar, siguiendo a los sacrílegos herejes, las tradiciones de la Iglesia , e inventar novedades, o rechazar alguna de las cosas consagradas a la Iglesia: el Evangelio o la figura de la cruz, o la pintura de una imagen, o una santa reliquia de un mártir; o bien a excogitar torcida y astutamente con miras a trastornar algo de las legítimas tradiciones de la Iglesia Católica ... si son obispos o clérigos, ordenamos que sean depuestos; si monjes o laicos, que sean separados de la comunión.” (Denzinger 303-304).
Nótese que los obispos iconolatras no pudieron ni siquiera apelar a la supuesta tradición apostólica, pues ninguna había para apoyar el culto a las imágenes. Esgrimieron en cambio una espuria “tradición de la iglesia católica” cuando, en realidad, todos los escritores cristianos de los primeros siglos que trataron el tema se opusieron por completo a semejante abominación. Y esto para no reiterar la clara enseñanza de las Escrituras.

7. Conclusión

En conclusión, el culto a las imágenes, prohibido en la Biblia y rechazado unánimemente con horror por los maestros cristianos primitivos, y prohibido por el obispo de Roma Gregorio I y por los trescientos obispos reunidos en Hiereia, se introdujo por la puerta trasera de la Iglesia de manera gradual y creció hasta proporciones descomunales. La sanción dogmática de tan repugnante doctrina fue un estigma que permaneció hasta su cuestionamiento y firme rechazo durante la Reforma del siglo XVI.
Así que, queridos católicos y orientales, les invito a rechazar a los falsos maestros que los extravían y a volver a las Escrituras y a la práctica de la Iglesia primitiva. Esto será sin duda agradable a Dios.
Bendiciones en Cristo, Jetonius
 
Y ya que estamos...

(Juan Manuel) (También con copy and paste)
La crisis iconoclasta en la Iglesia Oriental
Siglos VIII-IX
Presupuestos histórico-teológicos

1. El ícono como imagen de culto
Distinguimos en primer lugar entre arte profano, arte religioso y arte sacro (cf. Guardini, La
esencia de la obra de arte, Guadarrama, Madrid 1960.)
...
(Jetonius) ¿Sobre la base de qué textos bíblicos o tradiciones apostólicas no se puede celebrar la Eucaristía sin cruz y velas, o sin íconos?
¿Sobre qué base escritural o tradicional apostólica se afirma que la imagen sagrada es en el cristianismo un elemento necesario, no digamos ya esencial, en el culto?

...

(Juan Manuel) El ícono:
...
• en cuanto arte cristiano de alguna forma expresa la novedad cristiana en la historia: el misterio
de la encarnación.

(Jetonius) De nuevo, ¿qué base bíblica o de la tradición apostólica tiene esta afirmación? Las imágenes existían en las religiones paganas, y por el contrario no hay ninguna evidencia de ellas en la Iglesia apostólica.
Precisamente la novedad del cristianismo en este aspecto es que Dios no mora en templos hechos de manos, ni requiere imágenes para su culto.

...

(Juan Manuel) La expresión privilegiada de la «novedad cristiana» es ciertamente la palabra. Cuando Dios
habla, el hombre escucha.
Pero cuando Dios «mira» (a través del ícono), el hombre debe dejarse mirar.

(Jetonius) Dios no mira a través de ningún ícono. Los profetas de antaño dijeron con incisivo sarcasmo que las imágenes tienen ojos pero no ven, y oídos pero no oyen. ¿Cómo puede ser apropiada una imagen para adorar al Dios invisible en Espíritu y en verdad?

(Juan Manuel) El ícono cristiano está estrechamente ligado a esta palabra en cuanto que el único y verdadero ícono es el Verbo hecho carne, Jesucristo (cf. Hb 1,3: irradiación de la gloria de Dios e impronta () de su substancia).
El Verbo imprime el «caracter» del Padre a toda la creación. Se puede representar a Dios visiblemente entonces porque confluyen la creación por el Verbo y la encarnación del Verbo.

(Jetonius) No existe tal cosa como un ícono cristiano. La expresión es un contrasentido, ya que el uso de ímágenes en el culto va contra toda la Escritura y la práctica de la Iglesia de los primeros siglos. En todo caso, se podrá decir que hay iglesias cristianas que (lamentablemente) se han hecho imágenes para rendirles culto.
Por cierto que en un sentido, la única verdadera imagen de Dios es el Verbo encarnado, pero esto no autoriza en modo alguno ni siquiera a hacernos imágenes de él. Cristo no nos mostró cómo es físicamente el Padre, cosa imposible ya que Dios es Espíritu. Nos mostró cómo enseña, como ama, como obra el Padre. Evidentemente eso no puede representarse ni mucho menos transformarse en un objeto de culto.
Es un hecho notorio y bien conocido que no existe en el Nuevo Testamento ninguna descripción física de Jesús en los días de su vida mortal. Por tanto, cualquier representación que de él se haga será siempre el fruto de la imaginación del artista y no de la Palabra de Dios.
Es más, en Patmos Juan tuvo una visión del Cristo glorioso que desafía toda representación icónica (no que no se haya intentado). Por otra parte, el autor del Apocalipsis evita cuidadosamente toda descripción de Dios Padre que pueda prestarse a una representación gráfica.

(Juan Manuel) El lenguaje del ícono no es conceptual, no es sonoro, no tiene la violencia de la evidencia; en cambio habla a quien lo mira con corazón tranquilo y por mucho tiempo.
Dice expresivamente Daniel Ange:
(Comentario)

(Jetonius) Sinceramente, este pasaje que cita me resulta particularmente repugnante. La comparación de las imágenes mudas con el Dios vivo y verdadero cuya Palabra es eficaz y más cortante que cualquier espada de dos filos es a mi entender manifiestamente blasfema.

(Juan Manuel) Desde el punto de vista histórico, la crisis iconoclasta de los siglos VIII y IX maduró una conclusión expresada en pocas palabras:

«Lo que el Libro dice con las palabras, el ícono lo anuncia con los colores y lo hace presente» (Concilio Constantinopolitano IV, X, 3.)

(Jetonius) La raíz del problema no está en el empleo de imágenes como recurso didáctico. Lo que rechazamos es que se les rinda culto de cualquier especie. Además, esta formulación se hizo a posteriori, es decir para intentar justificar de alguna manera la invasión de los íconos que ocurrió a partir del siglo V.

(Juan Manuel) 2. El nacimiento del ícono
Confluyen muchos factores: por un lado el impacto cultural realizado por el cristianismo en los primeros siglos, por otro la progresiva reflexión teológica expresada sobre todo en los Concilios
cristológicos.
Las culturas que más han condicionado al cristianismo son el judaismo, el
helenismo y la latinidad.
Cada una a su manera ha contribuido a que la Iglesia desarrollara la teología icónica.
• Cultura judáica: prohibía todas las representaciones, pero usaba algunas imágenes; i.e. la
serpiente de bronce, los querubines. El cristianismo lentamente supera y hace pasar el arte simbólico (ej. imagen del buen pastor en las catacumbas) al arte figurativo o representativo (ej.
Cristo pantocrator, etc.).
• Cultura griega: ...El cristianismo va a desarrollar su arte usando el género de los eikones (aporta la historicidad a la cultura griega).
De aquí deriva la palabra ícono.
• Cultura romana: ...
En resumen: el cristianismo desarrolla las consecuencias de la encarnación al confrontar la cultura hebrea, la idea de semejanza con los griegos y la presencia con el mundo romano.

(Jetonius) Para quien tiene oídos para oír, es evidente que el empleo de imágenes en el culto es simplemente, como este pasaje lo indica, el resultado del sincretismo entre el cristianismo y las culturas paganas griega y romana.


(Juan Manuel) El arte cristiano en los tres primeros siglos es sobre todo arte simbólico. ...+

(Jetonius) Perfectamente claro. Irrumpe así en el cristianismo el pensamiento mágico propio del politeísmo gentil. Ahora es la imagen, no Cristo, la que ayuda.

(Juan Manuel) 3. Primeros adversarios del ícono
...

(Jetonius) Entre los “primeros adversarios”, además de las Escrituras en su conjunto, se omite a unos cuantos de los primeros tres siglos:
Atenágoras
Teófilo de Antioquía
Minucio Félix
Arnobio
Tertuliano
Cipriano
Orígenes
Lactancio

Además se silencia significativamente el hecho importante de que si bien Gregorio Magno valoraba las imágenes para la enseñanza, al mismo tiempo se oponía tenazmente a que se les rindiera culto.
Sería sumamente ilustrativo si los partidarios de las imágenes pudieran proveernos de una lista de los Padres que inculcaron, promovieron o defendieron el culto a las imágenes durante los primeros cuatro siglos de la Iglesia, con los textos pertinentes. Pero supongo que es demasiado pedir. No pueden darnos esa lista simplemente porque ningún autor cristiano ortodoxo de los primeros siglos hizo semejante cosa.


(Juan Manuel) 4. Primer período de la crisis iconoclasta (726-787)
El iconoclasmo es una herejía imperial, es una lucha por la «verdadera religión» conducida sobre todo por dos Emperadores: León III (714-741) y su hijo Constantino V (741-775).
Llevarán adelante las tesis anti-icónicas propuestas por 388 obispos en el Concilio de Hiería (754).
Los argumentos se pueden resumir en tres proposiciones:
• El prosopon o hypostasis de Cristo es inseparable de sus dos naturalezas
• Una de estas dos naturalezas, la divina, es incircunscribible
• Por lo tanto es imposible circunscribir (delinear, diseñar) el prosopon de Cristo.
Los defensores o iconúdolos contestan sin mucha fundamentación teológica:
afirman simplemente que el ícono es akeropita (no hecha por mano de hombre).

(Jetonius) Es una cruel ironía que a quienes no hicieron sino defender lo que enseña la Biblia y lo que la Iglesia había practicado por cuatro siglos se los tache de herejes. León III y su hijo defendieron lo que hasta hacía un par de siglos era la posición ortodoxa incuestionada. Y al parecer las enseñanzas de más de trescientos obispos de la Iglesia católica fueron menos importantes que el celo iconolatra de la emperatriz Irene.
Además se habla como si el problema de las imágenes pudiera ser restringido a si puede hacerse o no una imagen de Cristo cuando la Biblia es clara en cuanto a cualquier imagen hecha por el hombre con fines cultuales y por lo demás, las imágenes que proliferaban en las Iglesias incluían a la Virgen María y a los santos.

(Juan Manuel) El Concilio Niceno segundo (787)
simplemente apela a la tradición: el culto de las imágenes sagradas es conforme a la tradición de toda la Iglesia.

(Jetonius) Aquí se silencia prudentemente el papel decisivo que la emperatriz regente Irene tuvo en la reacción iconodula. Así, se presenta el iconoclasmo como debido a los emperadores, y la reacción a favor de los íconos a los buenos padres conciliares que se opusieron a los emperadores malos.
El II Concilio Niceno apeló “simplemente” a una tradición espuria, en realidad inexistente. De hecho no pudo invocar siquiera un Padre primitivo ni un texto bíblico que justifique su tesis (los textos citados son de carácter general, no relacionados con el culto a las imágenes). Lo que defiende es una tradición post-constantiniana, de origen pagano.


(Juan Manuel) En esta primera fase el pensamiento más profundo es el de San Juan Damaceno (657-749).
...

(Jetonius) Los sofismas del Damasceno no cambian la situación. Una cosa es la reverencia y el respeto hacia las Escrituras y muy otra el culto hacia ellas. Por lo demás, no veo razón ninguna para venerar la cruz, el gólgota, u otras cosas materiales.

(Juan Manuel)
5. Nueva crisis y superación definitiva (813-842)
El iconoclasmo va a ser retomado por el Emperador León V el armenio.
Esta fase va a culminar con el Triunfo de la ortodoxia el 11 de marzo del 843.

(Jetonius) Si esta era la ortodoxia, Juliano el Apóstata era cristiano y Hitler un santo.


(Juan Manuel) Los iconoclastas en esta etapa se van a volver más exigentes y van a obligar a la Iglesia a elaborar mejor los argumentos pro-icónicos.
El aporte decisivo luego continuado por los padres Capadocios y por San Máximo el Confesor lo hará el patriarca San Nicéforo de Constantinopla (758-829).
• Distingue entre imagen natural (como la presenta Platón en el timeo) y imagen artificial (como la presenta Aristóteles en sus Categorías: dif. entre la physis y la tecné). ...


(Jetonius) En buen romance, se llama a los filósofos paganos a defender la “ortodoxia” cristiana.

(Juan Manuel) Otro aporte al esclarecimiento teológico lo hace San Teodoro Studita (759-826).
• Teodoro clarificará la relación entre el prototipo (Cristo) y su presencia en el ícono.
...
• En este sentido, la parte central del ícono son sus ojos: ellos son la ventana hacia el Rostro de
Cristo. Los ojos están cargados de «intencionalidad» expresiva.

(Jetonius) Veo que San Teodoro añadió más hojarasca para intentar tapar la Biblia y silenciar la historia. Sigue en pie el hecho obvio de que las imágenes NO VEN.


(Juan Manuel) Las dos posturas están planteadas, que cada uno le otorgue validez según su conciencia le señale.


(Jetonius) No se trata aquí de dos “posturas” en hechos opinables, como por ejemplo si es preferible en la liturgia la música de órgano o la guitarra. Es un asunto doctrinal grave.
Cada cual debe ciertamente decidir si opta por las Escrituras (para no hablar de la tradición unánime de los cuatro primeros siglos) o por las costumbres paganos y las elucubraciones de los filósofos a las cuales se recurre para demostrar lo indemostrable y justificar lo injustificable.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius
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Y se va la tercera...
A ver si lees con atención, Abraham20, y sigues mi sugerencia de leer lo que ya se ha dicho.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Estimados foristas:
Ya que Luis Fernando ha colocado estas reflexiones en los dos sitios de reciente debate sobre el problema de las imágenes en el culto, he considerado oportuno agregar algunos comentarios.
Bendiciones para todos,
Jetonius
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Repito el mensaje que ya puse en http://www.forocristiano.com/Forum12/HTML/001721.html por si creéis que añade algo a lo que ya se ha debatido en este epígrafe.
Dios os bendiga


En otro foro hay un epígrafe sobre el tema de las imágenes que lleva ya casi 900 mensajes. Poco más de lo que yo he dicho en ese foro puedo añadir aquí, así que lo mejor es que repita alguno de los mensajes que allá puse:
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Unos huesos, por sí mismos, no tienen ningún poder para hacer nada. La sombra de una persona, por sí misma, no tiene tampoco ningún poder. Tampoco lo tiene los trapos de un apóstol. Y tampoco lo tiene el agua de una piscina. Sin embargo, un hombre cayó muerto sobre los huesos de un profeta y resucitó. La sombra de Pedro sanaba enfermos y los trapos de Pablo tenían la unción de sanidad. Y los enfermos eran sanados cuando un ángel removía el agua de determinada piscina ¿Qué quiere decir todo esto?....
Sabemos que algunos apóstoles tuvieron que salir zumbando porque unos paganos querían idolatrarlos. Sabemos que aquellos pobres que no podían llegar al agua por sus minusvalías físicas, se tenían que aguantar (menos uno al que el Señor mismo sanó). Sabemos que a Pedro le ofrecieron dinero para "comprarle" su "poder". Sabemos que un uso abusivo de las reliquias ha sido fuente de ganancias deshonestas para multitud de sinverguenzas.
Pero los ejemplos bíblicos que acabo de citar con anterioridad muestran que Dios quiso valerse de elementos materiales que por sí mismo no tienen valor, para realizar milagros. Eso es el sacramento. Y la variedad es tal, que no creo que nadie pueda decir, con cierta lógica, que si Dios utilizó unos trapos de Pablo para sanar personas, hoy no pueda hacer lo mismo con "otros trapos" (otra cosa es que uno saque provecho económico de este tema), con otras aguas o con otros huesos. ¿O acaso limitaremos el poder de Dios?
¿Qué tiene esto que ver con el asunto de las imágenes?
(Jetonius)
No cabe duda de que hay varios ejemplos de milagros ocurridos en conexión con objetos materiales (y otros no tan materiales, como la sombra de Pedro).
De esto es lícito concluir que Dios puede (¿¡y cómo no va a poder!?) emplear objetos materiales para hacer milagros, como asimismo lo hizo Jesús con el ciego de nacimiento (Juan 9:6; y cf. el caso de la mujer con hemorragia que tocó el manto del Señor, Lucas 8:43-44 y paralelos).
También es de que los restos y las pertenencias de quienes nos precedieron en la fe deben ser tratados con respeto. La conservación de las reliquias de los santos mártires no es una práctica bíblica, pero no parece contraria a las Escrituras. Ahora bien, rendirles culto –siquiera relativo- ya es otro asunto muy diferente, lo mismo que esperar por su intermedio milagros, como si Dios se hubiese comprometido a obrar a través de restos u objetos de santos difuntos. El problema es que la Iglesia de Roma va en su enseñanza mucho más allá de la reverencia debida a las reliquias al enseñar que es lícito y provechoso rendirles culto, sobre la excusa que con ello se honra en realidad a Dios: “puesto que de tal manera adoramos y veneramos las reliquias de los mártires y confesores, que adoramos a Aquel de quien son mártires y confesores; honramos a los siervos para que el honor redunde en el Señor, que dijo: El que a vosotros recibe, a mí me recibe [Mt. 10,40].” (Juan XV, 985-996 y Concilio Romano de 993; Denzinger 342). Sin embargo, ni los apóstoles ni los ángeles de Dios (Apocalipsis 22:8-9) aceptaron ningún tipo de veneración siquiera “relativa”.
Por lo demás, una cosa es una reliquia, es decir un objeto o fragmento de la propiedad o de los restos mortales de algún santo, o de la cruz de Cristo, etc., y otra una imagen, con frecuencia surgida de la concepción del artista. La reliquia , si es auténtica desde luego, tiene una relación directa con el santo, ya que fue parte de su cuerpo, o de sus pertenencias. La imagen no tiene otra relación que la asignada por la creencia de quien la venera

Por tanto, en respuesta a tu pregunta diría que tienen poco que ver las reliquias con las imágenes, excepto en que se trata en ambos casos de objetos materiales que guardan alguna relación, real para las reliquias y subjetiva para las imágenes, con la persona (santo) en cuestión.
(Luis Fernando) ¿Qué tiene esto que ver con el asunto de las imágenes? Todo y nada.
Todo, porque si por la misma regla de tres aceptamos que Dios utilizó una imagen para algo provechoso (la serpiente de bronce), hoy puede volver a hacerlo. Nada, porque si alguien piensa que Dios "NECESITA" de una imagen para hacer algo provechoso, está engañado y no sabe nada.
(Jetonius) Pero he ahí precisamente el asunto: no es una regla de tres. El hecho de que Dios haya obrado en ciertas ocasiones de determinadas maneras no es una receta o una fórmula infalible. Dios estableció las oportunidades en las que esto ocurrió. Si Dios nos hubiese mandado hacer determinada imagen, pues ¿quiénes somos para contender con él? El asunto es que las imágenes que pueblan los templos católicos y ortodoxos no han sido hechas por mandato directo de Dios, sino por decisión de los hombres; que ellos crean sinceramente que honran a Dios haciendo tal cosa no hace la práctica menos censurable. Yerran ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
(Luis Fernando)
Dios prohibe a los hombres el que se hagan imágenes, pero luego les manda que hagan varias para ciertos fines que Él, en su voluntad, dispuso. Dios no quiere que el hombre idolatre lo material, pero se vale en determinadas ocasiones de materia muerta para transmitir la unción de su Espíritu.
(Jetonius) Pero claro: es Dios quien dicta las reglas. Puede prohibirle absolutamente al hombre hacerse imágenes por su propia iniciativa para rendirles culto, y al mismo tiempo ordenar la manufactura de ciertas imágenes según su voluntad. A diferencia de las hechas por iniciativa humana, tales imágenes ordenadas por Dios no estaban destinadas a constituirse ellas mismas en objetos de culto, como lo demuestra la destrucción de la serpiente de bronce en cuanto se le dio una “veneración” especial (y tengo para mí que este gravemente censurado era un culto tan “relativo” como el que los católicos reclaman para la Virgen y los santos).
(Luis Fernando) Llega entonces el tiempo de la Iglesia de Cristo. Un tiempo en el que la Iglesia no está sujeta a la Ley de Moisés pero está sujeta a la Ley de Cristo, que es la ley del amor. Un tiempo en el que lo material es redimido por lo espiritual, gracias a la muerte y resurrección de Cristo , aunque este mundo material todavía está sujeto a la ley del pecado.
(Jetonius) En todo el Nuevo Testamento jamás ni Cristo ni los Apóstoles enseñaron, por palabra o ejemplo, que fuese lícito venerar imagen alguna. La falta total de discusión acerca de este tema indica que el Señor y los Apóstoles estaban por completo de acuerdo con las prácticas del resto de los judíos palestinos al respecto: “En la época de Cristo, la Ley [referente a las imágenes] era estrictamente observada, de tal forma que los escritores romanos acusaban a los judíos de «ateos» por su repugnancia a plasmar en imágenes sus ideas religiosas [Cf. Tácito, Hist. V,5].” (Alberto Colunga, O.P. y Maximiliano García Cordero, O.P.: Pentateuco. En Profesores de Salamanca. Biblia Comentada , 3ª Ed. Madrid, BAC, 1967, 1:494-495).
Es de todos conocido que a los primeros cristianos les aconteció lo mismo. Por donde se la mire, la ley de Cristo, o ley del amor, no autoriza en absoluto el empleo de imágenes en el culto. De hecho, el culto cristiano primitivo se relaciona más con el de la sinagoga que con el del templo. Está singularmente libre de objetos materiales, a excepción de las Escrituras, el agua bautismal, y el pan y vino eucarísticos. Nada que se parezca siquiera remotamente a una imagen, para no hablar de lo que hoy se ve en los templos de los partidarios de las imágenes.
(Luis Fernando) Surge la pregunta ¿qué autoridad tiene la Iglesia para disponer de cosas materiales para darles un uso espiritual? ¿ninguno? ¿alguno? ¿todo?
(Jetonius) Sin duda que tiene alguna autoridad, derivada de las enseñanzas del Señor y sus Apóstoles. Pero la pregunta es muy general. Si la Iglesia tratara de mandar algo que Dios siempre aborreció, por cierto que estaría abusando flagrantemente de su autoridad relativa y derivada.
(Luis Fernando)¿necesitamos de la letra de la Ley que nos prohibía hacer cualquier tipo de imágenes, que nos prohibía matar y robar, o necesitamos del Espíritu de la Ley que nos habla de los pecados del corazón, que son los que realmente importan? El mandamiento de no hacernos imágenes apuntaba directamente hacia la idolatría del corazón, de la falta de fe que necesita de algo "palpable" a lo que asirse para creer en Dios.
(Jetonius) ¡A juzgar por la proliferación de imágenes grandes y pequeñas que se veneran en los templos católicos, por cierto que haría falta un poco más de lo que llamas “letra de la Ley”! Como los profetas dieron a entender y Cristo lo dejó muy claro en el sermón del monte y en realidad durante todo su ministerio terreno, la limpieza de corazón es más importante que las observancias y los ritos, que no son nada, o son peor que nada, cuando aquélla está ausente.
La prohibición para las imágenes a las que se les pudiese rendir culto sin duda se relaciona con las malas tendencias del corazón humano, tendencias que no ha desaparecido ni desaparecerán por completo sino en los cielos nuevos y tierra nueva, en la Jerusalén celestial. Por tanto, son por completo pertinentes hoy. El hecho de que las imágenes se empleen precisamente como “ayudas” para la fe indican que las gentes desean aferrarse a cosas palpables para dirigirse a Dios -en el mejor caso- o a los múltiples intercesores subordinados, en el peor.
Cuando habla de las imágenes, el nuevo Catecismo subraya la vinculación de todas con Cristo y su función docente: “La iconografía cristiana transcribe mediante la imagen el mensaje evangélico que al Sagrada Escritura transmite mediante la palabra.” (# 1160). ¡Si esto fuera todo, nada habría que objetar! Sin embargo, las imágenes no están allí primariamente para aprender de ellas, sino para ser veneradas y con grandes despliegues. Ayer fue el día de la Virgen del Carmen de Cuyo, y aquí en Mendoza pudimos ver una muestra más de lo que digo. Son fundamentalmente y por sobre todo, objetos de culto.
(Luis Fernando) El mandamiento del Espíritu nos enseña que para aquel que ama a Dios sobre todas las cosas no pecará aunque esté rodeado de ochocientas imágenes,
(Jetonius) ¿Cómo era aquello de “evitar toda ocasión propicia de pecado”? La impecabilidad no es la condición de ningún creyente, y las imágenes son una permanente tentación, sobre todo cuando se recuerda que el Magisterio romano insiste en que su veneración no solamente es lícita, sino buena y provechosa.
(Luis Fernando) las cuales pueden llegar incluso a ser utilizadas por él para transmitir aspectos de la revelación divina a través de ese arte (recordemos que los cielos hablan de la gloria de Dios. Un cuadro de la cruz nos puede hablar de su amor por nosotros).
(Jetonius) Dios se puede servir de lo que le plazca, pero ya ha dicho hace tiempo al hombre que éste no debe hacerse imágenes para rendirles culto. Por cierto que, así como la contemplación del universo creado, las obras artísticas nos pueden inspirar para glorificar a Dios , sin que ello implique en absoluto rendirles culto de ninguna especie. A mí me parece muy inspiradora la película “Jesús”, basada en el evangelio deLucas, pero no pienso hacerle un santuario en mi casa.
(Luis Fernando) El que necesita de una imagen para llegar a Dios, o es un bebé en la fe o no se ha enterado de qué va la cosa.
(Jetonius) Entonces es evidente que en la Iglesia de Roma pululan los bebés y hay muchos que no se han enterado “de qué va la cosa”. Tal vez se podría construir una guardería al lado de los templos, y poner allí todas las imágenes que los creyentes maduros ya no necesitan.
(Luis Fernando) El que cree que un uso cristiano de una imagen es idolatría, vive en los tiempos de la Ley.
(Jetonius) El que cree que un uso cristiano de una imagen es idolatría no vive bajo la Ley; simplemente es legalista y además está equivocado. Porque existe un único uso cristiano posible de las imágenes, y es en la enseñanza. Nada hay en la Biblia que proscriba tal empleo legítimo.
(Luis Fernando)Yo no utilizo las imágenes para orar. No las necesito. Me irrita profundamente la idolatría que veo entre muchos católicos. Pero al mismo tiempo, he podido comprobar lo MUCHO que un icono me puede ayudar para transmitir a mi hijo pequeño una enseñanza que quizás no lograría entender con mis pañabras.
(Jetonius) Bien, aquí vamos por buen camino. Hay idolatría entre los católicos (no digo todos). No empleas imágenes para orar, pero sí para enseñar. ¡Yo hago exactamente lo mismo! El problema es que, como católico, tú no puedes decir que hacerse imágenes para rendirles culto es abominación a Dios, como él mismo lo dijo.
(Luis Fernando)He podido comprobar que las más grandes almas del cristianismo ortodoxo eran iconodulos convencidos.
(Jetonius) Pero Luis Fernando, supongo que no reclamarás infalibilidad para estos hombres. Por lo demás, solo Dios es quien sabe el “tamaño” de cada alma.
(Luis Fernando)Y he podido comprobar que tan malo puede llegar a ser el pecado de la idolatría como el del imponer una esclavitud hacia una ley de la cual Cristo nos liberó. Libres, no para pecar en la carne, sino para vencer la carne con el Espíritu, de forma que esa carne (materia) pueda llegar a ser utilizada para transmitir parte de la esencia del espíritu.
Este es el gran misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne.
En Cristo y en su bendita Iglesia
(Jetonius) El hecho de que existan otros pecados no justifica en absoluto la idolatría. No se trata de esclavitud a la Ley. Cristo no nos liberó en absoluto de la obediencia a Dios. Por el contrario, su obra en la cruz hizo posible el milagro de la obediencia.
(Luis Fernando)Hay un mandamiento del Decálogo que obliga a guardar el sábado y que yo sepa, ninguno de los que estamos participando en este debate somos sabatistas y nos sentimos obligados a guardar el sábado. Eso quiere decir que al menos UNO de los mandamientos del decálogo no está en vigor de la forma en que lo estaba antes de Cristo. Y versículos hay en el NT para apoyar ese cambio. El problema, o la solución, está en que resulta que el decálogo no es algo ajeno al resto de la Ley de Moisés. Y no estamos ya bajo esa ley. Lo cual no significa que podamos matar, idolatrar, adultera, etc.
(Jetonius) No hace falta mayor comentario, porque presentas el problema y su solución. Las enseñanzas de Jesús y de Pablo sobre el sábado justifican plenamente la posición de la mayoría de los cristianos. Como dices muy bien, este caso no permite ignorar el resto de la enseñanza del Antiguo Testamento, que como lo ha reconocido la Iglesia de todos los tiempos, es un libro cristiano.
(Luis Fernando) Todo se simplifica al reducirse toda la ley a "amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". El que ama a Dios sobre todas las cosas, ¿cómo va a ser un idólatra?.
(Jetonius) En un sentido es una simplificación, en otro supone mayor responsabilidad por parte de los creyentes en el Nuevo Pacto. Dios dijo una vez que prohibía absolutamente que el hombre se hiciese imágenes para postrarse ante ellas o rendirles culto. No hace falta que lo reitere una y otra vez; tal cosa sigue siendo vinculante para todo creyente. Lo que uno debería pensar es que si alguien dice hacerse imágenes, o promover su culto, “para la gloria de Dios”, es porque desconoce involuntaria o deliberadamente lo que Dios ha dicho al respecto. Por tanto, es dudoso que ame a Dios sobre todas las cosas.
(Luis Fernando) Y si no se ama a Dios sobre todas las cosas, ¿qué más da que se idolatre una imagen o se idolatre al fútbol?. El que ama al prójimo como a sí mismo, ¿cómo le va a matar o robar o quitar al cónyuge?
(Jetonius) La idolatría es mala en sí misma, independientemente de su objeto. Sus variedades podrán ser muchas, pero no hay razón para pensar que a los ojos de Dios unas sean mejores que otras. Es tan mala la idolatría a las imágenes como al fútbol, etc.
(Luis Fernando) Por tanto creo que el debate sobre las imágenes o no imágenes no tendría sentido si no fuera porque hay una pregunta muy legítima: ¿ayudan las imágenes a que la gente ame a Dios sobre todas las cosas o por el contrario son un impedimento? Mi opinión es que los HECHOS demuestran que ayudan poco y estorban mucho, no tanto a los que sí aman al Señor sobre todas las cosas como a aquellos que NECESITAN de una imagen para llegar a Dios, ignorando que la gracia del Espíritu Santo no necesita de una imagen para enseñarnos cómo adorar a Dios.
(Jetonius) Muy bien. El único punto que observaría es que quien ama a Dios sobre todas las cosas, no le va a rendir culto a una imagen. Y quien recurre a una imagen para llegar a Dios no es ayudado, antes bien entorpecido en su intento.
(Luis Fernando) Dicho eso, también digo que he visto como las imágenes pueden tener un uso no sólo legítimo sino beneficioso. Por tanto, mantener una postura iconoclasta es también absurdo. Primero porque esos iconoclastas siempre ejercen un iconoclasmo a medias ya que admiten la existencia del arte (pintura y escultura) pero rechazan el que ese arte sirva para una expresión espiritual, cosa "curiosa" dado que todo el Universo es una inmensa obra de arte que refleja la grandeza y omnipotencia de Dios.
(Jetonius) Por cierto, como ya lo he notado, existe un uso legítimo para las imágenes. Por eso no soy iconoclasta (aunque a algunos les parezca lo contrario). De todos modos, renunciaría a lo bueno que las imágenes puedan aportar a la fe cristiana, en su carácter docente, si eso significase extirpar la idolatría de su culto.
(Luis Fernando) Dicho eso, también se puede decir lo siguiente:
- Una cosa es que las imágenes puedan ser útiles en determinados momentos y otra muy distinta que sean absolutamente necesarias. Yo, desde luego, no lo creo.
(Jetonius) Ni tienes que creerlo. Por cierto, son dos cosas diferentes. La Iglesia de Roma no enseña que las imágenes sean imprescindibles. Sin embargo, alienta y promueve su uso de muchas maneras.
(Luis Fernando)- Dentro del pueblo católico, bastante menos en el ortodoxo, hay mucha gente que hace un muy mal uso de las imágenes. Corresponde a las autoridades religiosas, especialmente los diáconos, presbíteros y obispos el corregir los abusos, cosa que se puede hacer fácilmente a través de una catequesis adecuada. En este sentido es ESENCIAL que las nuevas generaciones de sacerdotes sigan por el camino que ya están transitando (por lo menos en España)
(Jetonius) Una excelente expresión de deseos que, a mi entender, está lejos de realizarse. La práctica y doctrina católica de siglos se interponen. Tal vez en España estén un poco más avanzados que aquí en la Argentina, pero después de ver la celebración de la Virgen del Carmen de Cuyo, así como las multitudes que van a pedirle trabajo a San Cayetano, etc., creo que en lo que a la abrumadora mayoría de la feligresía católica se refiere, se ha retrocedido en lugar de avanzarse. Hace poco hubo una polémica por la estatua del santo patrono de Mendoza, Santiago matamoros (la estatua ecuestre lo presenta haciendo honor a su apelativo). Se quería reemplazar la imagen por otra más “políticamente correcta” y menos discriminatoria hacia los musulmanes. No te cuento el revuelo que se armó.
(Luis Fernando) En los lugares donde no haya una respuesta positiva hacia dicha catequesis por parte de la mayoría del pueblo católico y sigan haciendo un mal uso de las imágenes, habrá que echarle un par de narices y cortar por lo sano (a buen entendedor, pocas palabras bastan)
(Jetonius) En ausencia de una modificación de la enseñanza del magisterio al respecto, preveo que poco se podrá lograr. Es más, si hipotéticamente el Magisterio cambiase su posición, podría tener que enfrentar una grave crisis interna. Por lo demás, los intentos de cambiar las cosas a medias están encaminados al fracaso. Fíjate que en el IV Concilio de Letrán , ante los abusos de la época por la venta de “reliquias de santos” se estableció: “Como quiera que frecuentemente se ha censurado la religión cristiana por el hecho de que algunos exponen a la venta las reliquias de los Santos y las muestran a cada paso, para que en adelante no se la censure, estatuimos por el presente decreto que las antiguas reliquias en modo alguno se muestren fuera de su cápsula ni se expongan a la venta. En cuanto a las nuevamente encontradas, nadie ose venerarlas públicamente, si no hubieran sido antes aprobadas por autoridad del Romano Pontífice...” (Denzinger 440).
Esto se decidió en 1215. ¿Te parece que detuvo los abusos?

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
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