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Horrores
En Pakistán, país tan avanzado que posee armas nucleares, una mujer ha sido violada cuatro veces en cumplimiento de una sentencia de jefes tribales porque su hermano se relacionó con una mujer de una casta 'superior'. En Guinea, una ex colonia española, un opositor al dictador Obiang ha muerto de hambre y sed en una cárcel. Con estos dos ejemplos, los últimos pero no los únicos, cada vez se hace más difícil comprender que los poderosos del planeta, reunidos bajo las siglas del G-7, dediquen su tiempo y su energía a mostrar las suelas de sus zapatos en lugar de impedir tamaños horrores.