¿Todos los "cristianos" siguen al Nazareno?
¿Todos los "cristianos" siguen al Nazareno?
Es interesante el planteamiento de la pregunta, basado en el escrito Dr. José R. Martínez Villamil,Web Servant (para Mente Abierta)que a continuacion les copiare, pero antes dire que DIOS existe para cada uno de nosotros en una manera personal, eso es bueno, pero no debemos imponer nuestro "conocimiento" de Dios a nadie. Mucho menos convertirlo en el Despota de la creacion para convertirnos en su exclavo contra nuestra voluntad y por voluntad de los que se dicen "seguidores de Dios" autoerigidos en maestros.
Las religiones, dire "casi" para no equivocarme, se han adueñado o mejor dicho apropiado en forma indebida del Señor de Señores, nuestro Dios Todopoderoso. Tambien dire que hasta ahi "eso" no esta mal, solo que algunos quieren "obligarnos" a ver a Dios desde su "personal y exclusiva optica" lo cual esta bien para esa persona especifica pero no para "venderlo con sus personales argumentos"; SIMPLEMENTE PORQUE DIOS ES DE TODOS Y TODOS SOMOS DE DIOS.
El tema de la existencia de Dios, que algunos consideraban como "muerto" en los años 70, ha resurgido en los círculos filosóficos del mundo.
En este breve artículo no probaré la existencia de Dios. Nadie puede. Como tampoco nadie puede probar su no-existencia. Sin embargo, a lo largo de estas secciónes creo que se dejará demostrada la racionalidad de la creencia en Dios. Haciendo uso de argumentos conocidos (cosmológico, diseño, moral) y otros menos conocidos (Principio Antrópico, Kalam) deseo despejar el camino de aquellos que sinceramente buscan
Como conjunto, estos argumentos recuerdan a la persona que piensa que la creencia en Dios no sólo es razonable, sino creíble y defendible en los albores del siglo XXI.
La trascendencia de la existencia de Dios es inmensa. Si la tesis teísta (la creencia en Dios) es verdadera, sus implicaciones para nuestra vida presente y futura son incalculables. Le invito a “dudar de su duda,” a “abrir su mente” y a que se disponga al examen de la evidencia y a decidir por usted mismo...
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Introducción
Una vez, un amigo me explicaba cómo para él era muy fácil no creer en Dios. Entonces no le entendí pero pude entenderlo después. La realidad es que a aquellos que creemos en Dios con frecuencia se nos olvida que existe una avalancha de posibles razones para dudar de su existencia.
De modo que si usted es de los que no creen (o dudan), ¡Bienvenida! Esta sección es probablemente la más ambiciosa de todo este proyecto. No pretendemos tratar todo lo que el tema requiere en esta primera etapa. Iremos añadiendo artículos que poco a poco contribuyan a examinar tan importante tópico de manera más completa.
¿Qué importa?
Para algunos el tema de la existencia de Dios es un callejón sin salida. No hay solución clara para la cuestión, por lo que optan por el agnosticismo. Para otros, el tema ha perdido toda relevancia. Piensan que tras los pronunciamientos de Kant y de Nietzsche el concepto de Dios ha pasado a mejor vida. Aún otros han percibido que los adelantos científicos han hecho “innecesaria” la existencia de Dios.
Nada más lejos de la realidad. El tema sigue vivo. En círculos filosóficos el tema de la Existencia de Dios ha cobrado nueva vida y actualidad. La revista Time (7 de abril de 1980) decía:
En una silenciosa revolución en pensamiento y argumento que a penas nadie hubiera previsto hace dos décadas, Dios está escenificando un retorno. Más curioso aún, esto está sucediendo no entre los teólogos o en los creyentes ordinarios, sino en los círculos intelectuales de los filósofos, donde hace tiempo el consenso había hecho desaparecer al Todopoderoso del discurso fructífero.
En círculos científicos el debate continúa sobre las implicaciones no científicas del “Big Bang” y sobre las suposiciones metafísicas que algunos han hecho de la teoría evolucionista.
Es mucho lo que está en juego. Estamos hablando de lograr una visión coherente del universo, la historia y la vida; de buscar contestación a nuestras inquietudes existenciales y de poder sentar unas bases sólidas para poder desarrollar un código de moralidad coherente.
¿Creer o no creer?
¿Cómo acercarnos al tema de la existencia de Dios? Ya hemos dicho que ésta no puede ser demostrada fuera de toda duda. No podemos someter a Dios a pruebas de laboratorio, al escáner, ni al espectrofotómetro, como tampoco podemos demostrar su presencia “invisible” bombardeándolo con electrones en un acelerador de partículas.
Esta tensión nos dejaría en el terreno del agnóstico. ¿Hay algo más? Creo que sí. Creo que es posible argumentar en favor de la razonabilidad de la creencia en Dios. Y también creo que el modelo teísta (y, mejor aún, el cristiano) es la mejor manera para explicar el universo, la humanidad y la historia. Esto son palabras mayores. De modo que, comencemos.
Puntos de partida
Asumo de inicio que es posible hablar sobre la persona de Dios. Creo que la trascendencia de la Persona de Dios no es un impedimento para articular nuestro entendimiento sobre él. También acepto que la razón, a pesar de sus limitaciones, es capaz de conducirnos por el laberinto de las argumentaciones y llevarnos al puerto seguro de conclusiones razonables.(sigue)