Mire pequeña criatura...en la Obra del Señor, en su Ministerio, pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, Dios ha manifestado de manera tan evidente, no solamente Su Poder, sino también su bondad y amor hacia la raza humana, que conceder milagros para que crean en Su Hijo constituye un reconocimiento que aquellos asuntos que han quedado zanjados para siempre, tales como la Expiación por la Sangre, es decir, la limpieza de pecados por medio del derramamiento de su sangre en el altar de la cruz...donde un pecador arrepentido halla perdón y paz al entender que todos sus pecados fueron juzgados en Cristo...todavía estarían pendientes.
YA DIOS HABLÓ POR MEDIO DE SU HIJO EN EL ALTAR DE LA CRUZ
Es verdad que nadie puede poner límites a lo que Dios puede hacer en respuesta a la fe individual de cada uno, conforme a Su Soberana Voluntad, pero podemos afirmar confiadamente que, a la vista de su Suprema Revelación en Cristo, Dios no concederá nada a las presuntuosas exigencias del mundillo denominacional, de la cristiandad profesante, con sus espectáculos de caidas y espasmos, de calzas de plastico, de pasar un saco sobre una fila de tontos y tumbarlos, de tirar la biblia al piso y crear imaginarias lineas de un supuesto poder...todo esto lo aprovecha el mismo ángel caido que se disfraza como ángel de luz, y sus ministros, como falsos apóstoles, obreros fraudulentos, para los cuales su retribución no se tarda.
Existe una gran diferencia entre el mundillo denominacional y la Iglesia de Cristo.
La Sana Doctrina no puede ser socavada en aras de estos espectáculos circenses...que algunos en su ignorancia pretenden legítimar con menciones de relatos bíblicos ocurridos antes de la Suprema Revelación en Cristo Jesús Señor Nuestro.
Natanael1