Re: HOY= PEDERASTIA EN LA IGLESIA CATÓLICO-ROMANA EN TVE2
OK, para todos aquellos que creen que solo la Iglesia Catolica tiene estos problemas. En su tesis doctoral, Richard Blackman (1984) estudió a 302 ministros metodistas, 404 pentecostales, 300 pastores presbiterianos y 190 clérigos episcopales en los Estados Unidos. El 38.6% del total de su muestra admitió haber tenido “algún tipo de contacto sexual” con uno o más miembros de su Iglesia. El grueso del grupo estudiado se componía de hombres y la gran mayoría de contactos sexuales ocurrieron con mujeres.
Del total, 12.7% de los pastores admitió [font=Garamond,Italic]haber consumado [/font]relaciones sexuales con alguna feligresa. En contraste con la cifra de 38.6% en la investigación de Gatrell [font=Garamond,Italic]et al[/font]. (1995), sólo 12% de los médicos estudiados había tenido “algún tipo de contacto sexual” con pacientes. La diferencia entre el 38.6% de los ministros evangélicos y protestantes, y el 12% de los médicos, es de 26.6%: más del triple de incidencia.
En [font=Garamond,Italic]Psychology Today[/font], Sherman reportó en 1993 una cifra similar a la de los médicos cuando publicó una investigación sobre el comportamiento de trabajadores sociales, psicólogos y psicoterapeutas. La incidencia de conducta sexual inapropiada con pacientes (no necesariamente coito) resultó ser de entre 7% y 13% (Sherman, 1993). En 1992, una investigación canadiense sobre la ética de médicos familiares, ginecólogos y doctores de otras especialidades había reportado un porcentaje menor al del estudio de 1995 de Gatrell. La cifra fue de 9%, y sin embargo fue considerada escandalosamente alta por las autoridades y la sociedad ([font=Garamond,Italic]ibid[/font].).
El shock que provocó la publicación de esos resultados hizo que se tomaran serias medidas para reducir el índice de profesionales de la salud que se involucraban sexualmente con sus pacientes.
En otra investigación, publicada en el [font=Garamond,Italic]Journal of Pastoral Care[/font], se encontró que por lo menos 14.1% de los pastores de la Convención Bautista del Sur, una de las denominaciones evangélicas más numerosas y conservadoras de los Estados Unidos, ha tenido contactos sexuales. Entre ellos, 70.4% tiene conocimiento de otros pastores dentro de la misma denominación que han tenido este tipo de deslices con miembros (en general del sexo femenino) de su Iglesia.
Por el lado de la feligresía, 24.2% de los pastores bautistas del sur le ha tocado atender a alguna mujer que se ha involucrado en relaciones sexuales con algún ministro de la misma denominación (Seat [font=Garamond,Italic]et al[/font]., 1993).
Una encuesta aplicada a ministros de los Estados Unidos, realizada por la conocida revista [font=Garamond,Italic]Christianity Today[/font], concluyó que 12% de los pastores evangélicos protestantes ha tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio durante su ministerio (Leadership, 1988). De ellos, 17% incurrió al mismo tiempo en comportamientos ilícitos al realizarlas con mujeres que se encontraban recibiendo consejería terapéutica directamente bajo su cuidado pastoral (equivalente en cierta forma a una relación médico-paciente). Esto añade al fenómeno, de acuerdo a Marie Fortune (1992), un componente de explotación y abuso de poder.
Por otra parte, la Iglesia Metodista Unida, en un reporte interno publicado en 1990, sacó a la luz que 77% de las mujeres ministros en esa denominación reportaron haber sido objeto de hostigamiento sexual en su ámbito de trabajo; lo mismo que 37% de las empleadas administrativas y 48% de las mujeres estudiantes de sus seminarios (TUMC, 1990). En el caso de la Iglesia Unida de Cristo, el porcentaje de hostigamiento sexual fue similar (UCWS,1986).
Las cifras anteriores son más significativas si se considera que las denominaciones representadas en los estudios se encuentran entre las más numerosas e influyentes en todo el mundo, y varias se distinguen por enseñar una moral estricta y conservadora. La estadística comparativa de inmediato permite observar una dimensión particular del problema cuando se tiene en cuenta que en el caso de la profesión médica, la incidencia de casos de abusos es menor en una proporción de uno a tres.
Por otra parte, es interesante notar que el porcentaje de ministros del sexo femenino que son objeto de hostigamiento sexual en la denominación metodista, son superiores a los que se reportan, por ejemplo, en religiones como el judaísmo (CWE, 1993).
En resumen, el porcentaje de abusos a pacientes por parte de profesionales de la salud en los Estados Unidos es más bajo que en importantes denominaciones evangélicas y protestantes y, como se verá más adelante, que en la Iglesia Católica. Las implicaciones prácticas para los creyentes son claras: corren más riesgo de ser explotados sexualmente por un pastor o un sacerdote, que si acudieran a consultar a su médico o a un psicoterapeuta.
OK, para todos aquellos que creen que solo la Iglesia Catolica tiene estos problemas. En su tesis doctoral, Richard Blackman (1984) estudió a 302 ministros metodistas, 404 pentecostales, 300 pastores presbiterianos y 190 clérigos episcopales en los Estados Unidos. El 38.6% del total de su muestra admitió haber tenido “algún tipo de contacto sexual” con uno o más miembros de su Iglesia. El grueso del grupo estudiado se componía de hombres y la gran mayoría de contactos sexuales ocurrieron con mujeres.
Del total, 12.7% de los pastores admitió [font=Garamond,Italic]haber consumado [/font]relaciones sexuales con alguna feligresa. En contraste con la cifra de 38.6% en la investigación de Gatrell [font=Garamond,Italic]et al[/font]. (1995), sólo 12% de los médicos estudiados había tenido “algún tipo de contacto sexual” con pacientes. La diferencia entre el 38.6% de los ministros evangélicos y protestantes, y el 12% de los médicos, es de 26.6%: más del triple de incidencia.
En [font=Garamond,Italic]Psychology Today[/font], Sherman reportó en 1993 una cifra similar a la de los médicos cuando publicó una investigación sobre el comportamiento de trabajadores sociales, psicólogos y psicoterapeutas. La incidencia de conducta sexual inapropiada con pacientes (no necesariamente coito) resultó ser de entre 7% y 13% (Sherman, 1993). En 1992, una investigación canadiense sobre la ética de médicos familiares, ginecólogos y doctores de otras especialidades había reportado un porcentaje menor al del estudio de 1995 de Gatrell. La cifra fue de 9%, y sin embargo fue considerada escandalosamente alta por las autoridades y la sociedad ([font=Garamond,Italic]ibid[/font].).
El shock que provocó la publicación de esos resultados hizo que se tomaran serias medidas para reducir el índice de profesionales de la salud que se involucraban sexualmente con sus pacientes.
En otra investigación, publicada en el [font=Garamond,Italic]Journal of Pastoral Care[/font], se encontró que por lo menos 14.1% de los pastores de la Convención Bautista del Sur, una de las denominaciones evangélicas más numerosas y conservadoras de los Estados Unidos, ha tenido contactos sexuales. Entre ellos, 70.4% tiene conocimiento de otros pastores dentro de la misma denominación que han tenido este tipo de deslices con miembros (en general del sexo femenino) de su Iglesia.
Por el lado de la feligresía, 24.2% de los pastores bautistas del sur le ha tocado atender a alguna mujer que se ha involucrado en relaciones sexuales con algún ministro de la misma denominación (Seat [font=Garamond,Italic]et al[/font]., 1993).
Una encuesta aplicada a ministros de los Estados Unidos, realizada por la conocida revista [font=Garamond,Italic]Christianity Today[/font], concluyó que 12% de los pastores evangélicos protestantes ha tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio durante su ministerio (Leadership, 1988). De ellos, 17% incurrió al mismo tiempo en comportamientos ilícitos al realizarlas con mujeres que se encontraban recibiendo consejería terapéutica directamente bajo su cuidado pastoral (equivalente en cierta forma a una relación médico-paciente). Esto añade al fenómeno, de acuerdo a Marie Fortune (1992), un componente de explotación y abuso de poder.
Por otra parte, la Iglesia Metodista Unida, en un reporte interno publicado en 1990, sacó a la luz que 77% de las mujeres ministros en esa denominación reportaron haber sido objeto de hostigamiento sexual en su ámbito de trabajo; lo mismo que 37% de las empleadas administrativas y 48% de las mujeres estudiantes de sus seminarios (TUMC, 1990). En el caso de la Iglesia Unida de Cristo, el porcentaje de hostigamiento sexual fue similar (UCWS,1986).
Las cifras anteriores son más significativas si se considera que las denominaciones representadas en los estudios se encuentran entre las más numerosas e influyentes en todo el mundo, y varias se distinguen por enseñar una moral estricta y conservadora. La estadística comparativa de inmediato permite observar una dimensión particular del problema cuando se tiene en cuenta que en el caso de la profesión médica, la incidencia de casos de abusos es menor en una proporción de uno a tres.
Por otra parte, es interesante notar que el porcentaje de ministros del sexo femenino que son objeto de hostigamiento sexual en la denominación metodista, son superiores a los que se reportan, por ejemplo, en religiones como el judaísmo (CWE, 1993).
En resumen, el porcentaje de abusos a pacientes por parte de profesionales de la salud en los Estados Unidos es más bajo que en importantes denominaciones evangélicas y protestantes y, como se verá más adelante, que en la Iglesia Católica. Las implicaciones prácticas para los creyentes son claras: corren más riesgo de ser explotados sexualmente por un pastor o un sacerdote, que si acudieran a consultar a su médico o a un psicoterapeuta.
[font=CenturyGothic,Bold]C I E N C I A e r g o s u m ,
Revista Científica
Multidisciplinaria de la Universidad Autónoma del
Estado de México, [font=CenturyGothic,Bold]V o l . 10 (1), marzo- junio 2 0 0 3.[/font]
Sección de Ciencias Humanas y de la Conducta.
Multidisciplinaria de la Universidad Autónoma del
Estado de México, [font=CenturyGothic,Bold]V o l . 10 (1), marzo- junio 2 0 0 3.[/font]
Sección de Ciencias Humanas y de la Conducta.
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