Herejes en la ciudad de la ortodoxia

Bart

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24 Enero 2001
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http://www.diariodesevilla.com/pg021202/sevillac/sevillac014.htm

historia

Herejes en la ciudad de la ortodoxia

De Santiponce a Relator. La reedición de la Biblia del Oso y la restauración de San Isidoro del Campo rescatan el legado de los olvidados protestantes de Sevilla, un proceso impulsado por el que fue su pastor durante dos décadas.


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G. Fernández Campos.
JOSÉ LUIS MONTERO


JULIO JIMÉNEZ HERAS.

El renacer físico de San Isidoro del Campo ha sacado de debajo de sus piedras toda la historia de una importante rama del protestantismo español, surgida precisamente en las cercanías de la muy tridentina y contrarreformista ciudad de Sevilla. La restauración del monasterio poncino y la consiguiente exposición sobre su historia van acompañadas por unas jornadas que analizan el fecundo ayer de San Isidoro. La ilustración sobre el silenciado periodo en el que funcionó como semillero de la Reforma luterana ha estado a cargo de Gabino Fernández Campos, destacado estudioso del protestantismo español y pastor bautista que ejerció su ministerio durante 22 años en Sevilla.

“Me siento particularmente orgulloso de que se estén rescatando del silencio a Cipriano de Valera, a Casiodoro de Reina y a Antonio del Corro, un sevillano que dio clases en Oxford y Cambridge y que es considerado el padre del hispanismo británico”, señala don Gabino. Huido de Sevilla en 1557, Reina da imprenta en Basilea a la Biblia del Oso (1569), la primera traducida directamente del hebreo, el arameo y el griego, siendo la más leída en nuestra lengua.

Saltándose el obligado paso por los latines de la Vulgata, La Biblia, que es los sacros libros del Viejo y Nuevo Testamento contaba en su primera página con el plantígrado que identificaba al editor Thomas Guarín y que le dio su definitivo nombre. Valera la modificará brevemente y le dará apellido en 1602. “No sólo fueron quemados en efigie y colocados en el índice de los libros prohibidos como autores de primera clase, sino que fueron condenados en su tierra a la peor de las muertes, la muerte del olvido”.

La historia del protestantismo en la ciudad desde aquellos monjes jerónimos transformados en heresiarcas ha pasado por toda clase de vicisitudes. Fernández Campos, autor del libro Reforma y Contrarreforma en Andalucía (Biblioteca de Cultura Andaluza. Sevilla, 1986), las conoce como nadie. “Yo mantengo que nunca llegó a desaparecer del todo el credo evangélico, no llegó a haber una ruptura. Durante mucho tiempo fueron los cónsules de los países protestantes en la ciudad los que acogían en sus casas las reuniones para leer las Escrituras. Tenían que emplear diversas claves cuando llegaban las biblias y los textos prohibidos. ‘Vamos a comer arengues rojas’ significaba que habían recibido una Biblia nueva”.

Los autos de fe con sevillanos como ígneos protagonistas, la figura grande de Blanco White, el efímero puesto de biblias de Don Jorgito el inglés en la Plaza Nueva y las aperturas emanadas de la Gloriosa marcan el devenir de los protestantes hispalenses. “La Junta Revolucionaria de Sevilla fue la primera que incluyó la libertad de culto, ni siquiera la de Madrid. Salen a la palestra periódicos protestantes como Eco del Evangelio y El Cristianismo, que eran hechos en la ciudad”.

Esta interesantísima época registra en Sevilla una asamblea general de los protestantes de España el 26 de agosto de 1869. El resurgir evangélico se hace patente dos años más tarde con la compra de la iglesia de San Basilio y de la capilla de los Marineros por las comunidades locales. Se apagan las ideas del 68 y hay que esperar a la II República para que regrese la libertad religiosa. “El único diputado protestante que hubo en las Cortes constituyentes de 1931 fue un sevillano nacido en Cádiz, José Marcial Dorado, que murió exiliado en La Habana diez años después”.

La España que sale de la Guerra Civil quiere saber más bien poco de las iglesias de la Reforma. “La quema del templo de San Basilio en febrero de 1952, auspiciada por el cardenal Segura como se demostró más tarde, es uno de los episodios más tristes de nuestra historia”, recuerda el pastor. Con grandísimas dificultades sobreviven históricamente tres templos en la ciudad: el presbiteriano de la calle Conde Negro, el episcopal de la calle Relator y el bautista de la calle Oriente. “Ahora mismo hay en Sevilla más de 25 comunidades evangélicas, aunque siga existiendo esa conciencia de gueto que muchas veces sólo se debe a nosotros mismos. Tantos años después de Reina y Valera, Sevilla abarca prácticamente todo el pluralismo de la Reforma”.

 
Lento es el caminar, Bart, pero sea lento o rápido seguimos haciendo camino reabriendo las rutas por las que caminaron los grandes hombres de la Reforma, la cultura y el derecho de todo ser humano a la libertad de conciencia. (El exodo tambien fué un lento caminar por el desierto, pero los caminantes llegaron a la tierra prometida)
Aquellos que les atacaron, como el tristemente célebre cardenal Segura serán los que en definitiva pasaran al olvido. A no ser que se les recuerde como representantes de la más cerril condición humana.
Bendiciones para Gabino Fernandez Campos a quien conocí personalmente.
Un abrazo en Cristo, Bart