𝐋𝐀 𝐁𝐈𝐁𝐋𝐈𝐀 𝐍𝐎 𝐄𝐒 𝐌𝐀𝐂𝐇𝐈𝐒𝐓𝐀
La acusación de que la Biblia es machista suele surgir de una lectura superficial o de la influencia de ideologías modernas que no consideran el contexto histórico y teológico de las Escrituras. Ya he refutado esta falsa afirmación, cuando se ha pretendido inventar un falso apostolado femenino.
𝐄𝐥 𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐉𝐞𝐬𝐮́𝐬 𝐡𝐚𝐜𝐢𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫𝐞𝐬:
En un contexto judío donde la mujer era marginada, Jesús rompió esquemas al dignificarlas.
Se rodeó de mujeres discípulas, permitió que fueran testigos de su resurrección (María Magdalena fue la primera en verlo resucitado) y les confió la tarea de anunciar la noticia a los apóstoles.
Se refutó bíblicamente que ese anuncio dado a María Magdalena, para nada la hace apóstol mujer.
𝐄𝐥 𝐫𝐨𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐈𝐠𝐥𝐞𝐬𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐂𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨
El ministerio de la mujer es amplio y santo, pero la ausencia de un estudio serio sobre esto, por personas incapacitadas, acostumbradas más bien a faenas agrícolas, SIN EL ESPÍRITU SANTO GUIANDO, hace que lo que pueda ser de edificación, tome un giro completamente opuesto, por cuanto Pedro era pescador y los demás discípulos eran gente del vulgo, no obstante, la compañía con Jesús los hizo sabios:
Hch 4:13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan,
y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
La Biblia reconoce el papel fundamental de las mujeres en la comunidad cristiana.
Priscila enseñó doctrina junto a su esposo (Hechos 18:26), Febe fue diaconisa (Romanos 16:1), y muchas otras sirvieron activamente.
Sin embargo, el ministerio apostólico y el liderazgo pastoral tienen un diseño específico basado en el orden divino, no en una discriminación arbitraria.
La Biblia no es machista, sino que presenta un diseño divino donde hombres y mujeres tienen roles complementarios, sin que esto implique inferioridad. La verdadera igualdad bíblica no se basa en imponer una agenda moderna, como lo es el movimiento feminista,
sino en restaurar el propósito original de Dios para la humanidad.
Recordemos que en Génesis 1:26-28, Dios crea al hombre y la mujer a Su imagen y les da dominio sobre la tierra.
Ambos son llamados a gobernar la creación,
pero dentro de una estructura de liderazgo ordenada.
Este orden lo recuerda el apóstol a Timoteo respecto al silencio de la mujer de este modo:
ORDEN CREACIONAL
1Ti 2:11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
1Ti 2:12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
1Ti 2:13 Porque
Adán fue formado primero, después Eva
Dios no hizo una muñeca de barro y añadió aliento de vida en ella, sino que la formó a partir de una costilla de Adán, por lo que la gloria del hombre es la mujer, como está escrito aquí:
𝐋𝐀 𝐌𝐔𝐉𝐄𝐑 𝐄𝐒 𝐆𝐋𝐎𝐑𝐈𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐑𝐎́𝐍
En una reunión como Iglesia, la mujer debe llevar señal de autoridad sobre su cabeza, representada en el velo o cubierta congregacional.
1Co 11:7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.
Con el velo sobre su cabeza, la mujer, en la sabiduría de Dios, le está diciendo al hombre: -"Este no es el lugar para que te gloríes" pues Jesús está en medio nuestro (Mt.18:20)
Adán fue creado primero y se le dio la responsabilidad de cuidar el huerto (Génesis 2:15-17), mientras que Eva fue creada como
ayuda idónea (Génesis 2:18), no en inferioridad, sino en un rol complementario.
Cuando el pecado entra en el mundo, no solo trae separación entre el hombre y Dios, sino que afecta la relación entre el hombre y la mujer. Génesis 3:16 señala que el deseo de la mujer estaría inclinado hacia su esposo, y él "se enseñorearía de ella". Este dominio no era el diseño original de Dios, sino una consecuencia del pecado, llevando a abusos, opresión y distorsión del liderazgo.
𝐄𝐒𝐓𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐘𝐀 𝐏𝐑𝐄𝐒𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐒𝐓𝐎
Cristo, al venir al mundo, no solo trae salvación espiritual, sino que restaura el verdadero propósito de las relaciones humanas. En Efesios 5:22-33, Pablo no impone un sistema de dominio machista, sino que ordena que los esposos amen a sus esposas
como Cristo amó a la Iglesia, es decir, con sacrificio y entrega. La verdadera restauración del propósito divino es cuando el hombre lidera con amor y la mujer responde con respeto, formando una unidad que glorifica a Dios.
𝐀𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐈𝐠𝐥𝐞𝐬𝐢𝐚
En la Iglesia, cada creyente tiene un rol dentro del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12-27). Dios usa tanto hombres como mujeres en ministerios valiosos, pero el liderazgo espiritual y la enseñanza doctrinal están establecidas según Su orden. No se trata de desigualdad, sino de funciones distintas que trabajan en unidad.
La restauración del propósito divino no significa adoptar estructuras mundanas de igualdad absoluta, a la altura de la llamada "liberación femenina", sino
recuperar la armonía original donde hombres y mujeres sirven a Dios de acuerdo con Su diseño, sin opresión ni distorsiones culturales.
Todo apunta a la redención final, cuando Cristo restaure completamente la creación en el
reino eterno (Apocalipsis 21:1-4).
𝐂𝐎𝐍𝐂𝐋𝐔𝐒𝐈𝐎́𝐍
𝐋𝐀 𝐁𝐈𝐁𝐋𝐈𝐀 𝐍𝐎 𝐄𝐒 𝐌𝐀𝐂𝐇𝐈𝐒𝐓𝐀 𝐒𝐈𝐍𝐎 𝐌𝐀𝐋 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐏𝐑𝐄𝐓𝐀𝐃𝐀.