Re: ¿Es bíblica la postura de la libre interpretación de la Biblia?
La Formulación de la Doctrina de la Mística Santísima Trinidad
San Agustín de Hipona, probablemente más que cualquier otro autor, es el responsable principal de la aceptación de la doctrina de la Santísima Trinidad. Incluiremos aquí la declaración hecha por el propio Agustín sobre el tema. Esto es lo que él dice:
Las bases de su visión lograron paulatinamente su desarrollo durante la era post-bíblica del segundo, tercero, cuarto y quinto siglo D.C. Para el año 325 D.C., en un esfuerzo por combatir la amenazante influencia no-escritural de Arius en la religión Cristiana, el Concilio de Nicea incorpora la doctrina de la consustancialidad del Padre y el Hijo. Poco después, en el Segundo Concilio General de la Iglesia llevado a cabo en el año 381 D.C. en Constantinopla, se logra introducir el concepto de igualdad y consubstancialidad del Espíritu Santo con el Padre y el Hijo, estableciendo de esta manera el piso sólido que sustentaría las doctrinas de Agustín.
La Formulación de la Doctrina de la Mística Santísima Trinidad
San Agustín de Hipona, probablemente más que cualquier otro autor, es el responsable principal de la aceptación de la doctrina de la Santísima Trinidad. Incluiremos aquí la declaración hecha por el propio Agustín sobre el tema. Esto es lo que él dice:
"... que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, de una misma e idéntica substancia, insinúan, en inseparable igualdad, la unicidad divina, y, en consecuencia, no son tres dioses, sino un solo Dios. Y aunque el Padre engendró un Hijo, el Hijo no es el Padre; y aunque el Hijo es engendrado por el Padre, el Padre no es el Hijo; y el Espíritu Santo no es ni el Padre ni el Hijo, sino el Espíritu del Padre y del Hijo, al Padre y al Hijo coigual y perteneciente a la unidad trina" (San Agustín, Sobre la Trinidad, Libro I, capítulo IV).
La declaración anterior constituye uno de los escritos más confusos, turbios e inimaginables. No podemos saber con certeza qué transitaba por la mente de Agustín cuando propuso su argumento. Sí sabemos, no obstante, que desde entonces la formulación doctrinal hecha por Agustín sobre la Mística Santísima Trinidad se ha convertido en la visión general aceptada por toda la Cristiandad. Las bases de su visión lograron paulatinamente su desarrollo durante la era post-bíblica del segundo, tercero, cuarto y quinto siglo D.C. Para el año 325 D.C., en un esfuerzo por combatir la amenazante influencia no-escritural de Arius en la religión Cristiana, el Concilio de Nicea incorpora la doctrina de la consustancialidad del Padre y el Hijo. Poco después, en el Segundo Concilio General de la Iglesia llevado a cabo en el año 381 D.C. en Constantinopla, se logra introducir el concepto de igualdad y consubstancialidad del Espíritu Santo con el Padre y el Hijo, estableciendo de esta manera el piso sólido que sustentaría las doctrinas de Agustín.