No sabes qué decir al Señor en la oración. No te acuerdas de nada, y, sin embargo, querrías consultarle muchas cosas. -Mira: toma algunas notas durante el día de las cuestiones que desees considerar en la presencia de Dios. Y ve con esa nota luego a orar.
Me has escrito: "orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?" -¿De qué? De El, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias..., flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio. -En dos palabras: conocerle y conocerte: " ¡tratarse!"
Que no sabes orar? -Ponte en la presencia de Dios, y en cuanto comiences a decir: "Señor, que no sé hacer oración!...", está seguro de que has empezado a hacerla.