¿𝐄𝐒 𝐁𝐈́𝐁𝐋𝐈𝐂𝐎 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐑 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐉𝐄𝐙 𝐂𝐎𝐍𝐕𝐈𝐕𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 𝐂𝐎𝐍 𝐋𝐎𝐒 𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒?

REFLEXIÓNES

Han notado que cuando envejecemos, digamos después del séptimo piso, uno tiende a perder el equilibrio con mayor facilidad, aún dentro de nuestra propia casa.

Y si uno permanece mucho tiempo sentado, vienen las tendinitis de rodilla, y cuando un sale a cumplir alguna actividad cercana, crece con mayor énfasis nuestra encomendación al Señor, para que lo guarde a uno al pasar una calle, de un motorizado inconsciente, de una caída, etcétera.

Y qué respondemos cuando nos preguntan que si después de más de 50 años de matrimonio ...

¿Aún conservan la llama del amor?
 
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¿Aún conservan la llama del amor?

Después de los 70 años cuando quien responde es la esposa, contesta:

-"Pues a veces me corretea y cuando me alcanza... ya se le ha olvidado porque lo hizo!"-
 
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¿𝐄𝐒 𝐁𝐈́𝐁𝐋𝐈𝐂𝐎 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐑 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐉𝐄𝐙 𝐂𝐎𝐍𝐕𝐈𝐕𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 𝐂𝐎𝐍 𝐋𝐎𝐒 𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒?​

Hay otro factor a considerar y es cuando nuestros hijos tienen sus propias familias y sus propios problemas, y el acercarse a ellos constituye una carga más.

Lo que en un principio tiene la apariencia de una bendición suele convertirse en motivo de frustración, de decepción con el tiempo.

Es verdad que no todos los casos son iguales, pero lo que uno haya sembrado en los hijos, eso cosecha.

No hemos sido diseñados para al final vivir de una dependencia emocional con los hijos. nuestra vida no está definida por la presencia de nuestros hijos, pero también es cierto que Dios nos provee a través de ellos, o de una jubilación, o de una ayuda del gobierno para los adultos mayores.
Saludos Nataniel. Este tema me tocó personalmente porque mi padre y madre están en sus setentas, y aún que todavía son totalmente independientes, yo he ofrecido añadír una adición a mi casa para que vivan con migo, pero que todavía sientan que tienen su independencia y privacidad. Y a la misma vez, si en los años que vienen, comienzan a necesitar ayuda física en algo, para poder ayudarles. Sin embargo, mi padre piensa mucho como usted y rechasa mi invitación por no querer añadir a la carga de mi familia. Y me dice que yo entenderé cuando yo llegue a ser su edad y no queriré hacer lo mismo a mis hijas. Y quizás el tiene razón en pensar de esa manera porque no no me gustaría ser una carga para las vidas de mis hijas cuando (si es que) llego a ser dependiente de alguien.

Pero, honestamente, ese tipo de razonamiento de su parte y de parte de mi padre solo está tomando en cuenta un solo lado. Los viejos, siendo viejos, razonan entre si mismos ambos lados del caso, sin dar otro pensamiento de como el otro lado se siente. En vez, piensan en el peor caso posible de que terrible de cargo van ser para sus hijos, que mejor prefieren morirse o vivir en una residencia de ancianos, donde sean cuidados por extraños. Esto no es más que orgullo y egoísmo al robarle a quienes piden cuidarte el privilegio de hacerlo. Pero no le importa lo que los hijos (o hijas) digan porque ya tienen en sus mentes que ellos jamás pueden ser considerados como privilegio para cuidar.

Entonces, me da lástima que lo unico que puedo hacer es esperar que mi padre y madre no le queden remedio de irse a vivir con alguien porque físicamente ya no pueden solos. Es solo en ese momento que le podré mostrar que siempre era mi deseo hacerlo, por la vida que ellos sacrificaron por migo y mis hermanos. Claro que es carga, pero ciertamente menos que nosotros fuimos a ellos todos esos años que nos soportaron. Pero no existe tal cosa como amor sin carga. Sólo le digo todo esto por si alguien le ha ofrecido a cuidarle, para que usted no razone ambos lados solo y rechazes la oferta. Bendiciones.
 
Sólo le digo todo esto por si alguien le ha ofrecido a cuidarle, para que usted no razone ambos lados solo y rechazes la oferta.
Influye mucho la cultura del país donde se hayan envejecido.

Hay culturas donde soportan a los hijos solo cuando ya han terminado sus estudios y los instan a salir de la casa.

Pero venido el cumplimiento del tiempo, en la vejez, estos son los hijos que prefieren que sus padres terminen sus días en un hogar para ancianos.

Lo que uno siembra eso recoge.

La expresión "dejará a padre y madre y se unirá a su mujer" se usa incorrectamente para validar el abandono de los viejos.

Pero este Salmo claramente habla de la unidad familiar:

Sal 127:3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
Sal 127:4 Como saetas en mano del valiente,
Así son los hijos habidos en la juventud.
Sal 127:5 Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos;
No será avergonzado
Cuando hablare con los enemigos en la puerta.
 
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Reacciones: Eddie Ramos
Mi madre tuvo sus tres caídas antes de llegar al octavo piso...

Habría sido gracioso decirlo, salvo por la gravedad de las lesiones. En una de ellas, se golpeó el vientre con su bastón.

Tardó bastantes semanas en recuperarse de los dolores por ese percance.
 
Hace catorce años resolví hacer mi vida en solitario, separándome de mis padres, e intentando tener una vida independiente. Mi padre me rogó que no me fuera. Y él tenía toda la razón: tras algunos años de penurias de salud, mi padre partió con el Señor. Pospuse mi resolución en bien de mis viejitos, sin casarme y sin aspirar a otra relación que distrajera mi atención de lo importante.

Actualmente, vivo con mi madre. De mi familia, solo una de mis hermanas y yo nos quedamos a cuidarla en sus últimos años de vida entre nosotros en este mundo. El asunto no es fácil, ya que mi madre va perdiendo el vigor con el paso de los días, y necesita más asistencia. Actualmente, se ayuda con una andadera para caminar, ya que el bastón dejó de proporcionarle el soporte necesario. Y sé que los cuidados se multiplicarán hasta que su cuerpo no pueda más.

Lo hago con gusto porque, mientras ella estaba joven y fuerte, se ocupó de cuidarnos a mis hermanos y a mí. Ahora le brindamos la ayuda que necesita; de vez en cuando tiene oportunidad de recibir visitas de otros familiares, y eso la entretiene, permitiéndole sentirse a gusto.

Le pido al Señor que mi madre pueda terminar sus días en paz, acostada en su cama. O al menos, si es hospitalizada, que pueda estar tranquila cuando escuche la voz del Señor llamándola.