¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

cita:

LA CANONIZACION DEL NUEVO TESTAMENTO



Algunos Libros No Canónicos de la Época del NT



1ª Clemente, epístola escrita por Clemente de Roma (c. 96 D.C.) a la iglesia de Corinto, era altamente estimada. Algunos la consideraban como de autoridad canónica y era leída públicamente en la iglesia de Corinto alrededor del 170. Diversos escritores en Egipto se valieron de ella, entre ellos Clemente de Alejandría y Orígenes. Fue incluida en el Códice Alejandrino.2a Clemente también fue incluida en el Códice Alejandrino. Se la atribuyó erróneamente a Clemente de Roma, pero nunca fue muy leída. Ninguna de las dos epístolas de Clemente recibió reconocimiento canónico en el mundo occidental


La Didache (La Enseñanza de los Doce Apóstoles) (c. 120) era considerada como Escritura Sagrada por algunos en Egipto, especialmente Clemente de Alejandría y Orígenes. Tuvo amplia circulación.


La Epístola de Bernabé (c. 130) estaba incluida en el Códice Sinaítico y se consideraba autorizada en Egipto. Jerónimo (c. 400) la consideraba apócrifa, y gradualmente fue perdiendo todo derecho a figurar entre las Escrituras Sagradas.


El Pastor de Hermas (c. 140) fue escrito por Hermas, que era hermano de Pío, obispo de Roma. También fue incluido en el Códice Sinaítico, siendo altamente estimado por el Canon de Muratorio. Nunca adquirió, sin embargo, jerarquía de Escritura Sagrada.


El Apocalipsis de Pedro (c. 145), de menor importancia que los libros anteriores, recibió sin embargo considerable atención en oriente, siendo también conocido en occidente. No fue aprobado por el Canon Muratorio y Eusebio lo consideró falso.


Hechos de Pablo (c. 170) circuló ampliamente y algunos lo consideraron canónico; pero los eruditos más versados detectaron su carácter apócrifo y fue finalmente rechazado.


Posteriormente fueron apareciendo numerosos evangelios, hechos, epístolas y apocalipsis invocando paternidad apostólica. Se trataba de falsificaciones evidentes que nunca recibieron aprobación por parte de la iglesia.


Factores que Impulsaron a la Determinación del Canon Neotestamentario


La aceptación de 1ª Clemente, la Didache, la Epístola de Bernabé y el Pastor de Hermas como canónicos o semi-canónicos, especialmente en oriente, hacia fines del tercer siglo puso de manifiesto la necesidad de definir claramente el canon. Además, el canon incompleto del hereje Marción (c. 140) había comenzado a recibir amplia adhesión. Marción era un gnóstico que, basado en argumentos doctrinales, aceptaba únicamente el Evangelio de Lucas y diez de las epístolas de Pablo, luego de mutiladas seriamente. Al propio tiempo la aparición de otros libros apócrifos y pseudoepigráficos atribuidos a autores inspirados, hacía imperativa una clara determinación del canon. Algo más tarde el edicto del emperador Diocleciano (303), por el que se ordenaba la incineración de todos los libros sagrados, hizo necesario que se definiera cuidadosamente el canon.



Criterios para Determinar la Canonicidad del NT


El primer criterio a tener en cuenta fue el del carácter apostólico. Debía determinarse si el autor era o no un apóstol auténtico. En caso contrario, debía establecerse si tuvo alguna asociación estrecha con algún apóstol, como era el caso de los escritores del Evangelio de Marcos, el de Lucas, el del libro de los Hechos y el de la Epístola a los Hebreos.


El segundo criterio atendía al contenido. Debía determinarse si el contenido y el tratamiento del mismo respondían a los elevados principios y al nivel espiritual que se exigían como evidencia de que se trataba de la Sagrada Escritura. Siguiendo este criterio se eliminaron los libros falsos.



El tercer criterio tenía en cuenta la universalidad. Debía establecerse si el libro tenía aceptación en toda la iglesia y si respondía a un interés universal.



El cuarto criterio era la inspiración divina. Se procuraba determinar si el libro ofrecía pruebas evidentes de haber sido dado por inspiración de Dios (2 Ti. 3.16), Y si el Espíritu Santo concedía a hombres piadosos la convicción de que así era. Esta era la prueba final. De no haber mediado la intervención providencial el canon del NT jamás se hubiera podido determinar acertadamente.


Libros Aceptados como Canónicos en Epoca Temprana


A dichos libros Orígenes (245) los llamó homologoumena (libros "confirmados" o "aceptados"). Se trataba de los escritos del NT universalmente reconocidos como Sagrada Escritura inspirada. Orígenes incluyó los cuatro Evangelios, las epístolas de Pablo, la Pedro, 1 a Juan, Hechos y el Apocalipsis. Si bien no incluyó el libro de Hebreos entre los homologoumena lo mencionó como paulino y canónico. Más aún, los únicos libros que no citó como parte de la Escritura fueron Judas y 2a y 3a Juan.


Eusebio de Cesarea (c. 300-325), el historiador de la iglesia, incluyó entre los homologoumena a los cuatro Evangelios, Hechos, las epístolas paulinas, 1 a Juan, la Pedro y el Apocalipsis. Parece haber omitido inadvertidamente a Hebreos.


Libros Neotestamentarios que Fueron Cuestionados Inicialmente


Orígenes llamó a los libros cuestionados los antilegomena ("discutidos" o "cuestionados"). Entre dichos libros colocó a Hebreos (véase arriba", 2a Pedro, 2a y 3a Juan, Santiago, Judas, y los siguientes apócrifos: la Epístola de Bemabé, el Pastor de Hermas, la Didache, y el Evangelio de los Hebreos.


Eusebio de Cesarea dividió los antilegomena en (1) aquellos que estaban simplemente cuestionados-Santiago, Judas, 2a Pedro, 2a y 3" Juan; (2) aquellos que ya se consideraban realmente falsos o no inspirados-Hechos de Pablo, el Pastor de Hermas, el Apocalipsis de Pedro, la Epístola de Bernabé, y la Didache.


Razones para Dudar de Ciertos Libros del Nuevo Testamento


Los siete libros que inicialmente fueron cuestionados son Santiago, 2a Pedro, Hebreos, 2a Juan, 3a Juan, Judas y el Apocalipsis. La vacilación de algunos dirigentes de la iglesia primitiva se explica por la peculiar evidencia interna de los mencionados libros. (1) Santiago y Judas se titulan simplemente "siervos" de Cristo, y no apóstoles, mientras que el autor de 2a y 3a Juan se refiere a sí mismo como "presbítero" o "anciano", y no como apóstol. En el Apocalipsis Juan se titula a sí mismo "siervo" y "hermano". (2) El autor de Hebreos se mantiene en el annimato y el contenido difiere en vocabulario y estilo de las epístolas reconocidamente paulinas. La segunda epístola de Pedro, si bien no es anónima, se diferencia de la Pedro en la misma forma. (3) Por otra parte, Santiago estaba dirigida a los primitivos conversos judíos y no a la gran iglesia gentil y universal. (4) Judas estaba cuestionado, además, porque se decía que citaba al libro apócrifo de Enoc (1.9; 5.4; cf. Judas 14-15). Gradualmente, sin embargo, todos estos libros controvertidos si bien genuinos, fueron universalmente aceptados por la iglesia. En occidente esto ocurrió hacia el año 400 D.C. y en oriente hacia el 500 D.C.



Reconocimiento del Canon en Occidente



En testimonio de Clemente de Roma (c. 96 D.C.). En la muy venerada carta (conocida como 1ªClemente) a la iglesia en Corinto mientras era obispo de Roma, da muestras de que conocía el libro de Mateo, el de Romanos, el de 1 a Corintios, y se refiere repetidas veces al de Hebreos.



El testimonio de Marción (c. 140). Como hereje gnóstico aceptaba únicamente el Evangelio de Lucas y diez de las epístolas de Pablo. Pero su testimonio, si bien equivocado, es ilustrativo y constituye un importante hito en el proceso de colección y aprobación del canon actual del NT.



El testimonio de Hermas (c. ISO). Como supuesto autor del venerado libro del Pastor de Hermas ofrece autenticación del Evangelio de Mateo, de Efesios, y aparentemente también de Hebreos y Santiago, y especialmente del Apocalipsis.



El testimonio de Ireneo (c. 140-203). Al haber estado en contacto con Policarpo de Esmirna en su juventud y por haber sido luego obispo de Lyons en la Galia, ofrece testimonio sobre los cuatro Evangelios, Hechos, 1 a Pedro, 1 a Juan, todas las cartas paulinas con excepción de Filemón, y el Apocalipsis.



El testimonio del Canon Muratorio (c. 172). El fragmento fue descubierto por el italiano Muratori en la biblioteca de Ambrosio en Milán en 1740. La primera parte, que está mutilada, contenía aparentemente los libros de Mateo y Marcos. Confirma todos los libros del NT con excepción de 1 a Pedro, 2a Pedro, Santiago y Hebreos.



El testimonio de la antigua versión latina anterior al 170. Da fe de todos los libros excepto Santiago y 2a Pedro; Hebreos fue agregado antes de la época de Tertuliano.



El testimonio de Tertuliano (c. 150-222). Este voluminoso escritor latino de Cartago da testimonio de cuatro Evangelios, 13 epístolas paulinas, Hechos, 1 a Pedro, 1 a Juan, Judas y el Apocalipsis. Sin embargo, rechazó el libro de Hebreos; sostenía que había sido escrito por Bernabé.



El testimonio de Cipriano (c. 200-258). Como obispo de Cartago aceptó la posición de Tertuliano con respecto a Hebreos, y no citó, por otra parte, a Filemón, Santiago, 2a y 3a Juan, ni a Judas.







Reconocimiento Posterior del Canon en Occidente







El testimonio de Jerónimo (c. 340-420). El gran traductor de la Vulgata latina y renombrado erudito atestiguó todos los libros canónicos de nuestro NT. Aceptó a Hebreos sosteniendo que fue escrito por Pablo, y explicó la forma en que Santiago y 2a Pedro fueron reconocidos. Su opinión tiene un valor superlativo.



El testimonio de Agustín (354-430). Su opinión, a diferencia de la de Jerónimo, no tuvo igual lucidez. Si bien aceptó la totalidad de los siete libros que habían sido cuestionados, propuso diferentes grados de autoridad para las Escrituras, y fue el principal responsable de que en la Iglesia Católica Romana se aceptase un canon ampliado del AT, que incluía a los apócrifos.



Acción de los concilios eclesiásticos. La determinación del canon del NT no fue obra de ningún concilio. El valor como obra inspirada y la autoridad intrínseca de cada libro individual constituyeron los factores decisivos. Este hecho constituye una prueba fehaciente del carácter genuino y auténtico de los libros que nos han llegado en el canon. Recién al final del siglo cuarto hubo un pronunciamiento conciliar sobre la cuestión.



El tercer concilio de Cartago (397) produjo la primera decisión sobre el canon. Uno de los cánones de dicho cuerpo estipula que únicamente los libros "canónicos" debían leerse en las iglesias. A continuación enumeraba exactamente los 27 libros actuales. Hebreos fue aceptado basándose en el criterio de tratarse de un libro paulino. El concilio de Hipona (419) reprodujo nuevamente la lista del tercer concilio de Cartago. La selección del canon fue, por lo tanto, un proceso espontáneo que se fue desarrollando en la iglesia hasta que cada libro hubo dado muestras de su valor intrínsico.











Reconocimiento del Canon en Oriente











Ignacio, obispo de Antioquía (c. 116); Policarpo, obispo de Esmirna (c. 69-155), y Papías, obispo de Hierápolis (c. 80-c. 155), confirman los libros de Mateo, Juan, las epístolas paulinas, 1" Pedro, 1" Juan y posiblemente Hechos.



La Didache (c. 120) presenta a Mateo y conoce a Lucas, como así



también a la mayoría de los libros de nuestro NT.



Melito, obispo de Sardis (c. 170), tiene citas de todos los libros del NT con excepción de Santiago, Judas, 2" y 3" Juan.



Teófilo de Antioquía (c. 115-c. 188) aceptaba la mayoría de los libros del NT y los tenía en igual estima que a los del canon del AT. Con todo, su sucesor, Luciano (martirizado en 312) excluyó de su "Canon Antioquino" el Apocalipsis, 2& Pedro, 2& y 3& Juan y Judas al hacer su revisión del texto del AT y NT.



Basilio el Grande de Capadocia (c. 329-379) y Gregorio Nacianceno (c. 330-390) aceptaron todos los libros del canon actual, exceptuando el Apocalipsis, si bien lo citaron como procedente de Juan.



Juan Crisóstomo (347-407) aceptó todo a excepción de 2" Pedro, 2" y 3" Juan y el Apocalipsis.



Teodoro de Mopsuestia (c. 350-428) rechazó las epístolas universales o católicas y el Apocalipsis. Por lo tanto la opinión de esta parte de la iglesia se vio fuertemente influenciada por el canon de Constantinopla, que rechazó la 2" y 3" Pedro, Judas y el Apocalipsis, y que se formó en base al "Canon Antioquino" de Luciano.



La Peshito (411-435) siguió también el canon de Constantinopla. Recién cuando Filógeno (c. 508) hizo revisar la Peshito siriaca a fin de agregar los libros rechazados que la nociva influencia del canon de Constantinopla fue eliminada.



Reconocimiento del Canon en Egipto y Palestina







Justino Mártir (c. 100-165) aportó su importante testimonio sobre el Apocalipsis, considerado por él obra del apóstol Juan. Conocía también el libro de Hebreos y probablemente se refirió al Evangelio de Marcos con el título de "Memorias de Pedro."



Clemente de,Alejandría (c. 1 55-c. 215) era hombre de amplias lecturas y aceptaba lados los libros de nuestro NT, incluyendo a Judas, Hebreos, las epístblas universales y el Apocalipsis.



En Orígenes de Alejandría (c. 185-c. 253) hay indicaciones de que aceptaba los libros cuestionados (Hebreos, 2" Pedro, 2" y 3" Juan, Santiago, Judas). Sostuvo que el Apocalipsis estaba entre los libros aceptados (homologoumena).











Desarrollo Posterior del Canon en Egipto y Palestina







Los papiros Chester Beatty pertenecientes al 1110 siglo, editados por Sir Frederic Kenyon en 1933-37, aportan autenticación a los cuatro Evangelios, los Hechos, las epístolas paulinas y Hebreos (que sigue a Romanos), y el Apocalipsis (únicamente se conserva, sin embargo la sección correspondiente a 9.10-17.2).



Dionisio de AlejandrÍa (c. 200-265) confirma a Hebreos como epístola paulina, al tiempo que afirma que Santiago, 2a y 3' Juan y el Apocalipsis constituyen Escritura inspirada.


Atanasio de Alejandría (298-373) aplicó el término de "canónicos" al total de 27 libros que componen nuestro NT canónico.



Síntesis sobre la Formación del Canon del Nuevo Testamento

El canon del NT se formó espontáneamente, y no por acción de concilios eclesiásticos. La inspiración y la autoridad intrínsica de cada libro individual constituyeron los factores determinantes para su eventual aceptación y canonización. Hacia el 200 D.C. el NT contenía esencialmente los mismos libros que tenemos hoy. A dichos libros se les asignaba entonces el mismo grado de autoridad y el mismo carácter definitivo que les asignan los cristianos en el día de hoy.


En el tercer siglo se debatió la cuestión de los antilegomena. En oriente se le hizo oposición al Apocalipsis. Hebreos revestía carácter discutible en occidente. Hacia fines del 1110 siglo prácticamente todos los libros extracanónicos habían sido ya eliminados de las listas autorizadas.


Durante el IV siglo el debate sobre cuestiones de la posición canónica de ciertos libros cesó casi totalmente en occidente, debido a la influencia de Jerónimo y Agustín y a las claras distinciones relativas al canon que hizo Atanasio en Egipto. El tercer concilio de Cartago (397) selló la decisión alcanzada, y desde aquel momento no ha habido oposición apreciable hacia ninguno de los libros del NT.


En oriente, no obstante, la discusión continuó por cierto tiempo. Pero el ejemplo de occidente, de Atanasio en Alejandría, y la influencia de los padres de Capadocia, anularon toda la oposición que todavía perduraba. Al agregarse 2" y 3' Juan, 2" Pedro, Judas y el Apocalipsis a la Peshito (la Biblia siriaca) , la cuestión del canon quedó resuelta en el este también. De este modo quedó resuelta la canonicidad del NT, en sus aspectos fundamentales, alrededor del año 400 D.C. en occidente, y del 500 D.C. en oriente.


Historia del Canon hasta el Presente


Salvo algunas diferencias insignificantes, el veredicto de los cuatro primeros siglos sobre el canon del NT ha sido aceptado por la iglesia hasta el día de hoy. En la época de la Reforma los reformadores recalcaron la autoridad de una Biblia infalible en contraposición a la supuesta autoridad de una iglesia infalible.


En cambio, en relación con el canon del AT, en el concilio de Trento de 1546, por el Decree Sacrosancta la iglesia romana declaró canónicos a 11 de los 14 libros apócrifos. Ellos son Tobías, Judit, la Sabiduría de Salomón, Eclesiástico, Baruc, la y 2a Macabeos, el Cántico de los Tres Jóvenes, Susana, y Bel y el Dragón. Aceptaron también algunos agregados al libro de Ester.


Cómo nos vino la Biblia “Manual bíblico de Unger”, Editorial Portavoz.
 
Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

Estimado daniel23:
No se si me exprese bien, pero lo cierto es que para aceptar la Escritura deben aceptar la Tradicion pues es ella quien menciona el canon de la Biblia.
Como mencionas y aceptas lo que los Padres de la Iglesia hablaron de la Biblia y los diferentes libros que mencionan, entonces al aceptarlos, aceptas la Sagrada Tradicion qune no lo reconozcas. Ademas ten en cuenta que si ya se sabia en la iglesia del primer siglo todos los libros, entonces por que San Clemente, san Eusebio , san Ignacio y otros no aceptaron la totalidad actual del N.T. sino que cada uno hacia una lista parcial?.
No se puede definir el contenido de la Biblia sin la tradicion. Y por mas que me menciones muchos cristianos que reconocian libros no me mencionas ninguno que reconozca la totalidad de los libros, eso da una idea que los libros en diferentes lados se reconocian en forma parcial y la Iglesia fue la que nos dio la biblia completa.
 
Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

Alexandrino, quizás no vieras lo que te pregunté:
Alexandrino:
La Santa Iglesia Catolica Ortodoxa, en el concilio de Cartago, alli se enlistaron los libros del Canon del N.T.

Luis:
¿Acaso ese concilio fue ecuménico?
¿No es más bien cierto que fue local?
¿Cómo es que un simple concilio local puede, ni más ni menos, promulgar el canon de la Biblia?

Me interesa tu respuesta porque luego quisiera comentar alguna cosa contigo respecto a la postura de determinados sectores de la Iglesia Ortodoxa rusa y el canon
 
Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

Hola Luis:
No, no habia visto tu pregunta, pero desde un punto de vista me parecio interesante puesto que si bien se enlistaron los libros en tal Concilio, los mismos libros ya fueron aceptados por diferentes Padres de la Iglesia. No tengo una respuesta inmediata sobre el tema del concilio, pero quisiera saber a que quieres llegar.
Entiendo que las Santas Escrituras deben aceptarse e interpretarse de acuerdo a la creencia que ha sido transmitida por los Santos Padres, y la que la Santa Iglesia Catolica Ortodoxa, nuestra Madre, siempre ha conservado y aún conserva. Por lo tanto entiendo que la Iglesia nos dice cuales son los libros de la Biblia a traves de la Sagrada Tradicion y las palabras de los Santos Padres ademas de la relacion intima de cada libro de la Biblia entre si.
 
Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

Que la Santa Madre Iglesia nos da el canon, es algo que no te discuto porque yo mismo comparto esa opinión. Los padres no fueron unánimes en su consideración del canon. Así que tenemos un concilio, que no fue ecuménico y que desde luego no fue el único en dar ese canon ni tenía autoridad para "sancionarla" como la correcta.
¿Cuántos patriarcas orientales confirmaron jurídicamente los cánones de Cartago?
Respecto a la interpretación de la Biblia, también estoy de acuerdo con que es la Iglesia quien tiene autoridad para interpretarla.
 
Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

Alexandrino dijo:
Estimado daniel23:
No se si me exprese bien, pero lo cierto es que para aceptar la Escritura deben aceptar la Tradicion pues es ella quien menciona el canon de la Biblia.
Como mencionas y aceptas lo que los Padres de la Iglesia hablaron de la Biblia y los diferentes libros que mencionan, entonces al aceptarlos, aceptas la Sagrada Tradicion qune no lo reconozcas. Ademas ten en cuenta que si ya se sabia en la iglesia del primer siglo todos los libros, entonces por que San Clemente, san Eusebio , san Ignacio y otros no aceptaron la totalidad actual del N.T. sino que cada uno hacia una lista parcial?.
No se puede definir el contenido de la Biblia sin la tradicion. Y por mas que me menciones muchos cristianos que reconocian libros no me mencionas ninguno que reconozca la totalidad de los libros, eso da una idea que los libros en diferentes lados se reconocian en forma parcial y la Iglesia fue la que nos dio la biblia completa.

es cierto lo que dices, pero haber dime ¿cuantos libros faltaban al canon actual?, a todo esto la "sagrada tradiciòn" fue un invento posterior, yo acepto el cristianismo puro de los siglos I y II.

yo apelo a la providencia...no a una instituciòn humana.
 
Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

Daniel23:
yo acepto el cristianismo puro de los siglos I y II

Luis:
No te lo crees ni tú
Por ejemplo, ¿crees lo mismo que los cristianos del siglo II sobre el episcopado monárquico y la eucaristía?
No
 
Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

Tobi dijo:
¿Por que será que los romanistas siempre cambian el orden de los valores?

La determinación de los libros del Nuevo Testamento no fué obra de los concilios. Su posición estaba bien definida antes de que los concilios tratasen dicha cuestión. Los concilios no dieron nueva autoridad a las Escrituras, no las hicieron más sagradas ni les otorgaron una inspiración que ya tenían, sino que tan sólo la reconocieron, siendo su existencia y autoridad un hecho aceptado desde los primeros siglos. Estos reconocimientos conciliares de los libros canónicos de la Escritura eran hechos mayormente con vistas a los libros aprócrifos, dando fe así de lo que las iglesias aceptaban y veneraban como inspirado y lo que rechazaban como meramente humano. Las iglesias daban testimonio de reconocer lo que Dios revelaba en su Palabra, jamás podemos invertir el orden y decir que fué "la Iglesia" la que reveló lo que se conoce hoy por Nuevo Testamento. Como dice N. B. Stonehouse: "Los escritos bíblicos no poseen autoridad divina porque están en el Canon, sino que estan en el Canon porque son inspirados.

Completamente de acuerdo contigo Tobi.
Solo un reparo... son DEUTEROCANONICOS Y NO APOCRIFOS.
 
Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

Alexandrino dijo:
Estimado daniel23:
No se si me exprese bien, pero lo cierto es que para aceptar la Escritura deben aceptar la Tradicion pues es ella quien menciona el canon de la Biblia.
Como mencionas y aceptas lo que los Padres de la Iglesia hablaron de la Biblia y los diferentes libros que mencionan, entonces al aceptarlos, aceptas la Sagrada Tradicion qune no lo reconozcas. Ademas ten en cuenta que si ya se sabia en la iglesia del primer siglo todos los libros, entonces por que San Clemente, san Eusebio , san Ignacio y otros no aceptaron la totalidad actual del N.T. sino que cada uno hacia una lista parcial?.
No se puede definir el contenido de la Biblia sin la tradicion. Y por mas que me menciones muchos cristianos que reconocian libros no me mencionas ninguno que reconozca la totalidad de los libros, eso da una idea que los libros en diferentes lados se reconocian en forma parcial y la Iglesia fue la que nos dio la biblia completa.
Es cierto lo que dices Alexandrino, por más que se quiera no se puede hablar de ningún canon plenamente aceptado sino hasta los concilios. El mismo Lutero lo reconocía diciendo "la Palabra de Dios nos viene de los papistas".

Bendiciones
 
Re: ¿Gracias a quien tenemos y leemos la biblia?

daniel23 dijo:
es cierto lo que dices, pero haber dime ¿cuantos libros faltaban al canon actual?, a todo esto la "sagrada tradiciòn" fue un invento posterior, yo acepto el cristianismo puro de los siglos I y II.

yo apelo a la providencia...no a una instituciòn humana.
Es que en los primeros siglos tambien habia Tradicion, es mas existio antes de que existiera el Genesis. Cuando Moises hablaba al pueblo no usaba el Escrito esta implica que usaba una tradicion. En el Siglo I D.C. antes de escribirse el N.T ya existia la Tradicion Apostolica, antes de excribirse la Palabra de Dios la cual la misma Tradicion Apostolica aprueba, y la cual subsiste hoy en la Iglesia. En fin si crees en las Escrituras debes creer en la Tradicion puesto que sino como sabes cuales libros son inspirados o no?. Usas los escritos de los Santos Padres para saberlo. Por lo tanto inconscientemente usas la Tradicion.