NO, NO TENIA ALCOHOL.
Coloco a continuación, parte del libro WINE IN THE BIBLE del Pastor Samuelle Bacciocchi, que trata el tema a profundidad.
El Significado de la Palabra “Vino”. Se hizo un estudio a profundidad de la palabra “vino”, en el sentido de determinar si este término significa exclusivamente vino fermentado o si también podría incluir el vino no fermentado como otra de sus acepciones. Se trazó el uso de la palabra “vino” de adelante hacia atrás, es decir, desde el Inglés, al Latín, al Griego y finalmente al Hebreo. Como resultado se obtuvo que la palabra vino, lingüísticamente hablando, tiene un origen común - wine en Inglés, vinum en Latín [vino en español], oinos en Griego y yayin en Hebreo -, y que históricamente ha sido usada para referirse al jugo de uva, sea fermentado o no. Este hallazgo significativo desacredita la pretensión de que la Biblia solo se refiere al vino fermentado, el cual es aprobado si se usa moderadamente. La verdad del asunto es que la Biblia se refiere tanto al vino fermentado, como al no fermentado, dependiendo del contexto.
Uso actual de la palabra “vino”. De acuerdo a algunas personas el término “vino sin fermentar” es una contradicción de términos, ya que, según ellos, si es vino,éste debe ser fermentado por definición, es decir, si no es fermentado no es vino. Esta opinión es comprensible debido al uso corriente, y a la definición dada por los diccionarios contemporaneos (sea en hebreo, griego, latín o inglés). Sin embargo, a medida que se busca en diccionarios y obras seculares más antiguos se va notando una diferenciación más evidente en cuanto a la otra acepción de la palabra vino, a saber, jugo de uva sin fermentar. En otras palabras, lo que ha ocurrido es que la gente ha tomado el significado más usual y preferido de la palabra - el de bebida alcoholizada -, y la ha hecho la única definición de la palabra. Eso es incorrecto e inexacto desde el punto de vista histórico y de investigación, tanto en el ámbito bíblico como el secular. Se ilustra a continuación algunas de las muchas obras donde se puede constatar lo que se acaba de formular:
OBRA AÑO
1. Funk & Wagnalls New “Standard Dictionary of the English Lenguage 1.955
2. Webster International Dictionary of the English Lenguage 1.896
3. Webster`s Dictionary 1.828
4. Lingua Britannica Reformata or A New English Dictionary 1.748
5. Thesaurus Linguae Latinae 1.740
6. Aristotle´s Meteorologica 384
7. Pliny´s Natural History 79
El capítulo II del libro del Pr. Bachiocchi documenta completamente este punto.]
“Vino” desde la Perspectiva Bíblica. Una de las aparentes paradojas o contradicciones de la Biblia, se encuentra en el por qué se aprueba el vino en unos versículos, mientras que en otros se le condena. El estudio presentado en este libro muestra claramente, que las referencias positivas en relación al vino, tienen que ver con el jugo de uva no fermentado y no-intoxicante. Debido a sus propiedades nuritivas y naturales, el jugo de uva era usado para representar apropiadamente las bendiciones divinas de la prosperidad material, (Gen.27:28; 49:10-11; Deut.33:28), las bendiciones de la era mesiánica (Joel 2:18-19; Jer. 31:10-12; Amos 9:13,14), el ofrecimiento gratuito de Dios de su gracia salvadora (Isa.55:1), la alegría saludable y completa que Dios ofrece a su pueblo (Salm.104:14-15; 4:7), y el reconocimiento a Dios por medio del jugo de uva como diezmo, ofrendas y libaciones (Num. 18:12; Deut. 14:23; Exo.29:40; Lev.23:13).
Por otro lado, las referencias negativas del “vino” tienen que ver con el vino fermentado e intoxicante. Algunas de las razones por las que las Escrituras condenan el uso de las bebidas alcohólicas, se debe a que ellas distorsionan la percepción de la realidad (Isa.28:7; Prov.23:33); disminuyen la capacidad de tomar decisiones responsables (Lev.10:9-11); debilitan las sensibilidades morales y las inhibiciones (Gen.9:21; 19:32; Hab.2:15; Isa.5:11-12); causan enfermedad física (Prov.23:20-21; Os. 7:5; Isa.19:14; Sal.60:3); y descalifican para el servicio religioso como para el civil (Prov.31:4-5; Lev.10:9-11; Ezeq.44:23; 1 Tim.3:2-3; Tito 1:7-8). [En Numeros 6:3 se puede inferir que la palabra “vino” se refiere al jugo de uva, diferenciandolo del “licor de uvas” mencionados después.]
La Preservación del Vino. De acuerdo al estudio realizado, no tiene fundamento una objeción frecuentemente esgrimida por los moderacionistas, en el sentido de que era imposible que en los tiempos bíblicos se pudiese preservar el jugo de uva no fermentado. Para refutar tal punto de vista, se investigaron los testimonios de los antiguos escritores en referencia al arte de preservar frutas y vinos en general y el jugo de uva en particular. Para nuestra sorpresa se descubrió que los antiguos eran mucho más duchos en el arte de preservar frutas y vinos, de lo que generalmente se cree.
Contrarimente a la opinión popular, los problemas que los antiguos encontraron en la preservación del vino fermentado eran tan grandes o mayores que aquellos que se presentaban en la preservación del jugo de uva no fermentado. Para impedir que el vino fermentado se pusiera ácido, mohoso, o maloliente, en los viñedos se usaban un sin fin de preservativos tales como la sal, agua de mar, betún sólido, mosto condensado, polvo de mármol, lima-limón, humos sulfurosos y flor de lis triturada.
En comparación a la preservación del vino fermentado, la preservación del jugo de uva no fermentado era un proceso relativamente más sencillo. Se lograba hirviendo el jugo hasta que llegase a ser un jarabe, o simplemente separando la pulpa fermentable del jugo de uva por medio de un proceso de filtrado, o colocando el jugo de uva en cántaros sellados, los cuales eran sumergidos en una piscina de agua fría, o impregnando las jarras de vino con azufre antes de sellarlas. El uso de tales técnicas claramente indican que ya se conocían y usaban en el mundo antiguo los medios de preservación del jugo de uva sin que éste se
fermentara. Esta conclusión está indirectamente sustentada por las enseñanzas y ejemplos de Jesús.
Jesús y el Vino. El próximo paso lógico es el de examinar las principales historias relacionadas con el vino, o los dichos de Jesús, en virtud de que éstos son comúnmente usados para probar que Cristo hizo, alabó, usó y aún ordenó el uso del vino alcohólico. La conclusión del análisis de este libro es que estas aseveraciones están desprovistas de soporte histórico y contextual.
El “buen vino” que Jesús hizo en Caná (Juan 2:10) era “bueno”, no porque tenía un alto contenido alcohólico, sino porque era un jugo de uva fresco y no fermentado. Eso se infiere de consideraciones externas e internas (bíblicamente hablando). Externamente, de acuerdo a los autores contemporaneos, tales como Plineo y Plutarco, se atestigua que los “vinos buenos” eran aquellos que no intoxicaban, a los cuales se les quitaban el poder alcohólico. Internamente, por consistencia moral o por sentido común, Cristo no pudo haber producido entre 120 a 160 galones (450 a 605 lts) de vino intoxicante para el uso de los hombres, mujeres y niños reunidos en las bodas de Caná, sin tener responsabilidad moral por prolongar y mantener la intoxicación de esa gente. La consistencia moral y escritural requiere que el “buen vino” producido por Cristo haya sido el jugo fresco de uva no-fermentado. Esto lo confirma el hecho de que se utilizó el término griego kalos en lugar de agathos en el adjetivo “buen” en Juan 2:10, dado que el primero de los términos mencionados denota algo que es moralmente excelente, mientras que el segundo indica que simplemente es bueno.
El “buen vino” que Jesús recomendó por medio de la parábola de los odres de vino (Lucas 5:37-38; Marcos 2:22) era mosto sin fermentar, sea éste hervido o filtrado, ya que ni aún los odres nuevos de vino podrían soportar la presión del gas producido por la fermentación del vino nuevo.
Paz en Cristo