<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por oscar guevara:
De acuerdo con los Hechos de los apostoles cap.2 v 1-13, el hablar en lenguas tenia como fin hacer que los extranjeros,que no entendian el hebreo pudiesen oir "las maravillas de Dios", así mismo en Marcos 16 v14-18, nuestro Señor Jesús dice a los apostoles "id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura"-"hablaran nuevas lenguas" para que estas "criaturas" oigan las buenas nuevas. Enmarcados en este contexto veo el propósito del Espíritu Santo al guiar el hablar en lenguas.Quisiera saber porque en muchas de nuestras iglesias contemporaneas podemos escuchar algunos hermanos pronunciando, podriamos llamar "dialectos" repetitivos, que nadie puede entender? [/quote]
Queridos hermanos:
Como dice Oscar, al parecer uno de los milagros de Pentecostés fue que los discípulos sobre quienes descendió el Espíritu Santo fueron instantáneamente capacitados para hablar idiomas extranjeros (Hechos 2:4-11).
Por otra parte, en 1 Corintios 12 al 14 el Apóstol Pablo trata sobre un don de lenguas al cual se le daba exagerada prominencia en la congregación de Corinto. Acerca de esto, como en otros temas, existen dos extremos en la interpretación.
Uno de ellos consiste en afirmar que el don de lenguas es la evidencia primaria y fundamental de la llenura del Espíritu Santo. El otro extremo está en sostener que Pablo estaba refiriéndose al carisma de hablar lenguas extranjeras y que no existe la glosolalia como don del Espíritu. Si bien hay indicios en 1 Corintios que podrían entenderse en este último sentido (12:10; 14:5, 10,13, 21), también hay razones válidas para pensar que se trata de un don de expresión extática:
1. En primer lugar, el contexto general de la exhortación, con el firme llamado al orden en el culto y a anhelar los mejores dones (12: 1,31; 14:40).
2. En 13:1 Pablo menciona lenguas humanas y angelicales; si bien esta distinción puede ser simplemente una figura del lenguaje, hay que recordar que cuando Pablo ascendió al tercer cielo escuchó allí "palabras inefables que no le es dado al hombre expresar" (2 Corintios 12:4).
3. Pablo dice que quien habla en lenguas le habla a Dios (no a los extranjeros) y que el que habla y los que escuchan se quedan sin entender (14:2,9,11,14)si no hay quien tenga el don de interpretación; no se trata del talento y oficio del traductor, sino de un carisma especial del Espíritu (14: 5, 13, 28).
4. Pablo obviamente no entendió el idioma de Licaonia (Hechos 14: 11-15) aunque hablaba en lenguas más que todos los corintios (1 Corintios 14:18).
Por tanto, parece prudente concluir que el don de lenguas o glosolalia es un carisma especial de expresión extática. Sin embargo, es conveniente recordar que:
1. Es un don más, dado por el Espíritu a quien Él quiere (12:11).
2. Por tanto, no todos los verdaderos creyentes lo poseen (12:30). Las congregaciones que enseñan que todos los creyentes llenos del Espíritu Santo hablan en lenguas están simplemente equivocadas, y fomentan la imitación (deliberada o inconsciente) de quienes carecen del don, para no "quedar fuera" o ser considerados poco espirituales. Y el asunto se torna más grave cuando estas congregaciones juzgan como poco espirituales a aquellas en las cuales no se habla en lenguas en los cultos.
3. Los dones no son galardones o premios, y por tanto quien lo posee no es por ello ni más ni menos espiritual que otro hermano que posea otro don o dones menos llamativos.
4. Este carisma se orienta hacia la edificación individual más que al culto comunitario. Pablo limita su ejercicio a no más de dos o tres por culto, y esto siempre y cuando haya quien tenga el don complementario de interpretación (14:4,28).
5. De las instrucciones de Pablo se desprende que, contrariamente a lo que ocurre en algunas congregaciones donde, como en Corinto, el ejercicio se descontrola, el ejercicio de este don es perfectamente controlable por quien lo tiene: el que tiene este carisma puede hablar o callar a voluntad (1 Corintios 14:27). No es, pues, incontrolable como a veces se enseña sin base bíblica.
Es una pena que un don menor, destinado primordialmente a la edificación privada, cause tantas contiendas dentro de las Iglesias y entre ellas.
Ahora a título personal, yo no tengo este don, pero conozco a hermanos en mi congregación que sí lo tienen, aunque no lo emplean en los cultos. Mientras no se produzcan abusos y todo se haga decentemente y en orden, creo que no deberíamos censurar a los hermanos a quienes Dios les ha dado tal carisma; aunque yo, por mi parte, anhelo los dones que sirven para la edificación del Cuerpo de Cristo.
Que Dios les bendiga a todos,
Jetonius