Estimado Chon
Directamente relacionado con su pregunta, a continuación reproduzco parte de un articulo sobre las personas y sus altas conexiones, que realmente alentaron el espiritismo moderno. El articulo apareció en la revista “Año Cero” cuyos datos editoriales se encuentran al pie del mensaje.
El articulo se titula “¿Nos llaman los muertos?” y sus autores son: María Estalayo y F.J. Mañez Ferrer.
Psicofonias
El Estudio de las Psicofonias, fue impulsado por la iglesia católica
El fenómeno de la transcomunicación nació con la psicofonía, pero uno de los datos menos conocidos es que los primeros interesados en la investigación y divulgación de este asunto, incluido el padre de las psicofonias Friedrich Jürgenson, tenían una relación directa con el Vaticano.
Solo puede darse por sentado que Jürgenson fue quien primero se percató de la existencia del fenómeno de las psicofonias, aunque con anterioridad diversas personalidades habían tenido experiencias espontáneas relacionadas con el mismo.
El utilización de la radio como canal espiritista tiene teóricos desde hace muchos años. En 1936, sir Oliver Lodge, a la sazón presidente de la Sociedad Psíquica de Londres, ya había predicho el uso de este medio para comunicarse con los difuntos. También Guglielmo Marconi, inventor del telégrafo sin hilos, opinaba que la moderna tecnología iba a proporcionar al hombre las claves del universo. Según cuentan las leyendas biográficas sobre el inventor italiano, estuvo trabajando de forma secreta hasta su muerte en 1937, en un invento para recoger voces del pasado e incluso grabar las palabras de Jesús en la cruz.
Thomas Alva Edison
Otro inventor interesado en la fenomenología espiritista fue Thomas Alva Edison quien desarrolló la bombilla eléctrica y el fonógrafo, invento que surgió como consecuencia de las investigaciones que realizaba para ponerse en contacto con las personas difuntas. Edison creía firmemente en la existencia de una frecuencia de radio entre la onda larga y la corta que le permitiría entrar en contacto telepático con el mundo de los muertos.
En una entrevista que concedió en 1920 a la revista Scientific American, decía:
“Si la personalidad sigue existiendo después de lo que llamamos muerte, resulta razonable deducir que quienes abandonan la tierra desearían comunicarse con las personas que han dejado aquí (...). Si pudiéramos crear un instrumento tan sensible como para ser afectado, o movido, o manipulado por nuestra personalidad - tal como esta sobrevive en la otra vida -, semejante instrumento, cuando dispongamos de él, tendía que registrar algo”.
En principio puede resultar chocante que la primera investigación rigurosa en torno a las psicofonías fuera realizada en el laboratorio de física de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán, el 17 de septiembre de 1952. Y aún más puede sorprender que fuera el padre Gemelli quien registrara una serie de voces, en presencia del padre Pellegrino Ernetti.
Pero sin duda alguna, Friedrich Jürgenson es el responsable de que las psicofonías fuesen estudiadas como fenómeno paranormal por los parapsicólogos. Nacido en Odessa en 1903 se estableció en Estocolmo a la edad de cuarenta años. Estudiante de arte y música, fue cantante de opera, pintor y productor de cine.
El 12 de junio de 1959 protagonizó un suceso que conmocionó a la parapsicología de su época. En su intención de incluir cantos de pájaros en la banda sonora de uno de sus documentales grabó varias cintas en los bosques suecos. Al escuchar lo registrado, encontró junto a los sonidos de los pájaros otros ruidos adicionales que no pudo identificar. En grabaciones posteriores recogió voces que le llamaban por su nombre, incluida la de su madre, fallecida cuatro años antes.
Realizó diversos experimentos con diferentes equipos de parapsicólogos y aunque en varios de ellos consiguió grabaciones verdaderamente destacables, su fiabilidad continuaba en entredicho. Por fin, parte de sus grabaciones llegaron al instituto de Zonas Limítrofes de la Psicología y la Psicohigiene, en la universidad alemana de Friburgo. Su director, Hans Bender, una de las máximas figuras de la parapsicología mundial, emprendió una larga serie de investigaciones que comenzaron el verano de 1964 y duraron varios años. Bender y su equipo de físicos, psicólogos e ingenieros de sonido, entre otros muchos especialistas, sometieron tanto a Jürgenson como a los aparatos empleados en sus experimentos a un prolongado y riguroso examen. Los resultados fueron ampliamente satisfactorios y la realidad del fenómeno pareció quedar plenamente demostrada.
Después Jürgenson continuó su recopilación de inclusiones paranormales, escribió dos libros de amplia difusión sobre el tema, “Voces del Universo” y “Conversaciones por radio con los difuntos” y, al morir, en 1987, dejó miles de cintas magnetofónicas con las grabaciones de voces que , según siempre afirmó, habían sido emitidas por los muertos.
¿Quién descubrió realmente las psicofonías?
Resulta curioso cómo siempre se nos ha asegurado que una persona sin ninguna relación con el mudo de lo paranormal dio, de una forma casual, con el fenómeno de las voces. Pero una investigación rigurosa demuestra que los hechos no ocurrieron tal y como siempre nos han contado, que Jürgenson no fue el “descubridor” de las grabaciones paranormales, sino solamente el encargado de darlas a conocer al público.
En la década de los cincuenta, Jürgenson, ya entonces interesado por el espiritismo, trabajaba para el Vaticano. Obtuvo los derechos exclusivos de una película en torno a la figura del papa y se le autorizó a rodar un documental sobre la licuefacción de la sangre de san Genaro, de la que no se había permitido ninguna investigación científica desde 1904, cuando los profesores Sperindeo y Silva, de la universidad de Nápoles, efectuaron distintas pruebas sobre el líquido conservado en ampollas de vidrio. Todo parece indicar que el Vaticano quedaba tranquilo al confiar este tipo de documentales a Jürgenson, una persona fiel a los altos mandatarios de la iglesia católica. Tanto es así, que incluso llegó a ser condecorado en 1969 por el propio Pablo VI con la cruz de Comendador de la Orden de san Gregorio Magno.
Precisamente es esos años los padres Gemelli y Ernetti realizaban las primeras pruebas científicas sobre el misterio de las inclusiones sobrenaturales. Demasiada casualidad que la persona que dio fama mundial al fenómeno estuviera tan cerca, espacial, temporal e ideológicamente, de los primitivos investigadores y gozara de la máxima confianza entre la curia vaticana, que no podía ignorar en modo alguno el resultado de unas investigaciones que ella misma financiaba.
El mismo Jürgenson escribía en una enigmática carta dirigida en 1971 a su amigo el autor británico Peter Bander: “Además, y tal vez sea el aspecto más importante, he encontrado oídos dispuestos para el fenómeno de las voces en el mismo Vaticano. He adquirido grandes amigos entre las principales figuras de la ciudad santa. Hoy día el puente se mantiene sólidamente sobre sus pilares”.
Entonces;
¿Por qué esa insistencia en que Jürgenson había dado con el fenómeno de las voces por pura casualidad?
La iglesia católica siempre ha condenado, desde una postura oficial, el espiritismo o cualquier forma de contacto con el más allá. Como dato, basta indicar que no fue hasta el 29 de octubre de 1986 cuando el ya anciano padre Pellegrino Ernetti concedió una entrevista a la revista Oggi para hablar de sus investigaciones psicofónicas realizadas más de treinta años atrás.
Actualmente esta posición se ha relajado un tanto, pero en aquellos años era impensable que la jerarquía vaticana diera a conocer públicamente los resultados de sus propias experimentaciones, que indicaban claramente la existencia de medios técnicos capaces de hacer realidad este tipo de contactos paranormales.
A este respecto resulta sumamente esclarecedor que Jürgenson recibiera una condecoración por “servicios prestados” de manos del propio sumo pontífice, cuando precisamente estaba divulgando que la comunicación con los muertos era factible por medio del magnetófono. En este contexto un seglar como Jürgenson resultaba ser la persona ideal en quien delegar la responsabilidad de divulgar el fenómeno al resto del mundo, sin que la iglesia católica se viera comprometida en las reacciones que, sin lugar a dudas provocaría la noticia de la existencia de un posible diálogo con los muertos gracias a los nuevos avances de la técnica.
Ráudive y Léo Schmid
Paralelas a la investigaciones de Jürgenson ya se encontraban varios grupos experimentando por todo el mundo. Desde Estocolmo, Constantin Ráudive, un letón enamorado de España, donde estudió y vivió varios años, comenzó sus grabaciones convencido de que le hablaban los difuntos a través del magnetófono. Gracias al interés del letón , el inventor austríaco Franz Seidi fabricó el psicófono y el psitrón para recibir voces y los golpes de los espíritus con más claridad.
Curiosamente tanto los experimento de Ráudive, como los de Léo Schimd, un párroco suizo, han estado muy unidos a la doctrina católica. Este por su propia condición de sacerdote y aquel por sus profundas creencias religiosas y su relación con el teólogo Gebhard Frei y el prelado Pfleder. Tanto uno como el otros comenzaron sus investigaciones a una edad muy avanzada y siguieron recogiendo voces hasta su muerte en 1974 y 1976, respectivamente.
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Además ellos mismos parecen haber continuado con su antigua afición después de la muerte convirtiéndose en materia de estudio, según quienes creen haber detectado sus voces en posteriores grabaciones de psicofonías.
Ráudive se manifiesta en cintas magnetofónicas de unos amigos del también sacerdote Francois Brune, autor de un libro sobre fenómenos relacionados con la transcomunicación “Los muertos nos hablan” de la editorial EDAF...
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Hasta aquí el articulo
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El articulo incluye dentro de otras las siguientes fotografías:
1- El papa Paulo VI imponiendo una distinción a Jürgenson por sus servicios prestados al vaticano.
2- Un sacerdote católico británico escuchando con audífonos la supuesta voz de un muerto, grabada por Ráudive que aparece también en la fotografía.
3- El sacerdote católico Francois Brune, autor del libro “Los muertos nos hablan”.
4- El sacerdote católico Francois Brune, el físico Erns Senkowky y el parasicologo español Sinesio Darnell, en un encuentro privado en Barcelona.
5- Constantin Rádive mostrando un “goniometro” aparato usado para recoger psicofonías.
6- Jürenson y el parasicologo Hans Bender estudiando las voces grabadas.
Los datos editoriales son:
Revista “Año Cero” , Año IV, Numero 03-0393-32
Edita: Editorial América Ibérica
En Cristo
Rogelio
