Historia de los sabatistas?

Re: Historia de los sabatistas?

HISTORIA DE LA OBSERVANCIA DEL SABADO EN LA IGESIA ADVENTISTA.
Al mismo tiempo que los seguidores del movimiento estudiaban el santuario, surgió la problemática del día bíblico de descanso y adoración. El primer defensor de guardar el Sábado como día de reposo entre los primeros Adventistas fue el capitán Joseph Bates. Bates llegó a conocer la doctrina del Sábado gracias a un folleto escrito por un predicador Millerita llamado Thomas M. Preble, quien a su vez había sido influenciado por una joven Bautista del Séptimo Día, Rachel Oakes Preston.
Fue en una reunión en la casa de Edson que un individuo llamado Joseph Bates, leyó un escrito de un líder Bautista del Séptimo día en que se mostraba porque se debía adorar a Dios en Sábado. El artículo en este papel lo había escrito Thomas M. Preble, un líder de lo que en ese momento se conocía como la Iglesia Bautista del 7mo Día. Otra versión con respecto al hecho es que una Cristiana Bautista del Séptimo día les aporto la verdad del sábado. Esto se puede verificar en el video de historia denominacional de la Iglesia Adventista. Esta Cristiana Bautista del Séptimo Día se llamaba Raquel Oakes Preston Una celosa guardadora del Sábado. "Raquel Preston fue usada por Dios en llevar la verdad del sábado a la iglesia Adventista de Washington, New Hampshire; la cual llegó a ser la primera iglesia Adventista del Séptimo Día en América".
Este mensaje gradualmente fue aceptado y formó parte del tema de la primera edición de la publicación de la Iglesia, "La verdad presente" (The Present Truth), que apareció en Julio de 1849. Aunque al comienzo se creía que el "sábado" comenzaba a las 6 pm, para 1855 se aceptó en general de que el "sábado" comienza con la puesta del sol.
 
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Raquel Oakes Preston
Una celosa guardadora del Sábado
Nació el 2 de marzo de 1809 - Murió en 1868
Un indicio del importante papel que la Sra. Preston jugó en la historia de la iglesia Adventista primitiva se obtiene al mirar la inscripción sobre la lápida de su tumba:
"Raquel Preston fue usada por Dios en llevar la verdad del sábado a la iglesia Adventista de Washington, New Hampshire; la cual llegó a ser la primera iglesia Adventista del Séptimo Día en América".
Raquel Preston era una Bautista del Séptimo Día cuando vino a Washington. Su hija Raquel Delight Oakes, llegó a ser la esposa de Cyrus Farnsworth, quien con su hermano Guillermo fueron los primeros observadores del sábado entre los adventistas de Washington.
Fue en el año 1837, que Raquel Harris Oakes y su hija se unieron a la iglesia Bautista del Séptimo Día en Vernon, Vermot. Evidentemente su esposo, Emory, murió allí, aunque no hay ninguna declaración al respecto. En el año de 1843 Raquel Oakes y su hija, Delight, se mudaron a Washington, New Hampshire. Delight enseñaba en la escuela. Su madre vivía con ella y llegó a ser el instrumento en las manos de Dios para llevar la luz del sábado a ese grupo de adventistas. Los adventistas a su vez, le trajeron la bendita esperanza del segundo advenimiento. En Washington conoció a Nathan T. Preston, con quien contrajo matrimonio. Vivieron allá y en Milford por muchos años y finalmente regresaron a Vernon, Vermot, donde murió y fue enterrada.
Una Historia Sobre Raquel Oakes Preston
Regresemos a la pequeña iglesia en Washington, New Hampshire, la primera iglesia de los adventistas guardadores del sábado. Arturo Spalding les contará una experiencia que llevó a un número de almas sinceras a comenzar la observancia del sábado:
El servicio de comunión estaba siendo celebrado en la iglesia cristiana de Washington, New Hampshire, un domingo del invierno de l844. Presidía el pastor Frederich Wheeler, ministro metodista y adventista de Hillsboro, cuya área incluía esta iglesia. El notó entre los que comulgaban a una señora de mediana edad que estaba sentada en la banca de Daniel Farnsworth, quien mantenía sus brillantes ojos sobre él durante el servicio y parecía casi para salir, cuando declaró: Todos los que confiesen comunión con Cristo en un servicio como éste, deberían estar listos para obedecer a Dios y guardar sus mandamientos en todas las cosas. El deseaba saber acerca de esta dama.
Algo más tarde, al visitar a la familia, el pastor conoció a la señora Raquel Oakes, madre de la joven Delight Oakes, la maestra de la escuela. Directa en su palabra como en su mirada le dijo:
"--Recuerda pastor Wheeler, que usted dijo que todo el que confiesa a Cristo debería guardar todos los mandamientos de Dios?
--Sí
--Casi me levanté en la reunión para decir algo.
--Me pareció. ¿Qué tenía en mente para decir?
--Quería decirle que era mejor retirar la mesa de la Santa Cena y cubrirla con un mantel hasta que usted empiece a guardar los mandamientos de Dios. --dijo Raquel Oakes".
El pastor Wheeler se sentó sorprendido. Se sintió un poquito apocado, pero él estaba agradecido que esta persona de acción directa había tenido la gracia cristiana de esperar para una entrevista privada. ¿Que él no guardaba los mandamientos de Dios? ¿Estaba él desobedeciendo? ¡Oh, sí! El había escuchado de esta hermana Bautista del 7º día, quien recientemente había llegado a vivir aquí, y de su decidida opinión sobre la obligación de los cristianos de guardar el sábado por el domingo. Este era el liberal cuarto mandamiento que ella estaba ahora predicándole a él.
Fue un sermón efectivo. Frederick Wheeler se fue pensando. Siguió pensando y estudiando y no muchas semanas más tarde guardó su primer sábado y predicó un sermón sobre esto ese mismo día" Captains of the Host, págs. 107, 108.
Esta fue la manera en que los adventistas de Washington, New Hampshire, oyeron por primera vez acerca de la verdad del sábado del Señor.
 
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José Bates
EL APOSTOL DE LA VERDAD DEL SABADO
Nació el 8 de junio de 1792 - Murió el 19 de marzo de 1872
En la primera parte del año de 1845, Bates fue dirigido providencialmente a entender la verdad concerniente al séptimo día como el Sábado Bíblico. Visitó Washington, New Hampshire, donde un grupo de adventistas habían comenzado a observar el séptimo día. Fortalecido por esta experiencia, llegó a ser el apóstol de esta "recién" descubierta doctrina. En 1846 publicó un folleto de 48 páginas sobre el tema. El capitán Bates estuvo presente en las conferencias "sabáticas" de 1848 donde importantes enseñanzas bíblicas fueron desenterradas por los adventistas guardadores del sábado de la mina de oro de las Sagradas Escrituras. Estas recién descubiertas doctrinas llegaron a ser la "plataforma de fe" de los Adventistas del Séptimo Día.
No había pasado mucho tiempo desde que José Bates se había relacionado con la verdad del sábado (por medio de un artículo de T. M. Preble en el periódico "La Esperanza de Israel", de marzo de 1845) que él escuchó de un pequeño grupo de personas que observaban el sábado entre las montañas de Nueva Hampshire, en un pequeño pueblo llamado Washington. El líder era Federico Wheeler. José Bates sintió un ardiente deseo de visitar a estas personas y hablar con ellos respecto a la fe. Compró un boleto para ir en tren y después de haber viajado tan lejos, como el tren no lo podía llevar, compró un boleto para un coche. Después de haber viajado tan lejos, como el coche no lo podía llevar, realizó el resto del viaje a pie. Llegó a la casa de campo de los Wheeler ya bien entrada la noche. Las luces estaban apagadas y el primer ministro adventista que guardaba el sábado, estaba en cama. Bates no vaciló en despertarlo y se pasaron conversando la mayor parte de la noche. Jorge, un niño de once años, hijo del pastor Wheeler, oyó la conversación y más tarde divulgó la historia entre sus amigos. Al día siguiente Jorge y uno de los criados fueron al campo a trabajar, mientras el pastor Wheeler llevó al Capitán Bates a la casa de Ciro Farnworth en Millen Pend, cerca de la pequeña iglesia donde los adventistas observadores del sábado se reunían. Allí, debajo de los arces, se sentaron Federico Wheeler, Ciro Farnsworth, su hermano Guillermo y José Bates para platicar respecto al sábado.
Después de esta reunión, realmente la primera conferencia adventista del 7º día celebrada alguna vez, José Bateas regresó a Fairhaven. Estaba convencido. Entusiasmado se llenó de celo para predicar la verdad. ¡Oh cómo amo este sábado!
De regreso en Fairhaven, un amigo y compañero adventista, Jaime Madison Monroe Hall, se encontró con el viejo capitán Bates en el puente que cruza el río Acushnet y exclamó: "Capitán Bates qué noticias tiene" La respuesta triunfante del hermano Bates fue: "Las nuevas son que el séptimo día es el sábado del Señor, nuestro Dios". No fue fácil convencer a Hall, pero los argumentos del Capitán Bates fueron convincentes y Hall vino a ser un nuevo converso a la doctrina del sábado (él guardó el siguiente sábado) y se unió a Bates en la recién encontrada fe. Poco después de esto, Bates escribió un folleto sobre este asunto que fue el instrumento que guió a Jaime y Elena White a aceptar la luz.
Ahora ustedes ven, jóvenes, por qué llamamos al Capitán Bates el apóstol de la verdad del sábado.