El principal es desconocer quien es Jesús.
Muchos, como usted, lo que ven es un hombre moribundo implorando lástima colgado de un madero, los fabrican en yeso y los cubren de pintura y a sus pies le ponen una alcancía, para que los devotos religiosos le patrocinen su causa.
Levantar un altar «al Dios no conocido» es el logro más elevado posible para la religión natural.
En Atenas Pablo se encontró con una multitud de dioses y entre ellos un monumento al "dios" no conocido.
Hch 17:23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél, pues, que vosotros adoráis sin conocerle, a Este yo os anuncio.
Pero, como dijo San Pablo en Atenas, incluso la luz de la naturaleza debiera enseñar a los hombres que Dios no quiere nuestro servicio ni nuestro patrocinio «como si necesitase de algo».
Él deseaba que los hombres le buscaran, aunque tuvieran que buscarle a tientas en su ceguera y en tinieblas, «si en alguna manera, palpando, puedan hallarle».
Y Él podía darle bendición a pesar de su ignorancia, porque «es galardonador de los que le buscan».
Si ellos tan solamente se volvieran «a lo recto, y lo siguieran todo derecho» Él podía, como declaró San Pablo, pasar por alto su ignorancia.
«Pero ahora», continúa diciendo: «manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan».
Y el cambio depende de esto, que Dios se ha revelado a Sí mismo en Cristo, y que por ello mismo la ignorancia de Su voluntad es un pecado que consigna a los hombres al juicio.
Porque no se trata de fabricar un ídolo impotente que mueva a lástima como hace el religioso inconverso.
El que hizo los cielos y la tierra, que, al considerar su magnitud, palpable visualmente, como en un mínimo átomo de alcance transmitido por las cámaras del telescopio James Webb, y volver los ojos al tamaño de la tierra, un punto azul pálido al decir de Carl Sagan, observando la fotografía de la sonda abandonando el sistema solar, y negar que descendió al Hades a rescatar a aquellos santos del AT que estaban allí por la imperfección de la sangre de sus sacrificios (Heb.10:4) y dar testimonio al otro grupo, los antediluvianos sobre el colosal error de no haber atendido y creído en la predicación de Noé identificado como "Pregonero de justicia" (2P.2:5) es el fruto del total desconocimiento de Jesús el Hijo de Dios visto por Daniel antes de su encarnación (Dn.7:13-14) recibiendo señorío gloria y reino.
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