En diversas sectas evangelistas existe una expectación sobre la llegada del fin del mundo dentro del contexto de una segunda venida de Cristo, una expectación que ha sido bautizada con el nombre de "fiebre apocalíptica".
Y se sirven instrumentalmente de la Biblia como un arsenal de demostraciones con el que certificar la validad de sus propias ideas religiosas y aun políticas sobre el futuro. Tras esta forma de proceder se esconde el convencimiento de que los textos apocalípticos fueron escritos casi exclusivamente con miras a nuestro tiempo.
Sin embargo, con lo que los textos apocalípticos de la Biblia guardan relación es con la época respectiva en que vieron la luz. Lo que quieren es dar a conocer la palabra y la voluntad de Dios a los fieles de su época, y para ello se sirven del lenguaje, las imágenes y los símbolos de su tiempo, los cuales se han vuelto hoy en gran medida extraños para nosotros.
Pero lo que importa en estas ideas es que no tienen nada de cristianas. Contraponen radicalmente la primera venida "en humildad" de Cristo con la segunda venida "con gloria". En realidad, la primera es más bien observada como un deplorable "accidente de trabajo", que el retorno de Cristo al final de los tiempos se encargará de reparar haciendo intervenir en juego todos los recursos de un poder militar-eclesial. Lo que por desgracia no consiguió Jesús en su primera venida mediante el amor, habrá de obtenerlo con tanta más seguridad al final de los tiempos mediante la violencia: es decir, ser reconocido por todo el planeta como el Señor de la historia. Todo esto se halla en directa contradicción con lo anunciado por Jesús y la Iglesia primitiva.
Y se sirven instrumentalmente de la Biblia como un arsenal de demostraciones con el que certificar la validad de sus propias ideas religiosas y aun políticas sobre el futuro. Tras esta forma de proceder se esconde el convencimiento de que los textos apocalípticos fueron escritos casi exclusivamente con miras a nuestro tiempo.
Sin embargo, con lo que los textos apocalípticos de la Biblia guardan relación es con la época respectiva en que vieron la luz. Lo que quieren es dar a conocer la palabra y la voluntad de Dios a los fieles de su época, y para ello se sirven del lenguaje, las imágenes y los símbolos de su tiempo, los cuales se han vuelto hoy en gran medida extraños para nosotros.
Pero lo que importa en estas ideas es que no tienen nada de cristianas. Contraponen radicalmente la primera venida "en humildad" de Cristo con la segunda venida "con gloria". En realidad, la primera es más bien observada como un deplorable "accidente de trabajo", que el retorno de Cristo al final de los tiempos se encargará de reparar haciendo intervenir en juego todos los recursos de un poder militar-eclesial. Lo que por desgracia no consiguió Jesús en su primera venida mediante el amor, habrá de obtenerlo con tanta más seguridad al final de los tiempos mediante la violencia: es decir, ser reconocido por todo el planeta como el Señor de la historia. Todo esto se halla en directa contradicción con lo anunciado por Jesús y la Iglesia primitiva.