No confundas Palabra con Escritura porfavor... la Palabra, el Verbo, es Dios. La Escritura, no es Dios, sólo da testimonio de la verdad depositada en la Iglesia (1 Timoteo 3, 15).
Jesucristo estableció su Iglesia, no sobre una Biblia, sino sobre sus apóstoles (Mt 16, 18; Ef 2, 20). A ellos les dió el encargo de sostener en la fe a sus hermanos (Jn 21, 15), no a la Biblia.
El Señor dijo que cuando existieran diferencias entre nosotros acudiéramos a la Iglesia (Mt 18, 17), no a la Biblia, y de hecho quien no escuche a la Iglesia, debemos considerarlo pagano.
Claro que la Iglesia es testimonio vivo de la Verdad, por eso la Escritura nació de ella, porque en ella, la Iglesia, el Espíritu Santo nos recuerda todas las cosas (Jn 14, 26). Es este mismo Espíritu, quien actúa en la Iglesia a través de los diferentes ministerios pastorales (Ef 4, 11), se necesita de la Iglesia para enriquecernos de la Escritura.
Por eso hay que someternos a la Iglesia, a sus pastores (Hb 13, 17), porque sin este sometimiento a la dirigencia eclesial (Hch 20, 28) terminaremos como ovejas perdias, interpretando con nuestra inteligencia, cosas que sólo competen al ministerio apostólico (2 Pe 1, 20; 3, 16).
Un saludo en Cristo.