'FUNDAMENTALISMO' DE NUESTRA FE:
La locura de la predicación.
“... Cuando el hombre se convierte a un Cristiano, este sigue susceptible a su orgullo de deslizarse en asumir que no hay razón o sabiduría en meramente tomar las Palabras de su Creador literalmente; en cambio, son aptos todavía de demandar que a su propio razonamiento se le permita hacer su evaluación independiente de decir qué Dios dijo y el tener la última palabra en decidir si es creíble o no. Esto es tan real y tan errado lapso moral como cualquier otro, aunque no se vea a menudo así; y la tentación a lo mismo es fuerte e insidiosa. Al uno sucumbir y tener una recaída de algún grado al hábito pecaminoso mental, es uno instantáneamente atraído a la conclusión que los Cristianos que continúan basando su pensamiento en un pensamiento de fe incuestionable en lo que Dios dijo es un razonamiento encadenado y un pensamiento libre sofocante. Sin lugar a dudas la Serpiente le hubiese dicho algo semejante, si esta le hubiese preguntado.
Tomado de: Packer, “Fundamentalismo” y la Palabra de Dios (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1958), pag. 139–140.
No podemos esperar que todo acerca de la voluntad y senda de un Ser que es infinitamente mucho más grande que nosotros, nos vaya fácilmente a caber en nuestros conceptos horribles y manchados de pecado, cómo las cosas deben de ser. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9). Es "razonable" creer que nuestros razonamientos tienen sus límites y es muy razonable el confiar en Dios, quien ampliamente nos ha demostrado cuán digno de confianza es, a través de los anales de la historia.
A aquellos que persisten en cuestionar la justicia de Dios en cosas que ellos no son capaces de comprender, el Apóstol Pablo dice: “...oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?” (Romanos 9:20). Si el apóstol estuviese contestando a tal hombre, le hubiese dado una simple y condensada explicación apologética acerca del porqué Dios encontró falta en Faraón, pero Pablo vio la necesidad de aclarar las cosas. No tenemos que entender todas las razones de Dios en hacer todo lo que hace para que nosotros le obedezcamos. Cuando el razonamiento insiste en ser soberano, aún en la cara de Dios, este se comporta irrazonable. Su inmenso valor es invalidado y se convierte en un agente de auto-destrucción: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” 1 Corintios 1:21
Tengamos cuidado... "NADIE puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo."
En Cristo...
La locura de la predicación.
“Fue precisamente porque el hombre le dio la bienvenida a la posibilidad de hacerse la medida y el juez de todas las cosas, que entró el pecado al mundo por primera vez. “El día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal,” afirmó la Serpiente. Era como si esta le estuviese diciendo: “Ya no necesitarás depender más en lo que Dios escoja decirte; de ahora en adelante ustedes pueden razonar todo lo relacionado con el bien y el mal y ser amos de su propio juicio, en la base de vuestras propias experiencias; tendréis un razonamiento propio por primera vez.” “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió,” y Adán con ella. Fue entonces, que el hombre aceptó el seguir la sabiduría al construir una interpretación privada de la vida de los recursos y razonamientos de su juicio independiente. Este buscó auto-suficiencia intelectual, la habilidad de resolver los problemas de la vida sin referencia a la Palabra Sagrada de Dios. Este dio la espalda a la manera de adquirir sabiduría al hacer las declaraciones de Dios el criterio de su propio juicio; ciertamente, este aceptó la seguridad de la Serpiente que la sabiduría no se puede adquirir de esa manera. Este tenía la audacia para dudar la Palabra de Dios. Orgullo y particularmente el orgullo intelectual, era así la raíz de su pecado...Meditación Bíblica:
1 Corintios 3: 11-23:
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos. Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro: sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.
“... Cuando el hombre se convierte a un Cristiano, este sigue susceptible a su orgullo de deslizarse en asumir que no hay razón o sabiduría en meramente tomar las Palabras de su Creador literalmente; en cambio, son aptos todavía de demandar que a su propio razonamiento se le permita hacer su evaluación independiente de decir qué Dios dijo y el tener la última palabra en decidir si es creíble o no. Esto es tan real y tan errado lapso moral como cualquier otro, aunque no se vea a menudo así; y la tentación a lo mismo es fuerte e insidiosa. Al uno sucumbir y tener una recaída de algún grado al hábito pecaminoso mental, es uno instantáneamente atraído a la conclusión que los Cristianos que continúan basando su pensamiento en un pensamiento de fe incuestionable en lo que Dios dijo es un razonamiento encadenado y un pensamiento libre sofocante. Sin lugar a dudas la Serpiente le hubiese dicho algo semejante, si esta le hubiese preguntado.
Tomado de: Packer, “Fundamentalismo” y la Palabra de Dios (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1958), pag. 139–140.
No podemos esperar que todo acerca de la voluntad y senda de un Ser que es infinitamente mucho más grande que nosotros, nos vaya fácilmente a caber en nuestros conceptos horribles y manchados de pecado, cómo las cosas deben de ser. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9). Es "razonable" creer que nuestros razonamientos tienen sus límites y es muy razonable el confiar en Dios, quien ampliamente nos ha demostrado cuán digno de confianza es, a través de los anales de la historia.
A aquellos que persisten en cuestionar la justicia de Dios en cosas que ellos no son capaces de comprender, el Apóstol Pablo dice: “...oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?” (Romanos 9:20). Si el apóstol estuviese contestando a tal hombre, le hubiese dado una simple y condensada explicación apologética acerca del porqué Dios encontró falta en Faraón, pero Pablo vio la necesidad de aclarar las cosas. No tenemos que entender todas las razones de Dios en hacer todo lo que hace para que nosotros le obedezcamos. Cuando el razonamiento insiste en ser soberano, aún en la cara de Dios, este se comporta irrazonable. Su inmenso valor es invalidado y se convierte en un agente de auto-destrucción: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” 1 Corintios 1:21
Tengamos cuidado... "NADIE puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo."
En Cristo...