EXPLICO MI FE EN LA VIRGINIDAD DE MARÍA

Inicio – Presentación explicativa

He resuelto “hablar” de este tema, a efectos de realizar una breve explicación de lo que menciono en el título que elegí para el mismo, y les diré que lo hago ya que como lo mencioné en otros epígrafes que coloqué en este mismo Foro, desde hace ya tiempo considero necesario intentar que los cristianos tratemos de buscar mecanismos que nos permitan ir “puliendo” las diferencias que existen entre nosotros, y como a lo largo de los años he podido advertir que muchos hermanos pertenecientes a las Iglesias Reformadas expresan un interés muy marcado en “señalar los errores” que tendríamos los católicos (aun cuando —y quiero aclarar esto muy especialmente— para mí eso no es “tan” importante, ya que no es lo que al Buen Padre Celestial le interesa) he resuelto escribir algunas líneas con el simple y único objeto de aclarar algunos puntos de mi fe, motivo por el cual iniciaré esa explicación con este tema que me parece puede resultar interesante.

Dejo señalado al respecto que para hacerlo colocaré cuatro textos no tal largos, el primero de ellos a continuación, y los otros tres en días sucesivos, y lo haré de esa forma tanto con el objeto de intentar que no resulte tan difícil de leer, como para permitir que si alguien desea alguna explicación sobre lo que iré mencionando, cuente con la posibilidad de solicitarla.

Bueno, estimo que como “presentación” de lo que realizaré es suficiente, motivo por el cual me despido con el tradicional saludo y deseo del MARANA-THA

Mario
 

JESÚS DE NAZARETH – EL ÚNICO HIJO DE MARÍA



LA MUJER Y EL TRABAJO

Si leemos cualquiera de los Libros que componen la Biblia, nos resultará bastante difícil encontrar algún pasaje que cite a mujeres realizando trabajos remunerados.

Sin pretender negar la existencia de otros, debo decir que he encontrado uno sólo, y está referido a una tarea de tipo doméstica (Tb.2,11-12).

Obviamente al mencionar esa situación, descarto a la prostitución como una "actividad remunerada" (aun cuando se la suele denominar "la profesión más antigua del mundo") dado que, con referencia a dicha "tarea" podemos hallar diversos textos[1].

En cambio nos resultará muy simple ubicar fragmentos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, que hacen referencia a los varones como obreros, jornaleros, cosechadores, pastores, albañiles, trabajadores, artesanos, viñateros, escribas, orfebres, capataces, perfumistas y otras diversas expresiones, con las cuales se señala a los representantes del sexo masculino desempeñando actividades por las que, seguramente, percibían una compensación económica que era el elemento que les permitía satisfacer las necesidades, tanto personales como de su familia.

Es decir, parecería que según la Biblia estaríamos autorizados a denominar a las integrantes del sexo femenino, como "las holgazanas de la antigüedad"[2].

En realidad esa situación no era patrimonio exclusivo de las mujeres del pueblo hebreo, sino que podemos observarlo en todo grupo humano de antaño, conforme resulta fácil corroborarlo en cualquier libro de historia o textos antiguos, sean éstos de carácter religioso o laico.

En efecto, es bien sabido que la mujer irrumpe en el mundo laboral de las "actividades remuneradas" recién en la primera mitad del Siglo XX, y lo hace a raíz de la prolongación de las guerras mundiales, lo cual transformó en imprescindible que los puestos de trabajo, vacantes por la concurrencia de los hombres al frente de batalla, fuesen cubiertos por ellas.

Si bien no voy a ingresar en un análisis de los motivos por los cuales antiguamente las mujeres no trabajaban en "forma remunerada", considero probable que el elemento fundamental de tal situación haya sido de carácter eminentemente económico.

En efecto, las actividades laborales pagas de aquellas épocas requerían un esfuerzo físico considerable, realizado “de sol a sol” durante prácticamente todos los días del año, situación que las mujeres, no sólo por su estructura física, sino también por estar sujetas a las contingencias del embarazo, amamantamiento y crianza de los niños no podían realizar.

En ese sentido debemos recordar, que el mecanismo de feriados, vacaciones, jornada laboral con horario limitado, etc., provienen de regulaciones legislativas sumamente modernas en la historia de la humanidad.

Por consiguiente, los eventuales patrones difícilmente aceptarían "malgastar" un salario completo, por un desempeño laboral que no le "rindiese" lo que por ese entonces era considerado “adecuado”.

Pienso que resulta bastante ilustrativo al respecto la idea que surge del Libro de Rut, donde se menciona con evidente admiración la fortaleza de la misma soportando tantas horas de labor (Rt.2,7).

No debemos olvidar en ese sentido, que prácticamente las únicas tareas existentes antaño eran las derivadas del área agrícola, las cuales son realmente "duras" y poco propensas a ser realizadas por mujeres.

Es por tal motivo que hasta el día de hoy se mantienen casi en exclusividad para el sector masculino, y eso sucede pese a que actualmente existen algunas, como por ejemplo las que se realizan con las modernas cosechadoras y tractores, que demandan un menor esfuerzo físico.

En efecto, en nuestros días las tareas de roturación de la tierra, recolección de cereales y otros frutos, etc., se realizan con bastante comodidad mediante el uso de esas herramientas agrícolas, en lugar de tener que lidian con bueyes o caballos, ni llevar en línea recta el surco que abre el arado a pura fuerza de los brazos, como era necesario hacer hasta hace pocos años.

Obviamente para cubrir esas rudas labores, resulta inimaginable que en aquel entonces alguien abonase un "salario habitual" a una mujer, la cual, además de tener bastante dificultad para poder hacerlo en momentos de su vida a los que, por llamarlos de algún modo, calificaría de "normales", al quedar embarazada o amamantando hijos se vería completamente impedida de realizarlas.

Sin duda, si volvemos a analizar lo que sucede en la actualidad, seguramente coincidiremos en afirmar que algunas de las tareas que se cumplen normalmente en el campo podrían ser hoy perfectamente efectuadas por mujeres, como por ejemplo conducir las citadas y cómodas maquinarias, recorrer a caballo el campo verificando el estado de los alambrados y animales, etc.

Pero aun así, difícilmente podamos encontrar algún propietario o administrador de un establecimiento rural que acepte contratar a una representante del "bello sexo", ya que, además de las dificultades que en la soledad del campo su proximidad con los hombre puede acarrear, se negaría a abonarle un "salario común" (que, dicho sea de paso, es de los más bajos que existen) puesto que sabe que muchas otras labores, que también se deben cumplir, comúnmente una mujer no las va a poder efectuar, dado que continúan requiriendo una fuerza física superior a la que tienen normalmente.

Como ejemplo al respecto basta el señalar, la que es necesario poseer para trabajar con el alambre de "alta resistencia", conocido generalmente como "acerado", el cual se utiliza para separar los campos, o los distintos potreros que existen en ellos, pues poseen la capacidad de contener la embestida de los animales.

Es seguramente por ese motivo, por la gran potencia física que tiene en sus manos nuestros paisanos (los de "los dedos gruesos", como los llaman sus patrones, quienes a su vez son denominados por ellos como "los ricos") que conservan por "sana costumbre" el no apretar la mano cuando saludan, sobre todo cuando lo hacen con las mujeres, ya que desde chicos, y tal vez de una forma inconsciente, les inculcan esa actitud.

Si no tuviesen dicha precaución, tengan la seguridad de que a cualquiera de nosotros, que no estamos habituados a esos duros quehaceres, sin dificultad alguna, y por supuesto involuntariamente, al estrechar nuestra diestra la convertirían en un lamentable amasijo de carne y huesos magullados.

Por consiguiente, y más allá de lo anecdótico que puedan parecerles algunos de los párrafos anteriores, creo que no existirá mayor dificultad en dar por aceptado que, en la antigüedad, conforme nos lo enseñan la historia y los textos bíblicos, normalmente una mujer NO PODÍA SUBSISTIR SOLA.





Dios mediante, mañana colocaré el segundo texto relacionado con este tema, y dejo aclarado que soy argentino, por lo cual recurro a referirme a los “paisanos”, los “dedos gruesos” y otras cosas parecidas, los que menciono por ser algo usual en mi país, aunque estimo resulta sencillo de comprender en cualquier lugar del mundo.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario



[1] Creo conveniente aclarar, que en realidad no deseo se interpreten estas líneas como algo irónico referido a la prostitución. Si bien no aplaudo, y menos aún pondero tal "actividad", no tengo duda alguna de que en forma similar a lo que sucede actualmente (y tal vez con mayor razón) debieron existir muchos casos de mujeres que, ante la dureza socio—económica, y al no asumir en sus vidas una actitud heroica y sencilla, recurrían a prostituirse como una forma de lograr alimentar a sus hijos. Creo que ese es precisamente el motivo por el que el Señor Jesús tuvo reiterados gestos de consideración hacia esas mujeres.
[2] Casi está de más decirlo, pero evidentemente de "holgazanas" no tenían nada, ya que tal cual como sucede actualmente, no sólo debían atender a la prole y las tareas propias del hogar, haciéndolo incluso sin contar con los elementos de confort que existen ahora y facilitan esas arduas labores, sino que además debían procurar la mayoría de los alimentos mediante el cultivo de huertas, crianza de animales domésticos, confeccionaban y reparaban los vestidos, etc.
 
Isa 42:8 Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.
Mis deseos sinceros, para que algún día conozcas al Cristo de las Escrituras.
Tu idolatría te condena.

UN CREYENTE EN CRISTO TIENE PROHIBIDO ENTRAR A UN TEMPLO CATÓLICO
Tales lugares son, esencialmente, lugares de adoración idolátrica y, “… si alguno te ve a ti… sentado… en un lugar de ídolos…”, dice el apóstol que la conciencia del hermano débil se afectará y él mismo será inducido a hacer lo malo.

También, el apóstol Pablo pregunta: “¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente” y, allí mismo, el mandamiento no es entrar, sino “salid de en medio de ellos, y apartaos… Y no toquéis lo inmundo” (2 Cor. 6:16-17).
El romanismo católico pertenece a la Babilonia que será juzgada por Dios en su venida con poder y gloria, y también allí el mandamiento es salir del catolicismo romano, leemos:

Apo 18:4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
Apo 18:5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.

Entre sus maldades se halla la muerte de muchos de nosotros que por guiarnos a través de la Biblia, fuimos muertos por millones... y hace poco tiempo, mediante lo que ellos llamarón "santa" Inquisición, con sus cámaras de tortura y autoridad para matar a todo aquel que no fuese católico romanista, leemos:

Apo 18:24 Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.

Sin duda, un creyente se contamina en estos lugares de idolatría, pues allí campea el demonismo (1 Cor. 10:19,20) y allí está Satanás disfrazado de ángel de luz por medio de los ministros religiosos de un culto falso.

Así que “… limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios (2 Cor. 7:1)

VEN AL CRISTO DE LAS ESCRITURAS Y SERÁS SALVO.
 
Isa 42:8 Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.
Mis deseos sinceros, para que algún día conozcas al Cristo de las Escrituras.
Tu idolatría te condena.

UN CREYENTE EN CRISTO TIENE PROHIBIDO ENTRAR A UN TEMPLO CATÓLICO
Tales lugares son, esencialmente, lugares de adoración idolátrica y, “… si alguno te ve a ti… sentado… en un lugar de ídolos…”, dice el apóstol que la conciencia del hermano débil se afectará y él mismo será inducido a hacer lo malo.

También, el apóstol Pablo pregunta: “¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente” y, allí mismo, el mandamiento no es entrar, sino “salid de en medio de ellos, y apartaos… Y no toquéis lo inmundo” (2 Cor. 6:16-17).
El romanismo católico pertenece a la Babilonia que será juzgada por Dios en su venida con poder y gloria, y también allí el mandamiento es salir del catolicismo romano, leemos:

Apo 18:4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
Apo 18:5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.

Entre sus maldades se halla la muerte de muchos de nosotros que por guiarnos a través de la Biblia, fuimos muertos por millones... y hace poco tiempo, mediante lo que ellos llamarón "santa" Inquisición, con sus cámaras de tortura y autoridad para matar a todo aquel que no fuese católico romanista, leemos:

Apo 18:24 Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.

Sin duda, un creyente se contamina en estos lugares de idolatría, pues allí campea el demonismo (1 Cor. 10:19,20) y allí está Satanás disfrazado de ángel de luz por medio de los ministros religiosos de un culto falso.

Así que “… limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios (2 Cor. 7:1)

VEN AL CRISTO DE LAS ESCRITURAS Y SERÁS SALVO.
Conoce tu primero al Cristo verdadero de las Escrituras y de la Tradición cristiana.

Rebelde sin causa igual a los de Numeros 16, que creyendo estar inspirados y rezongándole a Moises que todos estaban consagrados perecieron fulminados y se los tragó la tierra.

Hoy la tierra se traga a los autonombrados apóstoles acéfalos, esperando al final de su vida cuando se cosecha el trigo y la cizaña.

Sin una iglesia bimilenaria no hay verdadero cristianismo.
 
Sin una iglesia bimilenaria no hay verdadero cristianismo.

¿Acaso en el día de Pentecostés, y en la ciudad de Jerusalén, leemos que esta fiesta y la ubicación geográfica pertenece a Roma?

Más bien, en ese tiempo, Roma, con su representante Poncio Pilato, y los líderes del Sanedrín, decretaron la muerte de Jesús.

Te engañaron con el cuento de "iglesia bimilenaria" pretendiendo reemplazar la Iglesia de Cristo nacida en Jerusalén, con la tuya que es el fruto de Roma y en Roma, por uno de sus emperadores.

Así que no vengas con engaños, madura y sé valiente, reconociendo que el cristo y el escapulario de vosotros, y la adoración de la reina del cielo, nada tiene que ver con la Iglesia de Cristo.

Por cuanto, la misma Escritura señala el culto a la Reina del cielo, como una adoración pagana, que provocaba y provoca en la actualidad a ira al Señor, leemos:

Jer 7:18 Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira.


TODO CATOLICO QUE SE POSTRA ANTE LA REINA DEL CIELO MANTIENE AIRADO AL SEÑOR.

Judas, el Hermano del Señor, hijo de María, en su carta, fue sensible a la guía del Señor, para escribir según el Señor le había indicado, acerca de algunos que habían entrado encubiertamente a la asamblea y el escribe para todos los que forman parte del cuerpo de Cristo.

Entraron profesando ser salvos por un tiempo, pero de repente se muestran tales como son, y convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios.

Judas les recuerda que la generación que salió de Egipto, quedó postrada en el desierto, por su idolatría, pues aparte del buey de oro que adoraron, llevaban escondido, estos otros dioses, que revela Esteban antes de ser asesinado por los líderes religiosos de su tiempo:

Hch 7:43 Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc,
Y la estrella de vuestro dios Renfán,
Figuras que os hicisteis para adorarlas

Y si a esto le anexamos la adoración de la reina del cielo, se complica el asunto de la salvación, por cuanto los idolatras tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre (Apo 21:8).

QUE AMONESTACIÓN TAN SOLEMNE PARA LOS FORISTAS CATÓLICOS ROMANISTAS EN EL FORO.
 

JESÚS DE NAZARETH – EL ÚNICO HIJO DE MARÍA



LA MUJER Y EL TRABAJO

Si leemos cualquiera de los Libros que componen la Biblia, nos resultará bastante difícil encontrar algún pasaje que cite a mujeres realizando trabajos remunerados.

Sin pretender negar la existencia de otros, debo decir que he encontrado uno sólo, y está referido a una tarea de tipo doméstica (Tb.2,11-12).

Obviamente al mencionar esa situación, descarto a la prostitución como una "actividad remunerada" (aun cuando se la suele denominar "la profesión más antigua del mundo") dado que, con referencia a dicha "tarea" podemos hallar diversos textos[1].

En cambio nos resultará muy simple ubicar fragmentos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, que hacen referencia a los varones como obreros, jornaleros, cosechadores, pastores, albañiles, trabajadores, artesanos, viñateros, escribas, orfebres, capataces, perfumistas y otras diversas expresiones, con las cuales se señala a los representantes del sexo masculino desempeñando actividades por las que, seguramente, percibían una compensación económica que era el elemento que les permitía satisfacer las necesidades, tanto personales como de su familia.

Es decir, parecería que según la Biblia estaríamos autorizados a denominar a las integrantes del sexo femenino, como "las holgazanas de la antigüedad"[2].

En realidad esa situación no era patrimonio exclusivo de las mujeres del pueblo hebreo, sino que podemos observarlo en todo grupo humano de antaño, conforme resulta fácil corroborarlo en cualquier libro de historia o textos antiguos, sean éstos de carácter religioso o laico.

En efecto, es bien sabido que la mujer irrumpe en el mundo laboral de las "actividades remuneradas" recién en la primera mitad del Siglo XX, y lo hace a raíz de la prolongación de las guerras mundiales, lo cual transformó en imprescindible que los puestos de trabajo, vacantes por la concurrencia de los hombres al frente de batalla, fuesen cubiertos por ellas.

Si bien no voy a ingresar en un análisis de los motivos por los cuales antiguamente las mujeres no trabajaban en "forma remunerada", considero probable que el elemento fundamental de tal situación haya sido de carácter eminentemente económico.

En efecto, las actividades laborales pagas de aquellas épocas requerían un esfuerzo físico considerable, realizado “de sol a sol” durante prácticamente todos los días del año, situación que las mujeres, no sólo por su estructura física, sino también por estar sujetas a las contingencias del embarazo, amamantamiento y crianza de los niños no podían realizar.

En ese sentido debemos recordar, que el mecanismo de feriados, vacaciones, jornada laboral con horario limitado, etc., provienen de regulaciones legislativas sumamente modernas en la historia de la humanidad.

Por consiguiente, los eventuales patrones difícilmente aceptarían "malgastar" un salario completo, por un desempeño laboral que no le "rindiese" lo que por ese entonces era considerado “adecuado”.

Pienso que resulta bastante ilustrativo al respecto la idea que surge del Libro de Rut, donde se menciona con evidente admiración la fortaleza de la misma soportando tantas horas de labor (Rt.2,7).

No debemos olvidar en ese sentido, que prácticamente las únicas tareas existentes antaño eran las derivadas del área agrícola, las cuales son realmente "duras" y poco propensas a ser realizadas por mujeres.

Es por tal motivo que hasta el día de hoy se mantienen casi en exclusividad para el sector masculino, y eso sucede pese a que actualmente existen algunas, como por ejemplo las que se realizan con las modernas cosechadoras y tractores, que demandan un menor esfuerzo físico.

En efecto, en nuestros días las tareas de roturación de la tierra, recolección de cereales y otros frutos, etc., se realizan con bastante comodidad mediante el uso de esas herramientas agrícolas, en lugar de tener que lidian con bueyes o caballos, ni llevar en línea recta el surco que abre el arado a pura fuerza de los brazos, como era necesario hacer hasta hace pocos años.

Obviamente para cubrir esas rudas labores, resulta inimaginable que en aquel entonces alguien abonase un "salario habitual" a una mujer, la cual, además de tener bastante dificultad para poder hacerlo en momentos de su vida a los que, por llamarlos de algún modo, calificaría de "normales", al quedar embarazada o amamantando hijos se vería completamente impedida de realizarlas.

Sin duda, si volvemos a analizar lo que sucede en la actualidad, seguramente coincidiremos en afirmar que algunas de las tareas que se cumplen normalmente en el campo podrían ser hoy perfectamente efectuadas por mujeres, como por ejemplo conducir las citadas y cómodas maquinarias, recorrer a caballo el campo verificando el estado de los alambrados y animales, etc.

Pero aun así, difícilmente podamos encontrar algún propietario o administrador de un establecimiento rural que acepte contratar a una representante del "bello sexo", ya que, además de las dificultades que en la soledad del campo su proximidad con los hombre puede acarrear, se negaría a abonarle un "salario común" (que, dicho sea de paso, es de los más bajos que existen) puesto que sabe que muchas otras labores, que también se deben cumplir, comúnmente una mujer no las va a poder efectuar, dado que continúan requiriendo una fuerza física superior a la que tienen normalmente.

Como ejemplo al respecto basta el señalar, la que es necesario poseer para trabajar con el alambre de "alta resistencia", conocido generalmente como "acerado", el cual se utiliza para separar los campos, o los distintos potreros que existen en ellos, pues poseen la capacidad de contener la embestida de los animales.

Es seguramente por ese motivo, por la gran potencia física que tiene en sus manos nuestros paisanos (los de "los dedos gruesos", como los llaman sus patrones, quienes a su vez son denominados por ellos como "los ricos") que conservan por "sana costumbre" el no apretar la mano cuando saludan, sobre todo cuando lo hacen con las mujeres, ya que desde chicos, y tal vez de una forma inconsciente, les inculcan esa actitud.

Si no tuviesen dicha precaución, tengan la seguridad de que a cualquiera de nosotros, que no estamos habituados a esos duros quehaceres, sin dificultad alguna, y por supuesto involuntariamente, al estrechar nuestra diestra la convertirían en un lamentable amasijo de carne y huesos magullados.

Por consiguiente, y más allá de lo anecdótico que puedan parecerles algunos de los párrafos anteriores, creo que no existirá mayor dificultad en dar por aceptado que, en la antigüedad, conforme nos lo enseñan la historia y los textos bíblicos, normalmente una mujer NO PODÍA SUBSISTIR SOLA.





Dios mediante, mañana colocaré el segundo texto relacionado con este tema, y dejo aclarado que soy argentino, por lo cual recurro a referirme a los “paisanos”, los “dedos gruesos” y otras cosas parecidas, los que menciono por ser algo usual en mi país, aunque estimo resulta sencillo de comprender en cualquier lugar del mundo.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario



[1] Creo conveniente aclarar, que en realidad no deseo se interpreten estas líneas como algo irónico referido a la prostitución. Si bien no aplaudo, y menos aún pondero tal "actividad", no tengo duda alguna de que en forma similar a lo que sucede actualmente (y tal vez con mayor razón) debieron existir muchos casos de mujeres que, ante la dureza socio—económica, y al no asumir en sus vidas una actitud heroica y sencilla, recurrían a prostituirse como una forma de lograr alimentar a sus hijos. Creo que ese es precisamente el motivo por el que el Señor Jesús tuvo reiterados gestos de consideración hacia esas mujeres.
[2] Casi está de más decirlo, pero evidentemente de "holgazanas" no tenían nada, ya que tal cual como sucede actualmente, no sólo debían atender a la prole y las tareas propias del hogar, haciéndolo incluso sin contar con los elementos de confort que existen ahora y facilitan esas arduas labores, sino que además debían procurar la mayoría de los alimentos mediante el cultivo de huertas, crianza de animales domésticos, confeccionaban y reparaban los vestidos, etc.
Me tome el tiempo de leer tu larguisimo epigrafe. Creo que por suerte no soy yo el moderador de forum, porque de lo contrario no lo dejaria publicar. Primero porque no es sino una apologia catolica romana sin fundamento biblico ninguno. Segundo, que el epigrafe no tiene como objetivo un cuestionamiento especifico en cuanto a la fe cristiana. Creo no beneficia a nadie el pontificar en relacion a un tema que no tiene relacion ninguna con la vida cristiana.

La evidencia de que tus creencias no son sino eso, una invencion pagano-religiosa que sincretiza algunos elementos del cristianismo con las religiones politeisticas romanas antiguas, es el hecho de que no pudiste citar ni un solo versiculo del Nuevo Testamento para apoyar tu retorica. Te exhorto a que busques una traduccion moderna de la biblia y que con tiempo y detenimiento estudies el NT. El surgimiento del culto mariano esta muy bien documentado en la historia de la iglesia romana y es claro que no forma parte de la tradicion biblica y teologica de la iglesia de Cristo.

Saludos.
 
Hola hermanos Natanel1 y Valencia

Les agradezco vuestra participación, pero les sugiero —y agradeceré mucho— que intenten razonar si no sería posible, en lugar de “destrozar” al otro, simplemente prestar atención a lo que yo menciono, y muy especialmente a lo que expresaré más adelante.

Y a ti, hermano Natanael1, te aclaro que para mí la Virgen María de forma alguna tiene relación alguna con la “reina del cielo” a la que pudo aludir Jeremías, ya que él se refería a una figura sujeta a adoración, en actitud típica de la idolatría. Ningún católico “adora” a la Virgen María, y el “reinado” que podemos atribuirle es sencillamente un reconocimiento al papel que desempeñó en la vida de Jesús. No obstante, y como ese tema sin duda lo merece, te diré que cuando finalice con la explicación a la que me comprometí en este epígrafe, colocaré algunas líneas con relación a lo que suelo denominar “mis oraciones con María”, y espero que podrás comprender, al leer esas palabras, que yo no le rezo A la Virgen María. Espero puedas obtener un poco de paciencia hasta que logre explicar mi posición en ese sentido (Dios mediante, unos 3 ó 4 días como mucho).

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario
 
Hola hermano Leall – miembro senior

Más allá de que dices algunas cosas a las que, por darle un nombre “elegante”, diría que son poco “amables”, creo que lo único que puede justificar semejante actitud es el no haber leído con la debida atención lo que yo expuse, ya que si lo hubieses hecho interpreto que “algunas” de las palabras que utilizaste no las habrías colocado en tu mensaje. Y me expreso de esa forma ya que estoy seguro haber sido perfectamente claro al mencionar que explicaría mi pensamiento —y mi fe, o creencia, llámala como quieras— en CUATRO (4) mensajes que iría colocando en días sucesivos. Es decir que sólo expuse el primero. Obviamente si hubiese tenido la integridad de leer lo que expuse, tal vez habrías tenido la “paciente” actitud cristiana de sujetar tus improperios, al menos hasta que finalice con mi exposición, ya que como podrás ver en ellos consigno, no una, sino varias citas bíblicas para explicar mi pensamiento (y mi creencia), y para verificar que es verdad lo que menciono será suficiente que leas los TRES (3) mensajes que restan pues creo que son bastante abundantes en citas bíblicas a las que, según parece, eres tan afecto, y te aclaro que incluso consignaré del Nuevo Testamento, una de las cuales es verdaderamente MUY IMPORTANTE.

Finalmente te diré que estimo que con las siete (7) versiones bíblicas que poseo, incluida la Reina Valera 1960, tengo material suficiente para adquirir un mínimo (sólo eso, ya que no pretendo, ni creo, ser un “gran conocedor”) de lo que podríamos llamar “cultura bíblica”.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario
 
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VIUDAS Y HUÉRFANOS


En las diversas oportunidades en que he leído la Biblia, más de una vez me ha llamado la atención la "preocupación" de Dios con respecto al cuidado de "las viudas y los huérfanos", los cuales permanentemente son presentados como individuos que deben ser asistidos por los demás.

En ese sentido debemos mencionar, que tal requerimiento de una "atención preferencial" surge, no sólo de la Ley en sí misma (Deut.24,17 - Ex.22,2) sino que al propio Dios se lo considera en diversos textos como "defensor—justiciero" de tales personas (Deut.10,18 - Prov.15,25; 23,10-11 - Sal.68,6; 146, 9 - Ecli.35,12-15).

Asimismo son tenidos en cuenta en forma particular, en las festividades hebreas (Deut.16,11.15).

Por otra parte, quien no cumple con el deber de protegerlos es declarado "maldito" (Deut.27,19).

El no respetarlos es interpretado como un claro símbolo de "maldad" (Sal.94,6 - Jer.5,28 - Jb.22,9; 25,2-3; 31,17.21) o que, semejante "actitud maligna" de un pueblo, justificaría el que Dios no se compadezca de las viudas y huérfanos del mismo (Sal.109,9.12 - Is.9,16).

Con los profetas se acentúa incluso tal "preocupación" divina, dirigida tanto al pueblo en general (Is.1,16-17 Jer.7,5.7) como a las autoridades, sean éstas “civiles” o “religiosas” (Is.10,2; 1,23 - Jer.22,3-5 - Ez.22,7).

Procurando resumir estos últimos párrafos creo posible afirmar, que todos los que hemos leído la Biblia, o hemos escuchado hablar de su contenido, estamos completamente seguros de que la atención de las "viudas y de los huérfanos" era algo primordial, e incluso parte de la verdad esencial de la religiosidad hebrea (Jer.7,5-7 - Zac.7,10 - Mal.3,5 - St.1,27).

Ahora bien, y tratando de adentrarnos un poco en el significado de tal "preocupación", resulta obvio que si bien esos casos implican una lógica conmiseración, ya que han sufrido una pérdida considerable, frente a la realidad que vivimos en nuestros días nos puede parecer como algo tal vez "injustificado", o por lo menos poco entendible, "exagerado".

Al releer esos textos suelo recordar unas palabras que decía mi madre: «huérfano de padre y madre», con las cuales indicaba casi el signo de la mayor de las calamidades, dado que transmitía los graves problemas que normalmente debía afrontar en la vida el pobre niño que, al haber perdido a ambos progenitores, había quedado casi completamente desprotegido.

Mi madre, mucho más moderna que en las épocas bíblicas, mencionaba la pérdida de los dos ascendientes como un signo de "máxima catástrofe", mientras que en tiempos pretéritos era suficiente la falta del hombre para complicar sensiblemente el problema de la subsistencia.

Esta diferente actitud o pensamiento que existe actualmente, el cual, reitero, puede incluso llegar a chocar con el que surge de los textos bíblicos, se origina en que en nuestra época contamos con todo un mecanismo o apoyatura, de protección y seguridad social a cargo del Estado, fenómeno que en términos relativos es también muy reciente en la historia de la humanidad[1].

Por ende, si a aquella realidad de desprotección que seguramente se producía en muchas oportunidades, y que era necesario afrontar, le sumamos lo dicho anteriormente con respecto a la imposibilidad que las mujeres pudiesen trabajar, resulta obvio que cuando se perdía la protección de la fuerza laboral del hombre (esposo—padre) los que de él dependían normalmente quedaban en muy serias dificultades, salvo que fuesen personas de fortuna.

Al respecto resulta interesante recordar entre los Deuterocanónicos el caso de Judit, de quien expresamente se señala que tenía muchos bienes, lo cual le permitía mantenerse en forma independiente (Jdt.8,7).

Asimismo, es útil para afirmar que esa situación de inseguridad era el motivo de la mencionada "preocupación" divina, el hecho de que en ningún caso se menciona al viudo (varón) como objeto de tal cuidado.

Y obviamente no podemos pensar que no existían hombres con dicho estado civil en la antigüedad, no sólo por los casos mencionados expresamente en la Biblia, sino por los datos que nos aporta la medicina respecto a los fallecimientos derivados de las complicaciones del parto, que eran tan comunes hasta hace algunos años, lo cual sin duda hacía que hubiese muchos casos de varones que perdían a sus esposas, y sin embargo los mismos no requieren jamás la atención del mandato de Dios.

Por otra parte, la estimación de la esterilidad como signo de "maldición" divina en la mujer también abona este punto de vista, ya que al carecer de hijos era bastante probable que en el futuro quedase desprotegida.

Consiguientemente con lo expresado interpreto que es dable afirmar, que esencialmente la "preocupación" bíblica referida a "los huérfanos y las viudas" podríamos resumirla aproximadamente en los siguientes términos: "es necesario atender a aquellos que, al carecer de posibilidades de procurarse la propia subsistencia personal, quedan sujetos a la eventualidad de ser explotados por otros"[2].

Dios mediante, mañana colocaré el texto siguiente
Cordiales saludos
MARANA-THA
Mario


[1] Sin pretender hacer un análisis detallado del tema, ya que incluso eso significaría desviar la atención del objetivo principal del presente trabajo, quiero resaltar que cualquier sistema socio—económico que genere inseguridad NO ES CRISTIANO.
En efecto, la evolución de lo "previsional", que como verán considero tiene raigambre religiosa, pasó luego a un sistema de contraprestación de derecho común (civil) y finalmente se perfiló hacia una especie de obligación comunitaria e igualitaria, transformando los aportes en algo parecido a los impuestos.
En efecto, la tendencia al respecto era el que no interesaba tanto la diferencia del monto aportado, y ni siquiera si alguna vez podía serle realmente necesario el beneficio previsional al aportante o a su familia (por ser “rico”), sino que se estaba obligado a contribuir con un criterio de mayor solidaridad, y paulatinamente se procuraba abarcar las distintas contingencias que debe afrontar el ser humano, desde su nacimiento hasta su muerte.
Los sistemas que efectúan retrocesos en ese sentido, tanto en lo previsional ("cobrarás según lo que aportes") como en el área de la salud ("accederás a mejores servicios si posees mayores bienes") al igual que los que fomentan la desocupación (palabra a la cual he definido en otro escrito como "el nuevo nombre de la esclavitud") desde mi óptica no dudo en denominarlos, o considerarlos, por lo menos como "no cristianos".
[2] En este sentido conviene recordar, que en la Biblia también se cita como objeto de "especial atención" a otros dos grupos de necesitados: los extranjeros y los pobres.
Por idéntico motivo al indicado anteriormente (no desviar la atención del lector del objetivo principal de este escrito) prefiero no incluir el análisis de los mismos.
Sólo diré que mientras el caso de los "extranjeros" está mencionado desde el inicio histórico del mandato legal citado, y tratar este tema nos llevaría a su vinculación con el poder, el de los "pobres" fue incorporado en etapas posteriores y tiene relación simplemente con lo social.
 
Hola hermanos Natanel1 y Valencia

Les agradezco vuestra participación, pero les sugiero —y agradeceré mucho— que intenten razonar si no sería posible, en lugar de “destrozar” al otro, simplemente prestar atención a lo que yo menciono, y muy especialmente a lo que expresaré más adelante.

Y a ti, hermano Natanael1, te aclaro que para mí la Virgen María de forma alguna tiene relación alguna con la “reina del cielo” a la que pudo aludir Jeremías, ya que él se refería a una figura sujeta a adoración, en actitud típica de la idolatría. Ningún católico “adora” a la Virgen María, y el “reinado” que podemos atribuirle es sencillamente un reconocimiento al papel que desempeñó en la vida de Jesús. No obstante, y como ese tema sin duda lo merece, te diré que cuando finalice con la explicación a la que me comprometí en este epígrafe, colocaré algunas líneas con relación a lo que suelo denominar “mis oraciones con María”, y espero que podrás comprender, al leer esas palabras, que yo no le rezo A la Virgen María. Espero puedas obtener un poco de paciencia hasta que logre explicar mi posición en ese sentido (Dios mediante, unos 3 ó 4 días como mucho).

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario
No fue mi intencion insultarte. Yo soy muy cuidadoso con mis palabras. Quizas la explicacion no te agrado y eso lo puedo entender. No obstante, mantengo que tu epigrafe inicial se aparto de los margenes generales del foro. Porque no hiciste una preginta, no agregaste informacion novedosa o tema de interes general. Tu epigrafe fue in despliegue de tu dogma y teologia catolica. Por eso respondi de esa manera. A mi no se me ocurriria ir a un foro catolico y lanzar una plegaria apologetica apoyando mi fe cristiana. A ese tipo de epigrafe fue al que respondi con los elementos que expuse. No fue mi intencion insultar a nadie.

Te sugiero que hagas preguntas, expongas tu caso de manera clara y solicita respuestas. Si tienenes deseos de publicar tus ideas y donde resaltar tu doctrina puedes buscar el canal adecuado. En mi opinion, eso se aparta de la intencion del foro.

Saludos.
 
Estimado hermano Leall
Te agradezco tu mensaje, y como me parece muy importante intentaré responderte adecuadamente un poco más adelante, no lo hago ahora ya que estimo será un poco extenso y estoy "algo" dolorido (mis articulaciones están muy mal).
Hasta muy pronto.
Cordiales saludos
MARANA-THA
Mario
 
Sigue JESÚS DE NAZARETH – EL ÚNICO HIJO DE MARÍA


EL "UNIVERSO PREVISIONAL" BÍBLICO


Sin pretender hacer un análisis sumamente exacto, sobre todo desde el punto de vista cronológico, estimo que ese tipo de situaciones de inseguridad fue resuelto por el pueblo hebreo de diferentes maneras.

En una primera etapa se implantó la "Ley del Levirato", la cual obligaba inicialmente a un hermano, y luego incluso a otros familiares a casarse con la viuda, para que ésta tuviese hijos que al crecer, pudiesen hacerse cargo de mantener a su madre[1].

Esto no resultó suficiente, ya que podía darse el caso de no existir parientes "disponibles" para cumplir tal "misión", o que, habiéndolos, los mismos no estuviese dispuestos a asumir tal responsabilidad (Rt.4,6).

Por consiguiente se estableció el "derecho" de las viudas y los huérfanos a "repasar los campos y frutales" luego de las cosechas, retirando todos los frutos que los trabajadores no hubiesen recolectado (Deut.24,19-21).

También habría existido un diezmo especial "trienal", el cual era colocado en la puerta de las villas para que sirvieran de alimento a esos menesterosos (Deut.14,28-29; 26,12-13 - Tob.1,8).

Finalmente, es el Templo el que deberá afrontar tales requerimientos asistenciales, valiéndose para ello del propio diezmo "común y corriente", es decir, que en forma directa y simple, y como un adelanto de lo que sucedería actualmente, es el Estado (el que incluso en su origen se identificaba con el Templo, y al cual luego éste servía muchas veces como depósito del erario público) quien debe subvenir a la supervivencia de los necesitados.

Asimismo los textos Deuterocanónicos también permiten afirmar esta idea.

Y así se menciona que en el Templo existían bienes que "se trataban de un depósito perteneciente a las viudas y los huérfanos" (2Mac.3,10-12) lo cual estimo podría corresponder a que, quienes quedaban desprotegidos y recurrían al Templo para su subsistencia, posiblemente debían entregar previamente allí todas sus pertenencias.

Tal vez en esa situación podamos encontrar el verdadero sentido de la frase del Señor Jesús, cuando amonesta severamente a los escribas que "devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones" (Mc.12,40).

Igualmente podemos hallar que esa preocupación se habría incrementado más adelante, ya que tiende también a la protección de los "ancianos" (Sab.2,10) con lo cual parecería como si se hubiese intentado por esa época algún sistema precursor de nuestra actual "jubilación".

En épocas de Jesús, la distribución de los bienes para cubrir las falencias de quienes lo requerían había ya pasado a la Sinagoga, "laicizando", por así decirlo, el sistema del cuidado de los menesterosos.

Eso no significa que el dinero en sí estuviese en poder de quienes allí actuaban, sino que ellos determinaban los mecanismos de reparto según las necesidades de cada uno de los asistidos. Pero era el Templo el que conservaba el dinero (oro) ya que contaba con la guardia necesaria para su custodia.

Obviamente los cristianos quedaron "excluidos de la Sinagoga", lo cual, entre otros problemas, les acarreaba precisamente la necesidad de tener que atender a sus propias "viudas" conforme podemos leerlo en el Libro de los Hechos de los Apóstoles (Hc.6,1).

Finalmente, que tal aspecto de "viudas y huérfanos" tenía en realidad una necesidad previsional, surge con mucha claridad de la Primera Epístola a Timoteo, en la cual el apóstol indica expresamente que sólo podían ser anotadas como "viudas" (o, como diríamos hoy, "pensionadas") aquellas que no se podían volver a casar y que, simultáneamente, no tuviesen hijos, nietos o, incluso mujeres que pudiesen mantenerlas, ya que en ese caso eran ellos los que estaban obligados a hacerlo, y reserva a "la Iglesia" (la comunidad) cubrir sólo a quienes estaban "realmente necesitadas" (1Tim.5,3-16).



Dios mediante, mañana colocaré el texto siguiente, con el que finaliza la “explicación” de mi fe
Cordiales saludos
MARANA-THA
Mario



[1] Interpreto que dicha Ley tiene fundamentalmente ese sentido, más que el aspecto económico de mantener los bienes dentro del grupo familiar, por los siguientes motivos:
a) La mujer hebrea no perdía la propiedad de los bienes, ya que heredaba en similares condiciones que los varones, e incluso los bienes podían ser transmitidos tranquilamente a otros parientes (Núm.27,7-11).
b) Si el mantener los bienes dentro de la familia fuese el motivo de tal disposición, la obligación de casarse nuevamente sería verdaderamente de la mujer, mientras que los textos bíblicos son claros señalando que era una responsabilidad de los hombres (Rt.2,20).
c) El caso de Judit es sumamente elocuente en ese sentido, ya que de forma alguna se indica que debía volver a casarse sino que se cita expresamente lo contrario. No lo hizo pese a tener distintas proposiciones en tal sentido. Finalmente se señala que LIBREMENTE efectuó una distribución de sus bienes, sin que exista el menor reproche al respecto (Jdt.8,4; 16,21-25).
 
LA MUJER Y EL TRABAJO

Si leemos cualquiera de los Libros que componen la Biblia, nos resultará bastante difícil encontrar algún pasaje que cite a mujeres realizando trabajos remunerados.
Cordiales saludos
MARANA-THA
PROVERBIOS 31
10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
11 El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
12 Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.
13 Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.
14 Es como nave de mercader;
Trae su pan de lejos.
15 Se levanta aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.
16 Considera la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus manos.
17 Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
18 Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.
19 Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.
20 Alarga su mano al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.
21 No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
22 Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.
23 Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
24 Hace telas, y vende,
Y da cintas al mercader.
25 Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
26 Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.
27 Considera los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.
28 Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
29 Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
31 Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.
 
Y a ti, hermano Natanael1, te aclaro que para mí la Virgen María...
Una cosa es María, la esposa de José y madre de nuestro Señor Jesucristo y otra cosa es "LA VIRGEN MARÍA".
"VIRGEN MARÍA" ES UN PERSONAJE CATÓLICO QUE NO EXISTE.
Abrazos.
 
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La virginidad de María importa solo al momento especifico de quedar embarazada de nuestro Señor Jesucristo y nada tiene que ver con ella sino con la necesidad de Dios de revelarnos la verdadera procedencia de este niño que no fue dado.
JUAN 16
28 Salí del Padre, y he venido al mundo...
 
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Estudiemos Isaías 7...

14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal:
He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo...


Dios no está hablando de la virgen María sino de una señal del cielo.
La concepción de un niño por una mujer virgen y que no fue conocida por varón alguno.
 
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Estimado hermano Leall – Miembro senior

Como lo mencioné antes, reitero que agradezco tu respuesta y aclaración sobre tu verdadera intención, ajena al insulto.

Y sobre el fondo de la cuestión, y tu postura con respecto a que no hubieses permitido mi participación en el Foro con este epígrafe, creo que es posible admitir la posibilidad de que existan opiniones distintas, es decir, que es factible —al menos— que no todos consideren “TAN” negativo el conocer una explicación suministrada por alguien que sostiene una fe diferente, en especial si la expone con palabras que procuran no ofender, sino simplemente haciendo una mera descripción de su pensamiento.

Y por eso te diré que yo no veo mal que resolvieses participar de un foro católico (dicho sea de paso, no conozco ninguno, motivo por el cual, si tienes conocimiento de alguno, te agradeceré me lo informes) por lo menos si tu intención fuese la que expuse antes, es decir, sencillamente explicar tus ideas.

E insisto en esto.

Mi intención NO ES CONVENCER A NADIE. Puedo “garantizarte” que no me preocupa (y menos aún me “ocupa”) que los demás cambien de ideas y tengo esa idea y postura ya que estoy absolutamente seguro de que eso no tiene importancia alguna para el Buen Padre Celestial, y te diré que tengo ese íntimo convencimiento a raíz de lo que mencionó Jesús, y que se consignó en el Evangelio de Mateo (25,31-46) donde podemos ver que, en lo que llamaría “el juicio final”, no se consultará sobre cuáles fueron las creencias de cada uno, así como tampoco si se fue, o no, cristiano, es más, ni siquiera se interrogará sobre si se tuvo fe en Dios, sino que lo único que interesará es lo que se hizo en la vida. Es decir que Jesús mostró, y muy claramente por cierto, que LO IMPORTANTE es qué actitud se sostuvo en la vida, egoísmo o solidaridad, sin importar si en este último caso se lo hizo por sostener alguna idea religiosa determinada, o simplemente por mera conmiseración humana.

Pues bien; explicado mi postura te diré, que yo desde siempre (desde que tengo uso de razón) he aceptado la existencia de Dios, ya que para mí es algo bastante parecido al aire (no se lo ve, y casi nunca se lo siente, pero sé positivamente que está allí, ”rodeándome”) y por eso y por la educación recibida, al iniciar el período de mi pubertad “supe” que “algo” debía hacer en mi vida. Durante muchos años mantuve una idea a la que llamaría “tradicional”, es decir asumiendo que “mi misión” era explicar la verdad de mi fe y tratar de modificar la de los otros. Con el tiempo, poco a poco —y hasta podría decir “involuntariamente”— fui comprendiendo que había otras cosas en las que debía ocuparme, en especial tratar de descubrir, y entender, por qué motivo tantos miles de millones de seres humanos no sólo no aceptaban mi fe (que para mí resultaba absolutamente clara) sino también por qué causa rechazaban al cristianismo. Y también hubo algo que me preocupó y complicó bastante, y que consistía en que me parecía imposible que tuviésemos que vivir de una forma tan complicada, con tantas dificultades, angustias y privaciones, y te puedo asegurar que en rigor de verdad yo no tenía demasiadas privaciones económicas (padre médico, madre maestra), no obstante lo cual “veía”, y en parte “sentía”, que la vida que me había tocado vivir era mucho más complicada que lo que surgía de lo que yo leía en el Evangelio. Durante muchos años ni siquiera alcancé a comprender cuál era concretamente esa angustia que me atenazaba, pero siempre estaba allí, como diciéndome que debía tratar de modificar el mecanismo de vida que llevábamos.

Poco a poco fui comprendiendo (estoy convencido de que el Señor me lo fue mostrando) que el vivir de la forma egoísta y aislada en la que vivíamos era la causa de mi angustia, y también del rechazo del cristianismo, ya que todos por igual asumían que ese vivir egoísta era correcto, siempre y cuando se pusiese algunos pesos para ayudar a los más necesitados, y también depositando algunos otros pesos en la “canastita” para que hubiese quienes se dedicasen a predicar el Evangelio y a dirigir oraciones, quemar incienso y celebrar ceremonias litúrgicas, y otras cosas por el estilo.

Y por eso hace ya bastante más de 25 años comencé a procurar que se intentase vivir tal cual lo hizo Jesús, compartiendo vivencias y bienes, pero aun cuando no encontré a nadie que me diga “amigo, usted se equivoca por tal o cual razón”, tampoco encontré a nadie que me dijese que estudiaría la forma, la posibilidad de establecer un sistema de vida como el que yo proponía al considerar que es el que más se asemeja a lo que enseña el Evangelio.

Y te diré también, que como no recibía respuestas positivas al respecto, continué orando y reflexionando, y entendí (estoy convencido de que el Señor me lo fue “mostrando”) que el problema es que no se entendía el motivo por el cual fue ejecutado Jesús, y como me resultó imposible creer y aceptar que lo hubiesen matado (ejecutado en un patíbulo romano) por haber sido un mero “benefactor solidario” (tipo “Madre Teresa” o cualquier otra persona parecida , honestamente, me parece que eso hubiese sido una soberana estupidez), y como estoy convencido de que tampoco fue un “guerrillero subversivo” (si lo hubiese sido Pilato lo hubiese matado mucho antes, y sin necesidad de ningún “incentivo” de la dirigencia hebrea), dediqué mucho tiempo a seguir orando, investigando y reflexionando, y llegue a la conclusión que me parece más razonable, por lo que hace años que me dedico especialmente a tratar de explicar, que el real sentido del mensaje de Jesús, su verdadero Evangelio (y que es su verdadero “yugo suave”) consiste en enseñar a mantener el estilo de vida que El mantuvo durante su vida terrena, compartiendo vivencias y bienes, (hace tiempo coloqué aquí en el Foro otro epígrafe, tratando de explicar la implicancia que eso habría tenido en la época de Jesús, con relación a la limitación, y hasta desaparición, de la esclavitud, que era por entonces el “motor” de la economía, de forma similar a como en la actualidad significaría una limitación y hasta desaparición del consumismo, la relación de dependencia y la desocupación), pero como “choco” permanentemente con “silencio” en ese sentido, recurro —por una circunstancia que no viene al caso mencionar ahora, pero que yo la considero como algo providencial, o al menos sumamente curioso— a lo que creo puede hacer reflexionar (aunque más no sea a algunos) sobre esa cuestión, y a raíz de eso es que resolví plantear aquí en el Foro una explicación sobre mis ideas.

Y te diré que hace AÑOS que vengo planteando la idea de que hay que implementar el estilo de vida de Jesús, a cuanto cura, obispo, monje, hermano, pastor, ministro, etc., etc. (a todos los cuales suelo llamar los “referentes” religiosos del cristianismo, aunque estoy pensando en modificar esa designación, y comenzar a llamarlos los actuales fariseos y saduceos) he logrado ubicar (y te diré que lo hice hasta con el propio Papa, lo remití a la Nunciatura Apostólica), pero no obstante todo mi esfuerzo en tal sentido únicamente recibí como respuesta UN SILENCIO INEXPLICABLE Y DOLOROSO, motivo por el cual opto por continuar con lo que estoy absolutamente convencido es lo que me pide el Señor, y que consiste en tratar de explicar mis ideas de todas las formas posibles.

Finalmente te diré que he tratado de hacer conocer mis ideas (que esencialmente son las que te expuse) de todas las formas a mi alcance, llegando incluso a publicar varios libros (te resultará muy simple ver eso en Google), y como ya estoy “algo” viejo y con bastantes dolencias, intento hacer lo que podría considerar como uno de los últimos intentos de hacer conocer lo que, sin duda alguna, es el verdadero mensaje de Jesús: hay que vivir tal cual como lo hizo Él con sus discípulos y como lo hicieron también luego de su muerte y ascensión a los cielos, tanto sus discípulos como sus familiares directos (es decir, todos aquellos que estuvieron más tiempo con Él, y que por ende tuvieron mejores posibilidades de conocer su verdadero pensamiento) como también la mayor parte de los cristianos (al menos hasta el siglo III/IV de nuestra era) dato este último que podemos inferir de un escrito redactado por un pagano, Luciano de Samosata, motivo por el cual creo que es difícil desconocer.

Bien, discúlpame tanta “cháchara”. Espero haber podido explicarte mi actitud e ideas.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario
 
Finaliza JESÚS DE NAZARETH – EL ÚNICO HIJO DE MARÍA

JESÚS DE NAZARETH - UN BUEN HIJO


Posiblemente, algún lector que haya tenido la amabilidad de leer hasta aquí el presente trabajo se estará preguntando: "Interesante; pero ¿qué tiene que ver con el título de este escrito?".

Pues bien. Creo que frente a toda esa realidad histórico—bíblica conviene repasar mentalmente los últimos instantes de vida del Señor en la cruz, para lo cual me permito transcribir el texto del Evangelio: "Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, con su hermana María, mujer de Cleofás y María Magdalena. Al ver a su madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa" (Jn.19,25-27).

Mucho se ha escrito sobre el significado que la "delegación de María" al discípulo amado por Jesús, posee como figura de su "maternidad sobre toda la humanidad", o "sobre la Iglesia".

De forma alguna es mi interés poner en tela de juicio tal interpretación, o cualquier otra que pueda elaborarse sobre el particular. Pero desde mi punto de vista creo que deberíamos también pensar en tal hecho como una faceta de algo bastante más simple.

El Cristo, pendiendo de la cruz, nota que la vida se le está escapando.

Sin duda quería entrañablemente a María, su madre, quien supo arrancarle casi a la fuerza el primer milagro que realizó públicamente en Caná.

Sabe que a partir de su muerte quedará desprotegida, y para evitar tal situación le pide a su discípulo "amado", al más fiel (o incluso, si se lo prefiere, hasta podríamos decir que lo hizo por ser el único que estaba allí, ya que fue capaz de acompañarlo hasta la cruz) que la cuide como si fuese su propia madre.

Ahora bien; si Jesús hubiese tenido realmente otros "hermanos", tal preocupación difícilmente hubiese ocupado esos últimos instantes de su vida.

Por otra parte, no resulta razonable pensar que el Cristo le hubiese "adjudicado bonitamente" la persona de su madre (lo cual, recuerdo, implicaba fundamentalmente su "mantenimiento") a un extraño sin consultarlo previamente con sus "hermanos", y sin haber tenido su consentimiento.

Alguien, en el terreno de lo hipotético podrá tal vez argumentar, que tal situación podría haberse originado en la existencia de una "mala relación" entre María y los "hermanos" del Señor, situación que sería la causa de un distanciamiento de tanta magnitud, como para generar la "desprotección" que quería cubrir Jesús.

Honesta y sinceramente pienso que María debe haber sido LA DULZURA, y realmente me resulta dificilísimo pensar siquiera en la posibilidad de que sus propios hijos (o, incluso, eventualmente las "nueras") no quisiesen atenderla.

Pero sobre todo creo que más inconcebible aún sería el caso de las eventuales "hijas", ya que al negarse su virginidad también se utiliza el argumento del texto que dice expresamente "hermanas" (Mt.12,56).

Por otra parte sabemos que Santiago (o Jacobo) el "hermano del Señor", pasa a ocupar un lugar sumamente importante en la Primera Comunidad Cristiana (Hc.12,17; 15,12) situación que muy difícilmente se hubiese podido producir, de haber "desatendido" la subsistencia de su propia madre.

Se podrá tal vez argumentar que Jesús lo hizo "por las dudas", es decir, pensando en que posiblemente sus "hermanos" también morirían, y que en ese caso su madre quedaría sin protección.

Sin embargo, de la lectura del pasaje que he trascripto, surge con claridad que María pasa a vivir con el discípulo a partir de ese día, y no más adelante.

Sabemos que María al morir Jesús debía tener unos 50 años de edad, lo cual la transformaba en una "anciana" conforme las pautas de la época, dado que incluso había superado holgadamente el promedio de vida, situación que significaba la imposibilidad de volver a casarse.

Por otra parte en mi opinión no poseía bienes, ya que estoy convencido de que Jesús no se limitaba a "decir cosas", sino que realmente vivía como afirmaba que debía hacérselo.

Es por eso que creo no tenía ni siquiera una casa, dado que pese a figurar en diversas oportunidades en el Evangelio que "concurría a la casa" (Mc.7,19; 9,28; 10,10) también podemos encontrar al propio Jesús afirmando: "Los zorros tienen su cueva y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza" (Mt.8,20).

Por otra parte resulta inconcebible pensar, que Jesús hubiese podido dar al "hombre rico" el consejo de vender sus bienes, y entregar el dinero a los pobres antes de seguirlo (Mc.10,20-22) si él hubiese conservado "su" propia casa.

Asimismo, interpreto que tal carencia de bienes surge con mucha claridad de la Segunda Carta a los Corintios, y que ese sería, precisamente, el significado del "empobrecimiento personal" del Señor que cita Pablo, como un ejemplo para los cristianos de esa ciudad (2Cor.8,9).

En efecto; y sin pretender ingresar en el análisis de un tema que superaría por completo el objetivo de estas líneas, creo que por lo menos resulta sumamente complejo asumir, que en aquellos primeros años del cristianismo el Apóstol se hubiese estado refiriendo al "misterioso empobrecimiento" que significaba la Hipóstasis, o Unión Hipostática (Dios "reducido" a la condición de hombre).

Finalmente diré, que en un afán de negar la Virginidad, no falta quienes discuten la “historicidad” de ese hecho, o afirman que sucedió porque posiblemente los hermanos y hermanas del Señor no estaban en ese momento en Jerusalén.

Pues bien; con respecto al primer aspecto les diré, que es obvio que quienes lo dicen no pertenecen a las Iglesias Reformadas, ya que éstos aceptan como real la “totalidad” de la Biblia.

Y sobre lo segundo me parece evidente que, al mencionar el Evangelio que el discípulo amado recibe desde ese momento a María, indica que lo hizo en forma permanente, y no meramente circunstancial.

Por consiguiente sólo me resta afirmar, que María, la doncella de Nazareth que dio voluntaria, libre y conscientemente el SI al mensajero de Dios, aceptando el riesgo de una maternidad "prohibida" que podía haberle significado la muerte, tuvo un único hijo que fue el Señor Jesús.

ACOTACIÓN FINAL



Un amigo, que tuvo la gentileza de realizar una primera corrección a este trabajo me efectuó la siguiente advertencia: "¡Ojo! Esto prueba que Jesús es único hijo, pero no la Virginidad de María".

Y puede ser que así sea.

Pero al respecto debo aclarar dos cosas:

En primer lugar que tengo un gran aprecio por mis hermanos de las Iglesias Reformadas, con muchos de los cuales he compartido largas horas de reflexiones bíblicas, y si bien es cierto que puede existir alguno que esgrimiría tal tipo de argumentación, no tengo duda alguna de que la inmensa mayoría de ellos son completamente honestos en sus opiniones, por lo que estoy seguro que analizarán —y tendrán en cuenta— el sentido profundo de estas líneas.

Por otra parte, a lo largo de los años he ido aprendiendo sobre el normal (y hasta yo diría legítimo) "aferrarnos a nuestras ideas", por lo cual sinceramente deseo expresar que no he redactado este texto para convencer a nadie.

Simplemente lo he escrito con el único objeto de explicar MI FE en la Virginidad de María, la cual surge, no de una mera enseñanza, de algo aprendido de chico basado en una antigua Tradición, sino FUNDAMENTALMENTE de los textos bíblicos que, desde hace ya muchos años vengo leyendo con interés.

También contribuye no poco a ese convencimiento, mi experiencia y lecturas en el campo previsional, sector en el cual me desempeñé laboralmente durante más de 30 años.

Si a alguien pudiese prestarle alguna utilidad estas líneas me alegraría profundamente, ya que en parte contribuiría a saldar una antigua deuda que mantengo con la dulce María.

En efecto; desde muy chico he sentido hacia ella una "especie de bronca o envidia", pues como una derivación de lo aprendido la veía como alguien "sin problemas", dado que por su particularísima situación, interpretaba que "estando sólo orientada al Bien" por haber sido liberada del pecado original, su vida debía haber transcurrido sin tener que afrontar las dificultades que tenemos todos.

Con el correr de los años, al asumir en mi vida el simple rol de padre de mis hijas, pude sentir en mi propio interior esa tremenda angustia que significa —frente a una sencilla enfermedad— la mera posibilidad de perder un hijo.

Y a raíz de eso, y mediante la lectura de la Biblia, al dimensionar por un lado el riesgo que significó su "maternidad de soltera", y fundamentalmente su drama como madre frente al hijo crucificado comencé a comprenderla mejor, y en lo posible procuro enmendar aquel error, a lo cual espero contribuyan estas líneas, aun estando plenamente convencido de que ella, en realidad, jamás me lo reprochó.



Esperando haber podido cumplir con lo prometido, les hago llegar mis cordiales saludos

MARANA-THA

Mario
 
Finaliza JESÚS DE NAZARETH – EL ÚNICO HIJO DE MARÍA

JESÚS DE NAZARETH - UN BUEN HIJO


Posiblemente, algún lector que haya tenido la amabilidad de leer hasta aquí el presente trabajo se estará preguntando: "Interesante; pero ¿qué tiene que ver con el título de este escrito?".

Pues bien. Creo que frente a toda esa realidad histórico—bíblica conviene repasar mentalmente los últimos instantes de vida del Señor en la cruz, para lo cual me permito transcribir el texto del Evangelio: "Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, con su hermana María, mujer de Cleofás y María Magdalena. Al ver a su madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa" (Jn.19,25-27).

Mucho se ha escrito sobre el significado que la "delegación de María" al discípulo amado por Jesús, posee como figura de su "maternidad sobre toda la humanidad", o "sobre la Iglesia".

De forma alguna es mi interés poner en tela de juicio tal interpretación, o cualquier otra que pueda elaborarse sobre el particular. Pero desde mi punto de vista creo que deberíamos también pensar en tal hecho como una faceta de algo bastante más simple.

El Cristo, pendiendo de la cruz, nota que la vida se le está escapando.

Sin duda quería entrañablemente a María, su madre, quien supo arrancarle casi a la fuerza el primer milagro que realizó públicamente en Caná.

Sabe que a partir de su muerte quedará desprotegida, y para evitar tal situación le pide a su discípulo "amado", al más fiel (o incluso, si se lo prefiere, hasta podríamos decir que lo hizo por ser el único que estaba allí, ya que fue capaz de acompañarlo hasta la cruz) que la cuide como si fuese su propia madre.

Ahora bien; si Jesús hubiese tenido realmente otros "hermanos", tal preocupación difícilmente hubiese ocupado esos últimos instantes de su vida.

Por otra parte, no resulta razonable pensar que el Cristo le hubiese "adjudicado bonitamente" la persona de su madre (lo cual, recuerdo, implicaba fundamentalmente su "mantenimiento") a un extraño sin consultarlo previamente con sus "hermanos", y sin haber tenido su consentimiento.

Alguien, en el terreno de lo hipotético podrá tal vez argumentar, que tal situación podría haberse originado en la existencia de una "mala relación" entre María y los "hermanos" del Señor, situación que sería la causa de un distanciamiento de tanta magnitud, como para generar la "desprotección" que quería cubrir Jesús.

Honesta y sinceramente pienso que María debe haber sido LA DULZURA, y realmente me resulta dificilísimo pensar siquiera en la posibilidad de que sus propios hijos (o, incluso, eventualmente las "nueras") no quisiesen atenderla.

Pero sobre todo creo que más inconcebible aún sería el caso de las eventuales "hijas", ya que al negarse su virginidad también se utiliza el argumento del texto que dice expresamente "hermanas" (Mt.12,56).

Por otra parte sabemos que Santiago (o Jacobo) el "hermano del Señor", pasa a ocupar un lugar sumamente importante en la Primera Comunidad Cristiana (Hc.12,17; 15,12) situación que muy difícilmente se hubiese podido producir, de haber "desatendido" la subsistencia de su propia madre.

Se podrá tal vez argumentar que Jesús lo hizo "por las dudas", es decir, pensando en que posiblemente sus "hermanos" también morirían, y que en ese caso su madre quedaría sin protección.

Sin embargo, de la lectura del pasaje que he trascripto, surge con claridad que María pasa a vivir con el discípulo a partir de ese día, y no más adelante.

Sabemos que María al morir Jesús debía tener unos 50 años de edad, lo cual la transformaba en una "anciana" conforme las pautas de la época, dado que incluso había superado holgadamente el promedio de vida, situación que significaba la imposibilidad de volver a casarse.

Por otra parte en mi opinión no poseía bienes, ya que estoy convencido de que Jesús no se limitaba a "decir cosas", sino que realmente vivía como afirmaba que debía hacérselo.

Es por eso que creo no tenía ni siquiera una casa, dado que pese a figurar en diversas oportunidades en el Evangelio que "concurría a la casa" (Mc.7,19; 9,28; 10,10) también podemos encontrar al propio Jesús afirmando: "Los zorros tienen su cueva y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza" (Mt.8,20).

Por otra parte resulta inconcebible pensar, que Jesús hubiese podido dar al "hombre rico" el consejo de vender sus bienes, y entregar el dinero a los pobres antes de seguirlo (Mc.10,20-22) si él hubiese conservado "su" propia casa.

Asimismo, interpreto que tal carencia de bienes surge con mucha claridad de la Segunda Carta a los Corintios, y que ese sería, precisamente, el significado del "empobrecimiento personal" del Señor que cita Pablo, como un ejemplo para los cristianos de esa ciudad (2Cor.8,9).

En efecto; y sin pretender ingresar en el análisis de un tema que superaría por completo el objetivo de estas líneas, creo que por lo menos resulta sumamente complejo asumir, que en aquellos primeros años del cristianismo el Apóstol se hubiese estado refiriendo al "misterioso empobrecimiento" que significaba la Hipóstasis, o Unión Hipostática (Dios "reducido" a la condición de hombre).

Finalmente diré, que en un afán de negar la Virginidad, no falta quienes discuten la “historicidad” de ese hecho, o afirman que sucedió porque posiblemente los hermanos y hermanas del Señor no estaban en ese momento en Jerusalén.

Pues bien; con respecto al primer aspecto les diré, que es obvio que quienes lo dicen no pertenecen a las Iglesias Reformadas, ya que éstos aceptan como real la “totalidad” de la Biblia.

Y sobre lo segundo me parece evidente que, al mencionar el Evangelio que el discípulo amado recibe desde ese momento a María, indica que lo hizo en forma permanente, y no meramente circunstancial.

Por consiguiente sólo me resta afirmar, que María, la doncella de Nazareth que dio voluntaria, libre y conscientemente el SI al mensajero de Dios, aceptando el riesgo de una maternidad "prohibida" que podía haberle significado la muerte, tuvo un único hijo que fue el Señor Jesús.

ACOTACIÓN FINAL



Un amigo, que tuvo la gentileza de realizar una primera corrección a este trabajo me efectuó la siguiente advertencia: "¡Ojo! Esto prueba que Jesús es único hijo, pero no la Virginidad de María".

Y puede ser que así sea.

Pero al respecto debo aclarar dos cosas:

En primer lugar que tengo un gran aprecio por mis hermanos de las Iglesias Reformadas, con muchos de los cuales he compartido largas horas de reflexiones bíblicas, y si bien es cierto que puede existir alguno que esgrimiría tal tipo de argumentación, no tengo duda alguna de que la inmensa mayoría de ellos son completamente honestos en sus opiniones, por lo que estoy seguro que analizarán —y tendrán en cuenta— el sentido profundo de estas líneas.

Por otra parte, a lo largo de los años he ido aprendiendo sobre el normal (y hasta yo diría legítimo) "aferrarnos a nuestras ideas", por lo cual sinceramente deseo expresar que no he redactado este texto para convencer a nadie.

Simplemente lo he escrito con el único objeto de explicar MI FE en la Virginidad de María, la cual surge, no de una mera enseñanza, de algo aprendido de chico basado en una antigua Tradición, sino FUNDAMENTALMENTE de los textos bíblicos que, desde hace ya muchos años vengo leyendo con interés.

También contribuye no poco a ese convencimiento, mi experiencia y lecturas en el campo previsional, sector en el cual me desempeñé laboralmente durante más de 30 años.

Si a alguien pudiese prestarle alguna utilidad estas líneas me alegraría profundamente, ya que en parte contribuiría a saldar una antigua deuda que mantengo con la dulce María.

En efecto; desde muy chico he sentido hacia ella una "especie de bronca o envidia", pues como una derivación de lo aprendido la veía como alguien "sin problemas", dado que por su particularísima situación, interpretaba que "estando sólo orientada al Bien" por haber sido liberada del pecado original, su vida debía haber transcurrido sin tener que afrontar las dificultades que tenemos todos.

Con el correr de los años, al asumir en mi vida el simple rol de padre de mis hijas, pude sentir en mi propio interior esa tremenda angustia que significa —frente a una sencilla enfermedad— la mera posibilidad de perder un hijo.

Y a raíz de eso, y mediante la lectura de la Biblia, al dimensionar por un lado el riesgo que significó su "maternidad de soltera", y fundamentalmente su drama como madre frente al hijo crucificado comencé a comprenderla mejor, y en lo posible procuro enmendar aquel error, a lo cual espero contribuyan estas líneas, aun estando plenamente convencido de que ella, en realidad, jamás me lo reprochó.



Esperando haber podido cumplir con lo prometido, les hago llegar mis cordiales saludos

MARANA-THA

Mario
En realidad Jesús sabía que resucitaría y que se levantaría de los muertos por lo que todo tu análisis y su conclusión son errados.
Lo que está haciendo Jesús en la cruz antes de morir es poniéndole final a su relación terrenal y humana con María.
De está forma y desde aquel momento ella ya no sería mas su madre.
María no es la madre del Señor resucitado y por eso no es a ella a quien se le aparece después de volver de la muerte.

Jesucristo es el Verbo venido en carne, y de la misma forma en que María no era la madre del Verbo antes de este venir al mundo, debe dejar de serlo para cuando este deje el mundo para volver al Padre.

Abrazos.
 
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Nuestro hermano “Salmo51”, expone algunas cosas y me parece necesario señalarle que, si consulta la opinión de los judíos sobre el texto de Isaías, donde se mencionaría que una virgen tendría un hijo, podrá verificar que para ellos no se menciona una virgen, sino una mujer recién casada.

Obviamente yo no sé hebreo, pero me parece conveniente tratar de escuchar todas las voces.

Y digo eso más allá de que, como estoy seguro habrá quedado perfectamente claro, creo en la virginidad de María.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario