La administración de la iglesia local, es asunto de principios espirituales antes que gerenciales. Si bien es cierto que en algunas áreas ciertos principios de administración secular podrían ayudar, por ejemplo, en las finanzas, sin embargo, la intención del Señor no fue que su iglesia fuera administrada con principios seculares de gerencia sino, usando unos principios espirituales más simples y efectivos que él ha establecido. Antes de edificar su iglesia, el Señor reveló a sus discípulos el fundamento que ésta tendría. En virtud de una declaración muy acertada de Pedro, en respuesta a una pregunta del Señor, Jesús le respondió: “…y sobre esta roca edificaré mi iglesia…” (Mt, 16:18)
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Es interesante observar que la mayoría, aplican las palabras de Jesús aquí, únicamente al fundamento doctrinal dejando afuera el resto de las áreas que componen la iglesia de Cristo.
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¡Por supuesto que, el Señor tenía una cosmovisión de su iglesia en el momento de su declaración, y no un área exclusiva de ella! Es decir, la totalidad de lo que sería su iglesia estaría fundada sobre esa roca, y no solamente el departamento de educación cristiana, “currículo” de doctrina.
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¿Cuál es esa roca? Es la verdad del Dios hombre, del Cristo resucitado, del mesías redentor y Señor. El aspecto del señorío de Cristo sobre su iglesia es lo que más sobresale en su declaración: “Y sobre esta roca edificaré…” (Ver también, 1 Co, 3:11)<o
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Para ello, no sólo Dios nos ha dado unos principios bíblicos, (que por motivo de espacio, es imposible incluir aquí) sino que además, nos dio un modelo. La iglesia primitiva nos provee un ejemplo valioso de administración de la iglesia local. ¿Se estará siguiendo eso hoy? Y si no, ¿Cuál es el modelo de administración existente hoy en la mayoría de las congregaciones? ¡Si eres de los que opinan que es, un modelo de gerencia secular, que centraliza el poder en un solo individuo, estas en lo correcto! A eso se le llama: Una autocracia. Yo le llamo: “El Papado” de las congregaciones evangélicas. A pesar que criticamos el papado católico, henos aquí, practicando nuestro propio papado, de corte protestante.<o
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Ese modelo de gobierno, es en el que el pastor actúa como dueño y señor de la iglesia y sus recursos, y que se aleja diametralmente del modelo de la iglesia primitiva. ¿Qué esta pasando? ¿Por qué nadie hace reclamo? Los aliados de éstos señores, son la ignorancia del pueblo por un lado, junto a la impotencia de los que conocen y pudieran levantar su voz, a causa del despotismo de líderes que encuentran su apoyo en las llamadas “juntas de gobierno” y en muchos casos, en toda la congregación, que desafortunadamente se enfocan en los hombres y los “ministerios” de hombres.
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Jesucristo, por su obra redentora, por su autoridad y méritos y por sus propias palabras, ha establecido que él es el dueño y Señor de la iglesia sin embargo, muchos se han enseñoreado de ella tal y como Jesús reclamó de los líderes religiosos de su época. (Mt, 21:33-44) <o
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Hoy en muchas congregaciones sólo “el pastor” toma todas las decisiones, desde lo más simple hasta lo más sensible. Y aún, cuando en estos casos existe una “junta de gobierno” ésta es sólo un sello de goma del pastor, quien tiene la voz absoluta en la congregación, para bien o para mal. Estas llamadas, “juntas de gobierno” son en tales casos, un objeto decorativo, ya que ninguno de sus constituyentes se atreve a diferir del líder, para lo cual son cuidadosamente elegidos por el mismo pastor. Según esa realidad, ¿Quién es el señor de tales congregaciones? ¡Me parece oír el reclamo imponente de un pueblo que dice: “¡Fuera con Jesús!, queremos a Barrabas”<o
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En el nuevo testamento, nunca se ve que “un pastor” dirigiera la grey del Señor. De hecho, se habla de: “los pastores” y el que preside, y no, “el pastor de la iglesia”. (Efe, 4:11; He, 13:7,17, 20, 24; Ro, 12:1-11; 1 Co, 12:13-31; 1 Pe, 2:25; 5:4) Aún desde el antiguo testamento se prefiguraba el fundamento o roca a saber, Cristo y su señorío sobre su iglesia…” (1 Co, 3:1-11; 10:1-6) ¿Está tu congregación fundada sobre esa roca?
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El concepto de “los pastores” no es un accidente, sino que era la práctica de la iglesia primitiva. Los ancianos y diáconos, y el que presidía como líder principal todos eran considerados, “los pastores del rebaño.” Inclusive, los pre-requisitos para las áreas del ministerio de obispos, ancianos y diáconos, o sea, “los pastores” de la iglesia, eran los mismos. (1 Tim, 3:1-13; Ti, 1:5-9)
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Todos por igual, con la misma autoridad y dignidad eran los pastores, (Ro, 12:1-9) y sin duda aquel a quien el Señor se dirige por primera vez en singular, como; “el ángel de la iglesia” (Ap, 2 y 3) (era el obispo quien supervisaba la grey, siendo un “sobreveedor” de su cuidado) es a quien hoy se le conoce como “el pastor” (quien velaba por la pureza doctrinal en la iglesia) pero entonces, éste no ejercía más autoridad que los otros respecto de los asuntos generales de la iglesia, porque todos por igual velaban por la integridad espiritual de la congregación local, por la obra del ministerio y demás menesteres. (Hch, 6:1-7; Efe, 4:11-16; Col, 2:8-10; He, 13:7, 17,24) <o
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Hoy, sin embargo, en la mayoría de los casos el líder principal dispone caprichosamente de todo, y los subalternos están impotentes como para desafiar ese tipo gobierno porque ignoran la realidad. Luego, los miembros comunes que son los que sostienen la obra, no tienen verdadera voz ni voto en los negocios de la iglesia, porque las decisiones se toman arbitrariamente y en secreto. (Este servidor se avergüenza de admitir que a principio, practicó ese tipo de gobierno pues fue lo que se me enseñó, pero una vez aprendí la verdad no soy jamás partícipe de tal cosa) En muy pocas congregaciones existe un gobierno compatible con el de la iglesia primitiva lo que, constituye una rara excepción. <o
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Si habría de lograrse algún cambio, tendría que ser en una acción conjunta entre la congregación y el liderato, en una discusión seria, respetuosa y de buena fe, trayendo a consideración las acciones correctivas dirigidas a implantar un gobierno congregacional con toda la dignidad que le corresponde. <o
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Es muy triste lo que aquí digo pero, ¿No es ello de conocimiento general? Ya Jesucristo no es el Señor en muchas congregaciones, sino que estas, se han convertido en fincas privadas de sus líderes. El mayor problema es el grado de tolerancia que eso ha logrado por que se le ve como algo normal. Reconozco que mi osadía de exponer esto, me convierte en persona non-grata, más si yo buscara el favor de los hombres, no sería siervo de Cristo. (Gá, 1:10) <o
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He tenido muchas experiencias, que por razones de escrúpulos y espacio no puedo compartir aquí. Sin embargo, le puedo asegurar que sé de lo que hablo, y me sospecho que muchos de los que lean este volante moverán su cabeza en señal de aprobación por que lo han vivido, o lo están viviendo hoy. Esto no es cosa ajena para nadie.
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Amados, he estado en el liderato cristiano desde muy temprano en mis años de convertido, (1974- al presente) en diversos lugares al frente de la obra y/o, en respaldo a distintos ministerios, lo que me ha dado la oportunidad de recoger una diversidad de experiencias, por eso sé de lo que hablo, y puedo asegurarle que este es el tiempo más peligroso para la iglesia. (1 Tim, 4:1; 2 Tim, 3:1-5; 2 Pe, 1:19-21; 2 Pe, 2:1-3)<o
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Jesús, en su declaración: “…y sobre esta roca, edificaré mi iglesia…” agregó: “…y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.” (Mt, 16:18) ¡Estas palabras presuponen que la iglesia permanecería sobre su fundamento! es decir, bajo el señorío, autoridad y protección de Cristo, cosas presentes en su iglesia mientras ésta permanezca firme en esa roca. (Ap, 3:10-13) Pero tenemos el gravísimo problema que la iglesia se ha movido de sus fundamentos, en muchas ocasiones y épocas. (Ap, 2 y 3)<o
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Aún muy temprano en su historia la iglesia ha repetido la tendencia a moverse de su fundamento, ya sea por descuido espiritual, el engaño del enemigo, o por culpa de los que se enseñorean de ella desviándola del propósito fundamental del Señor. Vemos exhortaciones en ese sentido en todo el nuevo testamento. (Mt, 24:4-5; Gá, 1:7-10; 2 Tes, 2:2,3; 1Tim, 4:1,2; 2 Tim, 3:1-5; He, 2:1-4; 2 Pe, 1:16-21; 2:1-3; 1 Jn, 2:18-29; Jd, 3-5)
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Pero lo triste hoy día es que, como consecuencia de lo que hemos venido diciendo, la filosofía de “este siglo” (mundo) ha sido establecida sobre la iglesia, y el mundo y la iglesia van de la mano. Tienen la misma visión, casi la misma educación, las mismas aspiraciones, los mismos métodos y los mismos “señores”, expresada en un secularismo autocrático.<o
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La afinidad con las escrituras en la administración de la iglesia, es crucial para el propósito de Dios con ella sobre la tierra, el cual, es básicamente triple: <o
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1. Constituir un cuerpo local de miembros, que compone “su iglesia” representativa de su carácter y sus propósitos. (Mt, 5:13-20; 1 Pe, 1: 3-12; 2:11-25)<o
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2. Ser vehículo de Dios para la evangelización del mundo, alcanzando al pecador con el mensaje puro y pleno del evangelio de Jesucristo, donde “sus pastores” y otros ministerios establecidos por Dios, han de discipular y capacitar espiritualmente a los santos para la “obra del ministerio”. (Mt, 28:18-20; Mr, 16:15-20; Lc, 23:44-49; Ef, 4:1-16) <o
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3. Ser un instrumento en las manos de Dios a favor de la humanidad, para ser auxilio y apoyo en lo posible, a sus necesidades legítimas. (Isa, 58:6-12; Mt, 5: 13-16; 25:31-46; Hch, 4:32-35; 6:1-7; Stg, 1:26,27)<o
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¿Hasta qué punto hoy la iglesia cumple con esa triple misión? Muchas congregaciones modernas están muy entusiasmadas con un evangelio de “prosperidad” o muy enfocadas en complacer a su líder, y si no, muy ocupadas en proyectos de templos, etc. ¿Por qué? Por que, sólo “el pastor” corre la visión y destinos de la iglesia, más esa no es la voluntad de Dios. (Leer, Ro, 12:4-21; 1 Co, 12 – 14; Col, 1:15-23; 2: 8-23)<o
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Pero, si hemos de emular el modelo de gobierno bíblico, ha de existir un sistema congregacional de gobierno, donde las decisiones pasen por el escrutinio y aprobación del cuerpo, en la representación de sus ancianos y/o, en injerencia directa a través de voz y voto de la asamblea en pleno. Los ancianos han de tener autoridad y responsabilidad compartida con el que preside. Todos los asuntos de la obra deberán ser consultados en oración a Dios, buscando la dirección divina, reconociendo que todos son colaboradores de la cabeza, que es Cristo. Todos “los pastores” por igual, deben someterse a las escrituras y a la autoridad de Cristo por medio del Espíritu Santo. El éxito alcanzado, o algún posible fracaso, lo comparten por igual. La integridad del carácter de “los pastores”, tiene que ser manifestado en palabras y hechos, en público y en privado, sin doblez ni acepción de personas. Todos, harán causa común en obediencia al Señor, permitiéndole a el, gobernar su iglesia. ¡El, es la roca, él es el Señor!<o
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Es interesante observar que la mayoría, aplican las palabras de Jesús aquí, únicamente al fundamento doctrinal dejando afuera el resto de las áreas que componen la iglesia de Cristo.
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¡Por supuesto que, el Señor tenía una cosmovisión de su iglesia en el momento de su declaración, y no un área exclusiva de ella! Es decir, la totalidad de lo que sería su iglesia estaría fundada sobre esa roca, y no solamente el departamento de educación cristiana, “currículo” de doctrina.
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¿Cuál es esa roca? Es la verdad del Dios hombre, del Cristo resucitado, del mesías redentor y Señor. El aspecto del señorío de Cristo sobre su iglesia es lo que más sobresale en su declaración: “Y sobre esta roca edificaré…” (Ver también, 1 Co, 3:11)<o
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Para ello, no sólo Dios nos ha dado unos principios bíblicos, (que por motivo de espacio, es imposible incluir aquí) sino que además, nos dio un modelo. La iglesia primitiva nos provee un ejemplo valioso de administración de la iglesia local. ¿Se estará siguiendo eso hoy? Y si no, ¿Cuál es el modelo de administración existente hoy en la mayoría de las congregaciones? ¡Si eres de los que opinan que es, un modelo de gerencia secular, que centraliza el poder en un solo individuo, estas en lo correcto! A eso se le llama: Una autocracia. Yo le llamo: “El Papado” de las congregaciones evangélicas. A pesar que criticamos el papado católico, henos aquí, practicando nuestro propio papado, de corte protestante.<o
Ese modelo de gobierno, es en el que el pastor actúa como dueño y señor de la iglesia y sus recursos, y que se aleja diametralmente del modelo de la iglesia primitiva. ¿Qué esta pasando? ¿Por qué nadie hace reclamo? Los aliados de éstos señores, son la ignorancia del pueblo por un lado, junto a la impotencia de los que conocen y pudieran levantar su voz, a causa del despotismo de líderes que encuentran su apoyo en las llamadas “juntas de gobierno” y en muchos casos, en toda la congregación, que desafortunadamente se enfocan en los hombres y los “ministerios” de hombres.
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Jesucristo, por su obra redentora, por su autoridad y méritos y por sus propias palabras, ha establecido que él es el dueño y Señor de la iglesia sin embargo, muchos se han enseñoreado de ella tal y como Jesús reclamó de los líderes religiosos de su época. (Mt, 21:33-44) <o
Hoy en muchas congregaciones sólo “el pastor” toma todas las decisiones, desde lo más simple hasta lo más sensible. Y aún, cuando en estos casos existe una “junta de gobierno” ésta es sólo un sello de goma del pastor, quien tiene la voz absoluta en la congregación, para bien o para mal. Estas llamadas, “juntas de gobierno” son en tales casos, un objeto decorativo, ya que ninguno de sus constituyentes se atreve a diferir del líder, para lo cual son cuidadosamente elegidos por el mismo pastor. Según esa realidad, ¿Quién es el señor de tales congregaciones? ¡Me parece oír el reclamo imponente de un pueblo que dice: “¡Fuera con Jesús!, queremos a Barrabas”<o
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En el nuevo testamento, nunca se ve que “un pastor” dirigiera la grey del Señor. De hecho, se habla de: “los pastores” y el que preside, y no, “el pastor de la iglesia”. (Efe, 4:11; He, 13:7,17, 20, 24; Ro, 12:1-11; 1 Co, 12:13-31; 1 Pe, 2:25; 5:4) Aún desde el antiguo testamento se prefiguraba el fundamento o roca a saber, Cristo y su señorío sobre su iglesia…” (1 Co, 3:1-11; 10:1-6) ¿Está tu congregación fundada sobre esa roca?
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El concepto de “los pastores” no es un accidente, sino que era la práctica de la iglesia primitiva. Los ancianos y diáconos, y el que presidía como líder principal todos eran considerados, “los pastores del rebaño.” Inclusive, los pre-requisitos para las áreas del ministerio de obispos, ancianos y diáconos, o sea, “los pastores” de la iglesia, eran los mismos. (1 Tim, 3:1-13; Ti, 1:5-9)
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Todos por igual, con la misma autoridad y dignidad eran los pastores, (Ro, 12:1-9) y sin duda aquel a quien el Señor se dirige por primera vez en singular, como; “el ángel de la iglesia” (Ap, 2 y 3) (era el obispo quien supervisaba la grey, siendo un “sobreveedor” de su cuidado) es a quien hoy se le conoce como “el pastor” (quien velaba por la pureza doctrinal en la iglesia) pero entonces, éste no ejercía más autoridad que los otros respecto de los asuntos generales de la iglesia, porque todos por igual velaban por la integridad espiritual de la congregación local, por la obra del ministerio y demás menesteres. (Hch, 6:1-7; Efe, 4:11-16; Col, 2:8-10; He, 13:7, 17,24) <o
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Hoy, sin embargo, en la mayoría de los casos el líder principal dispone caprichosamente de todo, y los subalternos están impotentes como para desafiar ese tipo gobierno porque ignoran la realidad. Luego, los miembros comunes que son los que sostienen la obra, no tienen verdadera voz ni voto en los negocios de la iglesia, porque las decisiones se toman arbitrariamente y en secreto. (Este servidor se avergüenza de admitir que a principio, practicó ese tipo de gobierno pues fue lo que se me enseñó, pero una vez aprendí la verdad no soy jamás partícipe de tal cosa) En muy pocas congregaciones existe un gobierno compatible con el de la iglesia primitiva lo que, constituye una rara excepción. <o
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Si habría de lograrse algún cambio, tendría que ser en una acción conjunta entre la congregación y el liderato, en una discusión seria, respetuosa y de buena fe, trayendo a consideración las acciones correctivas dirigidas a implantar un gobierno congregacional con toda la dignidad que le corresponde. <o
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Es muy triste lo que aquí digo pero, ¿No es ello de conocimiento general? Ya Jesucristo no es el Señor en muchas congregaciones, sino que estas, se han convertido en fincas privadas de sus líderes. El mayor problema es el grado de tolerancia que eso ha logrado por que se le ve como algo normal. Reconozco que mi osadía de exponer esto, me convierte en persona non-grata, más si yo buscara el favor de los hombres, no sería siervo de Cristo. (Gá, 1:10) <o
He tenido muchas experiencias, que por razones de escrúpulos y espacio no puedo compartir aquí. Sin embargo, le puedo asegurar que sé de lo que hablo, y me sospecho que muchos de los que lean este volante moverán su cabeza en señal de aprobación por que lo han vivido, o lo están viviendo hoy. Esto no es cosa ajena para nadie.
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Amados, he estado en el liderato cristiano desde muy temprano en mis años de convertido, (1974- al presente) en diversos lugares al frente de la obra y/o, en respaldo a distintos ministerios, lo que me ha dado la oportunidad de recoger una diversidad de experiencias, por eso sé de lo que hablo, y puedo asegurarle que este es el tiempo más peligroso para la iglesia. (1 Tim, 4:1; 2 Tim, 3:1-5; 2 Pe, 1:19-21; 2 Pe, 2:1-3)<o
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Jesús, en su declaración: “…y sobre esta roca, edificaré mi iglesia…” agregó: “…y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.” (Mt, 16:18) ¡Estas palabras presuponen que la iglesia permanecería sobre su fundamento! es decir, bajo el señorío, autoridad y protección de Cristo, cosas presentes en su iglesia mientras ésta permanezca firme en esa roca. (Ap, 3:10-13) Pero tenemos el gravísimo problema que la iglesia se ha movido de sus fundamentos, en muchas ocasiones y épocas. (Ap, 2 y 3)<o
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Aún muy temprano en su historia la iglesia ha repetido la tendencia a moverse de su fundamento, ya sea por descuido espiritual, el engaño del enemigo, o por culpa de los que se enseñorean de ella desviándola del propósito fundamental del Señor. Vemos exhortaciones en ese sentido en todo el nuevo testamento. (Mt, 24:4-5; Gá, 1:7-10; 2 Tes, 2:2,3; 1Tim, 4:1,2; 2 Tim, 3:1-5; He, 2:1-4; 2 Pe, 1:16-21; 2:1-3; 1 Jn, 2:18-29; Jd, 3-5)
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Pero lo triste hoy día es que, como consecuencia de lo que hemos venido diciendo, la filosofía de “este siglo” (mundo) ha sido establecida sobre la iglesia, y el mundo y la iglesia van de la mano. Tienen la misma visión, casi la misma educación, las mismas aspiraciones, los mismos métodos y los mismos “señores”, expresada en un secularismo autocrático.<o
La afinidad con las escrituras en la administración de la iglesia, es crucial para el propósito de Dios con ella sobre la tierra, el cual, es básicamente triple: <o
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1. Constituir un cuerpo local de miembros, que compone “su iglesia” representativa de su carácter y sus propósitos. (Mt, 5:13-20; 1 Pe, 1: 3-12; 2:11-25)<o
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¿Hasta qué punto hoy la iglesia cumple con esa triple misión? Muchas congregaciones modernas están muy entusiasmadas con un evangelio de “prosperidad” o muy enfocadas en complacer a su líder, y si no, muy ocupadas en proyectos de templos, etc. ¿Por qué? Por que, sólo “el pastor” corre la visión y destinos de la iglesia, más esa no es la voluntad de Dios. (Leer, Ro, 12:4-21; 1 Co, 12 – 14; Col, 1:15-23; 2: 8-23)<o
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Pero, si hemos de emular el modelo de gobierno bíblico, ha de existir un sistema congregacional de gobierno, donde las decisiones pasen por el escrutinio y aprobación del cuerpo, en la representación de sus ancianos y/o, en injerencia directa a través de voz y voto de la asamblea en pleno. Los ancianos han de tener autoridad y responsabilidad compartida con el que preside. Todos los asuntos de la obra deberán ser consultados en oración a Dios, buscando la dirección divina, reconociendo que todos son colaboradores de la cabeza, que es Cristo. Todos “los pastores” por igual, deben someterse a las escrituras y a la autoridad de Cristo por medio del Espíritu Santo. El éxito alcanzado, o algún posible fracaso, lo comparten por igual. La integridad del carácter de “los pastores”, tiene que ser manifestado en palabras y hechos, en público y en privado, sin doblez ni acepción de personas. Todos, harán causa común en obediencia al Señor, permitiéndole a el, gobernar su iglesia. ¡El, es la roca, él es el Señor!<o











