Re: ¿EUTANASIA?¿JUSTICIA? ESTO ES ESPAÑA HOY.
Todavía hay personas que se consideran cristianas y siguen erre que erre haciendo el juego a la cultura de la muerte. Y es que saben todos los argumentos malos y ninguno de los buenos. Yo no sé que clase de fe tienen, que conversión han experimentado, que Cristo han conocido, que saben de las Escrituras, que doctrina profesan, cuando dudan si deben estar del lado de la vida o del lado de la muerte:
Deu 30:19-20 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando a JHWH, tu Dios, atendiendo a su voz y siguiéndolo a él, pues él es tu vida, así como la prolongación de tus días...
El cristiano tiene que estar siempre del lado de la vida porque procede de Dios (En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz resplancede sobre las tinieblas y las tinieblas no pudieron prevalecer contra ella, Jn.1:4 y 5. ...pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 2Ti. 1:10).
Historias de personas que volvieron del estado de vida vegetativo. Tomadas del diario Clarin de Argentina
Abren los ojos, tras un período crítico de pronósticos inciertos. A partir de ese despertar, evolucionan de una manera que la ciencia apenas comprende: después de permanecer algunos meses en estado vegetativo, comienzan a dar señales de recuperación. Son casos más frecuentes de lo que se cree, que complejizan el dilema ético del mantenimiento de la vida en forma asistida.
El debate se reavivó hace poco menos de un mes, con la muerte en EE.UU. de Terri Schiavo, la mujer que estaba en estado vegetativo desde hacía 15 años y que fue desconectada de la sonda que la alimentaba. Y dejó una pregunta que los científicos aún intentan responder: ¿qué pasa en la conciencia de estas personas?
Ayer (Ver aparte), otro caso echó más leña al fuego: el del bombero de EE.UU. que "despertó" tras diez años en coma. Y aquí, dos testimonios —el de Alejandro Laurenza y el de Javier Ameijeiras— trasladan el tema a nuestro país.
Históricamente, los médicos clasificaron a los pacientes con trastornos de conciencia en "estado de coma" o "estado vegetativo". Pero la prueba de que incluso después de un daño severo del cerebro puede existir una "mínima pero definitiva evidencia de conciencia" llevó a los expertos en neurociencias a acuñar el término "estado de conciencia mínima".
"El comportamiento de estos pacientes ocurre inconsistentemente, pero es sostenido en el tiempo para poder ser diferen ciado de un comportamiento reflejo", explica el jefe del área de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría del FLENI, Facundo Manes. No obstante, advierte que "el que haya actividad cerebral no significa que la red de conciencia esté preservada. Se trata de islas de reserva cognitiva que no representan la conciencia general".
"Hay pacientes que salen del hospital en estado vegetativo persistente y, de a poco, empiezan a cambiar hacia otros estados de la conciencia. Empiezan a seguir con la mirada, mueven la cabeza, pueden incorporarse", señala el jefe de Neurotrauma del Hospital Fernández, Claudio Goldoni. A la persona en estado vegetativo "se la asimiló groseramente a una planta"—dice Goldoni—. Si no conocemos el contenido de la conciencia, aunque sea mínimo, nadie tiene derecho a retirar la alimentación, a decir que ese paciente no siente nada. Aún no sabemos bien cuáles son los finales de esta situación".
A raíz de una lesión en el cerebro, el coma (estado de inconsciencia patológica con ojos cerrados), puede ser, en el peor de los casos, la antesala de la muerte encefálica (cese irreversible de las funciones del encéfalo).
Pero, si se supera —generalmente esto ocurree entre la segunda y cuarta semana— puede evolucionar hacia un estado vegetativo.
Una persona en estado vegetativo está despierta pero sin conciencia —al menos comprobable— de sí misma o del entorno. "El paciente está desconectado del medio, conserva el ciclo de sueño y vigilia (a diferencia del coma), puede tener algunos actos espontáneos como sonidos guturales y no tiene control de esfínteres", explica Goldoni. En el país, se estima que este trastorno tiene una prevalencia de 2 a 4 cada 100.000 habitantes.
"Se llama estado vegetativo persistente a aquel que permanece un mes o más luego de una injuria cerebral traumática o no traumática", explica Manes.
En cambio, "el estado vegetativo permanente se considera irreversible —especifica Manes—. Es permanente luego de tres meses de un daño cerebral no traumático o de doce meses luego de un traumatismo de cráneo".
Según Goldoni, la edad también se tiene en cuenta: "cuanto mayor la persona, menos posibilidades de recuperación tiene".
Se interpreta que la persona ha salido del estado de conciencia mínima cuando "presenta habilidad para comunicarse —hablando o con gestos claros— o tiene capacidad para usar objetos funcionalmente, puntualiza el especialista del FLENI.
Luego, hay un tiempo prolongado en el que la evolución se da de diferentes maneras. "Algunos quedan con déficit importantes y otros mejoran lentamente sus funciones cognitivas y sus niveles de independencia funcional", indica Manes.
El conocimiento de la naturaleza de la conciencia es todavía rudimentario. Recién se están realizando las primeras "neuroimágenes funcionales" para comparar la actividad cerebral en respuesta a estímulos cognitivos o emocionales en personas con estado vegetativo y de conciencia mínima. "Desafortunadamente, estamos en las etapas iniciales de la investigación como para sacar conclusiones definitivas", dice Manes.
"Salí por mi esfuerzo y el apoyo"
¿Por qué salí yo y otra gente sigue así?, se pregunta Alejandro Laurenza (25). El tiene una respuesta: "Por mi esfuerzo y el apoyo de mi familia y profesionales". Quien está un rato con él no advierte ninguna anomalía, excepto un silbido al hablar, por una traqueotomía que lo ayuda a respirar. "Habla como un loro", aseguran quienes lo conocen. Y no sólo eso: Alejandro camina, baila el tango y se divierte con sus amigos, como cualquier chico de su edad. Los médicos dicen que se trata de una "recuperación prácticamente total".
"Quedó sin caminar, sin hablar, sin nada. Dieciocho días en coma", cuenta su mamá, Susana, en su casa de San Antonio de Padua. La historia comenzó el 11 de julio de 2003, cuando volvía de trabajar junto con tres amigos. El auto en el que viajaban chocó contra un árbol en la famosa "curva de la muerte", en Figueroa Alcorta y Dorrego.
Alejandro sobrevivió al accidente, y no sufrió ni un raspón. "El golpe está en la cabeza", le dijo una enfermera a sus padres, cuando llegaron a la sala de terapia intensiva del Hospital Fernández. Había sufrido una "rotura de base de cráneo". Al salir del coma, entró en estado vegetativo persistente.
"Cuando despertó, miraba para arriba, no estaba conectado para nada", recuerda Susana. Los médicos decían que por la lesión que tenía, todos los movimientos eran involuntarios y que había que esperar entre seis y ocho meses para ver qué pasaba. Aunque no obtenían ninguna respuesta, le hablaban y le sacaban fotos.
Dos meses más tarde, en el hospital San Juan de Dios, tuvo su primera reacción. Se rió, mientras su papá, Tony, le recordaba una de sus travesuras. Después empezó a comunicarse con una pizarra que decía "sí", "no", "para qué", el abecedario y los números. Al "conectarse" nuevamente, "creía que tenía cuatro años menos —cuenta Susana—. Estaba preocupado por las faltas del colegio y preguntaba por su novia del secundario". Al principio no reconocía a su familia. "Cuando lo veía a Leo (el hermano) decía: a este pibe lo conozco, pero no sé de dónde".
Como un bebé, empezó a dar sus primeros pasos. Un día comió y, más tarde, dijo sus primeras palabras: "Tengo sueño". Y el día en que cumplió 23 años, volvió a caminar.
Una recuperación inexplicable
Cuando Javier Ameijeiras (28) entró en coma al hospital Fernández, el 19 de mayo de 2002, los médicos le dijeron a su mamá, Liliana, que había que esperar "un milagro".
El día anterior, Javier había sufrido un severo traumatismo de cráneo tras chocar la moto en la que viajaba de acompañante contra un auto. El conductor de la moto quedó ileso. La suerte de Javier fue distinta. Un estudio indicaba que había perdido el 50% de su cerebro. Estuvo en coma y, al despertar, el diagnóstico era inequívoco: "estado vegetativo persistente". Permaneció así un año.
Luego de 90 días internado en terapia intensiva, lo pasaron a una sala común, y, poco después, su mamá lo llevó a su casa, en La Paternal. Desde entonces, está las 24 horas junto a la cama articulada de su hijo, asistiendo a su inexplicable pero efectiva rehabilitación.
Javier sigue con la mirada, hace señas con las manos para expresar si algo le gusta o le desagrada, jura con los dedos cuando se le pregunta algo, se ríe, le aprieta la mano a su papá, come normalmente —con ayuda— e incluso dice algunas palabras.
"Te amo", le repite a su mamá, mirándola fijo a los ojos. Su simbiosis es en gran parte responsable de la recuperación de Javier. Pero Liliana reconoce entre lágrimas: "con mi amor sólamente, no alcanza". Ella siente que el sistema de salud los abandonó: "Yo estoy sola con esto. Y me pregunto, ¿quién cuida a mi hijo si a mí me pasa algo?"
Mujer 6 años en coma despertó tres días
Luego volvió a perder la conciencia
COLORADO SPRINGS, Colorado - Una mujer que cayó en estado vegetativo hace más de seis años despertó esta semana durante tres días y habló con su familia y con una televisora local para después perder nuevo la conciencia.
Ha despertado otras veces
"Estoy bien", dijo Christa Lilly a su madre el domingo en sus primeras palabras en ocho meses. La mujer ha despertado en otras cuatro veces por períodos breve desde que sufrió un ataque cardiaco y un derrame cerebral en noviembre del 2000.
"Me parece maravilloso. Me hace muy feliz", declaró Lilly a la televisora KKTV-TV. También consiguió ver a su hija menor, Chelcey, ahora de 12 años, y a tres nietos.
Antes de recaer el miércoles, la víspera del Día Internacional de la Mujer, Lilly dijo a la estación de televisión que su peor frustración era aprender a hablar de nuevo.
Después de ser alimentada por sonda durante años, comer no significó ningún problema. "He comido tarta", dijo.
Sin explicación médica
El neurólogo Randall Bjork, que la atiende, dijo que no podía explicarse cómo o por qué despertó.
"Simplemente no puedo explicar esto con base en lo que sabemos de los estados vegetativos persistentes", indicó.
El estado vegetativo es muy similar al coma, salvo porque como en el caso de Lilly los ojos permanecen abiertos. Bjork afirmó que nunca ha visto una manifestación similar de despertar.
Tras la nueva recaída de Lilly, su madre Minnie Smith, que se dedica a atenderla, dijo: "El buen Señor me permitió saber que ella está bien, la trae de visita cada vez más a menudo y se lo agradezco".
El neurólogo Randall Bjork, que la atiende, dijo que no podía explicarse cómo o por qué despertó. "Simplemente no puedo explicar esto con base en lo que sabemos de los estados vegetativos persistentes", indicó.
SOBREVIVIENTE DE LA TRAGEDIA DEL PUENTE QUELÉN DESPERTÓ DEL COMA
miércoles, 03 de enero de 2007
Por Tania Merino M.
Johann Parra debió haber muerto en Cañete. La gravedad de sus lesiones era tal, que su salida del fatídico bus Hualpén, que cayó a las aguas del río Tucapel, sólo podía auspiciar un desenlace fatal o un coma permanente.
Sin embargo, el conscripto de 18 años, no sólo sobrevivió sino que superó el estado vegetal.
La próxima semana saldrá por fin de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Regional, para ser trasladado a una sección de menor complejidad.
Según el jefe de la UCI, el doctor, Renato Colima, “todo lo que él ha vivido es un milagro”. Tras 51 días internado, el trompetista de la banda del regimiento Chacabuco abrió los ojos y realizó sus primeros movimientos.
“Está consciente, No ha recuperado todavía su lenguaje, pero está atento al medio, con los ojos abiertos, dirige la mirada y si uno le habla o llega su familia un lado de su cama, él les presta atención”.
A veces los doctores observan a Johann levantar una pierna, un brazo o tratar de bajarse de la cama. A pesar que no logra tener emociones todavía y no puede hablar, sus movimientos hacen pensar que el joven está librando su batalla por la ansiada recuperación.
Será otra lucha
Sin embargo y pese a las mejorías, advirtió que su paciente quedará con varias secuelas y que se inicia un largo proceso de rehabilitación.
“Es posible que pueda quedar con daños en su lenguaje, es probable que logre emitir algunos sonidos, no tenemos la capacidad de predecir si va a ser un lenguaje formal o no. También sabemos que tiene secuelas motoras, que se moviliza con dificultad en el hemicuerpo izquierdo que le va a impedir una rehabilitación mayor” explicó el facultativo.
-¿Y es capaz de percibir o de reconocer a su familia?
“No, no es capaz de mostrar emocionalidad. Es duro decirlo, pero podría ser cualquier objeto que se mueve y que está delante de él al que le preste atención”.
-¿Le espera una vida más o menos normal, trabajar o tener una familia?
“Es muy poco probable. Lo que pensamos es que va a quedar con muchas secuelas sicológicas, sicomotoras, neurológicas y que va a mejorar, pero no mucho más que de la condición que está actualmente, -¿Va a poder volver a ser soldado?
“No”.
“Lo único que quiero es ver bien a mi hijo”
“No voy a bajar los brazos hasta que Johann pueda recuperarse”, dijo esperanzado Manuel Parra, el papá del conscripto de 18 años, quien por primera vez accedió a hablar con un medio de comunicación. “Ha sido mucho sufrimiento, yo estoy mal y toda la familia también, porque llegó tan mal el huachito de ese accidente”, dijo consternado a “Crónica”.
“Cuando lo vi por primera vez no era él, parecía un pollito, no era mi hijo fuerte...”, explicó y su voz se quebró.
Alegó que no han recibido ayuda del Ejército y que requieren apoyo económico para brindar la mejor recuperación posible al conscripto de 18 años. Adelantó que la mamá del joven volverá a vivir a Chile para cuidarlo y que “no bajaremos los brazos hasta verlo bien, porque es lo único que quiero, que él se recupere, no he perdido la esperanza hasta ahora y no lo voy a hacer”, señaló.
El caso del hombre que despertó del coma aviva el rechazo a la eutanasia
Eutanasia no es solución. El caso de un hombre que ha despertado del coma tras de 4 años, rescata el debate. El portavoz de Sanidad del PP, Mario Mingo, asegura que «mientras mi partido gobierne no se aprobará». El presidente de Médicos Cristianos dice que es «la extrema derecha de la práctica médica».
C. Trujillo - Madrid.-
¿Qué habría pasado si la eutanasia activa fuese legal en España? ¿Habría optado la familia de Indalecio Llort, que ha despertado tras cuatro años en coma, por acabar con su vida? La noticia de que un estado de coma no es, necesariamente, irreversible, vuelve a traer a debate la polémica sobre la eutanasia y despierta un halo de esperanza en todos aquellos que tienen un familiar en ese estado.
En declaraciones a LA RAZÓN, Feliciano Blázquez, presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso y diputado del PP, manifestó que «éste es un claro ejemplo de que no hay que desesperar; no hay que tirar la toalla en ningún momento». Blázquez, que en todo momento mostró su más acérrima oposición a la eutanasia, se reafirmó en su opinión y dijo que «hay que luchar hasta el final. No sé que habría hecho la familia de este señor en caso de que esta drástica medida fuese legal en nuestro país, pero, desde luego, ahora deben estar contentísimos por lo sucedido». Asimismo, expresó su tranquilidad por que «aquí y ahora la legalización de esta medida es inviable». «De todas maneras, ¬dijo¬ hay que tener en cuenta la libertad de conciencia de los profesionales».
En la misma línea de oposición se mostró Mario Mingo, portavoz de Sanidad del Partido Popular, que «a nivel de partido y de persona» pronunció un «no» rotundo a la disposición de la vida de otra persona. Mingo aseguró que «en mi partido la dignidad de la persona está por encima de todo», y añadió que «mientras el PP se mantenga en el Gobierno la eutanasia no tendrá ninguna posibilidad ser aprobada o ver la luz». Por su parte, José María Simón, presidente Médicos Cristianos de Cataluña, manifestó con rotundidad «que con la noticia de Llort, lo único que se demuestra es que no se puede quitar del medio a nadie».
«Extrema derecha médica»
Simón argumentó que no se pueden adoptar soluciones tan dramáticas, «primero por que se trata de un ser humano y, luego, porque no sabes si va a despertar». Dijo que, «en estos casos, quien sufre es la familia y que la idea de que un paciente en coma lo está pasando mal es falsa. Lo único que debe hacerse con una persona en estado vegetal es mantener los cuidados paliativos mínimos pero nunca decidir sobre su vida».
El presidente de Médicos Cristianos de Cataluña se muestra convencido de que «en ocasiones, los adultos preferirían dar un mal paso pero no deben ser ellos quien decida. La gente muere de vieja y no hay más».
Convencido de que la eutanasia es una solución desacertada, Simón, hizo hincapié en una preocupación que le ronda la cabeza: «Por un lado, ¬dijo¬ me desagrada la idea de que la libre disposición de la vida de una persona se despenalice. Es decir, que no se castigue a quien está cometiendo un crimen. Por el otro, me inquieta ¬continúa Simón¬ que esta medida se popularice». «Una cosa es que algo esté prohibido y otra bien diferente es que se respete esa prohibición. Si no se adoptan medidas ¬asegura¬ , la eutanasia podría ejercerse de tapadillo».
A su juicio, «la eutanasia es la extrema derecha de la práctica médica». Aunque también reconoce que lo opuesto, la opción estar hinchando a medicamentos a alguien que va a morir, tampoco es lo correcto.
En el caso concreto de Indalecio Llort, varios expertos coinciden al señalar que «es normal que recuerde lo que pasó minutos antes de entrar en el estado de inconsciencia». «Una cosa ¬añaden¬ es que tenga pérdida de la capacidad del habla (afasia) y otra bien diferente es que tenga pérdida de la memoria».2004-02-13 – LA RAZÓN. ESPAÑA
Nota. de Pablo Blanco.- El comentario del doctor Simón, sobre que la eutanasia es la extrema derecha de la practica médica, debo decir que es sorprendente que quienes la promueven en sus programas son siempre de izquierdas. Luego va a resultar que la izquierda es y representa lo que se conoce popularmente como extrema derecha. Es decir, lo que deviene del materialismo marxista es el denominador y signo del origen común del nazismo, comunismo y socialismo, y de su comunión de ideas filosóficas. Y su enfrentamiento político solo representa que no hay peor cuña que la de la misma madera.