Hola a todos
Este epígrafe va dirigido a todos pero especialmente hacia mis hermanos católicos
Hace aproximadamente como un mes en un noticiero importante de la TV de México presentaron "en exclusiva" escenas de un video de una reunión, que nadie sabía que se había realizado, entre obispos mexicanos y Fidel Castro para tratar el asunto del bloqueo Estadounidense sobre Cuba. Esa fué la única vez que supe del tema, porque ya nadie volvió a habar de eso, hasta que lo encontré en Internet en la página de la revista Proceso
Sinceramente a mí como católico esta situación me dió mala espina, porque si se supone que el Papa Juan Pablo II tanto batalló para erradicar el comunismo ahora resulta que obispos católicos mexicanos se reúnen con Fidel Castro para brindarle apoyo en sus problemas con EU y dicen que le pedirán al presidente de México Vicente Fox para que abogue por Cuba ante EU
¿Tendrá ésto algo que ver con la "Teología de la Liberación"?
¿Por qué la Iglesia se mete en estos asuntos políticos tan escabrosos?
Sinceramente les digo que a mí como católico esto no me inspiró mucha confianza
¿No creen que esto tal vez afecte a la imagen de la Iglesia Católica e inspire desconfianza entre los católicos tal y como está pasando conmigo?
¿Alguien podría decirme algo al respecto?
A continuación les presento la información que encontré en la dirección: http://www.proceso.com.mx/1278/1278n06.html en Internet
Intenso cabildeo en México y Cuba
La Iglesia pide a Fox interceder contra el bloqueo
Homero Campa
A la oficina del presidente Vicente Fox en Los Pinos llegó una carta de la jerarquía católica con una petición inusual: que el mandatario mexicano abogara ante su homólogo de Estados Unidos, George Bush, por el levantamiento del bloqueo económico contra Cuba.La carta está fechada el 12 de febrero —seis días antes de que Bush visitara México— y la firmaron el arzobispo Luis Morales Reyes y el obispo Abelardo Alvarado, presidente y secretario general, respectivamente, de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
En su texto de dos cuartillas, los prelados expresaron al presidente Fox su preocupación por los efectos del bloqueo estadunidense sobre el pueblo cubano. Recordaron la frase del Papa Juan Pablo II en su visita a la isla en enero de 1998: "Que el mundo se abra a Cuba y que Cuba se abra al mundo", y luego señalaron que, ante la visita de Bush, México tenía la posibilidad de solicitar el levantamiento del bloqueo.
Hicieron referencia, incluso, a un punto de acuerdo del 7 de noviembre de 2000 mediante el cual el Senado de la República pidió al Poder Ejecutivo ratificar la posición de México ante la Organización de las Naciones Unidas a favor del levantamiento del embargo comercial que padece Cuba.
Reunión en La Habana
En realidad, la carta de los obispos mexicanos fue fruto del acercamiento que, cinco meses antes —el 22 de septiembre—, habían tenido con el presidente cubano, Fidel Castro.
A instancias del empresario mexicano José María Guardia y del exsecretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios —amigo de Fidel desde que éste estuvo exiliado en México en 1956—, fueron a La Habana el arzobispo Morales Reyes, el obispo Alvarado, el arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, así como el secretario adjunto de la CEM, presbítero Luis Barrera Flores.
Se reunieron con Castro y algunos funcionarios de su gobierno: Entre ellos, el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, y la encargada de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista (PCC), Caridad Diego.
La reunión se efectuó en una casa de protocolo de La Habana y duró alrededor de ocho horas.
Un video de 35 minutos obtenido por Proceso da cuenta del ambiente distendido en que se efectuó la reunión: Copa de vino en mano, Fidel, Gutiérrez Barrios y Sandoval Íñiguez platican animadamente en el jardín de la casa. Luego se ve a los obispos mexicanos y a Castro sentados en una mesa de trabajo. Después, el mandatario firma varios documentos ante el aplauso de sus invitados mexicanos. Acto seguido, Morales Reyes le agradece la recepción que les dispensó y señala: "Nosotros tomamos muy en cuenta sus reflexiones" (De acuerdo con una fuente consultada por Proceso, Fidel había explicado las circunstancias de Cuba frente a la hostilidad de Estados Unidos y los efectos del bloqueo que este país impone a la isla).
El video muestra luego a Fidel recibiendo un regalo: una medalla de oro de la virgen de la Caridad del Cobre, santa Patrona de Cuba, diseñada por los propios obispos Morales Reyes y Alvarado, según comentó ahí mismo el empresario Guardia.
"Confiamos como hombres creyentes en la Caridad del Cobre y en la Guadalupana, dos aportaciones de la virgen María, para que ellas nos ayuden", le dijo Morales Reyes a Fidel, quien miraba sorprendido su regalo.
Posteriormente, Castro les correspondió con unas cajas de puros Lanceros Cohiba —sus preferidos y con los que se deleitaba hasta principios de los ochenta, cuando dejó de fumar— que autografió para sus invitados mexicanos.
Luego, durante la cena, las bromas y las anécdotas: Fidel contó con detalle cómo Gutiérrez Barrios lo detuvo en México cuando, en 1956, él y otros revolucionarios preparaban la expedición del yate Granma.
El empresario Guardia —dueño del hipódromo de Ciudad Juárez— pidió atención para soltarle a Fidel lo que llamó "una bomba atómica": "Don Fernando Gutiérrez Barrios va a trabajar en la Secretaría de Seguridad Nacional".
Todos rieron con lo que pareció una broma.
Pero Guardia no se detuvo: "Eso es lo que queremos toda la gente católica y todos los mexicanos. ¿O usted cree que Fox es tonto?", preguntó dirigiéndose a Fidel.
"A mí me consta que hay inseguridad (en México). Estuvimos presos allí. ¡Cómo no lo vamos a saber!", dijo Castro.
Todos volvieron a reír.
La visita a México
De esa reunión salió el compromiso de Fidel Castro de volver a ver a sus amigos obispos cuando viajara a México a la toma de posesión de Vicente Fox.
Lo cumplió.
El 3 de diciembre, Fidel llegó a la Quinta "El Paraíso", en Cuajimalpa, propiedad del empresario Guardia. Estuvieron allí de nuevo Morales Reyes y Alvarado. Faltaron Gutiérrez Barrios, quien había fallecido el 30 de octubre, y Sandoval Íñiguez, en el extranjero para una revisión médica.
Con música de marimba, primero, y de gaitas gallegas, después —"para que se acuerde de su padre", le dijo Guardia a Fidel— el mandatario cubano se mostró feliz. De pie alrededor de una mesa, Castro, su canciller Pérez Roque, los obispos y otros invitados brindaban por Cuba y México.
Morales Reyes tomó la palabra: "Brindo por lo que el Papa dijo en su visita al hermano país de Cuba: que primero el mundo se abra a Cuba para que ésta se abra al mundo. Eso es un gesto de solidaridad (...) Quisiéramos que en esa dinámica de solidaridad el mundo se abra a Cuba para que Cuba reciba al mundo en su seno. Felicidades y esperamos que pronto podamos ver a este mundo solidario, comprensivo, que entiende la actual situación de Cuba y de su revolución".
Entonces Fidel comentó: "Fue tan agradable cuando ustedes (los obispos) visitaron nuestro país y nos plantearon que estaban en contra del bloqueo (...)".
Los frutos del señor
Pronto, los encuentros entre Fidel Castro y los obispos mexicanos dieron frutos, como lo muestran cartas y documentos recabados por Proceso.
En una carta fechada el 12 de enero, el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage Dávila, comunicó al cardenal de La Habana, Jaime Ortega Alamillo, que "se transfiere la propiedad de los terrenos que eran del Estado cubano, a favor de la Iglesia católica para la construcción del Seminario de San Carlos y San Ambrosio de La Habana".
Dieciocho días después —el 30 de enero— el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba acordó "transferir la propiedad del Estado cubano a la Iglesia católica de la finca nombrada Las Lajas", de 177 mil 752 metros cuadrados, situada en la zona de Peñalver, en Guanabacoa, a las orillas de La Habana.
Más aún, el 13 de febrero, Fidel Castro envió al Papa Juan Pablo II la siguiente carta: "En mi reciente visita a la República de México en ocasión de la toma de posesión del presidente de ese país, Excelentísimo Señor Vicente Fox, conocimos a través de representantes de la Conferencia Episcopal mexicana del interés de fundar en nuestro país la Orden religiosa del Santísimo Salvador de Santa Brígida que dirige la madre M. Tekla Famiglietti como su Abadesa General.
"Desde entonces, manifestamos nuestro beneplácito a que las religiosas entren a Cuba en el momento que se estime oportuno y funden su casa conventual para realizar su labor, como también la desempeñan otras 52 congregaciones femeninas católicas."
En México, la CEM emitió un comunicado en el que informó del envío de un mensaje al VI Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba, que se celebró los días 17 y 18 de febrero en Guadalajara, donde sus miembros, asienta, "solicitan el cese del bloqueo y de las acciones de aislamiento político contra Cuba, que tanto daño y sufrimientos han causado al hermano pueblo cubano".
Entre las cartas con las que cuenta Proceso sobresale una de Fidel Castro dirigida a Marisol Guardia Marqués, hija del empresario José María Guardia, el mismo que gestionó la visita de los obispos mexicanos a La Habana y quien en diciembre recibió a Fidel en su casa en Cuajimalpa.
En la carta, con fecha 23 de febrero, Castro se disculpa por no poder asistir a la boda de Marisol: "Mis obligaciones de trabajo en estos momentos me impiden disponer de tiempo (...) Por otra parte, mi visita a cualquier país, aun cuando tenga carácter privado, está sujeta a naturales complicaciones protocolares que no sería posible resolver a corto plazo".
A renglón seguido, Fidel añade: "Habría que tener en cuenta, además, que mi presencia en México podría no ser tan bien recibida en estos momentos".
Y es que en esas fechas se perfilaban los trabajos de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Este epígrafe va dirigido a todos pero especialmente hacia mis hermanos católicos
Hace aproximadamente como un mes en un noticiero importante de la TV de México presentaron "en exclusiva" escenas de un video de una reunión, que nadie sabía que se había realizado, entre obispos mexicanos y Fidel Castro para tratar el asunto del bloqueo Estadounidense sobre Cuba. Esa fué la única vez que supe del tema, porque ya nadie volvió a habar de eso, hasta que lo encontré en Internet en la página de la revista Proceso
Sinceramente a mí como católico esta situación me dió mala espina, porque si se supone que el Papa Juan Pablo II tanto batalló para erradicar el comunismo ahora resulta que obispos católicos mexicanos se reúnen con Fidel Castro para brindarle apoyo en sus problemas con EU y dicen que le pedirán al presidente de México Vicente Fox para que abogue por Cuba ante EU
¿Tendrá ésto algo que ver con la "Teología de la Liberación"?
¿Por qué la Iglesia se mete en estos asuntos políticos tan escabrosos?
Sinceramente les digo que a mí como católico esto no me inspiró mucha confianza
¿No creen que esto tal vez afecte a la imagen de la Iglesia Católica e inspire desconfianza entre los católicos tal y como está pasando conmigo?
¿Alguien podría decirme algo al respecto?
A continuación les presento la información que encontré en la dirección: http://www.proceso.com.mx/1278/1278n06.html en Internet
Intenso cabildeo en México y Cuba
La Iglesia pide a Fox interceder contra el bloqueo
Homero Campa
A la oficina del presidente Vicente Fox en Los Pinos llegó una carta de la jerarquía católica con una petición inusual: que el mandatario mexicano abogara ante su homólogo de Estados Unidos, George Bush, por el levantamiento del bloqueo económico contra Cuba.La carta está fechada el 12 de febrero —seis días antes de que Bush visitara México— y la firmaron el arzobispo Luis Morales Reyes y el obispo Abelardo Alvarado, presidente y secretario general, respectivamente, de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
En su texto de dos cuartillas, los prelados expresaron al presidente Fox su preocupación por los efectos del bloqueo estadunidense sobre el pueblo cubano. Recordaron la frase del Papa Juan Pablo II en su visita a la isla en enero de 1998: "Que el mundo se abra a Cuba y que Cuba se abra al mundo", y luego señalaron que, ante la visita de Bush, México tenía la posibilidad de solicitar el levantamiento del bloqueo.
Hicieron referencia, incluso, a un punto de acuerdo del 7 de noviembre de 2000 mediante el cual el Senado de la República pidió al Poder Ejecutivo ratificar la posición de México ante la Organización de las Naciones Unidas a favor del levantamiento del embargo comercial que padece Cuba.
Reunión en La Habana
En realidad, la carta de los obispos mexicanos fue fruto del acercamiento que, cinco meses antes —el 22 de septiembre—, habían tenido con el presidente cubano, Fidel Castro.
A instancias del empresario mexicano José María Guardia y del exsecretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios —amigo de Fidel desde que éste estuvo exiliado en México en 1956—, fueron a La Habana el arzobispo Morales Reyes, el obispo Alvarado, el arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, así como el secretario adjunto de la CEM, presbítero Luis Barrera Flores.
Se reunieron con Castro y algunos funcionarios de su gobierno: Entre ellos, el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, y la encargada de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista (PCC), Caridad Diego.
La reunión se efectuó en una casa de protocolo de La Habana y duró alrededor de ocho horas.
Un video de 35 minutos obtenido por Proceso da cuenta del ambiente distendido en que se efectuó la reunión: Copa de vino en mano, Fidel, Gutiérrez Barrios y Sandoval Íñiguez platican animadamente en el jardín de la casa. Luego se ve a los obispos mexicanos y a Castro sentados en una mesa de trabajo. Después, el mandatario firma varios documentos ante el aplauso de sus invitados mexicanos. Acto seguido, Morales Reyes le agradece la recepción que les dispensó y señala: "Nosotros tomamos muy en cuenta sus reflexiones" (De acuerdo con una fuente consultada por Proceso, Fidel había explicado las circunstancias de Cuba frente a la hostilidad de Estados Unidos y los efectos del bloqueo que este país impone a la isla).
El video muestra luego a Fidel recibiendo un regalo: una medalla de oro de la virgen de la Caridad del Cobre, santa Patrona de Cuba, diseñada por los propios obispos Morales Reyes y Alvarado, según comentó ahí mismo el empresario Guardia.
"Confiamos como hombres creyentes en la Caridad del Cobre y en la Guadalupana, dos aportaciones de la virgen María, para que ellas nos ayuden", le dijo Morales Reyes a Fidel, quien miraba sorprendido su regalo.
Posteriormente, Castro les correspondió con unas cajas de puros Lanceros Cohiba —sus preferidos y con los que se deleitaba hasta principios de los ochenta, cuando dejó de fumar— que autografió para sus invitados mexicanos.
Luego, durante la cena, las bromas y las anécdotas: Fidel contó con detalle cómo Gutiérrez Barrios lo detuvo en México cuando, en 1956, él y otros revolucionarios preparaban la expedición del yate Granma.
El empresario Guardia —dueño del hipódromo de Ciudad Juárez— pidió atención para soltarle a Fidel lo que llamó "una bomba atómica": "Don Fernando Gutiérrez Barrios va a trabajar en la Secretaría de Seguridad Nacional".
Todos rieron con lo que pareció una broma.
Pero Guardia no se detuvo: "Eso es lo que queremos toda la gente católica y todos los mexicanos. ¿O usted cree que Fox es tonto?", preguntó dirigiéndose a Fidel.
"A mí me consta que hay inseguridad (en México). Estuvimos presos allí. ¡Cómo no lo vamos a saber!", dijo Castro.
Todos volvieron a reír.
La visita a México
De esa reunión salió el compromiso de Fidel Castro de volver a ver a sus amigos obispos cuando viajara a México a la toma de posesión de Vicente Fox.
Lo cumplió.
El 3 de diciembre, Fidel llegó a la Quinta "El Paraíso", en Cuajimalpa, propiedad del empresario Guardia. Estuvieron allí de nuevo Morales Reyes y Alvarado. Faltaron Gutiérrez Barrios, quien había fallecido el 30 de octubre, y Sandoval Íñiguez, en el extranjero para una revisión médica.
Con música de marimba, primero, y de gaitas gallegas, después —"para que se acuerde de su padre", le dijo Guardia a Fidel— el mandatario cubano se mostró feliz. De pie alrededor de una mesa, Castro, su canciller Pérez Roque, los obispos y otros invitados brindaban por Cuba y México.
Morales Reyes tomó la palabra: "Brindo por lo que el Papa dijo en su visita al hermano país de Cuba: que primero el mundo se abra a Cuba para que ésta se abra al mundo. Eso es un gesto de solidaridad (...) Quisiéramos que en esa dinámica de solidaridad el mundo se abra a Cuba para que Cuba reciba al mundo en su seno. Felicidades y esperamos que pronto podamos ver a este mundo solidario, comprensivo, que entiende la actual situación de Cuba y de su revolución".
Entonces Fidel comentó: "Fue tan agradable cuando ustedes (los obispos) visitaron nuestro país y nos plantearon que estaban en contra del bloqueo (...)".
Los frutos del señor
Pronto, los encuentros entre Fidel Castro y los obispos mexicanos dieron frutos, como lo muestran cartas y documentos recabados por Proceso.
En una carta fechada el 12 de enero, el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage Dávila, comunicó al cardenal de La Habana, Jaime Ortega Alamillo, que "se transfiere la propiedad de los terrenos que eran del Estado cubano, a favor de la Iglesia católica para la construcción del Seminario de San Carlos y San Ambrosio de La Habana".
Dieciocho días después —el 30 de enero— el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba acordó "transferir la propiedad del Estado cubano a la Iglesia católica de la finca nombrada Las Lajas", de 177 mil 752 metros cuadrados, situada en la zona de Peñalver, en Guanabacoa, a las orillas de La Habana.
Más aún, el 13 de febrero, Fidel Castro envió al Papa Juan Pablo II la siguiente carta: "En mi reciente visita a la República de México en ocasión de la toma de posesión del presidente de ese país, Excelentísimo Señor Vicente Fox, conocimos a través de representantes de la Conferencia Episcopal mexicana del interés de fundar en nuestro país la Orden religiosa del Santísimo Salvador de Santa Brígida que dirige la madre M. Tekla Famiglietti como su Abadesa General.
"Desde entonces, manifestamos nuestro beneplácito a que las religiosas entren a Cuba en el momento que se estime oportuno y funden su casa conventual para realizar su labor, como también la desempeñan otras 52 congregaciones femeninas católicas."
En México, la CEM emitió un comunicado en el que informó del envío de un mensaje al VI Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba, que se celebró los días 17 y 18 de febrero en Guadalajara, donde sus miembros, asienta, "solicitan el cese del bloqueo y de las acciones de aislamiento político contra Cuba, que tanto daño y sufrimientos han causado al hermano pueblo cubano".
Entre las cartas con las que cuenta Proceso sobresale una de Fidel Castro dirigida a Marisol Guardia Marqués, hija del empresario José María Guardia, el mismo que gestionó la visita de los obispos mexicanos a La Habana y quien en diciembre recibió a Fidel en su casa en Cuajimalpa.
En la carta, con fecha 23 de febrero, Castro se disculpa por no poder asistir a la boda de Marisol: "Mis obligaciones de trabajo en estos momentos me impiden disponer de tiempo (...) Por otra parte, mi visita a cualquier país, aun cuando tenga carácter privado, está sujeta a naturales complicaciones protocolares que no sería posible resolver a corto plazo".
A renglón seguido, Fidel añade: "Habría que tener en cuenta, además, que mi presencia en México podría no ser tan bien recibida en estos momentos".
Y es que en esas fechas se perfilaban los trabajos de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.