Es típico de la izquierda hacer parecer que Jesucristo era socialista y pintaba un paraiso de igualdad en la tierra, lo cual es simplemente falso. Jesús dijo que su reino no era de este mundo (Juan 18:36), Jesús dijo que siempre tendremos a los pobres (Mc 14:7, Mt 26:11, Lc 14:7): Nosotros no vamos a lograr lo que lo que Jesús no.
Jesús nunca se compara con Robin Hood que quitaba de los ricos para dar a los hombres; por el contrario, pregonaba la meritocracia, el ganarse las cosas con sudor lo cual es de derechas.
En cierta ocasión Jesús comparó al PADRE con un patrón severo y capitalista, quien daba 5 talentos (dinero) a un trabajador –que era el más capaz- 2 talentos a un segundo trabajador, y solo 1 talento a aquel que sabía que era el más mediocre.
Como era de esperar los trabajadores duplicaron las ganancias en la medida en las que le fueron confiados los bienes del patrón y al más timido, no se le recriminó haber robado a su patrón sino haber fallado en invertir el dinero, en haber sido flojo e incompetente. (Mateo 25:14-30).
Aunque Jesús reconoce la naturaleza severa y hasta codiciosa del patrono, lo compara con DIOS Padre.
Está escrito:
Alguno dirá “Pero está escrito no se puede servir a DIOS y a las riquezas” (Mateo 6:24; Lucas 16:13)
Lamentablemente debo decirte que ese vehículo ha sido “suavizado” y mal traducido para “facilitar” el entendimiento, porque en el griego koiné, la palabra en lugar de “riquezas” es Mammón.
Este es Mammón –el dios de la avaricia-:
Una traducción más certera y consecuente sería “No podéis servir a DIOS y servir a la avaricia como Dios”
Prosigamos:
¿Un pobretón sacado de la miseria para servir a DIOS como “padre de las naciones”?
De ninguna manera, Abrahán era un rico y poderoso terrateniente, con infinidad de cabezas de ganado, empleados, un ejército personal a su disposición con el que podía derrocar reyes, y en efecto lo hizo.
Abrahán se presenta ante Melquisedec el rey de Salem y le dá “el diezmo” del botín de batalla, esto es las propiedades de los enemigos caídos y saqueados. (Génesis 14:17-18)
¿Puedes cuestionar a Abrahán? Porque yo no.
A este hombre inmensamente rico y capaz de matar, fue a quien DIOS eligió para representarnos como el padre de las naciones.
También tenemos el caso del rey Salomón: el pidió a DIOS “Sabiduría” y DIOS lo premió con riquezas materiales también ¿Son malas las riquezas? (1 Reyes 3:11-13; 2Crónicas 1:11-12)
Quien dispone las riquezas mal es el malo, pero las riquezas no son malas por si solas.
"Mío es el oro y la plata" dijo el SEÑOR. (Hageo/Ageo 2:8)
La pobreza del espíritu es: ser siempre NECESITADOS de DIOS, el que siente que lo tiene todo piensa que no necesita a DIOS. (Mateo 5:3)
La pobreza de espíritu es saberse pequeño y vulnerable aun en condiciones de buen estatus social, y ser capaz de arrodillarse ante DIOS sabiéndose nada, como el adinerado recaudador de impuestos en la parábola del fariseo y el publicano. (Lucas 18:9-14).
En un pasaje del Nuevo Testamento hallamos “Es más fácil pasar por el ‘ojo de la aguja’ a que un rico entre el reino de los cielos”
Bueno, ‘el ojo de la aguja’ era una entrada a Jerusalén diseñada para que un ejército invasor no pudiera entrar sino uno por uno. De manera que era una entrada estrecha en la cual había que bajarse del caballo o más probablemente camello, empujar al animal y entrar tú.
Esforzado pero no imposible, el ojo de la aguja es ese discernimiento que siempre debes tener presente en tu cabeza si eres rico: cuidado con honrar a las riquezas y suplantar a DIOS con ellas. Mientras tengas tu propia pequeñez en mente, estarás siempre a pie sin el caballo que te hace ver mas distinguido que los demás.
Como referencia histórica de “el ojo de la aguja” les dejo esto:
Jesús nunca se compara con Robin Hood que quitaba de los ricos para dar a los hombres; por el contrario, pregonaba la meritocracia, el ganarse las cosas con sudor lo cual es de derechas.
En cierta ocasión Jesús comparó al PADRE con un patrón severo y capitalista, quien daba 5 talentos (dinero) a un trabajador –que era el más capaz- 2 talentos a un segundo trabajador, y solo 1 talento a aquel que sabía que era el más mediocre.
Como era de esperar los trabajadores duplicaron las ganancias en la medida en las que le fueron confiados los bienes del patrón y al más timido, no se le recriminó haber robado a su patrón sino haber fallado en invertir el dinero, en haber sido flojo e incompetente. (Mateo 25:14-30).
Aunque Jesús reconoce la naturaleza severa y hasta codiciosa del patrono, lo compara con DIOS Padre.
Está escrito:
Alguno dirá “Pero está escrito no se puede servir a DIOS y a las riquezas” (Mateo 6:24; Lucas 16:13)
Lamentablemente debo decirte que ese vehículo ha sido “suavizado” y mal traducido para “facilitar” el entendimiento, porque en el griego koiné, la palabra en lugar de “riquezas” es Mammón.
Este es Mammón –el dios de la avaricia-:
Una traducción más certera y consecuente sería “No podéis servir a DIOS y servir a la avaricia como Dios”
Prosigamos:
¿Quien era Abrahán?
¿Un pobretón sacado de la miseria para servir a DIOS como “padre de las naciones”?
De ninguna manera, Abrahán era un rico y poderoso terrateniente, con infinidad de cabezas de ganado, empleados, un ejército personal a su disposición con el que podía derrocar reyes, y en efecto lo hizo.
Abrahán se presenta ante Melquisedec el rey de Salem y le dá “el diezmo” del botín de batalla, esto es las propiedades de los enemigos caídos y saqueados. (Génesis 14:17-18)
¿Puedes cuestionar a Abrahán? Porque yo no.
A este hombre inmensamente rico y capaz de matar, fue a quien DIOS eligió para representarnos como el padre de las naciones.
También tenemos el caso del rey Salomón: el pidió a DIOS “Sabiduría” y DIOS lo premió con riquezas materiales también ¿Son malas las riquezas? (1 Reyes 3:11-13; 2Crónicas 1:11-12)
Quien dispone las riquezas mal es el malo, pero las riquezas no son malas por si solas.
"Mío es el oro y la plata" dijo el SEÑOR. (Hageo/Ageo 2:8)
¿Cual es la pobreza que debemos atesorar entonces?
La pobreza del espíritu es: ser siempre NECESITADOS de DIOS, el que siente que lo tiene todo piensa que no necesita a DIOS. (Mateo 5:3)
La pobreza de espíritu es saberse pequeño y vulnerable aun en condiciones de buen estatus social, y ser capaz de arrodillarse ante DIOS sabiéndose nada, como el adinerado recaudador de impuestos en la parábola del fariseo y el publicano. (Lucas 18:9-14).
En un pasaje del Nuevo Testamento hallamos “Es más fácil pasar por el ‘ojo de la aguja’ a que un rico entre el reino de los cielos”
Bueno, ‘el ojo de la aguja’ era una entrada a Jerusalén diseñada para que un ejército invasor no pudiera entrar sino uno por uno. De manera que era una entrada estrecha en la cual había que bajarse del caballo o más probablemente camello, empujar al animal y entrar tú.
Esforzado pero no imposible, el ojo de la aguja es ese discernimiento que siempre debes tener presente en tu cabeza si eres rico: cuidado con honrar a las riquezas y suplantar a DIOS con ellas. Mientras tengas tu propia pequeñez en mente, estarás siempre a pie sin el caballo que te hace ver mas distinguido que los demás.
Como referencia histórica de “el ojo de la aguja” les dejo esto: