Introducción.-
El objetivo de este material es hacer algunas consideraciones sobre el diezmo y como ha sido empleado por la Corporación Adventista. Usaremos el término “Corporación Adventista” para designar a la persona jurídica detentora de la marca registrada “IASD - Iglesia Adventista del Séptimo Día”. Hacen parte de la Corporación las Asociaciones, Misiones, Uniones, Divisiones, Conferencia General, Casas Publicadoras, Hospitales, Clínicas de Salud, Fábricas de Alimentos y otras empresas pertenecientes al grupo.
Usaremos el término Iglesia Adventista para designar a las iglesias locales o al conjunto de estas. La distinción entre Corporación y Iglesia es de fundamental importancia en el abordaje de temas delicados como los que serán abordados en este material.
En el capítulo 1, iniciaremos con un estudio bíblico sobre el diezmo. Es un estudio con un abordaje diferente del comúnmente adoptado por pastores, predicadores y instructores bíblicos. En el capítulo 2 presentaremos un poco de la historia de la mantención del ministerio dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Aun en este segundo capítulo presentaremos un poco de lo que el Señor le reveló a Su sierva sobre el asunto en cuestión. En el capítulo 3 presentaremos el Libro de Reglamentos Administrativos de la DSA (División Sudamericana de la IASD), también conocido como el libro de Prácticas. Veremos cómo los diezmos son administrados y también conoceremos un poco más sobre la remuneración de los obreros y pastores de la Corporación. En el capítulo 4 haremos un análisis de los problemas que están afectando a la Iglesia y trataremos de presentar sus causas. En el capítulo 5 discutiremos algunas de las posibles reacciones de los laicos delante de los problemas conjunturales de la administración de la iglesia. Las posibles reacciones de los líderes de la Corporación también serán analizadas. Finalmente, en el apéndice, adicionamos un interesante material de referencia. En el Apéndice A incluimos en la íntegra la famosa Carta al Pr. Watson, escrita por Ellen G. White en 1905 para el presidente de la Asociación de Colorado. En esta carta Ellen G. White le comunica al Pr. Watson las razones que la llevaron a no enviar más los diezmos para la Asociación, sino que darles un destino diferente. En el Apéndice B incluimos un estudio basado en la Biblia y en el Espíritu de Profecía sobre la persecución dentro de la iglesia. Prepárese, pues este estudio puede estar íntimamente relacionado con usted.
En el Apéndice C presentamos una contra-argumentación con base bíblica para refutar la idea de que nuestra obligación es la de siempre devolver el diezmo para la Asociación y si ellos lo usan mal le prestarán cuentas a Dios. ¿Esto es verdad? La respuesta está en el Apéndice C.
Es de fundamental importancia que las informaciones y hechos descritos en este volumen lleguen al conocimiento de los miembros bien estructurados en la fe una vez que el cumplimiento de la obra de Dios en esta tierra depende de la correcta aplicación de los recursos que Dios le confió a sus mayordomos.
Conviene resaltar que este material no es una crítica, sino un compendio de hechos reales que pueden ser comprobados por cualquier miembro a través de la observación y investigación.
Oro a Dios para que los que analicen las informaciones contenidas en este volumen sientan su responsabilidad para con Dios y tomen decisiones que sean para el beneficio y el avance de Su Obra. Que Dios los bendiga a todos.
Ricardo Nicotra
Capítulo 1: El Diezmo en la Biblia.-
¿Qué enseña la Biblia sobre el diezmo? ¿El Diezmo pertenece a la ley moral o a la ceremonial? ¿A quién debe ser entregado y cómo debe ser aplicado? A través del estudio de este capítulo usted percibirá que el diezmo siempre estuvo relacionado al sacerdocio, fue entregado a los sacerdotes y tuvo finalidades diferentes en momentos diferentes de la historia. Las finalidades para el diezmo fueron determinadas en función de la estructura social y del tipo de administración religiosa de la época. Al final de este artículo deberemos llegar a la conclusión de que el diezmo hoy debe ser utilizado apenas para:
Sustento de obreros evangélicos que trabajar en el campo.
Habilitación de estos obreros y apoyo material para la obra de predicación del evangelio.
Este primer capítulo es, en verdad, un estudio bíblico sobre el diezmo. Un estudio que, por motivos obvios, no es hecho en las iglesias. Usted ciertamente nunca oyó ni oirá a un pastor predicar sobre el diezmo usando todos los versículos que usaremos. Este capítulo debe ser estudiado junto con la Biblia. Si su Biblia no está accesible ahora, entonces no deje de estudiar nuevamente este capítulo cuando tenga una en manos. Después de un estudio abarcante de la Biblia vamos a usar también el Espíritu de Profecía para que en los auxilie a aplicar a nuestros días lo que aprendamos con la Biblia. El Espíritu de Profecía no trae absolutamente nada nuevo, apenas confirma y aclara lo que la Biblia ya enseñó sobre el diezmo.
Diezmo: ¿Ley Moral o Ley Ceremonial?
Una vez le pregunté a algunos oficiales de la iglesia si la ley del diezmo hacía parte de la ley moral o de la ley ceremonial. Hubieron dudas. Sabemos que ninguno de los diez mandamientos ordena la devolución del diezmo. ¿Sería, acaso, la orden para diezmar, parte de la ley ceremonial también llamada ley de Moisés? Aquellos que afirman que el diezmo no hace parte de la ley moral dudan en afirmar que el diezmo se incluye en la ley ceremonial. En el caso que tomasen esta posición estarían afirmando que el diezmo fue abolido en la cruz, por lo tanto, estaríamos desobligados a devolver la décima parte de nuestras rentas.
Algunos argumentaban que Jesús se había posicionado a favor de la devolución del diezmo.[1] Esto es verdad, pero debemos acordarnos que Cristo vivió mientras la ley ceremonial estaba en vigor. Por lo tanto, el hecho que Cristo apoyase la ley del diezmo no prueba que esta ley no haga parte de la ley ceremonial. Conforme la exigencia de la ley mosaica, Cristo fue circuncidado al octavo día.[2] Cristo, después de curar un leproso, le pidió que se presentase al sacerdote y ofreciese la ofrenda especificada en la ley de Moisés.[3] El hecho que Cristo haya apoyado la ley mosaica no prueba que ella esté aun en vigor. Por lo tanto, no podemos concluir que el diezmo aun esté en vigor solamente por el hecho que Cristo la haya apoyado en algún momento de su ministerio antes de Su muerte.
Otros argumentan que el diezmo no hace parte de la ley de Moisés, pues Abrahán y Jacob diezmaban antes que Moisés y del establecimiento de las leyes mosaicas. Esta argumentación, aun cuando sea más convincente, no prueba que la ley para diezmar aun esté en vigor. Abrahán y Jacob diezmaban, pero también ofrecían sacrificios de animales en altares. Esto en los da evidencias de que las leyes ceremoniales existían aun antes de Moisés y del establecimiento del santuario terrestre. De esta forma permanece la pregunta: ¿El diezmo pertenece a la ley ceremonial? ¿Fue abolido?
El debate que mantuve con estos hermanos adventistas fue útil para convencernos de que es necesario un estudio más abarcante sobre el diezmo. Este tema ha sido abordado muy superficialmente por nuestros pastores, predicadores y instructores bíblicos. La mayoría de los versos bíblicos que hacen referencia al diezmo es evitada por nuestros pastores, pues sugiere una aplicación diferente de la que ha sido hecha normalmente. Malaquías 3:10 es mencionado frecuentemente en nuestros sermones sobre mayordomía y estudios bíblicos. Ya los otros trechos sobre el diezmo son ignorados. Los motivos para esta omisión se harán evidentes a continuación.
El Diezmo en el Antiguo Testamento.-
Para una comprensión adecuada sobre el diezmo en el Antiguo Testamento, no podemos dejar de ver el estudio de todas las referencias del Pentateuco acerca de este tema de las principales referencias del Antiguo Testamento.
Abrahán, Melquisedec y las Ordenes Sacerdotales (Gén. 14).-
El primer trecho bíblico a respecto del diezmo está en Génesis 14:18-20. Este trecho describe a Abrahán dándole el diezmo a Melquisedec. La Biblia no trae muchas informaciones sobre Melquisedec, pero la pequeña cantidad de información sobre esto es la clave para que podamos comprender el asunto del diezmo en conexión con el ministerio sacerdotal de Cristo.
Las primeras informaciones que tenemos sobre Melquisedec se refieren a sus funciones. El verso 18 dice que él era rey de Salém[4] y sacerdote del Dios Altísimo. Observe que Melquisedec acumula dos funciones que posteriormente serían delegadas a dos tribus distintas: Judá quedaría con el cetro y Leví con el sacerdocio.
La Biblia presenta dos modelos sacerdotales. Estos modelos o tipos de ministerios sacerdotales son denominados "ordenes". El "orden Aarónico" es modelo sacerdotal levítico que vigoró desde Aarón hasta la muerte de Cristo. El "orden de Melquisedec", al contrario del “orden Aarónico”, presupone la acumulación de las funciones reales y sacerdotales en la misma persona. Melquisedec es un tipo (símbolo) de Cristo, o sea, prefigura a Cristo en su ministerio de Rey y Sacerdote. Por esta razón Cristo es considerado sacerdote según el orden de Melquisedec[5], o sea, en los moldes de Melquisedec, Rey y Sacerdote al mismo tiempo.
¿Qué tiene que ver todo esto con el diezmo? La relación de estos hechos con el diezmo quedará clara posteriormente cuando estudiemos el diezmo bajo la luz del Nuevo Testamento, en especial bajo la luz de la epístola a los Hebreos. Mientras tanto continuamos nuestro viaje por el Antiguo Testamento buscando referencias sobre el diezmo y su aplicación. Observe que, antes de diezmar, Abrahán recibió beneficios de Melquisedec: pan, vino y una bendición.
El Voto de Jacob (Gén. 28).-
La próxima mención del diezmo en el Antiguo Testamento se encuentra en Génesis 28:18-22. Jacob hace un pacto con Dios y promete, a partir de este momento, dar el diezmo de todo cuanto Dios le diese. Si consideramos la historia de Jacob antes de este voto y después del voto, vamos a concluir que después del voto él fue bendecido abundantemente.
Observe que Abrahán dio el diezmo a Melquisedec y recibió de él beneficios tangibles y intangibles. Melquisedec fuera de traerle pan y vino a Abrahán (beneficios materiales tangibles) profirió sobre él una bendición (beneficio espiritual intangible). En el caso de Jacob, su voto consistía en la devolución de los diezmos en el caso que Dios le concediese beneficios tangibles y intangibles. Si Dios le diese pan para comer y ropa para vestir (beneficios materiales tangibles) y fuese con él dándole paz (beneficios espirituales intangibles), Jacob se comprometería a darle el diezmo. En estos dos episodios la relación de reciprocidad es clara. Observe que en esa época los servicios relacionados con el santuario aun no habían sido establecidos por Dios, y aun así la Biblia cita que Abrahán y Jacob diezmaron.
El Diezmo en el Desierto (Lev. 27).-
Éxodo es el único libro del Pentateuco que no menciona el diezmo. El próximo trecho que menciona el diezmo está en Levítico 27:30-34. Este trecho afirma que todos los diezmos pertenecen al Señor, pero no da detalles a respecto de cómo deberían ser utilizados o para quién deberían ser entregados. Los trechos que serán analizados posteriormente entrarán en detalles a respecto de la aplicación y destino de los diezmos. El versículo 34 es particularmente interesante, pues hace mención de los "mandamientos que el Señor ordenó a Moisés en el Sinaí". El libro de Levítico trae una serie de leyes y termina con este verso. Ciertamente no estamos hablando de la ley moral, sino de las leyes ceremoniales, leyes relacionadas con la salud, leyes relacionadas con los crímenes y otras leyes diversas. Tenemos una cuestión pendiente en paralelo: ¿El Diezmo pertenece a la ley ceremonial? ¿Fue abolido? ¿Por qué? Esta cuestión será aclarada posteriormente a través del estudio de las referencias al diezmo en el Nuevo Testamento.
Diezmo por el Servicio (Núm. 18).-
El próximo trecho sobre el diezmo es mayor y más detallado que los anteriores: Números 18:21-32. Nuevamente el diezmo es presentado como siendo ofrecido a cambio de algo. Esta vez el diezmo no era ofrecido a cambio de pan, vino o ropas, sino a cambio de servicio. El verso 21 dice: "A los hijos de Leví le di todos los diezmos en Israel por herencia, por el servicio que prestan, servicio de la tienda de la congregación". El verso 31 repite esta idea del diezmo como recompensa por el servicio. Los versos 22 y 23 declaran que los hijos de Israel nunca más deberían llegar a la tienda de la congregación, sino los levitas deberían hacer el servicio de la tienda de la congregación: "Y nunca más los hijos de Israel se allegarán a la tienda de la congregación,... sino que los levitas harán el servicio de la tienda de la congregación". La tienda de la congregación era el tabernáculo. Acuérdese que estas órdenes fueron dadas por Dios a Moisés mientras el pueblo vagaba por el desierto. Ellos aun no estaban establecidos en Canaán, no tenían un templo fijo, sino una tienda móvil y los levitas eran los responsables por mantenerla y transportarla. Los israelitas que pertenecían a otras tribus no deberían hacer el trabajo de la tienda de la congregación. Nadie debería ni siquiera tocar en los objetos sagrados. Veremos posteriormente lo que cambió en esta ley. Actualmente no se espera que sólo el pastor trabaje en la iglesia, naturalmente no podemos esperar que sólo el pastor se beneficie con el diezmo. Veremos más adelante que el diezmo debe ser usado hoy para la mantención de obreros evangélicos en el campo. Esto quedará bien claro cuando estudiemos sobre el diezmo a la luz del Espíritu de Profecía.
El Diezmo en Canaán (Deut. 12).-
El libro de Deuteronomio menciona el diezmo en los capítulos 12, 14 y 26. Lea con mucha atención Deuteronomio 12:1-14. El período de peregrinación en el desierto estaba llegando a su fin. Nuevas leyes serían dadas por Dios a su pueblo para ser observadas en la nueva tierra que estaban para poseer. El verso 1 dice: "Son estos los estatutos y los juicios que cuidaréis de cumplir en la tierra que os dio el Señor, Dios de vuestros padres, para que la poseáis todos los días que viviereis sobre la tierra". Los nuevos estatutos que serían válidos en la nueva tierra ya habían sido presentados en Deuteronomio 6:1: "Estos, pues, son los mandamientos, los estatutos y los juicios que mandó el Señor tu Dios para que se te enseñasen, para que los cumpláis en la tierra a que pasas para poseer”. Está claro que estamos hablando de nuevas reglas que pasarían a vigorar a partir del momento en que el pueblo conquistase Canaán. Las reglas con relación a la aplicación del diezmo hacen parte de este conjunto nuevo de "estatutos y juicios" que fueron alterados o adicionados por Dios. Ellos no deberían más proceder como en el desierto. "No procederéis en nada según estamos haciendo aquí" (verso 8). Ahora adorarían a Dios en un local fijo que el Señor escogería para poner Su nombre y para allá deberían ser llevados los diezmos. ¿Cómo deberían ser aplicados estos diezmos a partir de entonces? Lea los versos 6 y 7. Los diezmos deberían ser comidos por el ofrendante, por su familia, por sus siervos y por los levitas, o sea, con relación a la aplicación del diezmo las reglas serían alteradas a partir del momento en que entrasen en Canaán.
El Segundo Diezmo (Deut. 14).-
Vamos a analizar el próximo trecho, Deuteronomio 14:22-29. Este trecho es semejante al anterior, mencionado en Deuteronomio 12. Confirma el hecho de que el diezmo debería ser entregado “en el lugar que el Señor escoja para allí hacer habitar su nombre” - verso 23. Repite la orden a través de la cual el ofrendante debería comer con alegría sus diezmos. A pesar de ser bien semejante al trecho anterior, Deuteronomio 14 añade un hecho importante que debe ser destacado aquí: A cada tres años el adorador no debería llevar el diezmo para el templo, también no debería comerlo, sino que debería servir el diezmo, “dentro de sus puertas”, como comida para los peregrinos, huérfanos y viudas. Lógicamente el pueblo es advertido a no olvidarse de los levitas, pues estos no tenían herencia (tierras cultivables), y no podrían quedar abandonados a cada tres años sin alimento. Dios enfatiza repetidas veces que los levitas no deberían ser abandonados en esta nueva forma de distribución del diezmo.
Algunos teólogos y comentaristas interpretan los textos de Deuteronomio 12 y 14 como siendo un cambio de finalidad para el diezmo. Otros se basan en la tradición rabínica para interpretarlos como un segundo diezmo. Hay hasta quien denomine el diezmo del tercer año de "tercer diezmo". La Enciclopedia Adventista, refiriéndose al diezmo dice que los Israelitas daban mucho que un décimo de sus rentas para la obra de Dios, "pero algunos detalles son obscuros"[6]. Estos "detalles obscuros" ciertamente se refieren a la cuestión: ¿El diezmo que era comido por el donador substituía o complementaba el diezmo “oficial”? No podemos desmerecer la tradición rabínica, debemos aceptarla como una información histórica relevante, pero no podemos colocar esta tradición como doctrina para los cristianos modernos. Si Dios tuviese la intención que devolviésemos dos diezmos, cuidaría en mencionar en la Biblia la necesidad de devolución del segundo diezmo. No dependemos de la tradición rabínica para establecer creencias fundamentales. Observe que no estamos hablando en ofrendas voluntarias. La Biblia no presenta el diezmo de Deuteronomio 12 y 14 como siendo opcional, voluntario o de menor importancia que un probable “primer diezmo”. El diezmo de Deuteronomio 12 y 14 es ley. Los que defienden que Deuteronomio 12 y 14 se refieren al “segundo diezmo” y, aun vigente, defienden equivocadamente que el “segundo diezmo” es opcional o voluntario, pero la Biblia no dice eso.
En todos los versos bíblicos mencionados anteriormente, la palabra “diezmo” fue traducida del original hebraico “ma`aser”, que significa la décima parte, diez por ciento. Esta palabra no tiene el significado de una ofrenda con porcentaje voluntario. Diezmo es diezmo, ofrenda es ofrenda. Diezmo es un décimo, no puede ser confundido con ofrenda voluntaria. Los trechos que estamos estudiando se refieren al diezmo – no estamos hablando sobre ofrendas voluntarias. La Verdad no es influenciada por la tradición rabínica, por las enseñanzas del pastor, del anciano, de la Asociación o por los análisis complicados de los teólogos. La Verdad es una sola y ella está en la Biblia, pero no siempre atiende a los intereses financieros de ciertos grupos. Algunos grupos, por motivos obvios, preferirían que ciertos versos no fuesen mencionados en la Biblia. Los que insisten que Deuteronomio 12 y 14 se refieren al "segundo diezmo" tienen el deber de devolver 20% de sus rentas como diezmo y más un porcentaje cualquiera como ofrenda voluntaria.
"El gran error de la Iglesia Católica reside en el hecho de que la Biblia es interpretada a la luz de las opiniones de los “padres”. Sus opiniones son consideradas infalibles, y los dignatarios de la Iglesia suponen ser su prerrogativa obligar a los otros a creer como ellos y usar la fuerza para compeler la consciencia. Los que no concuerdan con ellos son considerados herejes... La voluntad y la voz de hombres finitos no deben ser interpretadas como siendo la voz de Dios". Ellen G. White - Fundamentos de la Educación Cristiana, pág. 308.
El principio de la liberalidad que está por detrás del diezmo permanece a lo largo de los siglos, pero su aplicación varía conforme la estructura social y eclesiástica de la época.
Otro trecho sobre el diezmo está en Deuteronomio 26:12-15. Después de leerlo usted concluirá que es un resumen de lo que leemos en el capítulo 14. Nada de diferente con relación a la aplicación: Extranjeros, huérfanos y viudas eran beneficiados con el diezmo del tercer año. También los levitas que servían en el santuario.
Otras Citas en el Antiguo Testamento.-
Con el tiempo, el pueblo se olvidó de su obligación de sostener a los sacerdotes y levitas, de modo que estos abandonaron el lugar sagrado y fueron para los campos.[7] El libro de Nehemías muestra cómo fue restaurado el servicio espiritual a través de una correcta aplicación de los diezmos. Estudie los siguientes trechos y los respectivos contextos para entender un poco mejor la situación. Nehemías 10:37-38; 12:44-47; 13:5 y 12.
La penúltima mención del diezmo en el Antiguo Testamento está en Amós 4:4. A pesar de estar practicando la idolatría, los israelitas continuaban en la práctica de los rituales levíticos. Amós ironiza el celo de algunos israelitas con relación a prácticas ceremoniales, mientras despreciaban principios elementales de la ley de Dios. Algo semejante aconteció en la época de Jesús (vea Mateos 23:23) y algo muy semejante acontece hoy. El último trecho del Antiguo Testamento se encuentra en Malaquías 3:7-11. Vamos a comentarlo posteriormente.
El Diezmo en el Nuevo Testamento.-
El Nuevo Testamento no habla mucho sobre el diezmo, pero menciona lo suficiente para comprender el propósito de Dios para con los cristianos. Veremos que, a pesar de estar incluida en la ley de Moisés, los principios de la ley del diezmo vigoran hasta hoy.
Jesús y el Diezmo.-
Jesús mencionó el diezmo y aprobó su devolución en Mateos 23:23. Aun cuando creamos que el sistema de diezmo se aplica perfectamente hoy, no en los apoyamos en este trecho para defender la tesis. Ya fue dicho que Cristo vivió bajo la ley ceremonial, fue circuncidado, curó leprosos y pidió que se presentasen al sacerdote como requería la ley mosaica. Por lo tanto, no podemos argumentar que, si Jesús apoyó una ley antes de su muerte, entonces ella vale para nuestros días.
El Nuevo Sacerdocio (Hebreos 7).-
El texto más completo del Nuevo Testamento que trata de la ley del diezmo está en Hebreos, capítulo 7. Pablo compara ambas órdenes sacerdotales: el orden Aarónico y el orden de Melquisedec (representado ahora por Cristo, nuestro sumo sacerdote). Pablo exalta este último en desventaja del primero.
“Y los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio tienen un orden, según la ley, de tomar los diezmos del pueblo, esto es, de sus hermanos”. Hebreos 7:5. Pero Pablo dice que algo cambió con relación a esta ley, pues el diezmo no es ley moral.
“Pues, cambiándose el sacerdocio, necesariamente se hace también un cambio de la ley”. Hebreos 7:12. ¿Qué ley está siendo cambiada? Sería, acaso, la ley moral, los diez mandamientos? ¿Sería la ley de salud y higiene? No. Un análisis del contexto muestra cuál ley está siendo cambiada. Lea nuevamente el verso 5. La ley del diezmo está siendo cambiada pues hubo un cambio de sacerdocio. El diezmo siempre estuvo vinculado al sacerdocio. No vivimos más bajo el orden Aarónico; vivimos bajo el orden de Melquisedec. ¿Será que Pablo está diciendo que, con el cambio de la orden sacerdotal, no es más necesario diezmar? Lógicamente que no, pues el diezmo es una característica de ambas órdenes. El diezmo es un elemento del orden Aarónico y el diezmo es un elemento presente también en el orden de Melquisedec. Es por esta razón que, aun antes que Dios instituyese el santuario terrestre y estableciese el orden Aarónico, Abrahán devolvió los diezmos a Melquisedec. Por lo tanto, el sistema de diezmos debe ser mantenido hoy, pero para sostener otro tipo de sacerdocio, bien diferente del sacerdocio levítico. Cualquier comparación del sistema de diezmo actual con el sistema Aarónico generará una distorsión en el modelo.
¡Qué es lo que cambia en este nuevo sacerdocio mencionado por Pablo? En el régimen Aarónico el diezmo era utilizado para la mantención de personas que se dedicaban exclusivamente al servicio especificado por Dios. Apenas una de las doce tribus recibió este sacerdocio y, junto con las responsabilidades exclusivas de mantención del templo, esta tribu recibió también el derecho exclusivo de propiedad sobre los diezmos. Jesús especificó un nuevo modelo de sacerdocio, un nuevo ministerio para sus discípulos: la predicación del Evangelio del Reino. Hoy el diezmo debe ser usado para sostener el ministerio evangelístico. ¿Pero quién hace la predicación del evangelio hoy? ¿Los pastores? ¿Los ancianos? ¿La Asociación? ¿La Corporación? Hoy quien predica el evangelio es la Iglesia – y la iglesia son los miembros. Jesús no escogió apenas un discípulo entre los doce para predicar el evangelio y recibir el diezmo. El sacerdocio, en el orden de Melquisedec, no es una responsabilidad apenas del pastor o sólo del anciano, es una responsabilidad de todos los creyentes, de toda la Iglesia. ¿Esto significa que la Iglesia debería recibir los diezmos? Si. La Iglesia debe recibir los diezmos para financiar sus actividades sacerdotales o misioneras. "Traed todos los diezmos a la casa del tesoro, para que haya mantenimiento en mi casa". La casa del tesoro es la Iglesia. Ella es la legítima propietaria de los diezmos. Dios le dio este derecho. Pero todo derecho exclusivo está vinculado a un deber exclusivo. Hay una responsabilidad por detrás del derecho de la Iglesia sobre el diezmo. Este derecho y esta responsabilidad está sobre los miembros y no sobre la Asociación.
“El mensaje tiene que ser presentado por los que aman y temen a Dios. No transfiráis vuestra responsabilidad para ninguna Asociación. Id y, como evangelistas, con humildad presentad un 'así dicen las Escrituras' ”. Ellen G. White - Carta 43 – 1905.
Se cultiva la idea equivocada de que el derecho sobre los diezmos es de la Asociación o Misión, pero el deber de la predicación recae sobre la Iglesia. Derechos y deberes siempre andan juntos. Los derechos sobre los diezmos y el deber de la predicación del evangelio están sobre los sacerdotes representantes de Cristo:
“Vosotros también, cual piedras vivas, sois edificados como casa espiritual para ser sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales, aceptables a Dios por Jesús Cristo… Pero vosotros sois la generación elegida, el sacerdocio real, la nación santa, el pueblo adquirido, para que anunciéis las grandezas de aquel que os llamó de las tinieblas para su maravillosa luz” 1 Pedro 2:5 y 9.
Observe la comprobación de que somos sacerdotes según el orden de Melquisedec: "Sacerdocio real", dice Pedro. Esto significa que nosotros los cristianos también ejercemos funciones reales y sacerdotales, característica típica de Melquisedec, rey y sacerdote al mismo tiempo. La Biblia promete que aquellos que participen de la primera resurrección podrán cooperar con Cristo en su ministerio sacerdotal según el orden de Melquisedec, acumulando dos funciones: "Serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él los mil años". Apocalipsis 20:6.
¿Dónde Queda la Casa del Tesoro?
Los textos bíblicos que estudiamos en este capítulo (El Diezmo en el Antiguo y Nuevo Testamento) raramente son estudiados en nuestra Iglesia. Usted ya debe imaginar el por qué.
El texto más utilizado en la Iglesia Adventista del Séptimo Día para estimular la devolución de los diezmos es, sin duda, Malaquías 3

"Traed todos los diezmos a la casa del tesoro, para que haya mantenimiento en mi casa".
Hay mucha discusión sobre dónde queda la "Casa del Tesoro". Muchos afirman que la "Casa del Tesoro" es la Casa de Dios, el Templo donde Dios habita. La División Sudamericana de los Adventistas del Séptimo Día, a través de su libro de Reglamentos Eclesiásticos y Administrativos (más conocido como libro de Prácticas) afirma que la Casa del Tesoro es la tesorería de la Asociación/Misión: "La casa del tesoro. El diezmo es del Señor, y debe ser devuelto a la casa del tesoro, a la tesorería de la asociación/misión". Reg. Eclesiásticos y Administrativos de la DSA 1998 - ítem V 12 05 4.
En el próximo capítulo abordaremos un poco más sobre los reglamentos administrativos de la IASD. Pero ahora nuestro objetivo es descubrir dónde queda la Casa del Tesoro hoy. Para eso, debemos comprender lo que era la Casa del Tesoro en los tiempos bíblicos.
Vamos a volver a la época de Abrahán. ¿Dónde quedaba la Casa del Tesoro en la ocasión en que Abrahán le dio el diezmo a Melquisedec? ¿Había un templo en aquella época? Un espacio físico para almacenar el diezmo?
La gran falla en la comprensión del asunto del diezmo es imaginar que el diezmo siempre estuvo relacionado a un espacio físico, a la “Casa del Tesoro”. Esta falla de comprensión proviene del estudio sistemático y repetitivo del asunto "diezmo" basado en apenas un texto bíblico. Después de oír diversos sermones sobre el diezmo y varias semanas de oración sobre mayordomía donde apenas el texto de Malaquías es citado, acabamos siendo condicionados a asociar la palabra "diezmo" a la Casa del Tesoro.
La Casa del Tesoro era un depósito de mantenimiento (cereales) que fue construido en el templo de Zorobabel, después del exilio babilónico. Nehemías también llamó a la “Casa del Tesoro” de “Cámaras del Tesoro” (Neh. 12:44). En el tabernáculo del desierto no había tal depósito llamado “Casa del Tesoro”. Como vimos en el capítulo anterior, antes del cautiverio babilónico no existía el concepto de almacenar diezmos en depósitos. Muchas veces los diezmos eran comidos por los donadores en el templo o en su ciudad a cada tres años.
Malaquías vivió después del retorno del exilio babilónico y cuando se refirió a la “Casa del Tesoro” estaba hablando sobre estas “Cámaras del Tesoro” que no existían en la época de Abrahán y Melquisedec. El concepto de "Cámaras del Tesoro" está presente apenas en el orden sacerdotal levítico donde el Templo era el centro de la religión.
A pesar de saber que el orden sacerdotal en vigor es el de Melquisedec, tenemos mucha dificultad en abandonar nuestra forma levítica de pensar. Comparamos los pastores con los levitas y el templo con el santuario. Pensar de forma "levítica" es muy peligroso y puede llevarnos a problemas serios. El que mira para la Iglesia en forma "levítica" es capaz de asociar la figura del sumo sacerdote al presidente de la Asociación/Misión. El sacerdocio levítico es inferior y ultrapasado. Tenemos que mirar para el pueblo de Dios a través del prisma de Melquisedec. De esta forma asociaremos el templo a nuestro propio cuerpo, los sacerdotes son todos los creyentes (no apenas los pastores) y el sumo sacerdote es Jesucristo (no el presidente de la Asociación/Misión).
En el modelo sacerdotal de Melquisedec el espacio físico se vuelve irrelevante cuando es comparado con la grandeza de la obra confiada al sacerdocio real: "anunciar las grandezas de aquel que os llamó de las tinieblas para su maravillosa luz” 1 Pedro 2: 9.