¿Que nos dirá el rabino?
¿Que nos dirá el rabino?
Texto del mensaje que estoy enviando al rabino de
www.serjudio.com
Lic.Prof.Yehuda Ribco:
He abierto un epígrafe en el
www.forocristiano.com
HORRIPILANTE VERSIÓN SOBRE LA DESNUDEZ DE NOÉ, en el que expresamente cuestiono la versión aportada por un forista en otro epígrafe, que coincide precisamente con la que Vd. ha dado en su página.
He leído atentamente su respuesta a Martín R. de Perú, y descuento que no tomará a mal que le presente mis objeciones, esperando que si me equivoco ejercite usted la paciencia de los sabios en la corrección. Como me tomo la libertad (recuerde por favor que yo también soy oriental de los de Artigas) de pegar este mensaje a Vd. en el mismo epígrafe que se está debatiendo esta cuestión, me comprometo igualmente a pegar allí su respuesta aunque signifique toda una paliza para mí.
Soy cristiano protestante filojudío (hice mi curso de hebreo en el Hebraica Macabi y Universidad O.R.T.), y oro por la paz de Jerusalem y la bendición de Israel.
Espero pues contar con su benevolencia a pesar de la exposición de mis observaciones.
Viviendo ambos en Uruguay, hasta podrá resultar beneficioso que dialoguemos personalmente.
Con su comprensión, mis citas bíblicas son las de la Versión Reina-Valera 1995, y así también la designación de nombres propios de personas y lugares.
1 – Entiendo del texto bíblico que Noé disfrutó en demasía del buen éxito obtenido con su viña, al grado que se embriagó. Pero creo que tal caída no lo convierte en borracho, cuando no conocemos precedentes ni continuación de tal conducta. Tipificarlo como “borracho” incluiría la idea de una pertinacia en el vicio; aunque de momento – mientras le duraba el efecto etílico – de hecho lo fuese.
2 – Al lector del primer libro de Moisés no se le ocurre que Noé se embriagara a propósito, como si ya conociera el efecto embriagante de la bebida; puede que sí, pero al no estar escrito, mas bien este se presenta como el primer caso. Es cierto que sus contemporáneos se habían corrompido, inclinados únicamente al mal, hasta decirse que “la tierra estaba llena de violencia”, pero nada se dice de este otro vicio.
3 – Aunque Noé pudiera estar dolido por tantos parientes, vecinos, amigos y conocidos que perecieron en la catástrofe, no podía asumir responsabilidad alguna por su funesto fin. Dios le había dicho: “He decidido el fin de todo ser” (6:13) y seguidamente le da las instrucciones para la construcción del arca. Finaliza ese capítulo con las palabras: “Noé lo hizo así; todo lo hizo conforme a lo que Dios había mandado”. ¿Qué otra cosa podía haber hecho? ¿Ponerse a predicador y dejar de construir el arca? Hubiese desobedecido y perecido con toda la humanidad. Tampoco podemos asegurar que él no hubiera elevado alguna plegaria. La Biblia no dice que sí ni que no. Pero respecto a esto, a lo menos dos cosas eran evidentes para Noé: el altísimo grado de corrupción y violencia que la humanidad había alcanzado, y lo determinado que Dios estaba en ejecutar su juicio de total exterminio. De todos modos, la misma construcción del arca fue un largo sermón predicado por más de un siglo. Si ninguno se interesó por procurar su salvación y la de los suyos escapando del juicio en aquella casa flotante que se construía, fue por lo empecinados que estaban en su maldad y rebeldía contra el Creador.
4 – Tampoco es lógico imaginar que el arca dispusiera de amplios ventanales a través de los cuales Noé asistiera al espectáculo de la gente desesperada luchando por su vida hasta ahogarse. El arca tenía una sola puerta la que el mismo Señor cerró (7:16) y la ventana en el techo no era para admirar el paisaje. Aunque Noé pudiera imaginarse las escenas de espanto, muy difícilmente pudo ser testigo presencial de tanta muerte. Mucho mejor que cualquier psicoterapeuta, Noé tenía el testimonio de su propia conciencia. Aunque imperfecto y pecador como humano que era, sin embargo “Noé halló gracia ante los ojos del Señor” y se dice de él que era “hombre justo y perfecto entre los hombres de su tiempo; caminó Noé con Dios” (6:8,9).
5 – La impropiedad de la frase suya “Noaj creyó encontrar alivio en el sopor de la adicción” la veo en que aquello no fue un estrés o un estado de depresión que le sobreviniera tras salir de aquella experiencia del diluvio. Para la fecha de su embriaguez ya tenía nietos, por lo que algunas décadas probablemente ya hubieran pasado como para sobreponerse de cualquier estado anímico negativo. Mas bien, la impresión que nos queda es que tras la salida del arca, la salvación suya y de su familia se expresa con el sacrificio que ofrece sobre el altar que construye, lo que agrada a Dios. Luego sigue la bendición de Dios sobre Noé y sus hijos, el pacto que hace con ellos, y el arco iris en señal de que Dios no volvería a traer otro diluvio. Esta secuela de acontecimientos sucesivos debía haber fortalecido y contentado mucho el corazón de Noé. Lejos de haber contraído un complejo de culpabilidad, se ve en él a un hombre agradecido a quien Dios no le resultaba un extraño.
6 – Es coherente que la Tradición diga que: “Canaán vio a su abuelo borracho y desnudo tirado en la carpa. En vez de cubrir a su abuelo y tratarlo con dignidad y misericordia, prefirió ir a contarle a su padre, y no de forma ingenua, sino con total malicia”. Pero lo que sigue, plantea una duda enorme en cuanto a qué clase de Tradición pueda dar un informe tan procaz, el que prefiero ni repetir aquí. Confieso mi total ignorancia por lo que sea la Tradición judía, y presumo que deben existir diversas escuelas rabínicas con posturas diferentes en multitud de asuntos. Acepto como verosímil que algunos respetables rabinos arriesgaran su respetabilidad llevando sus conjeturas a tales extremos. Pero me cuesta admitir que una tradición judía ortodoxa pueda mantener tal versión. Si estoy equivocado, ¡por favor corríjame! Siempre he atribuido al judaísmo una moralidad más alta que la de los gentiles, por lo que a estos mismos se les haría difícil entender como una tradición judía genuina podría teñir con tanta infamia al patriarca Noé, que con Adán, comparte el ser ancestro común de todos los humanos. Además, Noé es citado por el profeta Isaías (54:9) y Ezequiel (14:14) en un contexto que difícilmente se encontraría de haber estado involucrado en escándalo tan soez: “si estuvieran en medio de ella estos tres hombres: Noé, Daniel y Job, solo ellos, por su justicia, librarían sus propias vidas”.
7 – Finaliza Vd. ese mensaje diciendo:
“No sé si Jam fue homosexual, pero sí sé que cometió un acto de homosexualidad que a Dios desagrada sobremanera”.
Lo que aquí me sorprende es que Vd. diga “sí sé”. Por supuesto que está en su derecho de decirlo. Pero el lector esperaría algo más moderado como: yo creo, yo pienso, soy de la idea, etc. Pero al decir “sí sé” parece que tiene la misma convicción como si lo leyese en la Torá.
El acreditar como cierta esa versión con su consiguiente divulgación, me temo que pueda servir al movimiento gay para legitimar su “opción” como perfectamente natural y propia de la humanidad desde sus mismos orígenes (Noé, Cam, Canaán), contrastando de paso con cierta forma de antisemitismo sugerida por la figura de un Moisés que instruye al pueblo de Israel en la Ley diciendo: “Si alguien se acuesta con otro hombre como se hace con una mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos: sobre ellos caerá su sangre” (Levítico 20:13); “ni haya sodomita de entre los hijos de Israel” (Deuteronomio 23:17); y reyes de Judá como Asa que “expulsó del país a los sodomitas” (1Reyes 15:12) y Josafat que “Barrió también de la tierra los restos de los sodomitas que habían quedado en tiempos de su padre Asa” (1Reyes 22:46).
Quedo expectante de su respuesta.
Le saludo con mi mayor consideración y respeto.
Ricardo.