***
«Hermanos y hermanas,
no necesitamos escribirles
sobre los tiempos proféticos y las fechas.
Ustedes mismos saben bien
que el día del Señor vendrá
como un ladrón en la noche.
Cuando la gente hable de paz y seguridad,
de repente vendrá destrucción sobre ellos.
Será como el inicio repentino
de los dolores de parto,
y ciertamente no escaparán.
Pero ustedes, hermanos y hermanas,
no están en tinieblas respecto a esto,
de modo que no serán tomados por sorpresa
cuando venga como ladrón en el Día del Juicio.
Porque ustedes son todos
hijos de la luz e hijos del día.
No pertenecemos a la noche ni a las tinieblas.
De modo que no deberíamos estar durmiendo
como todos los demás,
sino que debemos permanecer despiertos
y mantener nuestra mente lúcida.
Porque en la noche es cuando la gente duerme;
y es en la noche que se emborrachan.
Pero como nosotros pertenecemos al día,
debemos mantener nuestras mentes limpias,
ceñidos con la coraza de fe y amor,
y usando como casco la esperanza de la salvación.
Porque Dios no nos ha puesto en sitio de castigo,
sino que nos ha reservado para salvación
por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Él es quien murió por nosotros para que,
ya sea que vivamos o muramos,
podamos vivir con él.
Así que anímense y fortalézcanse unos a otros,
como lo han venido haciendo.»
1 Tesalonicenses 5:1-11 VBL