Genesis y la luz

anunna · 20 Marzo 2004

Toda pregunta tiene su respuesta, pero hasta ahora no consigo dársela a ésta:

¿Por qué creó Dios la luz antes que a las estrellas, en el Génesis?

siviembre · 22 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

Bueno, pues hasta donde yo sé, las estrellas realizan en ellas una serie de reacciones químicas que desprenden luz, es decir fotones. No es necesario que existieran estrellas para hubiera luz en el universo, de hecho el orden es de lo más lógico puesto que el concepto fotón debía existir ya, junto con la materia (tinieblas) y pudo ser generado en el mismo big bang, si aceptamos esa teoría o por cualquier otro modo.

Espero que te haya ayudado a responder a la pregunta.

Que el Señor te bendiga, anunna.

igorcb · 22 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

anunna dijo:
Toda pregunta tiene su respuesta, pero hasta ahora no consigo dársela a ésta:
¿Por qué creó Dios la luz antes que a las estrellas, en el Génesis?

LUZ

Para los hebreos, la luz es el resplandor de la presencia de Dios (Éx 24.10; Sal 27.1; 104.2; Is 9.2; cf. 2 Co 4.6), y el principio de su actividad creadora (Gn 1.3–5). Es energía divina que existe para el bien del hombre, y fuente de la vida (Ec 11.7) y de la felicidad (Sal 97.11; Is 60.19). Trae sabiduría (Sal 139.11ss) y salvación (Sal 43.3). Es vehículo de la revelación (Is 60.1–3; cf. Jn 8.12; 9.5; 12.46). La luz se simboliza por el día, y las tinieblas a su vez por la noche (Gn 1.5).
En el Nuevo Testamento la verdadera luz ha venido y va extendiéndose cada vez más (Jn 1.5; Ap 22.5). Cristo es luz (Jn 8.12), la luz que nos capacita para conocer la salvación (2 Co 4.4–6) y al aceptarlo somos hechos hijos de luz (Ef 5.14; 1 Ts 5.5). La luz se identifica, además, con la santidad de Dios (1 Ti 6.16) y, por tanto, constituye una norma ética, pues un hijo de luz no puede andar en tinieblas (Ef 5.28ss).
La luz es por consiguiente instrumento de juicio (Miq 7.8s; Jn 3.17–21). Y finalmente incluye un concepto escatológico (1 P 2.9s; Ap 21.24); vislumbramos el triunfo final de la luz, cuando ya jamás se podrá extinguir (Ap 22.5).
Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.

Miguel Loayza F · 23 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

Cita de anunna

Toda pregunta tiene su respuesta, pero hasta ahora no consigo dársela a ésta:

¿Por qué creó Dios la luz antes que a las estrellas, en el Génesis?

Gn 1:3Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. 5Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

6Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7E hizo Dios la expansión,

Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

Para investigar:

Sea quizás no quiera decir crear, pues sigue " y fue la luz"; no dice E hizo Dios la luz.

Hayaexpansión, en este caso, reafirma el verso "E hizo Dios la expansión".

Para seguir investigando: ¿Estuvo presente la trinidad en la creación del mundo?

yerushalayim · 24 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

si leen el hebreo veran la respueta justo...

al principio =bereshith (sentido humano del tiempo)

creo=bara

Elokim=Dio-s atributo de justicia

los cielos=et ha hashamayim(lo espiritual)

y la tierra =ve et harretz (lo fisico)

sabiendo esto sabran con meditacion la respuesta.

tambien, cuando se creo la oscuridad?? una clave....la luz en hebreo es ohr donde hay luz tiene que haber oscuridad no?

notita: hay miles de secretos biblicos en solo sus primeros versiculos la biblia sabiduria inmensa. luego explicare con mas detalles. shalom

efgi2003 · 25 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

El<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-comfficeffice" /><o></o>

"GENESIS"<o></o>

¿relata el principio <o></o>

de la creación?<o></o>

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"Desde 1996 en Israel y en el Occidente un millón de personas de diferentes denominaciones religiosas, entre estas la evangélica, la musulmana y la católica, están participando en el replanteamiento del primer libro de la Biblia: el Génesis".<o></o>

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La prestigiosa revista "Newsweek", Octubre 21 de 1996, dedicó todo un número para resaltar este evento tan importante y trascendental.<o

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Estimado hermano en Yeshúa (Jesús): <o

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Si bien es cierto, el creyente en Ha Mashiaj (‘El Mesías’; en español el Ungido, y en griego ‘Jristós’) debe tener sumo cuidado con los falsos ‘ungidos’ y con aquellos que contaminan la palabra de Dios depositada en el contexto de las Sagradas Escrituras. No obstante lo anterior, ello no significa que el creyente maduro deba tener temor si su creencia, llamada la fe, está fundamentada en el pleno conocimiento de aquello en lo que cree. El temor es válido para los neófitos, pero no para quienes han avanzado hacia la perfección, incluso conociendo profundamente los rudimentos de la ‘doctrina de Cristo’. <o

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Quien haya escrito a los hebreos creyentes en Yeshúa (Jesús) les resaltó: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, 2de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. 3Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite” (He. 6. 1-3).<o

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“11Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. 12Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; 14pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (He.5. 11- 14). <o></o>

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Con toda seguridad que este replanteamiento, el del ‘Génesis’, no inquietará ni levantará ampollas en un neófito en los asuntos bíblicos, como tampoco en las personas que se cuestionan asuntos, a su entender no muy claros, depositados en las Sagradas Escrituras. Este replanteamiento seguramente molestará a quienes ya dan por hecho que conocen suficientemente la palabra de Dios, pero aún así temen que se les mueva el piso si la revelación divina aumenta su resplandor. Definitivamente, “el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”, categorizó quien escribió esa carta.<o

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Para quienes se resistan en poner la lupa en las Sagradas Escrituras, prefiriendo su experiencia y en ella cubrirse, este replanteamiento no les es apropiado, porque probablemente tengan que ajustar o complementar algunas apreciaciones a su creencia. No obstante, si son líderes de algún colectivo, como maestros bíblicos, evangelistas o como pastores, tendrán que responder de cuanto enseñen. Escrito está: “No os hagaís muchos de vosotros maestros, porque mayor será nuestra condenación”. Un breve vistazo a este replanteamiento no le hará daño a quien está convencido de su ‘fe’. Un profundizar de las Escrituras mucho bien le hará a quien ya conoce de su creencia.<o

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Cuatro cosas están exaltadas por el apóstol Pablo: “19No apaguéis al Espíritu. 20No menospreciéis las profecías. 21Examinadlo todo; retened lo bueno. 22Absteneos de toda especie de mal” (1Ts. 5.19-22)<o

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De los cuatro, permítanme extraer dos versículos en particular: “19No apaguéis al Espíritu” y 21Examinadlo todo; retened lo bueno”. Con base en ellos y antes de entrar en materia, evaluemos la opinión de un siervo del Señor, el pastor Ricardo Cerni, quien este servidor, no tiene el placer de conocer. <o

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Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Yeshúa (Jesús).<o

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Acerca de las versiones bíblicas<o

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"Una rápida comparación de distintas "versiones" del Antiguo Testamento, vertidas en la misma lengua, nos descubre inmediatamente las diferencias de criterios de los traductores, llegando en algunos momentos a darnos significados muy dispares, cuando no contradictorios. -escribió el Pastor Cerni.<o

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"La revelación de los hechos del Antiguo Testamento fue originalmente hecha en la lengua hebrea y, en algunos fragmentos, en la lengua aramea" -aclara el pastor Ricardo Cerni en su volumen del Antiguo Testamento Interlineal, Hebreo - Español. "Ello significa, -continúa aclarando Cerni- que para acercarnos al sentido real de cada una de las palabras y frases que en su momento fueron inspiradas a los escritores del texto sagrado, tendríamos que ser capaces de leer en la misma lengua que entonces se empleó. "Por muchas razones, sigue explicando el pastor Ricardo Cerní, esto no es posible ni exigible, ya que el conocimiento de las lenguas bíblicas requiere de una dedicación y unos medios que no están al alcance de todos los interesados.<o></o>

Desde antiguo existen unas buenas traducciones o "versiones" que suplen eficazmente la necesidad de entender en la lengua vernácula lo que el Dios de Israel habló a su pueblo, Israel y, a través de él, a toda la humanidad". "De esas "versiones" o traducciones del texto bíblico original, unas son mas acertadas que otras y, desde luego, carecen del sello de la inspiración e infalibilidad que tanto judíos como cristianos han reconocido generalmente en el texto sagrado.<o></o>

Una rápida comparación de distintas "versiones" del Antiguo Testamento, vertidas en la misma lengua, nos descubre inmediatamente las diferencias de criterios de los traductores, llegando en algunos momentos a darnos significados muy dispares, cuando no contradictorios. Así pues, aun reconociendo la valía y mérito de las abundantes versiones hoy en uso - también en lengua castellana-, lo cierto es que siempre nos quedamos con la impresión de que existe una forma más directa y exacta de acercarnos al texto original. La buena hermenéutica y la buena exégesis textual requieren un buen conocimiento de lo que realmente nos dice el texto bíblico.<o></o>

Efectivamente una buena hermenéutica requiere una buena exégesis; y una buena exégesis exige una buena comprensión del texto en su forma original. Cuanto más nos acercamos al sentido original, de las palabras y las frases, más posibilidad tendremos de comprender lo que los autores nos han transmitido por el vehículo de la lengua hebrea y aramea. Si tuviéramos que comparar la diferencia de esta traducción con las versiones normales, podríamos decir que es como si estuviéramos gustando un manjar no elaborado, en estado natural.<o></o>

Es la diferencia entre tomar miel directamente del panal, o comerla después de haberla procesado y mezclado con colorantes y conservantes. Es como la diferencia, si se quiere, entre la TV en color y la TV en blanco y negro".<o></o>

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Las anteriores aclaraciones tomadas del Tomo I del Antiguo Testamento Interlineal Hebreo-Español del texto Hebreo del Códice de Leningrado, editado por el pastor Ricardo Cerní, respaldan el trabajo que muchos estudiosos de la Biblia están realizando en el mundo con el propósito de replantear las traducciones de las revelaciones que están depositadas en el primer libro del llamado “Antiguo Testamento” (en hebreo "Tanak"). <o

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Aceptando que las revelaciones de Dios para la humanidad empiezan en ese primer libro hebreo llamado "Baráshit", nombre traducido como "Génesis", de donde deriva la interpretación inicial "En el principio",bien vale la pena replantear las traducciones acerca del contenido de dicho texto, pero a la luz del idioma hebreo, porque según la traducción griega la interpretación apenas refleja el verdadero significado de esa palabra hebrea (“Baráshit”). <o

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Cabe anotar e insistir que este replanteamiento conlleva la sana intención de analizar las evidencias bíblicas con la lupa puesta sobre la fuente hebrea, siempre con el propósito de discernir apropiadamente su revelación, por lo tanto el objetivo de su estudio está ajeno a cualquier intención de ofender, teniéndose en cuenta, además, otros aspectos como la norma que consagra la Carta Universal de los Derechos Humanos la cual reza: "Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia" (Articulo 18 de la DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS, 1948.)<o

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En este replanteamiento resalta la participación de judíos “mesiánicos” (judíos creyentes en Yeshúa -Jesús- como “El Mesías” esperado) estudiosos tanto de sus tradicionales Sagradas Escrituras, el ‘Tanak” (llamadas el “Antiguo Testamento”) como de las escrituras neotestamentarias (llamadas el “Nuevo Testamento”), evento que no se experimentaba en muchos de los años que nos han precedido. Sin pretensiones de sentar doctrina, invitamos entonces a los estudiosos de la “Biblia” a escudriñar la totalidad de estas Sagradas Escrituras (“Antiguo” y “Nuevo Testamento”) pero para la ocasión con base en lo que al “Génesis” se refiere, y así llevar a cabo un serio análisis, un tanto superficial pero meticuloso, sobre los cuatro “Capítulos” iniciales del primero de los cinco libros de la "Torah". Ese primer “libro”, decíamos, se conoce en hebreo como "Baráshit" o “Génesis” a la luz de la traducción griega.<o

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Primeramente aclaremos que la palabra hebrea "Toráh" significa "la Gran Luz" ("eT ha Or") o popularmente "la Ley", y como tal reúne los cinco primeros textos del "Tanak" o “Antiguo Testamento”. Por su parte, el vocablo "Tanak" procede de las iniciales de los nombres de los tres grupos de libros hebreos que conforman ese llamado ‘Antiguo Testamento’: la "Tora", los "Neviim" (Los Profetas) y los "Ketuviim" (Los Escritos).<o

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La "Toráh" en si misma reúne, entonces, solamente cinco libros: "Baráshit" (que significa “En lo creado”), pero traducido como “Génesis”; luego siguen los textos "Shemot" (que significa “Nombres”) pero traducido como “Exodo” (término griego que significa “Salida”), "Bikrá" (que significa “Llamado”), conocido como “Levítico”, "Ba Mitbar" (que significa “En el desierto”), traducido como “Números”, y por último está "Hadbarim" (que significa “Las cosas”), traducido como “Deuteronomio”. Todos esos cinco libros hebreos son llamados en griego el "Pentateuco" o los "Cinco Muros o Fortalezas".<o

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Breve reseña histórica<o></o>

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Elohím, a través de los idiomas arameo y hebreo depositó su secreto magno, el cual paulatinamente y con el transcurrir de los tiempos lo confió a un pueblo, el israelita, al cual llama "el hijo primogénito" (Ex.4.22-Romanos 3.2). En el idioma griego, Dios terminó revelando todos los secretos o misterios para que las gentes obedecieran a la ‘fe’.<o

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En la persona de Abraham y en los idiomas que el patriarca utilizaba, empezó Dios a depositar esos secretos o misterios que terminarían siendo revelados a los primeros judíos mesiánicos, los “apóstoles” de Yeshúa (Jesús), para que debidamente visualizados obedecieran a la “FE” con confianza y seguridad y los compartieran tanto con sus hermanos como con los gentiles cristianos para edificación de la ‘ekklisia’. (Mateo 13:11/ Marcos 4:11/ Lucas 8:10/ 1a Corintios 2:7; 4:1/ Efesios 1:9; 3:3-9).<o

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Sabemos que el término griego “apóstol” significa “misionero” y que la voz, también griega, “FE” es representativa de la palabra hebrea “emuná” que significa fidelidad en el orden de “visualización”. Por su parte, la palabra hebrea Yeshúa significa “salvador”, nombre que el “ángel” Guever El (Gabriel) le ordenó a la mujer virgen judía, “Myriam” (María) para identificar a su hijo Yeshúa (“JESÚS”), conforme a su misión en la Tierra. <o

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No sobra traer a colación que el nombre “JESÚS” deriva de la voz griega “IESOUS” la cual procede de la fonética hebrea “Yeshúa”. A su vez, el término griego “ángel” (en hebreo “malaj”) significa “mensajero” y que el nombre del mensajero de lo alto, “Guever El” (Gabriel) significa “Valiente del Altísimo”. <o

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Es claro que para llevar a cabo su magno propósito en aras de “terminar con la prevaricación” y “restaurar todas las cosas” afectadas por la rebelión del “querub”, identificado como “Shataná” (en arameo el “Calumniador”), Dios jamás "escogió" a ninguna nación existente sobre la tierra, y menos a la nación israelita, ¡sencillamente porque no existía!<o

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No obstante lo anterior, Dios en la persona de Abram reinició su programa de la ‘salvación’. Abram no era israelita, tampoco judío; fue de origen acadio de procedencia semita. De la primera letra de su nombre, la "alef", se colige que su familia era piadosa y que fue hijo primogénito ofrecido al Altísimo, aunque eran sus padres idólatras (Baráshit -Génesis 11:26-32).<o

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En cabeza de Yacob, su nieto hijo de Yitzaac, llamado "Yishrael" (Israel) por el mensajero de lo alto, Dios inició la "creación" definida y definitiva de un pueblo, el israelita, al cual consideró, dijimos anteriormente, el "hijo primogénito", pero en concordancia con los planes determinados en la ‘asamblea del Altísimo’ (“be-edet-el”) (Sal. 82.1) Dios fue depositando sus secretos en los hijos de "Yishrael" mediante los patriarcas, la ley magna (el decálogo) esa gran ley espiritual, los diez mandamientos que Yeshúa (Jesús) no abrogó, e igualmente a través de las posteriores 613 ordenanzas y decretos llamados “la Ley de Moisés” y a través de los prodigios ultra naturales que registran las Escrituras.<o

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Con Abraham Dios escogió un lenguaje, el ‘hebreo’ (combinación entre el acadio, el asirio, el babilonio y el arameo), y en sus letras, en las palabras, frases, dichos populares, costumbres, entorno y vivencias consignó sus misterios a lo largo del tiempo, hasta que llegó "Shiloáj" quien los reveló a sus discípulos. Por su parte, "Shiloáj" en momentos diferentes concretaría el plan integral de esa "salvación", iniciándolo en conformidad con lo profetizado en una de las doce tribus israelitas, la de "Yehuda" (Judá) (Juan 4:22. Romanos 3:1-2).<o

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La palabra "shiloáj" procede de la raíz aramea "lishlóaj" que significa "enviar", y para el caso se refiere al "Mashíah", en griego "Kristós" y en español "El Ungido", quien fue enviado por el único y sabio Dios en calidad de mediador para salvar a su pueblo de la ira venidera o "gran tribulación".<o

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En relación a la venida de “Ha Mashiaj” (El Mesías) Yacob profetizó: "No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloáj, y a él se congregarán los pueblos", dice la bendición profética (Génesis 49:10).<o

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El "cetro de Judá" es la Ley de Dios conformada por seiscientas trece ordenanzas o decretos; ley que los ‘ángeles’ (los “mensajeros” de las alturas) entregaron a Moisés allí debajo del monte del Sinaí, y dada en el desierto a los israelitas por el octogenario Libertador hebreo, una vez salieron libres del imperio egipcio. La llamada “Ley mosaica” fueron esas 613 ordenanzas que muchos creyentes suelen confundir con la Ley espiritual, el decálogo escrito por Dios en las tablas entregadas al líder israelita en lo alto del monte Sinaí (Ex.32.16).<o

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El "legislador", citado en la bendición profética de Yacob a sus hijos, fue la administración por parte del tribunal judío establecido en "Yerushalaim" (Jerusalem), llamado el "sanhedrín", encargado principalmente de velar por el cumplimiento de la ley mosaica, ley exigida a la nación de manera cada vez más desproporcionada y exagerada por parte de quienes lo conformaban. El "sanhedrín" dejó de sesionar a partir del año 70 d. C. cuando el emperador Tito arrasó la nación de “Yehudá” (Judea) o “Reino del Sur” obligando a sus habitantes, en su mayoría judíos, a esparcirse sobre la faz de la tierra (Mateo 24:15-20) hasta los años de 1946 a 1948, fechas que marcaron el regreso definitivo de los israelitas a la tierra entregada por su Dios (Gen.12.1;7/ Ex.6.8).<o

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La profecía de Yacob (Gen. 49.10) inició su cumplimiento con la llegada de "El Mesías" (“Ha Mashiaj”) o de "Shiloaj" a la tierra de Judea (“Yehudá”) a través de su nacimiento en la mujer virgen judía y conforme a la Ley. Esta profecía se ha venido desarrollando en la medida en que el espíritu del ‘mesianismo’ (llámese en griego ‘cristianismo’) ha sido aceptado por los pueblos mediante la “evangelización” (término griego que connota la predicación de la “buena nueva” de la “salvación”), y su perfecta consumación se verá después del “milenio mesiánico” (1a Corintios 15: 20-28).<o

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Relatos escritos en arameo y en hebreo ayudan a corroborar que en Canaán (tierra entregada a los israelitas por Dios, hoy Estado de Israel), se conoció el sistema de escritura alfabética de donde emana parte del actual idioma hebreo, cuyas palabras son escritas mediante signos o letras que representan cosas. Tal sistema cananita se habría popularizado entre todos los pueblos que habitaban el área, como los fenicios. Eruditos creen que los fenicios introdujeron ese sistema alfabético a Grecia de donde resultó la "escritura fenicia".<o

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Con el correr de los tiempos, los signos cananitas cambiaron su forma y habrían sufrido notables modificaciones por el idioma del imperio asirio donde se hablaba el acadio, lengua que era el idioma "internacional" en aquella época cuando el patriarca Abram y su familia, en cabeza de su padre Taré, llegó a Canaán procedente de Ur, ciudad sujeta al imperio de Babilonia y que muchos años después estuvo bajo el dominio de los caldeos (Génesis 11:27-32).<o

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Ur, como antigua ciudad sumeria gozaba de una cultura sobresaliente, caracterizada según descubrimientos arqueológicos, por sus escuelas y templos, lugares que tenían importantes bibliotecas conformadas tanto por innumerables enciclopedias como por incontables diccionarios que sus gentes aprovechaban para consultar sobre ciencias como la matemática, la astronomía. la lingüística, la política y las religiones.<o

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La llegada de los "ibriím" (los "hebreos"), que significa "los que atravesaron", refiriéndose a la distancia recorrida por el padre de Abram y su parentela, entre Ur, ciudad de Sumer, y Harán, influyó con su idioma y con los símbolos acadios-cananitas, de donde emanó la lengua y la gramática que sustenta el idioma hebreo. Los llegados a Haránno fueron llamados (literalmente) "hebreos" o "ibriim", solamente a causa de su sorprendente caminata y distancia recorrida con tanta gente, sino también por sus costumbres y refinada cultura.<o

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Parte de la cultura de los "ibriím" procedía de Egipto, nación que desde un milenio antes de Abraham se caracterizaba por su gramática y conocimiento de ciencias como la arquitectura, la ingeniería, la astronomía, la astrología y las artes, entre estas la militar. Incluso su literatura fue sobresaliente como qué "Sinuhe, el egipcio", libro de aventuras es tan antiguo como la "Epopeya de Gilgamesh", de origen sumerio. Se deduce, entonces, que los "ibriím" no eran nómadas, como tampoco un grupo de rústicos e incultos aparecidos.<o

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Los "hebreos" caminaron desde la costa del actual Golfo Pérsico hasta el occidente de la "Media Luna Fértil", actual Siria; zona densamente poblada ubicada en la tierra de la entonces Padam Arám. Por su lado, más adelante el "alfabeto hebreo" tal como entonces se formó, habría influenciado notablemente, según algunos lingüistas, en el alfabeto griego hasta el punto que el orden de sus letras es el mismo del alfabeto hebreo.<o

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Como idioma, el hebreo carece de vocales visibles, excepto la letra "alef", primera del alfabeto, que identifica al "Ser Superior" o al "Altísimo", en contraposición a la "alef" o signo cananita que representaba al "toro", bestia que los llamados "malditos" o ‘cananitas’ adoraban como deidad ("Baráshit" -Génesis 9:20-25).<o

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Dios aprovechó muchísimos años después el idioma griego, que era la lengua internacional de la época, para revelar a las "muchedumbres de gentes", los también llamados gentiles o a las "naciones sin Dios", los misterios del grave acontecimiento que nefastamente abraza a la humanidad, evento motivado por el “querub” rebelde, conocido como Satanás o el “diablo”, entre otros apelativos que lo identifican por su maldad, y la revelación divina incluye conocer la oportuna salvación que Dios ofrece mediante Su Hijo, “Ha Mashiaj”, más conocido como Jesús, porque también profetizado está que habrá una condenación enmarcada en la ‘ira de Dios’ o ‘gran tribulación’ (Hechos 11: 1-18 / Efesios 2:11-22; 3:1-6).<o

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En el siglo XII un grupo de judíos ultraconservadores de las leyes mosaicas, eminentemente tradicionalistas, en hebreo "masoretas", de la raíz "mazoret" (tradición), fueron llamados los "nakdaním" o "puntuadores", por su tarea gramatical de hacer visibles las vocales fonéticas mediante puntos que ubicaron debajo, en medio o arriba de las letras consonantes, con el propósito de evitar que las generaciones judías venideras alteraran el verdadero significado de las palabras hebreas, y por ende malinterpretaran las sagradas escrituras.<o

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De esa forma, Dios ha revelado a su pueblo toda la verdad, ¡inclusola que no compete a los vivientes de la tierra! (1a Corintos 2:6). Esa verdad está a disposición de ser escudriñada profundamente mediante la semántica del idioma hebreo donde, por ejemplo, cada letra, cada palabra, cada frase e incluso cada número tiene su propio significado y su propio "peso"... ¡ por voluntad de "DIOS"! (1a Corintios 2:6-16/ 3:1-23/ 4:1-13).<o

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En la etimología y en la etiológica de la lengua hebrea cada elemento es usado en las Sagradas Escrituras para enseñar y visualizar grandes cosas que son ocultas para el lector desapercibido. Dios habla a través de los sueños, los símbolos, las alegorías, la cronología, las parábolas y por medio de lenguas extrañas.<o

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De manera similar como sucede con el idioma chino, cada letra hebrea tiene un significado. La suma de las letras forman "la palabra" aumentando la revelación, y el conjunto de palabras amplían el conocimiento respecto de lo consignado por la divinidad (Amos 3.7).<o

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"Todo lo que Dios creó es bueno" (1a Timoteo 4:4) y el Altísimo dispone de las Sagradas Escrituras para informar su verdad con el propósito de iluminar la mente y los ojos espirituales del hombre para que en su calidad de discípulo de El Mesías logre la plena comprensión de lo consignado en los textos sagrados (Romanos 10:17).<o

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Desde la antigüedad, "Yehovah" -el único Dios verdadero- por medio de sus profetas usó un método muy peculiar para orientar a su pueblo al cual advirtió: "Abriré mi boca en proverbios; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo" (Salmos 78.1-7/Oseas 12.10/ Mateo13:35).<o

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Lo mismo hizo Su Hijo Unigénito, ‘Yeshúa’ (Jesús), quien en muchas ocasiones habló a las multitudes en parábolas "y sin parábolas no les hablaba" (Mateo 13:3; 34-35). Incluso, al ser cuestionado por sus seguidores por utilizar las parábolas para enseñar profundas y trascendentales revelaciones respondió: "A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan;para que no se conviertan, y les seanperdonados los pecados" (Marcos 4:10-12).<o

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En alguna ocasión ‘Yeshúa’ (Jesús) le reclamó a sus discípulos: "¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? (Marcos 4:13). Con relación a las muchedumbres, dicen las sagradas escrituras que ‘Yeshúa’ (Jesús) "con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo" (Marcos 4:33-34).<o

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¿Qué son, entonces, las parábolas? Son alegorías que sirven para explicar una verdad en su magnitud ilimitada. ¿Y qué es una alegoría? Es una ficción en virtud de la cual una cosa representa o simboliza otra distinta. ¿Pero con base en qué se usan las alegorías? "Yehovah" mediante sus profetas enseñó a su pueblo muchas verdades que en su conjunto proyectan la magna realidad que atañe al hombre, porque en términos magnos quiere que "todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1a Timoteo 2:4), y ese propósito incluye a los gentiles creyentes en su calidad de "coherederos y copartícipes de la promesa" (Efesios 3:1-6; 17-19).<o

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Dios escogió el idioma hebreo y a los israelitas para hacer llegar esa Verdad a la humanidad (Mateo 28: 16-20/Juan 4:22). La historia demuestra que desde la partida de ‘Yeshúa’ (Jesús) al celeste, los judíos que lo rechazaron en su calidad de El Mesías prometido fueron orientados, en ausencia del Templo en Jerusalem y del Sanedrín,por el rabino Yochanan Ben Zakkay, inspirador del actual judaísmo a partir de las determinaciones tomadas en la ciudad judía de Jammia. Estos judíos se esforzaron por evitar que los judíos mesiánicos o ‘cristianos’ predicaran la ‘buena ‘nueva’ en Jerusalem y en Judea que incluía todas las revelaciones de lo Alto, pero a pesar de las dudas, de las tergiversaciones y de las acusaciones injustas, de los métodos para neutralizarlos, de los rechazos en sus variadas formas, los primeros ‘cristianos’ divulgaron la Verdad entre la judaidad de Jerusalem y de Judea, e igualmente en Samaria, siempre bajo el liderazgo de Santiago, el hermano de ‘Yeshúa’ (Jesús).<o

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Con la muerte de Santiago, el ‘hermano del Señor’, cruelmente asesinado por los escribas y fariseos, bajo la aprobación del sacerdote Anano (lo arrojaron desde el pináculo del Templo, y fue rematado, tras la caída, por el mazazo del batanero, luego de una confrontación mesiánica que perdieron y la cual tergiversaron para acusarlo de quebrantar la ley), los judíos mesiánicos se encontraron sin su líder y se vieron definitivamente expulsados de las sinagogas, hecho que acrecentó la emigración masiva del colectivo que abandonó Judá, Jerusalem y Samaria. De esa manera los judíos “meshijím” o “mesiánicos” (seguidores de El Mesías) llamados los de “El Camino", y posteriormente “jristianós” (“cristianos”), independientemente de la labor de los ‘apóstoles’ o ‘misioneros del Señor’, divulgaron también la ‘buena nueva’ o ‘evangelio’ a las naciones, hasta cuando el cristianismo gentil paulatinamente terminó separándolos de la “Iglesia” (en griego ‘ekklisia’). Los judíos ‘mesiánicos’ o ‘cristianos’ (término griego) se encontraron, entonces, fuera de la judaidad e igualmente por fuera del ámbito del llamado “cristianismo”. Siglos después, a partir de 1967, reaparecieron -también paulatinamente-, cuando Jerusalem fue tomada por las fuerzas de defensa de Israel y reconocida como la capital de la nación israelita.<o

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La revelación de los misterios o secretos de Dios, portada y administrada tanto por los ‘apóstoles’ como por el colectivo judío mesiánico o “cristiano” idóneo en la “Doctrina”, después de los días de la llamada "iglesia primitiva" fue perdiendo vigencia ante el ímpetu arrollador del cristianismo gentil enmarcado en el “catolicismo romano”.<o

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Desde entonces, doctrinas no ‘bíblicas’ han emanado tanto del seno del catolicismo como del cristianismo gentil, llamado el “protestantismo”, algunas de esas enseñanzas incluso niegan que todos los secretos de Dios fueron revelados y de esa manera desatienden las Escrituras de los apóstoles que consignan, por ejemplo, que en ese sentido a Yeshúa (Jesús) se le acercaron en alguna de las tantas ocasiones sus discípulos, quienes “le preguntaron: -¿Por qué les hablas por parábolas? 11Él, respondiendo, les dijo: "Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado... (Mt. 13.11; Mr. 4.11; Lc. 8.10).<o

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Al respecto el apóstol Pablo escribió: 25"Y al que puede fortaleceros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26pero se ha manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las naciones para que obedezcan a la fe, 27al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.. (Ro. 11.25; 16.25).<o

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6Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez en la fe....... 7Pero hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta que Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, 8la cual ninguno de los poderosos de este mundo conoció, porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria. 9Antes bien, como está escrito: «Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman».10Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios" (1Co. 2.6-10).<o

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1Por tanto, que los hombres nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. (1 Co. 4.1). Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito... (Ef. 1.9). "De ella fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, 26el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos. (Col. 1.26).<o

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Los secretos de Dios inician en el primer libro hebreo, llamado “Baráshit”...<o

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II<o

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Pero, ¿qué relata el "Baráshit" o Génesis?<o></o>

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Con el correr de los años se ha enseñado y así se ha creído que texto hebreo, el "Baráshit", considerado como fuente primaria, llamado según la voz griega el “Génesis”, trata del principio de la creación del universo infinito y de igual manera trata de la creación del planeta Tierra e incluso la de la humanidad, lo cual no coincide con lo que está consignado en las Escrituras genésicas hebreas.<o

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Pero obviamente que este estudio no se extenderá en comentarios sin sustentar la anterior exponencia a la luz de las Sagradas Escrituras, desde luego las hebreas. De esa manera este replanteamiento evitará ser tildado o acusado de insana doctrina. Bajo la perspectiva adecuada no será mas que un simple análisis que responderá con lo profetizado: “que los últimos serán los primeros” en el sentido de entender el contexto bíblico a plenitud, “porque nada quedará oculto entre cielo y tierra”, y es apenas comprensible que las generaciones próximas a los “últimos tiempos” entenderán los hechos bíblicos al amparo de los adelantos tecnológicos y arqueológicos, entre otras ayudas, que permitirán tal comprensión.<o

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Es, entonces, un compromiso de cada líder espiritual, llámese “mesiánico” o considérese “cristiano”, el conocer cada día más a fondo las Sagradas Escrituras, tanto las hebreas como las griegas, y de esa manera experimentar el poder del Dios de los israelitas. <o

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El apóstol lo requirió: "Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación" (San.3.1).<o

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III<o

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Baráshit<o></o>

Génesis<o

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Baráshit-(Génesis)1.1<o

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.`#r,a'(h' taeîw> ~yIm:ßV'h; taeî ~yhi_l{a/ ar'äB' tyviÞareB. <o

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El relato hebreo dice: "Baráshit tyviÞareB (en lo creado) bará Elohím ~yhi_l{a/ ar'äB' (creó Elohim) etta (esos) ha-shamaim ~yIm:ßV'h (los cielos) be-et taeîw> (y esa) ha-aretz.`#r,a'(h' (la Tierra)".<o></o>

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"En lo creado creó Elohím esos los cielos y esa la Tierra".<o></o>

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Para comparar tomemos como referencia la versión Reina-Valera, por ser la más utilizada, y encontramos que su traducción dice:<o

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"En el principio creó Dios los cielos y la tierra"<o

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Comparando la traducción literal del texto hebreo con la versión antes indicada, podemos observar que la versión, como suele suceder con otras, interpreta más no traduce fielmente lo consignado. Tal interpretación no es ajena a la realidad, pero para el caso las versiones no suelen transmitir exactamente la revelación divina depositada en el texto hebreo. <o

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Empecemos analizando la voz hebrea "BARÁSHIT"<o

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Es de esperar que los defensores de la interpretación popular, sustentados en la traducción “En el principio”, argumenten cuanto consideren apropiado para justificar su perspectiva y creencia, pero para descartar la polémica, si es posible, y continuar con el análisis vayamos a la construcción de fondo de la voz hebrea en cuestión, "Baráshit", que debe ser traducida fielmente, más no interpretarse, en conformidad con el propósito del Creador, quien fue el ordenador de su arreglo lingüístico. <o

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Este análisis debe “arrancar”, entonces, desde el significado del término "Baráshit", traducido del griego como el ‘En el principio’. Como vocablo hebreo tyviareB] se sustenta en el juego de tres palabras integradas: "bará" areB o crear, ‘be roshviareB ‘en cabeza’ y su terminal ‘it’ ty, que inclina la palabra hacia lo infinitivo. Estas tres voces hebreas, en su conjugación entrelazada, bien pueden colegir una traducción como ‘en la encabezadura’ o mejor ‘en el encabezamiento’ o “en lo creado”, por la voz inicial “crear”, bará, connotando en su significado integral una obra realizada en lo que ya estaba creado, es decir, que el texto revela una obra llevada a cabo en la creación ya existente y con el propósito de continuar con algo más después de un sagrado <YOM SHABBAT> o ‘intervalo’ (llamado <día>) de reposo’. <o

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El significado de “Barashit” como “En lo creado” será el eje de este análisis, el cual deja en entre dicho la interpretación popular que resalta hacia un supuesto "principio", en el orden del inicio o comienzo de la creación de la nada, tal como se ha venido aceptando a través de los tiempos. <o

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"En el principio" se dice en hebreo "batjalá", "beikarón" o ‘bamakor". <o></o>

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Con esa base, el primer versículo se debería traducir como "En lo creado creó Elohím esos los cielos y esa la Tierra", según reza en el texto hebreo, considerado como la fuente de las versiones del llamado “Antiguo Testamento”. <o></o>

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>

Antes de seguir ampliando este versículo iniciador o “genésico”, vamos al resto de la revelación. A luz del texto hebreo, el relato se está refiriendo a un acontecer donde resalta que en lo ya creado o con base en ese ‘encabezamiento’, Elohím creó enfáticamente a "esos los cielos" y a "esa la tierra", a los cuales resalta en su revelación, descartando así otros ‘cielos’ y otra tierra. Todo indica que sobre esa revelación está sustentado el relato bíblico y la razón de ser del mismo.<o

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La Escritura hebrea genésica está aclarando, entonces, lo que este análisis resaltará, que el texto hebreo está indicando, que en ese ‘encabezamiento’ revelado ya la creación existía desde la eternidad, tal como lo advierte el Predicador: 9 "¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará, pues nada hay nuevo debajo del sol. 10 ¿Acaso hay algo de que se pueda decir: «He aquí esto es nuevo»? Ya aconteció en los siglos que nos han precedido. 11No queda memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que ha de suceder quedará memoria en los que vengan después" (Ecl. 1. 9-11).<o

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¿Qué creó Elohím? Pues, creó ("bará") esos (“et”) los "hashamaim" (los "cielos") y esa (“et”) "La Tierra" ("Ha-aretz"). Observemos que el texto hebreo señala específicamente a ‘esos los cielos y a esa la Tierra’, los mismos que un día <dejarán de ser>.<o

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“Porque he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva. No habrá más memoria de las cosas primeras, ni vendrán más al pensamiento. (Isa.65.17).<o

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“Alzad vuestros ojos hacia los cielos, y mirad abajo hacia la tierra. Porque los cielos se desvanecerán como humo; la tierra se envejecerá como vestidura, y sus habitantes morirán como moscas. Pero mi salvación permanecerá para siempre, y mi justicia no perecerá.” (Isa.51.6).

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“Porque como permanecerán delante de mí los cielos nuevos y la tierra nueva que yo haré, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre, dice Yehovah.” (Isa. 66.22).<o

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“Pero el día del Señor vendrá como ladrón. Entonces los cielos pasarán con grande estruendo; los elementos, ardiendo, serán deshechos, y la tierra y las obras que están en ella serán consumidas” (2P3.10).<o></o>

<o> </o>

“Según las promesas de Dios esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia” (2P.3.13).<o></o>

<o> </o>

“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe más” (Ap 21:1)<o></o>

<o> </o>

“De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido”. (Mt. 5.18)<o></o>

<o> </o>

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero acerca de aquel día y hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles de los cielos, ni aun el Hijo, sino sólo el Padre” (Mt.24.35).<o></o>

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Para continuar con el análisis y en su momento retomar esta primera parte, es necesario insistir que en hebreo la Escritura está señalando, de manera precisa y determinante, a "esos los cielos" a los cuales hace referencia, y no a otros "cielos", indicándonos que existen “otros cielos”, y en ese mismo sentido la revelación genésica está especificando a "esa" la Tierra, indicándonos también que no se está refiriendo a otra “Tierra”, aunque, según las Escrituras consideradas como sagradas, existen “otras tierras” (Isa. 13.5/ Jn. 14.2)<o

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“Según las promesas de Dios esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia” (2P.3.13).<o></o>

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Baráshit-(Génesis) 1.2<o

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~Ah+t. ynEåP.-l[; %v,xoßw> Whboêw" ‘Whto’ ht'îy>h' #r,a'ªh'w><o

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Uio.,’e/`~yIM")h; ynEïP.-l[; tp,x,Þr;m. ~yhiêl{a/ x;Wråw><o

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"Y la Tierra #r,a'ªh'w> estaba ht'îy>h' en caos ‘Whto’ y en soledad Whboêw" y oscuridad %v,xoßw> (estaba) sobre la cara ynEåP.-l[; del “despeñadero” ~Ah+t y el espíritu / x;Wråw> de Elohím ~yhiêl{a/ revoloteaba tp,x,Þr;m sobre la cara ynEïP.-l[; de las aguas" /`~yIM")h.<o></o>

<o> </o>

"Y la Tierra estaba en caos y en soledad y oscuridad (estaba) sobre la cara del “despeñadero” y el espíritu de Elohím revoloteaba sobre la cara de las aguas".<o></o>

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Comparemos el relato hebreo con la versión en cuestión la cual registra: "Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas".<o

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Evaluando la información dada por la traducción, apreciamos primeramente que dicha versión -no hebrea- proyecta a la tierra "desordenada y vacía". De esa traducción sobresale la inquietud, ¿cómo puede estar un lugar "desordenado" y a la vez "vacío"? La lógica nos dice que en un lugar vacío no puede haber ni orden ni desorden, porque nada hay allí. ¡Esta vacío!<o

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A continuación analicemos la revelación en hebreo que nos dice en ese aparte: "Y la Tierra estaba en caos y en soledad...". Observemos que la fuente hebrea, inmediatamente después del primer versículo, nos proyecta de manera enfática, tajante y directa la situación en que ya en aquellos tiempos así se encontraba "esa la Tierra". Este planeta, en esos tiempos remotos, “estaba en caos y en soledad”. El relato genésico para nada se refiere a una tierra "desordenada y vacía", tampoco a la creación del planeta, sino a la situación en que ya se hallaba el planeta (“estaba en caos y en soledad ”). <o

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No es el objetivo de este replanteamiento analizar las razones de ese ‘caos y de esa soledad’, pero si insistir en que la Tierra ya existía y que por ciertas causas estaba en "caos y en soledad". En ese versículo, en lo absoluto está consignado algo, lo más mínimo, relacionado con la creación de la Tierra. <o

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En ese mismo aparte genésico bíblico tampoco existe el menor indicio relacionado con la creación "de esos los cielos", de esos "et ha shamaim". La fuente hebrea nada revela sobre la creación del universo. Aquí no hay cabida para una innecesaria polémica, tampoco para la interpretación, simplemente porque el relato hebreo inicia proyectándonos la situación en que ya se encontraba el planeta. <o

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El texto hebreo no se contradice, claramente explica que el planeta estaba en "caos y en soledad". Es decir, que por causa de ese "caos" toda la Tierra estaba en "soledad". ¿A qué "caos" y a qué tipo de "soledad" se refiere el texto hebreo?<o

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Continuando con el análisis, siempre basados en el relato hebreo, podemos observar que además de esa situación caótica que se experimentaba en la Tierra, acompañada de una extraña soledad, existía también una extraña "oscuridad".""<o

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Hasta ahora cuatro aspectos resalta la fuente hebrea: una Tierra que ya existía, que en esas eras estaba en una situación “caótica”, acompañada por una extraña “soledad”, y seguidamente, la existencia también de una ‘oscuridad’. <o

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A continuación analicemos el asunto de esa ‘oscuridad’. Usualmente se enseña que la Tierra, después de haber sido creada, se halló en tinieblas por la ausencia del astro sol. A este supuesto evento, la inexistencia de la estrella llamada el “sol”, se le agregan muchas especulaciones con base en que existían esas tinieblas, y la revelación hebrea al hablarnos de esa “oscuridad” nos enfatiza que ¡estaba únicamente “sobre la cara del “despeñadero”..."!<o></o>

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En otras palabras, esa "oscuridad" no cubría toda la Tierra, a menos que todo el planeta fuera un “despeñadero”. Para averiguarlo nos queda una sola alternativa: analizar qué es un ‘“despeñadero”’. Un “despeñadero”, dice el diccionario, ‘es una profundidad grande y peligrosa’. En ese orden, ¿era toda la Tierra ‘una profundidad grande y peligrosa’, un “despeñadero”? O en su defecto, ¿tenía "esa la tierra" un particular “despeñadero” que por razones desconocidas, en esos lejanos tiempos, resaltaba de manera especial, al punto que está incluido en la revelación bíblica? ¿A cuál “despeñadero” se refiere el relato genésico, y por qué es tan importante? <o

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No hay duda, el relato hebreo es claro, nos revela que existía esa extraña oscuridad o tinieblas, pero que dicha oscuridad -conforme lo advierte el relato hebreo- no cubría la totalidad de la Tierra, sino solamente la ‘cara’ de ese extraño ‘“despeñadero”’. Si esa "oscuridad" solamente estaba sobre la "cara" de ese extraño “despeñadero”, ¿qué sucedía con el resto del planeta? ¿Estaba iluminado? <o

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A la luz del relato hebreo es notorio que esta Tierra, en aquellos remotos tiempos, estuvo sumida en “un caos y en una soledad”. Que para esos mismos tiempos existía un “despeñadero”, cuya importancia sobresale porque tenía una “cara” y sobre ella estaba esa “oscuridad”. Esta revelación, insistimos, descarta que esa oscuridad cubría la totalidad de la Tierra, porque está bastante lejana la probabilidad de que el planeta, como tal, fuera un “despeñadero”. <o

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Ahora, sucedía también, revela la fuente hebrea, que "el espíritu de Elohím revoloteaba] sobre la cara de las aguas". La Escritura nos dice que allí estaba “el espíritu de Elohím”, pero que “revoloteaba” y lo hacía únicamente sobre otra “cara”, en este caso, “sobre la cara de las aguas”. Si existían esas “aguas” significa que la tierra no estaba ‘vacía”, pero ¿a cuáles "aguas" se refiere el texto y por qué son tan importantes? ¿Por qué “el espíritu de Elohím” solamente “revoloteaba” (“merajefet”) sobre la “cara” de esas “aguas” y no sobre la otra “cara”, la del ““despeñadero””, cubierta por esa “oscuridad”?<o

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Concluyendo con este aparte bíblico genésico, podemos concretar que los primeros dos versículos del Baráshitse limitan a revelarnos que en la creación existente Elohim creó en lo particular “esos los cielos y esa la Tierra” que resalta la Escritura hebrea, pero seguidamente la fuente nada habla sobre “esos los cielos” y en su lugar orienta su revelación en relatarnos la situación en la que ya se encontraba la Tierra. <o

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Algunas versiones bíblicas suelen contradecirse al exponer una traducción que nos proyecta una Tierra desordenada y a la vez vacía, cuando en un vacío no puede haber orden ni desorden y mucho menos unas aguas. Al respecto las polémicas pueden suscitarse por esas versiones, pero no por la fuente hebrea.<o

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De "esos los cielos" ni una palabra. Por ahora, nada indica que el relato hebreo se haya referido a la creación del universo y tampoco a la creación de la Tierra.<o

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Baráshit -(Génesis)1.3<o

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`rAa*-yhiy>w

rAa= yhiäy> ~yhiÞl{a/ rm,aYOðw:<o

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>

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> </o

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"Y dijo Elohím rm,aYOðw: sea la luz rAa= yhiäy> y fue la luz rAa*-yhiy>w

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"Y dijo Elohím sea la luz; y fue la luz"<o></o>

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El manuscrito hebreo aclara que con base en esa situación en que se encontraba la tierra, Elohím decidió y ordenó la aparición de una luz. ¿Era la luz solar? Usualmente se enseña que toda la tierra estaba en tinieblas y por ello Dios creó el sol, pero esta creencia no coincide con lo aclarado en el segundo versículo, que "la oscuridad estaba sobre la faz del despeñadero" o en otras palabras, que esa “oscuridad” no estaba sobre la totalidad de la Tierra. Tal tradicional creencia tampoco coincide con lo aclarado en el "día", ("iom”)cuarto, donde el relato bíblico parece que habla de la aparición del concierto de las luminarias, la ‘mayor’ y la ‘menor’, e incluso de las estrellas (Baráshit-Genesis 1:14-19). Es decir, que tres "días" después de este “día” que analizamos, el de la “luz” ordenada por Elohím, fue que aparecieron las “luminarias” a las cuales se refiere el ‘día cuarto’. Entonces, si no era la luz solar, ¿qué luz apareció en ese primer ‘día"?<o

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Por orden de Elohím, apareció esa "luz". ¿Con qué objetivo se hizo presente esa “luz” si la “oscuridad” cubría solamente la "cara" de ese “despeñadero” y no la totalidad del planeta?<o

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Baráshit -(Génesis)1.4<o

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`%v,xo)h; !ybeîW rAaàh' !yBeî ~yhiêl{a/ lDeäb.Y:w: bAj+-yKi rAaàh'-ta, ~yhi²l{a/ ar.Y:ôw:<o

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“Y vio Elohím ~yhi²l{a ar.Y:ôw: esa la luz rAaàh'-ta que era buena bAj+-yKi, y diferenció lDeäb.Y:w: Elohím ~yhiêl{a/ entre !yBeî la luz rAaàh' y entre !ybeîW la oscuridad” %v,xo)h;<o

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> </o

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“Y vio Elohím esa la luz,que era buena<o></o>

y diferenció Elohím<o></o>

entre la luz; y entre la oscuridad”<o></o>

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"Y vio Dios que la luz era buena y separó Dios la luz de las tinieblas", dice la versión. Según esa traducción, el objetivo de Dios, al ordenar que apareciera la luz, fue la de “separarla” de las tinieblas, una vez apreció su excelente calidad, “que era buena”. ¿Tiene eso algún sentido? Es decir, que las tinieblas, siguieron existiendo, sobre la "faz" de ese abismo, porque Dios se limitó, siempre según la versión, a separar esa luz de las tinieblas. De acuerdo a la traducción, esa “luz”, entonces, apareció solamente para estar “separada” de las “tinieblas”. <o

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Conforme a la perspectiva de la versión, las tinieblas continuaron cubriendo exclusivamente al abismo porque "Dios” -solamente- “separó la luz de las tinieblas", como si esa luz haya estado mezclada con las tinieblas. <o

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Al respecto, ¿qué dice la Escritura fuente? El texto hebreo aclara que "Y vio Elohím que esa la luz que era buena y diferenció Elohim entre la luz y entre la oscuridad"<o></o>

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Acorde con la escritura hebrea, Elohím "vio" que esa luz evidentemente era "buena". Paso seguido, Elohím “diferenció”. Pero, ¿qué “diferenció”? El texto lo aclara: "entre la luz y entre la oscuridad. ¿Y qué, exactamente, “diferenció” Dios entre estos dos aspectos? <o

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Baráshit -(Génesis)1.5<o

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`dx'(a, ~Ayð rq,boß-yhiy>w

br,[,î-yhiy>w

hl'y>l"+ ar'q"å %v,xoßl;w> ~Ayë ‘rAal' ~yhiÛl{a/ ar'’q.YIw: <o

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"Y llamó Elohím ~yhiÛl{a/ ar'’q.YIw: a la luz rAal' Día ~Ayë ‘y a las tinieblaså %v,xoßl;w> llamó ar'q Noche hl'y>l"+ Y fue yhiy>w

"tarde br,[,î- y fue yhiy>w

mañana rq,boß día ~Ayð uno `dx'(a,<o

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"Y llamó Elohím a la luz Día <o></o>

y a la oscuridad llamó Noche. <o></o>

Y fue tarde y fue mañana día uno".<o></o>

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La creencia popular asevera que con la aparición del astro sol Dios hizo el día. Pero el relato bíblico hebreo no dice eso. Ahí dice muy claramente que Elohím a esa la luz "que vio buena", a la que “diferenció” de la “oscuridad”, la llamó, la identificó, le puso un nombre, en hebreo ‘íom’ (intervalo), en español DIA, y no por causa del astro sol, porque, primeramente, aún no había llegado el ‘día cuarto’, cuando aparecieron las “luminarias”, entre estas, la “luminaria mayor”, el astro sol, según parece, y seguidamente, porque se trató de un simple cambio de identificación. <o

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Esa “oscuridad” ya existía antes que Elohím ordenara que apareciera “esa la luz que era buena”. A esa “oscuridad” la llamó "NOCHE". La “noche”, entonces, no procede de la luna, sino de la “oscuridad” que existía antes que apareciera la luz, llamada “día”. Pero la “luminaria menor” habría aparecido el “día cuarto”. Además, la luna no es una “luminaria”, porque no produce luz, solamente la refleja. Tenemos, pues, que ni el ‘día’ ni la ‘noche’ procedieron del astro sol ni de la luna, respectivamente. Resultado: "Y fue la tarde y fue la mañana día uno". <o></o>

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La llamada “noche”, siendo la misma “oscuridad”, no cubría la totalidad del planeta Tierra. Es decir, que esa ‘noche’ no estaba en todo el planeta, sino solamente sobre la ‘cara’ del “despeñadero”. Pero, ¿qué del "Día", de esa luz que vió Elohím que era buena? Si la oscuridad, ahora llamada NOCHE, solamente cubría la ‘cara’ del “despeñadero”, y si la Tierra no era un “despeñadero”, entonces, la luz, ahora llamada “día” cubría el resto del planeta excepto la ‘cara’ de ese “despeñadero”, de tal manera que existió la "noche" exclusivamente en ese perímetro limitado por la "oscuridad". En otras palabras, la "noche" se limitó al área del “despeñadero”. Por su parte, "la luz que era buena" siguió actuando sobre el resto de la Tierra, si se acepta o se considera que toda la tierra no era un “despeñadero”.<o

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Resumiendo, las Escrituras dicen, entonces, que Elohím, después que “vió que la luz era buena" la identificó con el nombre "día", e igualmente identificó a la "oscuridad" con el nombre "noche".¡Simples cambios de nombres!<o

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De la diferenciación “entre la luz y la oscuridad”, resultaron dos nuevos aspectos: la "tarde" y la "mañana". Es decir, que esos aspectos no formaban parte del “despeñadero”, cubierto por la “oscuridad”, llamado posteriormente la "noche". Al darse ambos aspectos nació un período llamado o identificado como "el día uno". Si la palabra "luz" significa "día", estaríamos ante la "luz primera". Entonces, esa luz o ese día, nada tiene que ver con el astro sol, como tampoco la “oscuridad”, llamada ahora la "noche", nada tiene que ver con la luna.<o

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"Y llamó Elohím a la luz Día<o></o>

y a la oscuridad llamó Noche.<o></o>

Y fue tarde y fue mañana día uno".<o></o>

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Podemos concluir que esa “luz” (“que era buena”) no procede del astro sol, porque, repetimos, esa “luminaria mayor” habría aparecido “tres días” después. En ese mismo orden, el “día” no procede de la estrella mediana llamada el sol, porque esa voz -“día”- fue el nombre mediante el cual Elohím identificó a esa “luz”, solo después de haber “diferenciado entre la luz y entre la oscuridad”. <o

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Breve resumen<o></o>

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Pasemos rápida y brevemente del "día uno" al último "día", el "séptimo", con el fin de corroborar parte del análisis anterior.<o

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Baráshit (Génesis) 2:2-3 en el texto hebreo dice: "Beiejol Elohím (Y terminó Elohím) beiom (el día) hashivii (el séptimo) melaajto (su obra) asher (tal cual) azá (hizo) beishbot (y reposó) beiom (el día) hashevii (el séptimo) mikol (de toda) melaajto (su obra) asher (tal cual) azá (hizo). Be-ibraja Elohím (Y bendijo Elohím) et iom (ese día) hashevii (el séptimo) beikadesh (y lo bendijo) oto (a él) ki (porque) bo (en él) shabat (reposa) mikol (de toda) melajto (su obra) asher (tal cual) bara Elohím (creó Elohím) laazot (para hacer)".<o

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“Y terminó Elohím en el día el séptimo la obra tal como la hizo, y reposó en el día el séptimo de toda su obra tal como la hizo. 3Y bendijo Elohím ese día el séptimo y lo santificó, porque en él reposa de toda su obra tal como la creó Elohím para hacer” (Traducción literal del hebreo). <o></o>

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Es preciso observar que la mayoría de las versiones no se ponen de acuerdo en esta traducción. Para el caso que analizamos sigamos utilizando la versión más usada en español, "Reina-Valera", la cual traduce que Dios "descansó de toda la obra que había hecho en la creación". Acorde con esa traducción, ¿dónde hizo Dios esa obra? Ahí lo dice la versión: ¡En la creación! <o></o>

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Aunque la traducción no es exacta tampoco alcanza alterar de fondo el mensaje bíblico porque de todas maneras ratifica que el reposo de Dios se basó, como lo consigna evidentemente el texto hebreo, en la obra que había hecho Elohím, y según la versión esa obra Dios la hizo... en la creación... que desde luego, a la luz de las sagradas escrituras hebreas, ... ¡siempre ha existido! (Ecl.1.4-10; 3.10-15).<o

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En otras palabras, y a título de ejemplo, según esa traducción Dios descansó de la "obra" hecha en el "terreno". O sea que el terreno ya existía y el descanso de Elohím se basa específicamente por la terminación de una "obra" hecha "en ese terreno". La versión "Reina-Valera" no consigna que Dios reposó por haber creado la creación, sino por haber terminado específicamente esa obra... en un lugar especifico, en este caso en la creación.Esa versión da por sentado que ya existía la creación.<o

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Por su parte, otra versión, la de Ediciones Paulinas traduce: "Dios dio por terminada su obra el séptimo día y en este día cesó de toda obra que había hecho. Dios bendijo este día y lo santificó porque en él había cesado de toda obra de su actividad creadora". Esta versión también insiste en que Dios dio por terminada una obra en ese día y ese día Dios lo santificó porque finalizó esa obra "que había hecho". Tampoco dice que Dios finalizó la creación ese día al cual santificó.<o

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La versión "Biblioteca de Autores Cristianos" (BAC) dice: "Y rematada en el día sexto toda la obra que había hecho, descansó Dios el séptimo día de cuanto hiciera: y bendijo al séptimo día y lo santificó porque en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho". Esa versión ratifica que Dios "remató" en ese día, el sexto, toda esa obra que había "creado y hecho". Las otras versiones coinciden con el hebreo respecto de que Dios terminó su obra el séptimo día y esta versión dice que fue el sexto.<o

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Otra versión, la "Living Bibles International" traduce: "Al séptimo día, después de terminar la obra en que estaba ocupado, Dios cesó en su tarea. Y bendijo el séptimo día y lo instituyó como día santo, porque era el día en que había terminado su obra de creación".<o

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Las variadas "versiones" y las frecuentes "revisiones", siempre diferentes entre las editoras bíblicas, aunque contrastan con la fuente considerada como la original, que en hebreo no varía a pesar del tiempo, enfatizan que Dios reposó por la terminación de una obra y en sus traducciones no dicen que Dios terminó ese día la creación. De todas maneras, el texto hebreo allí está vigente y sin sufrir "revisiones" por parte de los eruditos hebreos. Los judíos no lo alteran, lo conservan intacto básicamente por temor a YHVH, nombre que temen pronunciarlo erróneamente y en su lugar llaman a Dios "Adonai", palabra que significa Mi Señor, refiriéndose al Altísimo. La palabra "Adonai" usualmente no es diferenciada por las versiones con la otra voz, "Adoni", que también significa “mi Señor”, y se aplica a las personas, porque esa palabra en hebreo se escribe lo mismo.<o

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Del texto hebreo se desprende, entonces, que Elohím terminó en el día, el séptimo, esa obra que hizo y descansó ese día, el séptimo, de toda esa obra que hizo... para seguir haciendo!<o></o>

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La última palabra del versículo hebreo es concisa, dice "la-azot", o sea que en hebreo está escrito el verbo y la misión "para hacer", vocablo que no se origina de la raíz "bará" que significa ‘crear’, sino ‘hacer’, pero en lo creado. Para nada aparece la palabra "creación" que se dice "yetzirá".<o

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Es imprescindible tener en cuenta que Elohím dio a conocer esa verdad mediante las precisas palabras consignadas en el idioma que escogió, en este caso el hebreo. En síntesis, las Escrituras revelan que Elohím "hizo" una obra la cual terminó después de siete intervalos de tiempo llamados <YOMIM> (traducidos como "días"). <o

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El texto hebreo no asegura que Dios terminó el día séptimo la creación y tampoco la Tierra. Enfáticamente está escrito que Elohím terminó una obra que "hizo" con un propósito, el de seguir haciendo: Del hebreo se traduce exactamente: "Y Elohím bendijo ese día y lo santificó porque en él descansa de toda su obra que creó Elohím para hacer".<o></o>

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En resumidas cuentas, en el día, "el séptimo", Elohím reposó y reposa de toda la obra que creó con el propósito de hacer algo más (Juan 5:17). En ninguna parte está escrito que terminó al séptimo día de hacer la creación universal, insondable e infinita. Definitivamente, se insiste en que Elohím terminó una "obra", sin referirse a la creación.<o

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Félix Guttmann Van Katz<o

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efgi2003 · 25 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

El<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-comfficeffice" /><o></o>

"GENESIS"<o></o>

¿relata el principio <o></o>

de la creación?<o></o>

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"Desde 1996 en Israel y en el Occidente un millón de personas de diferentes denominaciones religiosas, entre estas la evangélica, la musulmana y la católica, están participando en el replanteamiento del primer libro de la Biblia: el Génesis".<o></o>

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La prestigiosa revista "Newsweek", Octubre 21 de 1996, dedicó todo un número para resaltar este evento tan importante y trascendental.<o

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Estimado hermano en Yeshúa (Jesús): <o

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Si bien es cierto, el creyente en Ha Mashiaj (‘El Mesías’; en español el Ungido, y en griego ‘Jristós’) debe tener sumo cuidado con los falsos ‘ungidos’ y con aquellos que contaminan la palabra de Dios depositada en el contexto de las Sagradas Escrituras. No obstante lo anterior, ello no significa que el creyente maduro deba tener temor si su creencia, llamada la fe, está fundamentada en el pleno conocimiento de aquello en lo que cree. El temor es válido para los neófitos, pero no para quienes han avanzado hacia la perfección, incluso conociendo profundamente los rudimentos de la ‘doctrina de Cristo’. <o

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Quien haya escrito a los hebreos creyentes en Yeshúa (Jesús) les resaltó: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, 2de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. 3Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite” (He. 6. 1-3).<o

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“11Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. 12Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; 14pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (He.5. 11- 14). <o></o>

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Con toda seguridad que este replanteamiento, el del ‘Génesis’, no inquietará ni levantará ampollas en un neófito en los asuntos bíblicos, como tampoco en las personas que se cuestionan asuntos, a su entender no muy claros, depositados en las Sagradas Escrituras. Este replanteamiento seguramente molestará a quienes ya dan por hecho que conocen suficientemente la palabra de Dios, pero aún así temen que se les mueva el piso si la revelación divina aumenta su resplandor. Definitivamente, “el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”, categorizó quien escribió esa carta.<o

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Para quienes se resistan en poner la lupa en las Sagradas Escrituras, prefiriendo su experiencia y en ella cubrirse, este replanteamiento no les es apropiado, porque probablemente tengan que ajustar o complementar algunas apreciaciones a su creencia. No obstante, si son líderes de algún colectivo, como maestros bíblicos, evangelistas o como pastores, tendrán que responder de cuanto enseñen. Escrito está: “No os hagaís muchos de vosotros maestros, porque mayor será nuestra condenación”. Un breve vistazo a este replanteamiento no le hará daño a quien está convencido de su ‘fe’. Un profundizar de las Escrituras mucho bien le hará a quien ya conoce de su creencia.<o

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Cuatro cosas están exaltadas por el apóstol Pablo: “19No apaguéis al Espíritu. 20No menospreciéis las profecías. 21Examinadlo todo; retened lo bueno. 22Absteneos de toda especie de mal” (1Ts. 5.19-22)<o

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De los cuatro, permítanme extraer dos versículos en particular: “19No apaguéis al Espíritu” y 21Examinadlo todo; retened lo bueno”. Con base en ellos y antes de entrar en materia, evaluemos la opinión de un siervo del Señor, el pastor Ricardo Cerni, quien este servidor, no tiene el placer de conocer. <o

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Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Yeshúa (Jesús).<o

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Acerca de las versiones bíblicas<o

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"Una rápida comparación de distintas "versiones" del Antiguo Testamento, vertidas en la misma lengua, nos descubre inmediatamente las diferencias de criterios de los traductores, llegando en algunos momentos a darnos significados muy dispares, cuando no contradictorios. -escribió el Pastor Cerni.<o

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"La revelación de los hechos del Antiguo Testamento fue originalmente hecha en la lengua hebrea y, en algunos fragmentos, en la lengua aramea" -aclara el pastor Ricardo Cerni en su volumen del Antiguo Testamento Interlineal, Hebreo - Español. "Ello significa, -continúa aclarando Cerni- que para acercarnos al sentido real de cada una de las palabras y frases que en su momento fueron inspiradas a los escritores del texto sagrado, tendríamos que ser capaces de leer en la misma lengua que entonces se empleó. "Por muchas razones, sigue explicando el pastor Ricardo Cerní, esto no es posible ni exigible, ya que el conocimiento de las lenguas bíblicas requiere de una dedicación y unos medios que no están al alcance de todos los interesados.<o></o>

Desde antiguo existen unas buenas traducciones o "versiones" que suplen eficazmente la necesidad de entender en la lengua vernácula lo que el Dios de Israel habló a su pueblo, Israel y, a través de él, a toda la humanidad". "De esas "versiones" o traducciones del texto bíblico original, unas son mas acertadas que otras y, desde luego, carecen del sello de la inspiración e infalibilidad que tanto judíos como cristianos han reconocido generalmente en el texto sagrado.<o></o>

Una rápida comparación de distintas "versiones" del Antiguo Testamento, vertidas en la misma lengua, nos descubre inmediatamente las diferencias de criterios de los traductores, llegando en algunos momentos a darnos significados muy dispares, cuando no contradictorios. Así pues, aun reconociendo la valía y mérito de las abundantes versiones hoy en uso - también en lengua castellana-, lo cierto es que siempre nos quedamos con la impresión de que existe una forma más directa y exacta de acercarnos al texto original. La buena hermenéutica y la buena exégesis textual requieren un buen conocimiento de lo que realmente nos dice el texto bíblico.<o></o>

Efectivamente una buena hermenéutica requiere una buena exégesis; y una buena exégesis exige una buena comprensión del texto en su forma original. Cuanto más nos acercamos al sentido original, de las palabras y las frases, más posibilidad tendremos de comprender lo que los autores nos han transmitido por el vehículo de la lengua hebrea y aramea. Si tuviéramos que comparar la diferencia de esta traducción con las versiones normales, podríamos decir que es como si estuviéramos gustando un manjar no elaborado, en estado natural.<o></o>

Es la diferencia entre tomar miel directamente del panal, o comerla después de haberla procesado y mezclado con colorantes y conservantes. Es como la diferencia, si se quiere, entre la TV en color y la TV en blanco y negro".<o></o>

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Las anteriores aclaraciones tomadas del Tomo I del Antiguo Testamento Interlineal Hebreo-Español del texto Hebreo del Códice de Leningrado, editado por el pastor Ricardo Cerní, respaldan el trabajo que muchos estudiosos de la Biblia están realizando en el mundo con el propósito de replantear las traducciones de las revelaciones que están depositadas en el primer libro del llamado “Antiguo Testamento” (en hebreo "Tanak"). <o

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Aceptando que las revelaciones de Dios para la humanidad empiezan en ese primer libro hebreo llamado "Baráshit", nombre traducido como "Génesis", de donde deriva la interpretación inicial "En el principio",bien vale la pena replantear las traducciones acerca del contenido de dicho texto, pero a la luz del idioma hebreo, porque según la traducción griega la interpretación apenas refleja el verdadero significado de esa palabra hebrea (“Baráshit”). <o

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Cabe anotar e insistir que este replanteamiento conlleva la sana intención de analizar las evidencias bíblicas con la lupa puesta sobre la fuente hebrea, siempre con el propósito de discernir apropiadamente su revelación, por lo tanto el objetivo de su estudio está ajeno a cualquier intención de ofender, teniéndose en cuenta, además, otros aspectos como la norma que consagra la Carta Universal de los Derechos Humanos la cual reza: "Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia" (Articulo 18 de la DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS, 1948.)<o

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En este replanteamiento resalta la participación de judíos “mesiánicos” (judíos creyentes en Yeshúa -Jesús- como “El Mesías” esperado) estudiosos tanto de sus tradicionales Sagradas Escrituras, el ‘Tanak” (llamadas el “Antiguo Testamento”) como de las escrituras neotestamentarias (llamadas el “Nuevo Testamento”), evento que no se experimentaba en muchos de los años que nos han precedido. Sin pretensiones de sentar doctrina, invitamos entonces a los estudiosos de la “Biblia” a escudriñar la totalidad de estas Sagradas Escrituras (“Antiguo” y “Nuevo Testamento”) pero para la ocasión con base en lo que al “Génesis” se refiere, y así llevar a cabo un serio análisis, un tanto superficial pero meticuloso, sobre los cuatro “Capítulos” iniciales del primero de los cinco libros de la "Torah". Ese primer “libro”, decíamos, se conoce en hebreo como "Baráshit" o “Génesis” a la luz de la traducción griega.<o

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Primeramente aclaremos que la palabra hebrea "Toráh" significa "la Gran Luz" ("eT ha Or") o popularmente "la Ley", y como tal reúne los cinco primeros textos del "Tanak" o “Antiguo Testamento”. Por su parte, el vocablo "Tanak" procede de las iniciales de los nombres de los tres grupos de libros hebreos que conforman ese llamado ‘Antiguo Testamento’: la "Tora", los "Neviim" (Los Profetas) y los "Ketuviim" (Los Escritos).<o

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La "Toráh" en si misma reúne, entonces, solamente cinco libros: "Baráshit" (que significa “En lo creado”), pero traducido como “Génesis”; luego siguen los textos "Shemot" (que significa “Nombres”) pero traducido como “Exodo” (término griego que significa “Salida”), "Bikrá" (que significa “Llamado”), conocido como “Levítico”, "Ba Mitbar" (que significa “En el desierto”), traducido como “Números”, y por último está "Hadbarim" (que significa “Las cosas”), traducido como “Deuteronomio”. Todos esos cinco libros hebreos son llamados en griego el "Pentateuco" o los "Cinco Muros o Fortalezas".<o

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Breve reseña histórica<o></o>

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Elohím, a través de los idiomas arameo y hebreo depositó su secreto magno, el cual paulatinamente y con el transcurrir de los tiempos lo confió a un pueblo, el israelita, al cual llama "el hijo primogénito" (Ex.4.22-Romanos 3.2). En el idioma griego, Dios terminó revelando todos los secretos o misterios para que las gentes obedecieran a la ‘fe’.<o

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En la persona de Abraham y en los idiomas que el patriarca utilizaba, empezó Dios a depositar esos secretos o misterios que terminarían siendo revelados a los primeros judíos mesiánicos, los “apóstoles” de Yeshúa (Jesús), para que debidamente visualizados obedecieran a la “FE” con confianza y seguridad y los compartieran tanto con sus hermanos como con los gentiles cristianos para edificación de la ‘ekklisia’. (Mateo 13:11/ Marcos 4:11/ Lucas 8:10/ 1a Corintios 2:7; 4:1/ Efesios 1:9; 3:3-9).<o

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Sabemos que el término griego “apóstol” significa “misionero” y que la voz, también griega, “FE” es representativa de la palabra hebrea “emuná” que significa fidelidad en el orden de “visualización”. Por su parte, la palabra hebrea Yeshúa significa “salvador”, nombre que el “ángel” Guever El (Gabriel) le ordenó a la mujer virgen judía, “Myriam” (María) para identificar a su hijo Yeshúa (“JESÚS”), conforme a su misión en la Tierra. <o

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No sobra traer a colación que el nombre “JESÚS” deriva de la voz griega “IESOUS” la cual procede de la fonética hebrea “Yeshúa”. A su vez, el término griego “ángel” (en hebreo “malaj”) significa “mensajero” y que el nombre del mensajero de lo alto, “Guever El” (Gabriel) significa “Valiente del Altísimo”. <o

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Es claro que para llevar a cabo su magno propósito en aras de “terminar con la prevaricación” y “restaurar todas las cosas” afectadas por la rebelión del “querub”, identificado como “Shataná” (en arameo el “Calumniador”), Dios jamás "escogió" a ninguna nación existente sobre la tierra, y menos a la nación israelita, ¡sencillamente porque no existía!<o

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No obstante lo anterior, Dios en la persona de Abram reinició su programa de la ‘salvación’. Abram no era israelita, tampoco judío; fue de origen acadio de procedencia semita. De la primera letra de su nombre, la "alef", se colige que su familia era piadosa y que fue hijo primogénito ofrecido al Altísimo, aunque eran sus padres idólatras (Baráshit -Génesis 11:26-32).<o

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En cabeza de Yacob, su nieto hijo de Yitzaac, llamado "Yishrael" (Israel) por el mensajero de lo alto, Dios inició la "creación" definida y definitiva de un pueblo, el israelita, al cual consideró, dijimos anteriormente, el "hijo primogénito", pero en concordancia con los planes determinados en la ‘asamblea del Altísimo’ (“be-edet-el”) (Sal. 82.1) Dios fue depositando sus secretos en los hijos de "Yishrael" mediante los patriarcas, la ley magna (el decálogo) esa gran ley espiritual, los diez mandamientos que Yeshúa (Jesús) no abrogó, e igualmente a través de las posteriores 613 ordenanzas y decretos llamados “la Ley de Moisés” y a través de los prodigios ultra naturales que registran las Escrituras.<o

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Con Abraham Dios escogió un lenguaje, el ‘hebreo’ (combinación entre el acadio, el asirio, el babilonio y el arameo), y en sus letras, en las palabras, frases, dichos populares, costumbres, entorno y vivencias consignó sus misterios a lo largo del tiempo, hasta que llegó "Shiloáj" quien los reveló a sus discípulos. Por su parte, "Shiloáj" en momentos diferentes concretaría el plan integral de esa "salvación", iniciándolo en conformidad con lo profetizado en una de las doce tribus israelitas, la de "Yehuda" (Judá) (Juan 4:22. Romanos 3:1-2).<o

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La palabra "shiloáj" procede de la raíz aramea "lishlóaj" que significa "enviar", y para el caso se refiere al "Mashíah", en griego "Kristós" y en español "El Ungido", quien fue enviado por el único y sabio Dios en calidad de mediador para salvar a su pueblo de la ira venidera o "gran tribulación".<o

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En relación a la venida de “Ha Mashiaj” (El Mesías) Yacob profetizó: "No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloáj, y a él se congregarán los pueblos", dice la bendición profética (Génesis 49:10).<o

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El "cetro de Judá" es la Ley de Dios conformada por seiscientas trece ordenanzas o decretos; ley que los ‘ángeles’ (los “mensajeros” de las alturas) entregaron a Moisés allí debajo del monte del Sinaí, y dada en el desierto a los israelitas por el octogenario Libertador hebreo, una vez salieron libres del imperio egipcio. La llamada “Ley mosaica” fueron esas 613 ordenanzas que muchos creyentes suelen confundir con la Ley espiritual, el decálogo escrito por Dios en las tablas entregadas al líder israelita en lo alto del monte Sinaí (Ex.32.16).<o

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El "legislador", citado en la bendición profética de Yacob a sus hijos, fue la administración por parte del tribunal judío establecido en "Yerushalaim" (Jerusalem), llamado el "sanhedrín", encargado principalmente de velar por el cumplimiento de la ley mosaica, ley exigida a la nación de manera cada vez más desproporcionada y exagerada por parte de quienes lo conformaban. El "sanhedrín" dejó de sesionar a partir del año 70 d. C. cuando el emperador Tito arrasó la nación de “Yehudá” (Judea) o “Reino del Sur” obligando a sus habitantes, en su mayoría judíos, a esparcirse sobre la faz de la tierra (Mateo 24:15-20) hasta los años de 1946 a 1948, fechas que marcaron el regreso definitivo de los israelitas a la tierra entregada por su Dios (Gen.12.1;7/ Ex.6.8).<o

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La profecía de Yacob (Gen. 49.10) inició su cumplimiento con la llegada de "El Mesías" (“Ha Mashiaj”) o de "Shiloaj" a la tierra de Judea (“Yehudá”) a través de su nacimiento en la mujer virgen judía y conforme a la Ley. Esta profecía se ha venido desarrollando en la medida en que el espíritu del ‘mesianismo’ (llámese en griego ‘cristianismo’) ha sido aceptado por los pueblos mediante la “evangelización” (término griego que connota la predicación de la “buena nueva” de la “salvación”), y su perfecta consumación se verá después del “milenio mesiánico” (1a Corintios 15: 20-28).<o

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Relatos escritos en arameo y en hebreo ayudan a corroborar que en Canaán (tierra entregada a los israelitas por Dios, hoy Estado de Israel), se conoció el sistema de escritura alfabética de donde emana parte del actual idioma hebreo, cuyas palabras son escritas mediante signos o letras que representan cosas. Tal sistema cananita se habría popularizado entre todos los pueblos que habitaban el área, como los fenicios. Eruditos creen que los fenicios introdujeron ese sistema alfabético a Grecia de donde resultó la "escritura fenicia".<o

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Con el correr de los tiempos, los signos cananitas cambiaron su forma y habrían sufrido notables modificaciones por el idioma del imperio asirio donde se hablaba el acadio, lengua que era el idioma "internacional" en aquella época cuando el patriarca Abram y su familia, en cabeza de su padre Taré, llegó a Canaán procedente de Ur, ciudad sujeta al imperio de Babilonia y que muchos años después estuvo bajo el dominio de los caldeos (Génesis 11:27-32).<o

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Ur, como antigua ciudad sumeria gozaba de una cultura sobresaliente, caracterizada según descubrimientos arqueológicos, por sus escuelas y templos, lugares que tenían importantes bibliotecas conformadas tanto por innumerables enciclopedias como por incontables diccionarios que sus gentes aprovechaban para consultar sobre ciencias como la matemática, la astronomía. la lingüística, la política y las religiones.<o

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La llegada de los "ibriím" (los "hebreos"), que significa "los que atravesaron", refiriéndose a la distancia recorrida por el padre de Abram y su parentela, entre Ur, ciudad de Sumer, y Harán, influyó con su idioma y con los símbolos acadios-cananitas, de donde emanó la lengua y la gramática que sustenta el idioma hebreo. Los llegados a Haránno fueron llamados (literalmente) "hebreos" o "ibriim", solamente a causa de su sorprendente caminata y distancia recorrida con tanta gente, sino también por sus costumbres y refinada cultura.<o

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Parte de la cultura de los "ibriím" procedía de Egipto, nación que desde un milenio antes de Abraham se caracterizaba por su gramática y conocimiento de ciencias como la arquitectura, la ingeniería, la astronomía, la astrología y las artes, entre estas la militar. Incluso su literatura fue sobresaliente como qué "Sinuhe, el egipcio", libro de aventuras es tan antiguo como la "Epopeya de Gilgamesh", de origen sumerio. Se deduce, entonces, que los "ibriím" no eran nómadas, como tampoco un grupo de rústicos e incultos aparecidos.<o

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Los "hebreos" caminaron desde la costa del actual Golfo Pérsico hasta el occidente de la "Media Luna Fértil", actual Siria; zona densamente poblada ubicada en la tierra de la entonces Padam Arám. Por su lado, más adelante el "alfabeto hebreo" tal como entonces se formó, habría influenciado notablemente, según algunos lingüistas, en el alfabeto griego hasta el punto que el orden de sus letras es el mismo del alfabeto hebreo.<o

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Como idioma, el hebreo carece de vocales visibles, excepto la letra "alef", primera del alfabeto, que identifica al "Ser Superior" o al "Altísimo", en contraposición a la "alef" o signo cananita que representaba al "toro", bestia que los llamados "malditos" o ‘cananitas’ adoraban como deidad ("Baráshit" -Génesis 9:20-25).<o

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Dios aprovechó muchísimos años después el idioma griego, que era la lengua internacional de la época, para revelar a las "muchedumbres de gentes", los también llamados gentiles o a las "naciones sin Dios", los misterios del grave acontecimiento que nefastamente abraza a la humanidad, evento motivado por el “querub” rebelde, conocido como Satanás o el “diablo”, entre otros apelativos que lo identifican por su maldad, y la revelación divina incluye conocer la oportuna salvación que Dios ofrece mediante Su Hijo, “Ha Mashiaj”, más conocido como Jesús, porque también profetizado está que habrá una condenación enmarcada en la ‘ira de Dios’ o ‘gran tribulación’ (Hechos 11: 1-18 / Efesios 2:11-22; 3:1-6).<o

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En el siglo XII un grupo de judíos ultraconservadores de las leyes mosaicas, eminentemente tradicionalistas, en hebreo "masoretas", de la raíz "mazoret" (tradición), fueron llamados los "nakdaním" o "puntuadores", por su tarea gramatical de hacer visibles las vocales fonéticas mediante puntos que ubicaron debajo, en medio o arriba de las letras consonantes, con el propósito de evitar que las generaciones judías venideras alteraran el verdadero significado de las palabras hebreas, y por ende malinterpretaran las sagradas escrituras.<o

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De esa forma, Dios ha revelado a su pueblo toda la verdad, ¡inclusola que no compete a los vivientes de la tierra! (1a Corintos 2:6). Esa verdad está a disposición de ser escudriñada profundamente mediante la semántica del idioma hebreo donde, por ejemplo, cada letra, cada palabra, cada frase e incluso cada número tiene su propio significado y su propio "peso"... ¡ por voluntad de "DIOS"! (1a Corintios 2:6-16/ 3:1-23/ 4:1-13).<o

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En la etimología y en la etiológica de la lengua hebrea cada elemento es usado en las Sagradas Escrituras para enseñar y visualizar grandes cosas que son ocultas para el lector desapercibido. Dios habla a través de los sueños, los símbolos, las alegorías, la cronología, las parábolas y por medio de lenguas extrañas.<o

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De manera similar como sucede con el idioma chino, cada letra hebrea tiene un significado. La suma de las letras forman "la palabra" aumentando la revelación, y el conjunto de palabras amplían el conocimiento respecto de lo consignado por la divinidad (Amos 3.7).<o

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"Todo lo que Dios creó es bueno" (1a Timoteo 4:4) y el Altísimo dispone de las Sagradas Escrituras para informar su verdad con el propósito de iluminar la mente y los ojos espirituales del hombre para que en su calidad de discípulo de El Mesías logre la plena comprensión de lo consignado en los textos sagrados (Romanos 10:17).<o

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Desde la antigüedad, "Yehovah" -el único Dios verdadero- por medio de sus profetas usó un método muy peculiar para orientar a su pueblo al cual advirtió: "Abriré mi boca en proverbios; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo" (Salmos 78.1-7/Oseas 12.10/ Mateo13:35).<o

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Lo mismo hizo Su Hijo Unigénito, ‘Yeshúa’ (Jesús), quien en muchas ocasiones habló a las multitudes en parábolas "y sin parábolas no les hablaba" (Mateo 13:3; 34-35). Incluso, al ser cuestionado por sus seguidores por utilizar las parábolas para enseñar profundas y trascendentales revelaciones respondió: "A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan;para que no se conviertan, y les seanperdonados los pecados" (Marcos 4:10-12).<o

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En alguna ocasión ‘Yeshúa’ (Jesús) le reclamó a sus discípulos: "¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? (Marcos 4:13). Con relación a las muchedumbres, dicen las sagradas escrituras que ‘Yeshúa’ (Jesús) "con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo" (Marcos 4:33-34).<o

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¿Qué son, entonces, las parábolas? Son alegorías que sirven para explicar una verdad en su magnitud ilimitada. ¿Y qué es una alegoría? Es una ficción en virtud de la cual una cosa representa o simboliza otra distinta. ¿Pero con base en qué se usan las alegorías? "Yehovah" mediante sus profetas enseñó a su pueblo muchas verdades que en su conjunto proyectan la magna realidad que atañe al hombre, porque en términos magnos quiere que "todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1a Timoteo 2:4), y ese propósito incluye a los gentiles creyentes en su calidad de "coherederos y copartícipes de la promesa" (Efesios 3:1-6; 17-19).<o

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Dios escogió el idioma hebreo y a los israelitas para hacer llegar esa Verdad a la humanidad (Mateo 28: 16-20/Juan 4:22). La historia demuestra que desde la partida de ‘Yeshúa’ (Jesús) al celeste, los judíos que lo rechazaron en su calidad de El Mesías prometido fueron orientados, en ausencia del Templo en Jerusalem y del Sanedrín,por el rabino Yochanan Ben Zakkay, inspirador del actual judaísmo a partir de las determinaciones tomadas en la ciudad judía de Jammia. Estos judíos se esforzaron por evitar que los judíos mesiánicos o ‘cristianos’ predicaran la ‘buena ‘nueva’ en Jerusalem y en Judea que incluía todas las revelaciones de lo Alto, pero a pesar de las dudas, de las tergiversaciones y de las acusaciones injustas, de los métodos para neutralizarlos, de los rechazos en sus variadas formas, los primeros ‘cristianos’ divulgaron la Verdad entre la judaidad de Jerusalem y de Judea, e igualmente en Samaria, siempre bajo el liderazgo de Santiago, el hermano de ‘Yeshúa’ (Jesús).<o

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Con la muerte de Santiago, el ‘hermano del Señor’, cruelmente asesinado por los escribas y fariseos, bajo la aprobación del sacerdote Anano (lo arrojaron desde el pináculo del Templo, y fue rematado, tras la caída, por el mazazo del batanero, luego de una confrontación mesiánica que perdieron y la cual tergiversaron para acusarlo de quebrantar la ley), los judíos mesiánicos se encontraron sin su líder y se vieron definitivamente expulsados de las sinagogas, hecho que acrecentó la emigración masiva del colectivo que abandonó Judá, Jerusalem y Samaria. De esa manera los judíos “meshijím” o “mesiánicos” (seguidores de El Mesías) llamados los de “El Camino", y posteriormente “jristianós” (“cristianos”), independientemente de la labor de los ‘apóstoles’ o ‘misioneros del Señor’, divulgaron también la ‘buena nueva’ o ‘evangelio’ a las naciones, hasta cuando el cristianismo gentil paulatinamente terminó separándolos de la “Iglesia” (en griego ‘ekklisia’). Los judíos ‘mesiánicos’ o ‘cristianos’ (término griego) se encontraron, entonces, fuera de la judaidad e igualmente por fuera del ámbito del llamado “cristianismo”. Siglos después, a partir de 1967, reaparecieron -también paulatinamente-, cuando Jerusalem fue tomada por las fuerzas de defensa de Israel y reconocida como la capital de la nación israelita.<o

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La revelación de los misterios o secretos de Dios, portada y administrada tanto por los ‘apóstoles’ como por el colectivo judío mesiánico o “cristiano” idóneo en la “Doctrina”, después de los días de la llamada "iglesia primitiva" fue perdiendo vigencia ante el ímpetu arrollador del cristianismo gentil enmarcado en el “catolicismo romano”.<o

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Desde entonces, doctrinas no ‘bíblicas’ han emanado tanto del seno del catolicismo como del cristianismo gentil, llamado el “protestantismo”, algunas de esas enseñanzas incluso niegan que todos los secretos de Dios fueron revelados y de esa manera desatienden las Escrituras de los apóstoles que consignan, por ejemplo, que en ese sentido a Yeshúa (Jesús) se le acercaron en alguna de las tantas ocasiones sus discípulos, quienes “le preguntaron: -¿Por qué les hablas por parábolas? 11Él, respondiendo, les dijo: "Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado... (Mt. 13.11; Mr. 4.11; Lc. 8.10).<o

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Al respecto el apóstol Pablo escribió: 25"Y al que puede fortaleceros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26pero se ha manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las naciones para que obedezcan a la fe, 27al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.. (Ro. 11.25; 16.25).<o

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6Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez en la fe....... 7Pero hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta que Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, 8la cual ninguno de los poderosos de este mundo conoció, porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria. 9Antes bien, como está escrito: «Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman».10Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios" (1Co. 2.6-10).<o

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1Por tanto, que los hombres nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. (1 Co. 4.1). Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito... (Ef. 1.9). "De ella fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, 26el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos. (Col. 1.26).<o

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Los secretos de Dios inician en el primer libro hebreo, llamado “Baráshit”...<o

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II<o

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Pero, ¿qué relata el "Baráshit" o Génesis?<o></o>

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Con el correr de los años se ha enseñado y así se ha creído que texto hebreo, el "Baráshit", considerado como fuente primaria, llamado según la voz griega el “Génesis”, trata del principio de la creación del universo infinito y de igual manera trata de la creación del planeta Tierra e incluso la de la humanidad, lo cual no coincide con lo que está consignado en las Escrituras genésicas hebreas.<o

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Pero obviamente que este estudio no se extenderá en comentarios sin sustentar la anterior exponencia a la luz de las Sagradas Escrituras, desde luego las hebreas. De esa manera este replanteamiento evitará ser tildado o acusado de insana doctrina. Bajo la perspectiva adecuada no será mas que un simple análisis que responderá con lo profetizado: “que los últimos serán los primeros” en el sentido de entender el contexto bíblico a plenitud, “porque nada quedará oculto entre cielo y tierra”, y es apenas comprensible que las generaciones próximas a los “últimos tiempos” entenderán los hechos bíblicos al amparo de los adelantos tecnológicos y arqueológicos, entre otras ayudas, que permitirán tal comprensión.<o

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Es, entonces, un compromiso de cada líder espiritual, llámese “mesiánico” o considérese “cristiano”, el conocer cada día más a fondo las Sagradas Escrituras, tanto las hebreas como las griegas, y de esa manera experimentar el poder del Dios de los israelitas. <o

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El apóstol lo requirió: "Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación" (San.3.1).<o

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III<o

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Baráshit<o></o>

Génesis<o

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Baráshit-(Génesis)1.1<o

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.`#r,a'(h' taeîw> ~yIm:ßV'h; taeî ~yhi_l{a/ ar'äB' tyviÞareB. <o

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El relato hebreo dice: "Baráshit tyviÞareB (en lo creado) bará Elohím ~yhi_l{a/ ar'äB' (creó Elohim) etta (esos) ha-shamaim ~yIm:ßV'h (los cielos) be-et taeîw> (y esa) ha-aretz.`#r,a'(h' (la Tierra)".<o></o>

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"En lo creado creó Elohím esos los cielos y esa la Tierra".<o></o>

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Para comparar tomemos como referencia la versión Reina-Valera, por ser la más utilizada, y encontramos que su traducción dice:<o

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"En el principio creó Dios los cielos y la tierra"<o

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Comparando la traducción literal del texto hebreo con la versión antes indicada, podemos observar que la versión, como suele suceder con otras, interpreta más no traduce fielmente lo consignado. Tal interpretación no es ajena a la realidad, pero para el caso las versiones no suelen transmitir exactamente la revelación divina depositada en el texto hebreo. <o

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Empecemos analizando la voz hebrea "BARÁSHIT"<o

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Es de esperar que los defensores de la interpretación popular, sustentados en la traducción “En el principio”, argumenten cuanto consideren apropiado para justificar su perspectiva y creencia, pero para descartar la polémica, si es posible, y continuar con el análisis vayamos a la construcción de fondo de la voz hebrea en cuestión, "Baráshit", que debe ser traducida fielmente, más no interpretarse, en conformidad con el propósito del Creador, quien fue el ordenador de su arreglo lingüístico. <o

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Este análisis debe “arrancar”, entonces, desde el significado del término "Baráshit", traducido del griego como el ‘En el principio’. Como vocablo hebreo tyviareB] se sustenta en el juego de tres palabras integradas: "bará" areB o crear, ‘be roshviareB ‘en cabeza’ y su terminal ‘it’ ty, que inclina la palabra hacia lo infinitivo. Estas tres voces hebreas, en su conjugación entrelazada, bien pueden colegir una traducción como ‘en la encabezadura’ o mejor ‘en el encabezamiento’ o “en lo creado”, por la voz inicial “crear”, bará, connotando en su significado integral una obra realizada en lo que ya estaba creado, es decir, que el texto revela una obra llevada a cabo en la creación ya existente y con el propósito de continuar con algo más después de un sagrado <YOM SHABBAT> o ‘intervalo’ (llamado <día>) de reposo’. <o

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El significado de “Barashit” como “En lo creado” será el eje de este análisis, el cual deja en entre dicho la interpretación popular que resalta hacia un supuesto "principio", en el orden del inicio o comienzo de la creación de la nada, tal como se ha venido aceptando a través de los tiempos. <o

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"En el principio" se dice en hebreo "batjalá", "beikarón" o ‘bamakor". <o></o>

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Con esa base, el primer versículo se debería traducir como "En lo creado creó Elohím esos los cielos y esa la Tierra", según reza en el texto hebreo, considerado como la fuente de las versiones del llamado “Antiguo Testamento”. <o></o>

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Antes de seguir ampliando este versículo iniciador o “genésico”, vamos al resto de la revelación. A luz del texto hebreo, el relato se está refiriendo a un acontecer donde resalta que en lo ya creado o con base en ese ‘encabezamiento’, Elohím creó enfáticamente a "esos los cielos" y a "esa la tierra", a los cuales resalta en su revelación, descartando así otros ‘cielos’ y otra tierra. Todo indica que sobre esa revelación está sustentado el relato bíblico y la razón de ser del mismo.<o

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La Escritura hebrea genésica está aclarando, entonces, lo que este análisis resaltará, que el texto hebreo está indicando, que en ese ‘encabezamiento’ revelado ya la creación existía desde la eternidad, tal como lo advierte el Predicador: 9 "¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará, pues nada hay nuevo debajo del sol. 10 ¿Acaso hay algo de que se pueda decir: «He aquí esto es nuevo»? Ya aconteció en los siglos que nos han precedido. 11No queda memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que ha de suceder quedará memoria en los que vengan después" (Ecl. 1. 9-11).<o

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¿Qué creó Elohím? Pues, creó ("bará") esos (“et”) los "hashamaim" (los "cielos") y esa (“et”) "La Tierra" ("Ha-aretz"). Observemos que el texto hebreo señala específicamente a ‘esos los cielos y a esa la Tierra’, los mismos que un día <dejarán de ser>.<o

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“Porque he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva. No habrá más memoria de las cosas primeras, ni vendrán más al pensamiento. (Isa.65.17).<o

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“Alzad vuestros ojos hacia los cielos, y mirad abajo hacia la tierra. Porque los cielos se desvanecerán como humo; la tierra se envejecerá como vestidura, y sus habitantes morirán como moscas. Pero mi salvación permanecerá para siempre, y mi justicia no perecerá.” (Isa.51.6).

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“Porque como permanecerán delante de mí los cielos nuevos y la tierra nueva que yo haré, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre, dice Yehovah.” (Isa. 66.22).<o

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“Pero el día del Señor vendrá como ladrón. Entonces los cielos pasarán con grande estruendo; los elementos, ardiendo, serán deshechos, y la tierra y las obras que están en ella serán consumidas” (2P3.10).<o></o>

<o> </o>

“Según las promesas de Dios esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia” (2P.3.13).<o></o>

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“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe más” (Ap 21:1)<o></o>

<o> </o>

“De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido”. (Mt. 5.18)<o></o>

<o> </o>

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero acerca de aquel día y hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles de los cielos, ni aun el Hijo, sino sólo el Padre” (Mt.24.35).<o></o>

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Para continuar con el análisis y en su momento retomar esta primera parte, es necesario insistir que en hebreo la Escritura está señalando, de manera precisa y determinante, a "esos los cielos" a los cuales hace referencia, y no a otros "cielos", indicándonos que existen “otros cielos”, y en ese mismo sentido la revelación genésica está especificando a "esa" la Tierra, indicándonos también que no se está refiriendo a otra “Tierra”, aunque, según las Escrituras consideradas como sagradas, existen “otras tierras” (Isa. 13.5/ Jn. 14.2)<o

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“Según las promesas de Dios esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia” (2P.3.13).<o></o>

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Baráshit-(Génesis) 1.2<o

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~Ah+t. ynEåP.-l[; %v,xoßw> Whboêw" ‘Whto’ ht'îy>h' #r,a'ªh'w><o

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Uio.,’e/`~yIM")h; ynEïP.-l[; tp,x,Þr;m. ~yhiêl{a/ x;Wråw><o

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"Y la Tierra #r,a'ªh'w> estaba ht'îy>h' en caos ‘Whto’ y en soledad Whboêw" y oscuridad %v,xoßw> (estaba) sobre la cara ynEåP.-l[; del “despeñadero” ~Ah+t y el espíritu / x;Wråw> de Elohím ~yhiêl{a/ revoloteaba tp,x,Þr;m sobre la cara ynEïP.-l[; de las aguas" /`~yIM")h.<o></o>

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"Y la Tierra estaba en caos y en soledad y oscuridad (estaba) sobre la cara del “despeñadero” y el espíritu de Elohím revoloteaba sobre la cara de las aguas".<o></o>

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Comparemos el relato hebreo con la versión en cuestión la cual registra: "Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas".<o

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Evaluando la información dada por la traducción, apreciamos primeramente que dicha versión -no hebrea- proyecta a la tierra "desordenada y vacía". De esa traducción sobresale la inquietud, ¿cómo puede estar un lugar "desordenado" y a la vez "vacío"? La lógica nos dice que en un lugar vacío no puede haber ni orden ni desorden, porque nada hay allí. ¡Esta vacío!<o

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A continuación analicemos la revelación en hebreo que nos dice en ese aparte: "Y la Tierra estaba en caos y en soledad...". Observemos que la fuente hebrea, inmediatamente después del primer versículo, nos proyecta de manera enfática, tajante y directa la situación en que ya en aquellos tiempos así se encontraba "esa la Tierra". Este planeta, en esos tiempos remotos, “estaba en caos y en soledad”. El relato genésico para nada se refiere a una tierra "desordenada y vacía", tampoco a la creación del planeta, sino a la situación en que ya se hallaba el planeta (“estaba en caos y en soledad ”). <o

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No es el objetivo de este replanteamiento analizar las razones de ese ‘caos y de esa soledad’, pero si insistir en que la Tierra ya existía y que por ciertas causas estaba en "caos y en soledad". En ese versículo, en lo absoluto está consignado algo, lo más mínimo, relacionado con la creación de la Tierra. <o

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En ese mismo aparte genésico bíblico tampoco existe el menor indicio relacionado con la creación "de esos los cielos", de esos "et ha shamaim". La fuente hebrea nada revela sobre la creación del universo. Aquí no hay cabida para una innecesaria polémica, tampoco para la interpretación, simplemente porque el relato hebreo inicia proyectándonos la situación en que ya se encontraba el planeta. <o

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El texto hebreo no se contradice, claramente explica que el planeta estaba en "caos y en soledad". Es decir, que por causa de ese "caos" toda la Tierra estaba en "soledad". ¿A qué "caos" y a qué tipo de "soledad" se refiere el texto hebreo?<o

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Continuando con el análisis, siempre basados en el relato hebreo, podemos observar que además de esa situación caótica que se experimentaba en la Tierra, acompañada de una extraña soledad, existía también una extraña "oscuridad".""<o

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Hasta ahora cuatro aspectos resalta la fuente hebrea: una Tierra que ya existía, que en esas eras estaba en una situación “caótica”, acompañada por una extraña “soledad”, y seguidamente, la existencia también de una ‘oscuridad’. <o

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A continuación analicemos el asunto de esa ‘oscuridad’. Usualmente se enseña que la Tierra, después de haber sido creada, se halló en tinieblas por la ausencia del astro sol. A este supuesto evento, la inexistencia de la estrella llamada el “sol”, se le agregan muchas especulaciones con base en que existían esas tinieblas, y la revelación hebrea al hablarnos de esa “oscuridad” nos enfatiza que ¡estaba únicamente “sobre la cara del “despeñadero”..."!<o></o>

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En otras palabras, esa "oscuridad" no cubría toda la Tierra, a menos que todo el planeta fuera un “despeñadero”. Para averiguarlo nos queda una sola alternativa: analizar qué es un ‘“despeñadero”’. Un “despeñadero”, dice el diccionario, ‘es una profundidad grande y peligrosa’. En ese orden, ¿era toda la Tierra ‘una profundidad grande y peligrosa’, un “despeñadero”? O en su defecto, ¿tenía "esa la tierra" un particular “despeñadero” que por razones desconocidas, en esos lejanos tiempos, resaltaba de manera especial, al punto que está incluido en la revelación bíblica? ¿A cuál “despeñadero” se refiere el relato genésico, y por qué es tan importante? <o

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No hay duda, el relato hebreo es claro, nos revela que existía esa extraña oscuridad o tinieblas, pero que dicha oscuridad -conforme lo advierte el relato hebreo- no cubría la totalidad de la Tierra, sino solamente la ‘cara’ de ese extraño ‘“despeñadero”’. Si esa "oscuridad" solamente estaba sobre la "cara" de ese extraño “despeñadero”, ¿qué sucedía con el resto del planeta? ¿Estaba iluminado? <o

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A la luz del relato hebreo es notorio que esta Tierra, en aquellos remotos tiempos, estuvo sumida en “un caos y en una soledad”. Que para esos mismos tiempos existía un “despeñadero”, cuya importancia sobresale porque tenía una “cara” y sobre ella estaba esa “oscuridad”. Esta revelación, insistimos, descarta que esa oscuridad cubría la totalidad de la Tierra, porque está bastante lejana la probabilidad de que el planeta, como tal, fuera un “despeñadero”. <o

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Ahora, sucedía también, revela la fuente hebrea, que "el espíritu de Elohím revoloteaba] sobre la cara de las aguas". La Escritura nos dice que allí estaba “el espíritu de Elohím”, pero que “revoloteaba” y lo hacía únicamente sobre otra “cara”, en este caso, “sobre la cara de las aguas”. Si existían esas “aguas” significa que la tierra no estaba ‘vacía”, pero ¿a cuáles "aguas" se refiere el texto y por qué son tan importantes? ¿Por qué “el espíritu de Elohím” solamente “revoloteaba” (“merajefet”) sobre la “cara” de esas “aguas” y no sobre la otra “cara”, la del ““despeñadero””, cubierta por esa “oscuridad”?<o

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Concluyendo con este aparte bíblico genésico, podemos concretar que los primeros dos versículos del Baráshitse limitan a revelarnos que en la creación existente Elohim creó en lo particular “esos los cielos y esa la Tierra” que resalta la Escritura hebrea, pero seguidamente la fuente nada habla sobre “esos los cielos” y en su lugar orienta su revelación en relatarnos la situación en la que ya se encontraba la Tierra. <o

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Algunas versiones bíblicas suelen contradecirse al exponer una traducción que nos proyecta una Tierra desordenada y a la vez vacía, cuando en un vacío no puede haber orden ni desorden y mucho menos unas aguas. Al respecto las polémicas pueden suscitarse por esas versiones, pero no por la fuente hebrea.<o

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De "esos los cielos" ni una palabra. Por ahora, nada indica que el relato hebreo se haya referido a la creación del universo y tampoco a la creación de la Tierra.<o

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Baráshit -(Génesis)1.3<o

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`rAa*-yhiy>w

rAa= yhiäy> ~yhiÞl{a/ rm,aYOðw:<o

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"Y dijo Elohím rm,aYOðw: sea la luz rAa= yhiäy> y fue la luz rAa*-yhiy>w

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"Y dijo Elohím sea la luz; y fue la luz"<o></o>

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El manuscrito hebreo aclara que con base en esa situación en que se encontraba la tierra, Elohím decidió y ordenó la aparición de una luz. ¿Era la luz solar? Usualmente se enseña que toda la tierra estaba en tinieblas y por ello Dios creó el sol, pero esta creencia no coincide con lo aclarado en el segundo versículo, que "la oscuridad estaba sobre la faz del despeñadero" o en otras palabras, que esa “oscuridad” no estaba sobre la totalidad de la Tierra. Tal tradicional creencia tampoco coincide con lo aclarado en el "día", ("iom”)cuarto, donde el relato bíblico parece que habla de la aparición del concierto de las luminarias, la ‘mayor’ y la ‘menor’, e incluso de las estrellas (Baráshit-Genesis 1:14-19). Es decir, que tres "días" después de este “día” que analizamos, el de la “luz” ordenada por Elohím, fue que aparecieron las “luminarias” a las cuales se refiere el ‘día cuarto’. Entonces, si no era la luz solar, ¿qué luz apareció en ese primer ‘día"?<o

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Por orden de Elohím, apareció esa "luz". ¿Con qué objetivo se hizo presente esa “luz” si la “oscuridad” cubría solamente la "cara" de ese “despeñadero” y no la totalidad del planeta?<o

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Baráshit -(Génesis)1.4<o

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`%v,xo)h; !ybeîW rAaàh' !yBeî ~yhiêl{a/ lDeäb.Y:w: bAj+-yKi rAaàh'-ta, ~yhi²l{a/ ar.Y:ôw:<o

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>

“Y vio Elohím ~yhi²l{a ar.Y:ôw: esa la luz rAaàh'-ta que era buena bAj+-yKi, y diferenció lDeäb.Y:w: Elohím ~yhiêl{a/ entre !yBeî la luz rAaàh' y entre !ybeîW la oscuridad” %v,xo)h;<o

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“Y vio Elohím esa la luz,que era buena<o></o>

y diferenció Elohím<o></o>

entre la luz; y entre la oscuridad”<o></o>

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"Y vio Dios que la luz era buena y separó Dios la luz de las tinieblas", dice la versión. Según esa traducción, el objetivo de Dios, al ordenar que apareciera la luz, fue la de “separarla” de las tinieblas, una vez apreció su excelente calidad, “que era buena”. ¿Tiene eso algún sentido? Es decir, que las tinieblas, siguieron existiendo, sobre la "faz" de ese abismo, porque Dios se limitó, siempre según la versión, a separar esa luz de las tinieblas. De acuerdo a la traducción, esa “luz”, entonces, apareció solamente para estar “separada” de las “tinieblas”. <o

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Conforme a la perspectiva de la versión, las tinieblas continuaron cubriendo exclusivamente al abismo porque "Dios” -solamente- “separó la luz de las tinieblas", como si esa luz haya estado mezclada con las tinieblas. <o

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Al respecto, ¿qué dice la Escritura fuente? El texto hebreo aclara que "Y vio Elohím que esa la luz que era buena y diferenció Elohim entre la luz y entre la oscuridad"<o></o>

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Acorde con la escritura hebrea, Elohím "vio" que esa luz evidentemente era "buena". Paso seguido, Elohím “diferenció”. Pero, ¿qué “diferenció”? El texto lo aclara: "entre la luz y entre la oscuridad. ¿Y qué, exactamente, “diferenció” Dios entre estos dos aspectos? <o

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Baráshit -(Génesis)1.5<o

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`dx'(a, ~Ayð rq,boß-yhiy>w

br,[,î-yhiy>w

hl'y>l"+ ar'q"å %v,xoßl;w> ~Ayë ‘rAal' ~yhiÛl{a/ ar'’q.YIw: <o

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> </o

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"Y llamó Elohím ~yhiÛl{a/ ar'’q.YIw: a la luz rAal' Día ~Ayë ‘y a las tinieblaså %v,xoßl;w> llamó ar'q Noche hl'y>l"+ Y fue yhiy>w

"tarde br,[,î- y fue yhiy>w

mañana rq,boß día ~Ayð uno `dx'(a,<o

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"Y llamó Elohím a la luz Día <o></o>

y a la oscuridad llamó Noche. <o></o>

Y fue tarde y fue mañana día uno".<o></o>

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La creencia popular asevera que con la aparición del astro sol Dios hizo el día. Pero el relato bíblico hebreo no dice eso. Ahí dice muy claramente que Elohím a esa la luz "que vio buena", a la que “diferenció” de la “oscuridad”, la llamó, la identificó, le puso un nombre, en hebreo ‘íom’ (intervalo), en español DIA, y no por causa del astro sol, porque, primeramente, aún no había llegado el ‘día cuarto’, cuando aparecieron las “luminarias”, entre estas, la “luminaria mayor”, el astro sol, según parece, y seguidamente, porque se trató de un simple cambio de identificación. <o

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Esa “oscuridad” ya existía antes que Elohím ordenara que apareciera “esa la luz que era buena”. A esa “oscuridad” la llamó "NOCHE". La “noche”, entonces, no procede de la luna, sino de la “oscuridad” que existía antes que apareciera la luz, llamada “día”. Pero la “luminaria menor” habría aparecido el “día cuarto”. Además, la luna no es una “luminaria”, porque no produce luz, solamente la refleja. Tenemos, pues, que ni el ‘día’ ni la ‘noche’ procedieron del astro sol ni de la luna, respectivamente. Resultado: "Y fue la tarde y fue la mañana día uno". <o></o>

<o> </o>

La llamada “noche”, siendo la misma “oscuridad”, no cubría la totalidad del planeta Tierra. Es decir, que esa ‘noche’ no estaba en todo el planeta, sino solamente sobre la ‘cara’ del “despeñadero”. Pero, ¿qué del "Día", de esa luz que vió Elohím que era buena? Si la oscuridad, ahora llamada NOCHE, solamente cubría la ‘cara’ del “despeñadero”, y si la Tierra no era un “despeñadero”, entonces, la luz, ahora llamada “día” cubría el resto del planeta excepto la ‘cara’ de ese “despeñadero”, de tal manera que existió la "noche" exclusivamente en ese perímetro limitado por la "oscuridad". En otras palabras, la "noche" se limitó al área del “despeñadero”. Por su parte, "la luz que era buena" siguió actuando sobre el resto de la Tierra, si se acepta o se considera que toda la tierra no era un “despeñadero”.<o

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Resumiendo, las Escrituras dicen, entonces, que Elohím, después que “vió que la luz era buena" la identificó con el nombre "día", e igualmente identificó a la "oscuridad" con el nombre "noche".¡Simples cambios de nombres!<o

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De la diferenciación “entre la luz y la oscuridad”, resultaron dos nuevos aspectos: la "tarde" y la "mañana". Es decir, que esos aspectos no formaban parte del “despeñadero”, cubierto por la “oscuridad”, llamado posteriormente la "noche". Al darse ambos aspectos nació un período llamado o identificado como "el día uno". Si la palabra "luz" significa "día", estaríamos ante la "luz primera". Entonces, esa luz o ese día, nada tiene que ver con el astro sol, como tampoco la “oscuridad”, llamada ahora la "noche", nada tiene que ver con la luna.<o

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"Y llamó Elohím a la luz Día<o></o>

y a la oscuridad llamó Noche.<o></o>

Y fue tarde y fue mañana día uno".<o></o>

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Podemos concluir que esa “luz” (“que era buena”) no procede del astro sol, porque, repetimos, esa “luminaria mayor” habría aparecido “tres días” después. En ese mismo orden, el “día” no procede de la estrella mediana llamada el sol, porque esa voz -“día”- fue el nombre mediante el cual Elohím identificó a esa “luz”, solo después de haber “diferenciado entre la luz y entre la oscuridad”. <o

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Breve resumen<o></o>

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Pasemos rápida y brevemente del "día uno" al último "día", el "séptimo", con el fin de corroborar parte del análisis anterior.<o

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Baráshit (Génesis) 2:2-3 en el texto hebreo dice: "Beiejol Elohím (Y terminó Elohím) beiom (el día) hashivii (el séptimo) melaajto (su obra) asher (tal cual) azá (hizo) beishbot (y reposó) beiom (el día) hashevii (el séptimo) mikol (de toda) melaajto (su obra) asher (tal cual) azá (hizo). Be-ibraja Elohím (Y bendijo Elohím) et iom (ese día) hashevii (el séptimo) beikadesh (y lo bendijo) oto (a él) ki (porque) bo (en él) shabat (reposa) mikol (de toda) melajto (su obra) asher (tal cual) bara Elohím (creó Elohím) laazot (para hacer)".<o

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“Y terminó Elohím en el día el séptimo la obra tal como la hizo, y reposó en el día el séptimo de toda su obra tal como la hizo. 3Y bendijo Elohím ese día el séptimo y lo santificó, porque en él reposa de toda su obra tal como la creó Elohím para hacer” (Traducción literal del hebreo). <o></o>

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Es preciso observar que la mayoría de las versiones no se ponen de acuerdo en esta traducción. Para el caso que analizamos sigamos utilizando la versión más usada en español, "Reina-Valera", la cual traduce que Dios "descansó de toda la obra que había hecho en la creación". Acorde con esa traducción, ¿dónde hizo Dios esa obra? Ahí lo dice la versión: ¡En la creación! <o></o>

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Aunque la traducción no es exacta tampoco alcanza alterar de fondo el mensaje bíblico porque de todas maneras ratifica que el reposo de Dios se basó, como lo consigna evidentemente el texto hebreo, en la obra que había hecho Elohím, y según la versión esa obra Dios la hizo... en la creación... que desde luego, a la luz de las sagradas escrituras hebreas, ... ¡siempre ha existido! (Ecl.1.4-10; 3.10-15).<o

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En otras palabras, y a título de ejemplo, según esa traducción Dios descansó de la "obra" hecha en el "terreno". O sea que el terreno ya existía y el descanso de Elohím se basa específicamente por la terminación de una "obra" hecha "en ese terreno". La versión "Reina-Valera" no consigna que Dios reposó por haber creado la creación, sino por haber terminado específicamente esa obra... en un lugar especifico, en este caso en la creación.Esa versión da por sentado que ya existía la creación.<o

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Por su parte, otra versión, la de Ediciones Paulinas traduce: "Dios dio por terminada su obra el séptimo día y en este día cesó de toda obra que había hecho. Dios bendijo este día y lo santificó porque en él había cesado de toda obra de su actividad creadora". Esta versión también insiste en que Dios dio por terminada una obra en ese día y ese día Dios lo santificó porque finalizó esa obra "que había hecho". Tampoco dice que Dios finalizó la creación ese día al cual santificó.<o

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La versión "Biblioteca de Autores Cristianos" (BAC) dice: "Y rematada en el día sexto toda la obra que había hecho, descansó Dios el séptimo día de cuanto hiciera: y bendijo al séptimo día y lo santificó porque en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho". Esa versión ratifica que Dios "remató" en ese día, el sexto, toda esa obra que había "creado y hecho". Las otras versiones coinciden con el hebreo respecto de que Dios terminó su obra el séptimo día y esta versión dice que fue el sexto.<o

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Otra versión, la "Living Bibles International" traduce: "Al séptimo día, después de terminar la obra en que estaba ocupado, Dios cesó en su tarea. Y bendijo el séptimo día y lo instituyó como día santo, porque era el día en que había terminado su obra de creación".<o

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Las variadas "versiones" y las frecuentes "revisiones", siempre diferentes entre las editoras bíblicas, aunque contrastan con la fuente considerada como la original, que en hebreo no varía a pesar del tiempo, enfatizan que Dios reposó por la terminación de una obra y en sus traducciones no dicen que Dios terminó ese día la creación. De todas maneras, el texto hebreo allí está vigente y sin sufrir "revisiones" por parte de los eruditos hebreos. Los judíos no lo alteran, lo conservan intacto básicamente por temor a YHVH, nombre que temen pronunciarlo erróneamente y en su lugar llaman a Dios "Adonai", palabra que significa Mi Señor, refiriéndose al Altísimo. La palabra "Adonai" usualmente no es diferenciada por las versiones con la otra voz, "Adoni", que también significa “mi Señor”, y se aplica a las personas, porque esa palabra en hebreo se escribe lo mismo.<o

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Del texto hebreo se desprende, entonces, que Elohím terminó en el día, el séptimo, esa obra que hizo y descansó ese día, el séptimo, de toda esa obra que hizo... para seguir haciendo!<o></o>

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La última palabra del versículo hebreo es concisa, dice "la-azot", o sea que en hebreo está escrito el verbo y la misión "para hacer", vocablo que no se origina de la raíz "bará" que significa ‘crear’, sino ‘hacer’, pero en lo creado. Para nada aparece la palabra "creación" que se dice "yetzirá".<o

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Es imprescindible tener en cuenta que Elohím dio a conocer esa verdad mediante las precisas palabras consignadas en el idioma que escogió, en este caso el hebreo. En síntesis, las Escrituras revelan que Elohím "hizo" una obra la cual terminó después de siete intervalos de tiempo llamados <YOMIM> (traducidos como "días"). <o

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El texto hebreo no asegura que Dios terminó el día séptimo la creación y tampoco la Tierra. Enfáticamente está escrito que Elohím terminó una obra que "hizo" con un propósito, el de seguir haciendo: Del hebreo se traduce exactamente: "Y Elohím bendijo ese día y lo santificó porque en él descansa de toda su obra que creó Elohím para hacer".<o></o>

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En resumidas cuentas, en el día, "el séptimo", Elohím reposó y reposa de toda la obra que creó con el propósito de hacer algo más (Juan 5:17). En ninguna parte está escrito que terminó al séptimo día de hacer la creación universal, insondable e infinita. Definitivamente, se insiste en que Elohím terminó una "obra", sin referirse a la creación.<o

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Félix Guttmann Van Katz<o

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efgi2003 · 25 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

Pido me perdonen por el error del envio dos veces. Gracias. Shalom, FGuttmann

siviembre · 26 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

Pensé que la pregunta era mucho más sencilla pero viendo las respuestas observo que tenía más intríngulis del que creía. Ahora veo que mi aportación inicial se queda un poco cortita. Discúlpenme.

De todos modos a alguien le puede servir, ya que:
«Dios hizo sencillo al hombre, pero él se complicó con muchas razones» (Ecl 7,29).

efgi2003 · 30 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

Ecl. 7.29 esta traducido por RV60: "He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.", no habla del hombre sencillo complicándose las cosas, aunque si asi fuera la traduccion, parece complicada esta respuesta: "Bueno, pues hasta donde yo sé, las estrellas realizan en ellas una serie de reacciones químicas que desprenden luz, es decir fotones. No es necesario que existieran estrellas para hubiera luz en el universo, de hecho el orden es de lo más lógico puesto que el concepto fotón debía existir ya, junto con la materia (tinieblas) y pudo ser generado en el mismo big bang, si aceptamos esa teoría o por cualquier otro modo.".

La sencillez del hombre tiene que ver con su repònsabilidad de conocer la verdad depositada en las Escrituras, y tener en cuenta que Dios se "complicó" a través de los tiempos para hacerle saber al hombre la complicada verdad.

Efgi

siviembre · 30 Marzo 2004

Re: Genesis y la luz

Gracias EFGI2003 por tu aclaración sobre la traducción de la cita del Eclesiastés, la recité de memoria seguro que de una versión diferente.

He de reconocer que la sencillez siempre ha sido un aspecto de la vida que me ha atraído, precisamente por lo complicado de mi propia persona. Y generalmente relaciono la sencillez con liberar la mente y a la persona misma de todo lo que le pueda entorpecer en su camino para descubrir la voluntad de Dios en cada uno.

Así cuando dije que mi primera aportación fue sencilla me refería a corta, directa, sin estar rodeada de aspectos circunstanciales, para resolver una pregunta que pensaba iba en otra dirección. Sencilla para un tipo de persona como yo, porque las otras respuestas no me ayudan a descubrir la voluntad de Dios en mi vida. Aunque seguro que a otras personas sí, eso no lo puedo discutir.

Bendito sea el Señor, y alabado por siempre.