Isaías ya lo dijo claro:
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos."
Nadie tiene que preocuparse por los caminos de los demás, la salvación no consiste en demostrar nada, sino en acoger la Ley fundamental en el corazón humano. Y en ese sentido se puede salvar todo aquel que siga a Cristo, y seguir a Cristo no significa idolatrar a Jesús o María, sino a Dios.
Dios se hizo humano mediante el Verbo para mostrarnos el Camino y nuestra filiación divina, esa es la verdadera Fe, que aunque dijera Jesús que estrecha era la puerta, también era consciente de que Dios todo lo puede, y Dios sabe por donde transcurren nuestros pasos, nuestra profundidad.
De un corazón limpio y amante no puede salir un alma perdida, y para eso no hay religión, sino fe.